sábado, 19 de julio de 2014

De momento, se ha perdido un siglo.

De como una vanguardia revolucionaria, en condiciones de imposible democracia, llegó a producir en su seno una oligarquía. Los privilegios, relativamente menores, de la burocracia soviética ya no eran suficientes para sus tragaderas. Ellos sí que tenían un mundo que ganar.

El mercado desigual es fuente de corrupción. Peor si está desregulado. Infinitamente peor si el objeto se halla en un mercado negro. Se desea más que nada lo que no se tiene, y se sobrevalora. El mercado ilegal hace el resto. Cuanto más prohibido, más deseado. Vemos como la droga corrompe administradores y jueces. La escasez como fuente de riqueza.

Necesidades y deseos son cosas distintas, pero hace falta mucha racionalidad para entenderlo. Aquellos jóvenes soviéticos darían cualquier cosa por unas medias o unos pantalones vaqueros. A los nuestros es difícil convencerlos para que no se dejen arrastrar por las marcas de ropa o zapatillas. Se las hacen desear de mil maneras: sin ellas son inferiores a los demás.

Soñaba en mi adolescencia con un coche descapotable, un modelo deportivo de color rojo. Puestos a imaginar, la rubia despampanante era el complemento necesario, casi inevitable.

Difícil, difícil es cambiar las mentes, y más a contrapelo de lo que cotidianamente se nos muestra como símbolo de éxito. La ética del éxito y el fracaso como sanción moral.

La crisis, que ha llegado para quedarse, ofrece a los jóvenes una disyuntiva: triunfar a toda costa, por cualquier medio, incluidos los menos recomendables, en la lucha de todos contra todos de la selva capitalista, o un esfuerzo compartido y consciente por el único futuro realmente digno de serlo.



Rebelión


En la Unión Soviética, la expansión del mercado negro se dio en correspondencia con la escasez de productos de básicos, consecuencia de los gigantescos destrozos causados por la II Guerra Mundial (Le corresponden a este país el 30% de los costos de la destrucción total causada por la guerra, o sea, la cifra de l28 mil millones de dólares en valores de la época). Para reconstruir la URSS no hubo ni Plan Marshall ni la mínima ayuda económica de parte de sus aliados de guerra, este mercado posibilitó también la formación paulatina de una nueva clase, según la definición de Mijail Djilas, compuesta por seres humanos carentes de principios morales, éticos y religiosos que, luego de instituir sus propias reglas de propiedad, tomaron el control del aparato productivo y de los bienes de la sociedad. Se trata de los cerditos de "La rebelión en la granja" de George Orwell convertidos en hipopótamos.

La nueva clase fue el fruto de la decadencia moral de los herederos de la vieja guardia bolchevique. Sus intereses de rapiña coincidían con los de los altos círculos gobernantes y eran el reflejo de una economía de nuevo cuño, caracterizada por la unidad prácticamente convertida en amalgama entre la delincuencia común, el crimen organizado y los administradores más altos del Estado Soviético. La toma del poder por esta clase se hizo inicialmente de manera timorata, luego tomó ímpetu hasta que sus tentáculos se disgregaran por los interminables laberintos de la URSS y del Campo Socialista.

El deterioro intencional de este sistema desencadenó en la nueva clase, especialmente entre los negociantes generados por la perestroika, una lucha virulenta por obtener e incrementar sus áreas de influencia y dominio. Con el pretexto de las privatizaciones, la nueva clase obtuvo las riquezas de estos países por una bagatela; fue una época fructífera para el interés de estos buitres hambrientos. El ciudadano común y corriente fue engatusado por sus nuevos "libertadores", que se adueñaron del producto del sacrificio de una parte del mundo que alguna vez soñó en tomar el cielo entre sus manos.

¡Para qué realizar una revolución cruenta! ¡Para que ganar la guerra! ¿Para que unos cuantos vivos se levantaran con el santo y la limosna? Es inconcebible que el resultado del esfuerzo de muchas generaciones, de todo aquello que representó el sudor de millones de trabajadores, que se sacrificaron al extremo de lo imaginable durante una buena parte del siglo XX, se repartiera alegremente entre los nuevos dueños del poder.

El colapso del socialismo no fue casual sino organizado por las potencias extranjeras y sus testaferros internos. El grueso de la suma con la que la nueva clase inició sus incursiones en este novísimo sistema financiero provenía de norteamericanos, europeos e israelíes, que arriesgaron una pizca de sus capitales para sacar una buena tajada de las fraudulentas oportunidades que les ofrecían las privatizaciones durante el derrumbe del socialismo; se comportaron como las siete plagas de Egipto, devorando a un gigante agónico.

La desintegración del sistema socialista a nivel europeo fue la mayor tragedia de la humanidad del siglo XX, pues rompió el equilibrio estratégico del planeta mantenido luego de la derrota del nazismo, debilitó a las fuerzas revolucionarias del mundo y facultó al imperialismo a actuar con la total desfachatez actual.

La nueva clase, devenida en la oligarquía mafiosa que actualmente gobierna a la mayoría de los antiguos países socialistas, tuvo por meta apoderarse de la totalidad de los bienes de la sociedad, y lo hizo así en contubernio con las mafias de Occidente. Para sacarle más jugo a la troncha evadía impuestos y realizaba miles de truculentos actos. Había adquirido mediante fraude bienes públicos y los hacía fructificar sin que le preocupara el aspecto económico, lo que fue una de las principales causas de la destrucción social de los países de Europa del Este, de la espantosa caída del nivel de vida de sus poblaciones y de la prematura muerte de decenas de millones de sus ciudadanos.

