jueves, 26 de febrero de 2015

El fetichismo de la mercancía y su secreto

Donde hay mercado hay una inversión del mundo de los seres humanos y el de las cosas. Las cosas se personifican, cobran vida, y las personas se cosifican, se transforman en objetos. Las cosas tienen mucha más importancia que las personas. Los objetos del trabajo humano cobran vida propia y terminan sometiendo a sus creadores.

Entre el mundo infinito de los objetos, a Marx le interesa estudiar uno muy especial: el dinero.

El dinero, equivalente general, que no es propiamente un objeto, sino un conjunto de relaciones sociales, es el Único Dios Verdadero. Fetiche máximo y objeto de suprema adoración. La teoría del fetichismo es el núcleo de El Capital. Sobre él elabora Marx su teoría del valor, y sobre ella la teoría de la explotación, de la plusvalía y toda su mirada sobre el capitalismo.

El secreto del fetichismo está en las relaciones sociales de producción mercantil en el capitalismo

El concepto de trabajo abstracto es la clave. Hay fetichismo porque hay trabajo abstracto. El trabajo abstracto es un tipo de sociabilidad que adquiere el trabajo social humano en condiciones mercantiles capitalistas. Se trata de una socialización indirecta, a través del mercado. Esto ocurre porque el trabajo humano tiene un doble carácter, creador a la vez de valor de uso y de valor como mercancía, al ser transformado en productos destinados a ser intercambiados, en condiciones de trabajo abstracto.

Una cita de Marx: 
"Lo misterioso de la forma mercantil consiste sencillamente, pues, en que la misma refleja ante los hombres el caracter social de su propio trabajo como caracteres objetivos inherentes a los productos del trabajo, como propiedades naturales de dichas cosas, y, por ende, en que también refleja la relación social que media entre los productores y el trabajo global, como una relación social entre los objetos al margen de los productores".
Para quien se tome la molestia de comprobarlo, se hallan estos conceptos en El Capital, tomo III, capítulos 24 y 48, y en el apéndice, tomo IV, "La historia crítica de la teoría de la plusvalía". En nuestro siglo eso se ha generalizado de manera global. El dinero manda en el mundo, y el capital, en su forma dineraria, financiera, genera la ilusión de que en sí mismo se autorreproduce, al margen incluso del trabajo humano. Eso es fetichismo puro. Y así dicen los cronistas financieros: "hoy el mercado estuvo tranquilo, o nervioso, o triste". Se atribuyen características humanas al movimiento de los capitales.

Néstor Kohan se inscribe en la filosofía de la praxis, junto a Gramsci, Lukács, Isaak Rubin, Karel Kosic, Roman Rosdolsky o Adolfo Sánchez Vázquez. Y la filosofía de la praxis es mucho más que el análisis económico.

La metáfora de Marx en el prólogo de la "Contribución a la crítica de la economía política" sobre la base y la superestructura se ha interpretado muchas veces de forma adialéctica, y, dado lo "fundamental" de la base económica, se ha reducido el marxismo a una teoría sobre la estructura económica. Pero el capitalismo no se reduce a la economía; es una totalidad de relaciones sociales muy complejas, contradictorias, antagónicas. Y en la sociedad capitalista hay mucha más opacidad que en formaciones anteriores para comprender como funcionan las cosas.

Una visión puramente economicista simplifica la cuestión, pero en esta realidad compleja el cambio social pasa por la lucha política, la lucha económica, la lucha cultural, porque el capitalismo nos domina en todos los planos. La lectura de la filosofía de la praxis es una lectura crítica del economicismo.

De Néstor Kohan hay que citar sus libros. 

"Marx en su (Tercer) Mundo" (los datos del libro en papel los encontraréis aquí) refuta una cierta interpretación de Marx como un eurocentrico, apologista de la modernidad europea e incluso del Imperio Británico. Pero Marx, con la teoría del fetichismo, hace una  dura crítica de esa modernidad, que una mirada dialéctica ha de ver como una colección de avances y retrocesos, y no precisamente como una marcha triunfal (bueno, triunfal según para quién).

"Fetichismo y poder en el pensamiento de Marx" es a mi juicio muy importante. Se ha publicado también con el título "Nuestro Marx", que es como yo lo he leído. Precioso libro.

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Os aconsejo analizar este vídeo, si es posible, más de una vez.

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