Los nuevos patrones insistían en que la redistribución de la riqueza y la moderna economía eran incompatibles y a los obreros, que se quejaban por los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo, los amenazaban con que si protestaban serían despedidos y se irían a casa a rascarse la barriga con las manos vacías. Le pagaban a los trabajadores en especies porque dizque no tenían liquidez de fondos, les bajaron tanto los salarios que muchos asalariados se comían a los perros callejeros. El capitalismo, como era de esperar, fue un espejismo que sólo trajo miserias y angustias al trabajador.

Los más engatusados fueron los jóvenes que sin recapacitar se embarcaron en la nueva ola, creyeron haber nacido en un mundo que los mataba de aburrimiento, donde vivían por vivir y que ahora todo iba a ser hermoso. Pero luego las cosas cambiaron para peor. Esto sucedió abruptamente, sin darles tiempo para calibrar la complejidad de la nueva vida, y sólo les fue posible hundirse bajo el brillo sórdido de las discotecas, la hermosura de los carros de lujo, los desfiles de moda ostentosos y los placeres de una existencia vacua, a la que sólo en sueños tuvieron acceso.

Así se originaron las mafias de estos países, en particular de la de Ucrania, donde lo peor de su corruptela gobierna en la actualidad. Ninguno de estos oligarcas heredó propiedad alguna ni le sudó el sudor su frente para adquirir algo sino que se apoderó de todos los bienes de la sociedad mediante el crimen, el robo y la estafa. Tal vez estos hechos expliquen por qué estos gobernantes carecen de escrúpulos, cumplen al dedillo los mandatos del imperialismo y conviven y se apoyan en organizaciones nazis para exterminar a la población ucraniana antifascista que los combate denodadamente. Vale la pena recordar que inicialmente este pueblo sólo pidió que le permitan hablar ruso y les concedieran algo de autonomía, pero cuando el gobierno de Kiev los comenzó a exterminar a mansalva, a tratarlos de subhumanos, a quemarlos vivos y a disparar contra cualquiera que asomase la cabeza se sublevó y ahora busca terminar con el régimen mafioso que actualmente los oprime.

¿Por qué los gobiernos de la UE y de los EE.UU. financiaron la toma del poder y le dan todo sustento a la ultraderecha ucraniana? Pues por la misma razón por la que en el Medio Oriente apoyan a Al Qaeda, para usar a los miembros de estas organizaciones de carne de cañón y conseguir a bajo precio sus objetivos geopolíticos sin emplear a sus propias fuerzas armadas. Se trata de ahorro simple, y nada más.

Presidente Obama, la agresión de los EE.UU. en Ucrania está condenada al fracaso, usted escupe hacia arriba y la situación se va a revertir en contra suya, sus fracasos en Afganistán e Irak deberían demostrarle que es imposible derrotar a un pueblo en armas y que el levantamiento popular en el sureste de Ucrania vencerá al régimen fascista que con su ayuda intenta exterminarlo.

Los pueblos conscientes del mundo tienen la obligación de apoyar a la lucha de la nación ucraniana en contra del nazi-fascismo, que ha resucitado en los EE.UU. y la UE después de 70 años de haber sido derrotado por la humanidad progresista.

miércoles, 16 de julio de 2014

No es la primera vez...

Alegres muchachos de las juventudes nacional socialistas protagonizaban escenas jubilosas, idílicas, campestres, en celebración de su raza superior. Más adelante celebraban victorias.

Y si solamente celebraran eso...


El pueblo elegido es ahora otro. y las imágenes incluso peores.

Hace ya bastante tiempo que se publicó esta foto, en la que inocentes niñitas, desgraciadamente asesinas en potencia, o al menos en deseo, escriben cariñosos mensajes para los destinatarios de estas bombas. Fue durante una de las heroicas campañas israelíes en el Líbano.

Hoy mismo lo recoge El País: para muchos israelíes los bombardeos son un bello espectáculo de fuegos artificiales.

El encanallamiento de un pueblo es un fenómeno inquietante pero repetido. Que sirve a su vez para condenarlo en masa. Naturalmente, hay excepciones, pocas o muchas, y tampoco se puede culpar a la gente de todas las ideas malditas que han mamado. Es natural ser el pueblo elegido, el único que importa. Lo que no se acepta fácilmente es ser el pueblo condenado.

Claro que hay judíos justos. Muchísimos. Israelíes buenos también los hay, pero parece que son menos que los malos.

Jehová, en Sodoma, exigía la menos diez justos para perdonar a un pueblo. No los encontró y los aniquiló con su lluvia de fuego. Ni los israelíes ni nadie merecen ese destino. Creo que habrá al menos diez justos en ese estado, por canalla que sea.



Israelíes se sientan en una colina a comer palomitas y disfrutar de los bombardeos de Gaza


The Independent

Una imagen que parece mostrar a un grupo de israelíes instalados sobre una colina y que vitorean y aplauden mientras contemplan el mortal bombardeo aéreo de Gaza ha causado indignación internacional tras ser compartida por miles de personas vía Twitter.

Tomada por el corresponsal de Oriente Medio de un periódico danés, la instantánea muestra a hileras de individuos sentados en sillas que contemplan desde un promontorio la Franja de Gaza cómo los cohetes y las explosiones iluminan el cielo nocturno.

Allan Sørensen, que ha publicado la imagen, escribe que la instantánea muestra una especie de "cine" instalado en la cima de una colina en las afueras de la ciudad israelí de Sderot, y en el cuerpo del texto añade: "Aplauden cuando oyen las explosiones."

El periódico de Sørensen, el Kristeligt Dagblad, informó que el grupo lo formaban más de 50 personas que transformaron la colina en algo “parecido a la platea de una sala de cine en una sesión de guerra real".

Añadió que las personas sentadas en la cima de la colina comían palomitas y fumaban alegremente narguiles.

Fuente: http://www.independent.co.uk/news/world/middle-east/israelgaza-conflict-sderot-cinema-image-shows-israelis-with-popcorn-and-chairs-cheering-as-missiles-strike-palestinian-targets-9602704.html 

Agujero negro

La espiral de la deuda es un agujero negro. Ya ni siquiera es factible pagar los intereses. Incluso pagarlos fielmente es endeudarse más y más...

Lo que más me asombra es la dificultad de los países que tienen activos de valor real para desprenderse de papeles y asientos contables. Cuando el dinero es más virtual que nunca, todos están sometidos a este orden económico irreal y volátil.

Encontré este enlace en el blog Ensenada de Riazor.

Claro que la realidad que sufrimos ha desmentido esta afirmación de Fidel: "ningún gobierno estaría dispuesto a arruinarse políticamente imponiendo las durísimas condiciones que exigiría el cobro de esa deuda".

¿Seguro?


El caso de Argentina da la razón a Fidel

Omar Pérez Salomón
(...)

Por su vigencia y actualidad, comparto con los lectores, algunos conceptos e ideas expuestas por Fidel sobre esta temática, en la entrevista que le concediera al periodista italiano Gianni Minná, los días 28 y 29 de junio de 1987, publicada en el libro Un encuentro con Fidel:

“Porque ya hoy no se habla realmente de pagar la deuda; ya se habla de los intereses. Y ni siquiera de los intereses. Yo diría que hoy se habla de la forma en que no se va a pagar la deuda. Porque un gobierno que debe 700 millones entre amortización e intereses, pide que le presten 750 millones –50 millones más de dinero fresco–, y lo que se hace es reconocer formalmente la deuda, pero esta se incrementa. Eso es lo que está pasando. Más valdría acabar de resolver francamente este problema y liquidar todas esas deudas.

“Por supuesto que los acreedores no se resignan, y pretenden cobrar por cualquier vía la deuda. Para eso están planteando fórmulas tan peligrosas y dañinas como la llamada capitalización de la deuda, que no es más que convertir la deuda en derechos sobre activos nacionales del país deudor; o sea, entregar al capital extranjero una parte del patrimonio nacional en pago de la deuda.

“Los países no solo necesitan que la deuda sea anulada, sino que incluso necesitan dinero fresco, o de lo contrario la crisis seguirá agudizándose. Pero creo que hoy todo el mundo está convencido de que la deuda es impagable, y que la deuda es incobrable. ¿Cómo van a cobrar la deuda: matando gente, desapareciendo gente, asesinando gente? No hay manera de cobrar esa deuda, y ningún gobierno estaría dispuesto a arruinarse políticamente imponiendo las durísimas condiciones que exigiría el cobro de esa deuda; se descapitalizarían políticamente y, sencillamente, irían al fracaso político total. Esa es la realidad, y no hay más que esperar para ver qué ocurre.

“La impagabilidad de la deuda externa del Tercer Mundo es un hecho objetivo. En términos estrictamente matemáticos, no es posible fórmula alguna –incluso suponiendo variantes tan benignas y optimistas que resultan totalmente irreales– que de manera racional permita aceptar la idea de que la deuda del Tercer Mundo puede pagarse.

“Voy a ponerte como ejemplo la variante más favorable que se pueda concebir: vamos a suponer que no se incremente en un solo centavo la deuda actual, que se concedan 20 años de gracia para la amortización del principal, que se mantenga fija la tasa de interés al nivel actual del 6 por ciento, que se limite el pago de intereses al 10 por ciento del valor de las exportaciones y que estas, a su vez,  crezcan un promedio anual insólito del 10 por ciento durante 20 años consecutivos. En este caso bien improbable, al cabo de 20 años los países del Tercer Mundo en su conjunto habrían pagado a sus acreedores más de un millón 200 mil millones de dólares por concepto de intereses, y la deuda ascendería aún a más de un millón de millones de dólares. Es decir, los países subdesarrollados habrían pagado en 20 años una cantidad superior al monto total actual de la deuda y seguirían teniendo entonces una deuda aproximadamente igual a la actual. Durante 20 años el Tercer Mundo habría estado entregando más de 60 mil millones de dólares anuales solo para conservar una deuda cada vez mayor.

“Si los países subdesarrollados más deben mientras más pagan, es porque las manipulaciones monetarias de las grandes potencias capitalistas los despojan de sus pocos recursos, porque la banca transnacional les cierra los créditos cuando más falta les hacen, o se los conceden en condiciones que se parecen a las de los usureros medievales. El marco de relaciones económicas internacionales en el que se desenvuelve el fenómeno de la deuda, su propia estructura interna y su dinámica de crecimiento –adquirir más deuda para pagar la deuda, te explican la imposibilidad matemática y económica de poder pagarla.

“Pero la deuda es impagable no solo por razones matemáticas o económicas; es impagable también por razones políticas. La deuda constituye uno de los más importantes temas políticos mundiales de hoy. Para los acreedores está el hecho real de su impagabilidad y el riesgo de desplome del sistema financiero internacional. Para los deudores, es tanta la magnitud de la deuda que la crisis de su pago podría ser el comienzo de la transformación del orden económico internacional vigente. La aplicación de las medidas restrictivas del Fondo Monetario Internacional ha provocado en numerosos países, como tú sabes, graves conflictos económicos y sociales. Ya cada día es más evidente que solo mediante la represión y la violencia podrá imponerse a los pueblos mayores privaciones y sacrificios. Y este sería un costo político imposible de asumir por los procesos democráticos del Tercer Mundo.

“Solo me interesa agregar que hemos planteado la necesidad de que se unan todos los países y se apoyen mutuamente en la búsqueda de una solución al problema de la deuda, pero no solo al problema de la deuda, sino a la crisis económica y el intercambio desigual, al dumping, al proteccionismo y a la lucha por el Nuevo Orden Económico Internacional. Eso es lo que hemos planteado. No hemos planteado acciones aisladas, sino acciones unidas. Lo que hemos dicho es que, en todo caso, si un país se ve en la situación de tener que suspender los pagos, no se le deje solo, sino que se le brinde el máximo apoyo”.

viernes, 11 de julio de 2014

La economía desenmascarada

Manfred Max-Neef es economista, ambientalista, político y músico chileno-alemán especializado en el área de desarrollo internacional, fundador y director del Centro de Alternativas de Desarrollo, CEPAUR, donde se dieron a luz la Teoría del Desarrollo a Escala Humana y los principios de la Economía Descalza, por los que fue galardonado en 1983 con el Premio Nobel Alternativo. 

Su obra Desarrollo a escala humana ha sido considerada por la Universidad de Cambridge como uno de los 50 libros más importantes en materia de sostenibilidad.

El libro, escrito junto al físico Philip B. Smith, desmonta la idea dominante de la economía como una ciencia exacta y como el único modo de vida posible, y presenta una propuesta para organizar de una nueva manera la actividad económica: el Desarrollo a Escala Humana, un modelo construido por Max-Neef basado en las necesidades y los satisfactores.

Presenta en este vídeo su nuevo libro. El documental, editado por FUHEM Ecosocial, lo he tomado de Rebelión.

En el minuto 33 del mismo encuentro estos 5 postulados fundamentales y un principio valórico irrenunciable.

Los cinco postulados:
1º. La economía está para servir a las personas, y no las personas para servir a la economía.
2º. El desarrollo tiene que ver con personas, y no con objetos.
3º. El crecimiento no es lo mismo que el desarrollo y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento.
4º. Ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas.
5º. La economía es un subsistema de un sistema mayor y finito, que es la biosfera. En consecuencia, el crecimiento permanente es imposible.
 El principio irrenunciable:
Bajo ninguna circunstancia un interes económico puede estar por sobre la reverencia por la vida.
 Y apostilla:
"Recorran los seis puntos y uno por uno lo que tenemos hoy es exactamente lo contrario".
 
La economía desenmascarada: Del poder y la codicia a la compasión y el bien común
 FUHEM

El sistema económico en el que vivimos no sólo obliga a la mayoría de la humanidad a vivir sus vidas en la indignidad y la pobreza, sino que además amenaza a todas las formas de vida del planeta. La economía desenmascarada ofrece una convincente crítica del sistema económico dominante, demostrando que las construcciones teóricas de la economía ortodoxa tienden principalmente a generar injusticias. La despiadada arremetida contra los ecosistemas globales de las últimas décadas, provocada por el masivo incremento en la producción de bienes, y el consiguiente agotamiento de las reservas de la naturaleza, no son una característica fortuita del sistema económico; son el resultado directo del pensamiento económico neoliberal, que solo reconoce valor a los objetos materiales.La obsesión por el crecimiento no es un concepto erróneo que los economistas ortodoxos puedan desaprender, sino algo inherente a su visión de la vida. Pero un sistema socioeconómico basado en la obsesión por el crecimiento nunca podrá ser sostenible ni propiciará la felicidad de las personas.

Este libro detalla los fundamentos de una nueva economía, donde la justicia, la dignidad humana, la compasión y la reverencia por la vida sean los valores rectores. Contrariamente a la absurda suposición de los economistas ortodoxos de que la economía es una ciencia exenta de valores éticos, una nueva economía debe explicitar sus valores.



lunes, 7 de julio de 2014

Me queda la palabra


EN EL PRINCIPIO...
 
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra. 
 
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra. 
 
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra. 
Blas de Otero
 



La palabra se ha convertido en lo más subversivo del mundo, de la misma manera que leer se ha transformado en un acto clandestino. Tuiteamos y hablamos demasiado, con celeridad, quizá por la necesidad de comunicarnos, de relacionarnos, de pensar que hay algo o alguien al otro lado, sin percatarnos de que toda palabra es un acto, una llamada de atención, un gesto, una palanca para mover el mundo o para frenarlo.

Desconfiamos del poder de la palabra, porque nos hemos creído que por un lado estaba el trabajo físico y por el otro lado el intelectual. Sin embargo, antes de la corrupción política y empresarial, sucedió la iniquidad de la corrupción lingüística, el fetiche de los signos. Con una palabra declararon guerras, con un verbo sentenciaron deudas, con un sustantivo cumplieron fraudes. Mientras, seguimos pensando que hacen falta palabras subversivas y repasamos el viejo diccionario de la revolución a la búsqueda de nuevos términos.

En realidad, cualquier palabra es subversiva. Cualquiera alberga una plusvalía de vida e imaginación, si se pronuncia en común. Entonces las palabras más básicas y comunes se vuelven revolucionarias: cuerpo, casa, trabajo, cuidado, plaza, sol. Se pueden pronunciar en singular o en plural, en voz alta o baja, susurrar o gritar, gesticular o leer, pero sin olvidar que su significado procede de su uso, que es siempre público y colectivo. Y cuando eso acontece, a veces las palabras se juntan y se reúnen en frases como esta: “¡De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades!”.

La salida republicana

Hay repúblicas dictatoriales, hay imperios republicanos. A cualquiera se le ocurren, a bote pronto, ejemplos varios. Pero cuando hablamos de República no podemos limitarnos a la caricatura que supone la simple elección de un jefe de estado.

Eso es lo que intentan hacernos creer, para que creamos impertinente la batalla actual por la República. Pero un verdadero republicano no puede limitarse a luchar por algo tan menor, si ese jefe de estado electo equivale punto por punto, en su comportamiento y atribuciones, a un rey como los que conocemos, colocado a la cabeza de un estado como el actual.

La República es un sistema de valores, además de un sistema de gobierno. Pero se trata de otro sistema de gobierno con otro sistema de valores.

Encaminados a otro modo de vida.




Rebelión

(...)

La formación de un bloque republicano depende de que la izquierda republicana en sus variadas manifestaciones pueda ponerse de acuerdo en un programa de mínimos. Para orientar ese programa de mínimos, expongo a continuación algunos principios básicos del republicanismo.

El primer rasgo característico de la República debe ser su pacifismo intrínseco –la República renuncia a la guerra en las relaciones internacionales-. Frente a la política imperialista que caracteriza al liberalismo de la OTAN, como expresión de la expansión capitalista.

En segundo lugar, la República, como democracia participativa, hace posible el acceso de la ciudadanía a las decisiones políticas; deben facilitarse los instrumentos para que la sociedad civil pueda tomar parte en el proceso legislativo que regula el orden social. Por tanto, se reconoce y se regula el derecho de autodeterminación, haciendo posible el entendimiento entre los pueblos y las naciones de la península ibérica. Frente al autoritarismo centralista del Estado español.

En tercer lugar, el Estado republicano tiene como objetivo promover la virtud ciudadana, única forma de alcanzar la felicidad para las personas; por lo cual la propia estructura política debe estar concebida para funcionar con vistas al bien común, y los miembros de la función pública actúan siempre atendiendo al deber prescrito por las leyes. Frente a la corrupción reinante en la presente monarquía constitucional.

En cuarto lugar, el ordenamiento de valores y derechos, que rige la práctica cultural, social, económica y política, de las instituciones y la ciudadanía, subordina los valores económicos monetarios a la utilidad pública; y esta utilidad tiene como supremo objetivo lograr la plena realización de los derechos humanos, sintetizados por la consigna, libertad, igualdad, fraternidad. Frente al predominio del mercado y el capital financiero en el orden social del capitalismo.

En quinto lugar, en el siglo XXI resulta acuciante el problema del medio ambiente y la sostenibilidad ecológica del modo de producción, lo que seguramente exige la superación del capitalismo y la evolución de la economía global hacia nuevas relaciones de producción no mercantiles. Frente a la industrialización contaminante y el consumo irresponsable de la civilización neoliberal posmoderna.

Esos rasgos básicos apuntan a la superación del capitalismo como modo de producción, haciendo necesario el tránsito al socialismo, lo que debe lograrse a través un proceso internacional de evolución humana que deje atrás los oscuros tiempos del capitalismo liberal. Sin embargo, la actual coyuntura no permite alcanzar esos objetivos inmediatamente. La actual fase del desarrollo humano, y la correlación de fuerzas políticas a nivel internacional, nos presentan la necesidad de apoyarse en las capas burguesas que quieran avanzar hacia formas sociales más democráticas.

La causa republicana requiere ganarse para sus fines a la burguesía catalana y vasca, agrupadas en los partidos demócrata-cristianos. Lo que significa que el programa que se desprende de las necesidades de las capas populares y trabajadoras, debe consensuarse con otras capas sociales, hasta llegar a un compromiso que permita liquidar el actual sistema político, corrompido hasta la médula.

La carga del hombre blanco

Hace cien años, la imparable decadencia y el previsible derrumbamiento del Imperio Otomano creaban un vacío de poder en el Oriente Próximo. Mientras los pueblos árabes de la zona aspiraban a su independencia, las potencias de entonces tenían sus propios planes para este nuevo espacio disponible.

Entre las aspiraciones de unos y otros había un largo trecho. El Nuevo Orden impuesto entonces es el Nuevo Desorden actual. De aquellos polvos, estos lodos.

Porque como escribió William Faulkner en su novela Requiem para una mujer (1951), "el pasado nunca está muerto, ni siquiera es pasado”. La cita se autorrealizó otra vez, y regresó del pasado al presente, recordada por Barack Obama cuando aspiraba a la presidencia de Estados Unidos.

Si el presente es pasado acumulado, el Obama ya electo no es más que el nuevo Atlas que porta la pesada carga colonial. ¿La carga del "hombre blanco"?





Más guerra en la actual crisis en Medio Oriente perpetuará lo que las potencias imperiales se propusieron: despedazar totalmente una región del mundo


Information Clearing House

 
(...)

En 1915, el principal objetivo de las potencias imperiales en Medio Oriente era sofocar cualquier expresión de nacionalismo árabe e impedir toda resistencia unificada a los propósitos de París y Londres. Francia quería Gran Siria, Gran Bretaña el control de los puentes terrestres a India. La competencia era tan intensa que incluso mientras cientos de miles de soldados franceses y británicos morían en el Frente Occidental, sus servicios secretos estaban hostilizándose mutuamente de Samarra a Medina, maniobrando a fin de ganar posiciones para cuando el Imperio Otomano terminara por colapsar. 

El Acuerdo Sykes-Picot fue el compromiso que apuntaba a terminar la guerra mutuamente destructiva. Francia obtendría Gran Siria (que dividiría para crear el Líbano), más zonas de influencia en el norte de Iraq. Gran Bretaña obtendría el resto de Iraq y Jordania y establecería el Mandato en Palestina. Todo esto, sin embargo, debía ser mantenido secreto ante los locales, a los que británicos y franceses incitaban a rebelarse contra el régimen imperial otomano, a pesar de que complotaban para imponer el suyo.

Los árabes pensaban que estaban luchando por la independencia, pero Londres y París tenían otros planes. En lugar de las tierras entre los ríos Tigris y Éufrates y del acceso al Mediterráneo que habían prometido a los árabes, obtuvieron los desiertos abrasados por el sol de Arabia y el régimen de monarcas, quienes fueron fáciles de comprar o intimidar.

Sin embargo, el control de una empresa tan vasta a través de la fuerza directa iba más allá del poder hasta de Londres y París. Por lo tanto ambos imperios trasplantaron sus estrategias de explotación de la religión, la secta, la tribu, y las etnias –que habían funcionado tan bien en Indochina, India, Irlanda, y África– para dividir y conquistar, agregándoles una porción de caos.

Los franceses pusieron a la minoría cristiana a cargo del Líbano para oprimir a la mayoría de suníes y chiíes. Reclutaron a la minoría alauí en Siria para dirigir el ejército y gobernar a la mayoría suní, mientras los británicos instalaban a un rey suní en Iraq para gobernar a la mayoría chií del país. En Palestina, los británicos utilizaron el sionismo de un modo similar a cómo estaban usando el protestantismo en Irlanda del Norte para controlar a los nativos irlandeses católicos y mantuvieron la división de ambas comunidades. Las comunidades terminaron por combatirse mutuamente en lugar de luchar contra sus amos imperiales, lo que, por supuesto, era el objetivo.

Ahora esos demonios andan sueltos. 

(...)

domingo, 6 de julio de 2014

Memoria y desmemoria

El dueño de todo es también dueño de la memoria. La Historia, escrita por el vencedor, es siempre un acertijo y exige un minucioso análisis para entenderla. Matrix es más que una metáfora.

El espectador fatigado y adormecido no se percibe de nada hasta que le duele. Entonces intenta saber qué le pasa. Y no dispone de memoria propia para averiguarlo.

Sin embargo, siempre hay indicios racionales. A falta de pruebas, siempre ocultadas y muchas veces destruidas por quien se preocupó de "borrar todas las huellas", pueden bastar los indicios racionales de criminalidad, que una vez identificados, son apabullantes.

"El bloque dominante tiene memoria, el bloque popular no". Recreémosla.

España

Rebelión

(...)

Desde 2007, desde que estallara la crisis, la realidad está dando la razón a quienes analizan la crisis como una crisis irreversible, frente a quienes hablan de una crisis más, una crisis de subconsumo o una crisis bancaria, por ejemplo.

Si fuese una crisis de falta de consumo, esto es, si el problema fuese que la clase trabajadora no tiene dinero para comprar productos y fruto de ello se quedan en las tiendas sin vender y se acumulan la solución a la crisis hubiera sido fácil: se hubiera podido incentivar la demanda de múltiples maneras. Y de hecho el gobierno del PSOE lo intentó de distintas maneras cuando estalló la crisis. Sin embargo, no era un problema de demanda, por ello para lo único que han servido las distintas medidas ha sido para vaciar las arcas del Estado y, muy coyunturalmente, mientras se vaciaban, limitar la caída de la economía, algo que, bajo el gobierno del PP se ha transformado en la negación radical de la crisis -situándola como algo coyuntural y heredado de una mala gestión-, y en el intento de mantener la tasa de beneficio del capital mediante un trasvase de las rentas del trabajo al capital.

Pero esta tampoco es una crisis bancaria. A la banca se le han destinado muchos cientos de millones de euros. Habría salido más barato hacer una nueva. Mientras la banca ganó ingentes fortunas, éstas fueron privadas, y las repartió entre los accionistas y las juntas directivas. En el momento de la crisis las pérdidas se han socializado. La clase trabajadora española ha pagado el rescate a la banca, el regalo de dinero público que han hecho los políticos a la banca –unos 1,4 billones de euros-. Una gran banca que, fruto de la tendencia a la centralización y concentración del capital –tendencias que se agudizan en periodos de crisis- ha multiplicado por cuatro sus beneficios de 2012 a 2013: Santander, BBVA, Caixabank, Popular y Sabadell obtuvieron 7674 millones de euros netos el año pasado.

En cualquier caso, si donde estalla la crisis de forma perceptible es en el mercado de la vivienda, esto es porque, como hemos señalado, ahí está el capital especulativo y no productivo. Al producirse la crisis orgánica el primer elemento que entra en quiebra es el especulativo, el más frágil, mientras el capital productivo todavía es capaz de reproducirse, pues es socialmente más necesario.

La realidad es aplastante. Más allá de la capacidad para hacer análisis. El proceso histórico comenzado hace ya casi siete años comienza a tener consecuencias. El poder económico ha intentado que la clase trabajadora y los sectores populares, el Bloque Popular, no se diese cuenta de qué era lo que ocurría. Entonces se inventaron una “crisis ninja”, unos “brotes verdes”… y ese Bloque Popular se creía el mensaje que el poder económico transmitía a través de los políticos y los medios de comunicación.

Desde la crisis de los años treinta no se vivía una situación parecida. La burguesía, como Bloque Dominante, lo recuerda. La burguesía construye la Historia, y tiene muy presente lo que significó aquella crisis, porque como clase dominante transmite de generación a generación su conocimiento y experiencia.

Sin embargo, el Bloque Popular, en la medida en que es un bloque subordinado, no tiene memoria. Su historia, conocimiento y experiencia están moldeadas cuando no abiertamente falseadas por la burguesía, que como clase dominante transmite su ideología a través del cine, la cultura, los medios de comunicación, la educación… la reciente transición española es muy ejemplificadora a este respecto: los abuelos de los rojos están en cunetas y fosas comunes, y no se ha recuperado ni su historia ni su memoria. Y lo que se ha recuperado ha sido a pesar del Estado, a pesar de la las leyes, a pesar de la Ley para la recuperación de la memoria histórica, a pesar de los jueces y a pesar de todo el entramado institucional, radicalmente opuesto a la recuperación de la memoria democrática, y, también, lo que se ha recuperado ha sido a pesar del mensaje de la burguesía: recuperar la memoria era remover, era reabrir heridas… y demás. Quienes perdieron la guerra fueron sometidos ideológicamente incluso generaciones después.

De esta forma el Bloque Dominante mantiene el conocimiento y un hilo histórico, que no se corresponde con la realidad sino con sus intereses de clase, mientras la clase trabajadora y los sectores subalternos, en tanto en cuanto están subordinados, no pueden mantener sus conocimientos. Así, la burguesía, como bloque histórico hegemónico mantiene el recuerdo de la anterior crisis, pero no así la clase trabajadora y los sectores populares. 

(...)

El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones

¡Qué poco se publicita esto! Y literalmente nos va la vida.

La sensación amarga es que hacen lo que quieren. ¿Y quiénes son esos que hacen lo que quieren? Sabemos que no son muchos. Retóricamente se ha hablado del 1%. ¡Son muchísimos menos! Pero sí es cierto que ese 1% los apoya incondicionalmente, que un porcentaje mucho mayor se deja querer, porque han sido abducidos y en el fondo creen que esto les beneficia "a ellos". 

¿La mayoría del resto? No sabe / no contesta.






Cuarto Poder



La Unión Europea (UE) está dispuesta a liberalizar los servicios públicos de sus Estados miembros y a abrir a las multinacionales norteamericanas las puertas de un mercado único de 800 millones de personas. Desde hace un año, el Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Comisión Europea están negociando en secreto un Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, en sus siglas en inglés) que, de aprobarse en sus actuales términos, terminará en Europa con el Estado de Bienestar tal y como lo conocemos: propone la privatización de los servicios públicos como la sanidad, la educación y las pensiones, y acaba con la mayoría de los derechos laborales existentes bajo el argumento de que hay que parar a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que nos están ‘invadiendo’, comercialmente hablando.

Este Tratado tiene varios antecedentes, aunque quizás el más similar fuera el AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones), que no llegó a aprobarse. El actual TTIP se negocia en secreto desde julio de 2013, pero los negociadores de la Comisión se han encontrado con que los borradores de la discusión han sido ‘filtrados’ y han encendido la luz roja en organizaciones ecologistas, sindicales y sociales, como Attac, que han denunciado el peligro neoliberal que nos acecha: se acaba el Estado de Bienestar que nos queda para implantar en Europa el ‘reinado del terror’ de las multinacionales europeas y norteamericanas.

El peligro es tan grave, que miembros de Attac Madrid, como Lourdes Lucía y Mariano Aragonés, o John Hilary, de la Oficina de Bruselas de Rosa Luxemburgo Stiftung, han desgranado los documentos secretos que actualmente negocia la Comisión y que previsiblemente podrían ser aprobados por el Parlamento Europeo resultante de las elecciones de mayo, ya que la izquierda europea no ha conseguido los objetivos electorales que hubieran permitido parar en la Eurocámara lo que está negociando la Comisión. “Se presentan momentos muy duros para Europa”, avisan las organizaciones ecologistas, sindicales y sociales con las que ha hablado cuartopoder.es.

En los borradores que se negocian en secreto se enumeran los servicios públicos que podrían ser puestos en manos privadas. Esos documentos, que están siendo base de conversaciones confidenciales en el Comité de política comercial del Consejo Europeo, fueron remitidos a finales de mayo a los gobiernos de la UE, con la petición de una respuesta antes de la próxima ronda de negociaciones entre Estados Unidos y la UE, que tendrá lugar a partir del 14 de julio de 2014. El Tratado debe aprobarse en 2015 y se necesita la aprobación del Parlamento Europeo y, en su caso, de los parlamentos nacionales que así lo recojan en su legislación interna. “¿Alguien duda de que en España lo aprobaría inmediatamente el Gobierno de Rajoy?”, se preguntan de forma retórica en Podemos y en Izquierda Unida.

El contenido de los documentos ha podido ser conocidos porque la Federación Europea de Sindicatos de Servicios Públicos (EPSU), que incluye a 265 sindicatos de 8 millones de trabajadores de servicios públicos, los recibió de fuentes gubernamentales y los filtró convenientemente. Así se ha podido poner en marcha la campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones” (#NoalTTIP), ante la opacidad reinante en estas negociaciones.

Según el análisis realizado por Attac, Ecologistas en Acción y otras organizaciones, el TTIP en su actual nivel de negociación tendría en síntesis las siguientes consecuencias:
- Se eliminan las normas reguladoras y las barreras reglamentarias que reducen los beneficios de las grandes corporaciones transnacionales. El objetivo es crear un mercado libre para los inversores en Estados Unidos y la Unión Europea y dar a las grandes empresas transnacionales todo el poder, incluso por encima del poder de los Estados.
- Uno de los objetivos es la creación de un Consejo de Compensación Regulatoria que daría a las empresas el poder de escoger y eliminar las normativas, recibir notificación de las nuevas propuestas de normativas antes de que sean aprobadas y la potestad de eliminar las restricciones que piensen que les pueden perjudicar.
- Bajo la excusa de “armonizar” las normas estadounidenses y europeas, se pretende relajar o eliminar las normas que pueden suponer una restricción o barrera para la libre inversión de las grandes empresas. Por ejemplo, en Estados Unidos, tras la crisis, se estableció la llamada regla Volcker, similar a la Ley Glass-Steagall (establecida en 1933 tras la crisis de 1929 y abolida por la Administración Clinton en 1999), que regula la actividad de la banca comercial o de depósito: esta norma o regla prohíbe la comercialización de productos derivados tóxicos, limita los bancos too big to fail (demasiados grandes para dejarlo caer y que, por tanto, hay que rescatar con dinero público) y establece algunas regulaciones a las transacciones financieras. En Europa esta regulación no existe y los lobbies de la City y el Gobierno alemán en nombre del sector bancario están presionando para eliminar la normativa estadounidense y suprimir cualquier tipo de restricción o regulación a la actividad de la banca financiera o de inversiones.
- En cuanto al comercio y al consumo, se elimina la legislación sobre consumo europea, que es mucho más garantista que la estadounidense, y si se aprueba lo recomendado por el TTIP, podrán llegar a los supermercados europeos infinidad de productos alimenticios que, por ejemplo, contienen ingredientes genéticamente modificados, hoy prohibidos en Europa.
- Los derechos laborales son los grandes perdedores en el TTIP que, según Lourdes Lucía, de Attac Madrid, representa una amenaza para el empleo y los derechos de los trabajadores, favorece la deslocalización y relaja las normativas laborales. El hecho poco conocido es que Estados Unidos solo ha ratificado dos de las ocho normas fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que la “armonización” USA-UE se hará sobre el mínimo común denominador, lo más perjudicial para los trabajadores y más beneficioso para las empresas: restringe el derecho de sindicación y de huelga y cualquier reforma futura encaminada a mejorar las condiciones de empleo podrá ser objeto de demandas de indemnización por parte de las empresas (sic).
- Afecta negativamente a otros derechos, como el de libre circulación de las personas, el derecho a la información o al respeto a la privacidad.
- Los servicios públicos serán víctimas de una feroz privatización. La educación, la sanidad, el transporte, las pensiones… todo será objeto de negocio para las grandes empresas (lo mismo que ha intentado Ignacio González en la Comunidad Autónoma de Madrid con su intento de privatizar la sanidad pública madrileña).
- En educación, donde ahora hay becas habrá créditos bancarios, como en el sistema norteamericano; donde había pensiones públicas habrá fondos privados de pensiones y la cobertura sanitaria pública se convertirá en seguros privados, justo como en Estados Unidos. El negocio lo harán a partir de entonces los fondos buitre, los grandes bancos y las grandes empresas.
- Se pondrá en marcha un denominado Investor State Dispute Settlement (ISDS o Mecanismo de Resolución de Conflictos entre inversores y Estados), un mecanismo tan peligroso que permitirá a las grandes corporaciones y empresas denunciar a los gobiernos locales, regionales y estatales cuando consideren que una norma emitida por cualquiera de ellos puede restringir o limitar sus ganancias presentes o futuras (sic). Se propone la existencia de tribunales especiales, formados por tres abogados privados, al margen de cualquier tribunal estatal o internacional, al que solo podrán recurrir los inversores y sus fallos serán inapelables.
Esto es parte de lo que nos espera y que se está negociando con el máximo secreto. Si ha podido ser conocido es gracias a movimientos ecologistas y sociales, organizaciones sindicales y a organizaciones como Attac, que están desarrollando una amplia campaña de denuncia e información. El peligro es tan grave, que en la lista de ofertas en las negociaciones sobre servicios se extenderá a otras esferas, como la concesión de licencias para centros de cuidados de salud, la acreditación universitaria y escolar, el suministro municipal de agua, las instalaciones de eliminación de residuos, las centrales eléctricas y las licencias de radiodifusión, entre otros. Y, por si fuera poco, las pequeñas y medianas empresas quedarán laminadas por completo.