lunes, 26 de octubre de 2015

Diecisiete contradicciones y diecisiete propuestas de David Harvey

-Ya se oyen palabras viejas
-Pues aguzad las orejas

Bueno es recordar
aquellas palabras viejas
que han de volver a sonar

Tras años de atronadora ofensiva ideológica liberal, tuvo que llegar una crisis formidable (y perdurable) para que vuelvan a sonar viejas palabras.

De mentes trasnochadas y sectarias era hablar de capitalismo, pues no había razón para nombrar así al curso natural de las cosas, al único modo de sociedad viable. Pero resulta que finalmente ese único modo parece crecientemente inviable.

Muchas orejas, y las mentes alojadas entre ellas, se cerraban si se hablaba de "capitalismo". Más dogmático aún era mentar sus contradicciones. Ciertamente las  contradicciones y desequilibrios alteran cualquier sistema dinámico, máxime si es complejo. Pueden acabar por destruirlo.

Hora es de volver a analizar estas contradicciones. David Harvey desarrolla el tema en un importante libro. Merece la pena detenerse en ellas. Además de recoger las que ya señaló Marx como fundamentales, se detiene luego en aquellas, aceleradamente cambiantes, que el despliegue del capital ha agudizado. Finalmente considera las más peligrosas, que pueden destruir las bases mismas de la existencia humana.

Si la deriva del capitalismo nos puede destruir, habremos de ser decididamente anticapitalistas.

El libro, editado por el Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador, puede descargarse en archivo PDF. Recomiendo encarecidamente su lectura.

Dejo aquí, además del enlace, el índice, y un epílogo con diecisiete propuestas, muy razonables a mi entender. Para comprobar si lo son, dadles la vuelta y ponedlas en negativo: ¿qué clase de sociedad y de futuro se estaría proponiendo?












ÍNDICE

Prólogo. La crisis del capitalismo que toca ahora

Introducción. Sobre la contradicción

Primera parte. Las contradicciones fundamentales

Contradicción 1. Valor de uso y valor de cambio
Contradicción 2. El valor social del trabajo y su representación mediante el dinero
Contradicción 3. La propiedad privada y el Estado capitalista
Contradicción 4. Apropiación privada y riqueza común
Contradicción 5. Capital y trabajo
Contradicción 6. ¿El capital es una cosa o un proceso?
Contradicción 7. La contradictoria unidad entre producción y realización

Segunda parte. Las contradicciones cambiantes

Contradicción 8.Tecnología, trabajo y disponibilidad humana
Contradicción 9. Divisiones del trabajo
Contradicción 10. Monopolio y competencia: centralización y descentralización
Contradicción 11. Desarrollos geográficos desiguales y producción de espacio
Contradicción 12. Disparidades de renta y riqueza
Contradicción 13. Reproducción social
Contradicción 14. Libertad y sometimiento

Tercera parte. Las contradicciones peligrosas

Contradicción 15. El crecimiento exponencial y acumulativo sin fin
Contradicción 16. La relación del capital con la naturaleza
Contradicción 17. La rebelión de la naturaleza humana: la alienación universal

Conclusión. Perspectivas de un futuro feliz pero disputado: la promesa del humanismo revolucionario

Epílogo. Ideas para la acción política

Bibliografía y otras lecturas

(...)


EPÍLOGO

IDEAS PARA LA ACCIÓN POLÍTICA

¿QUÉ NOS SUGIERE este análisis exhaustivo de las contradicciones del capital para la acción política anticapitalista? Por supuesto, no puede revelarnos exactamente qué hacer en medio de luchas enconadas y siempre complicadas sobre tal o cual cuestión existentes sobre el terreno, pero sí nos ayuda a señalar una dirección general para la lucha anticapitalista incluso simplemente por que plantea y fortalece la opción de la política anticapitalista. Cuando los encuestadores hacen su pregunta favorita, «¿Cree usted que el país avanza en la dirección adecuada?», se presupone que la gente tiene alguna noción de cuál debe ser la dirección adecuada. Entonces, los que creemos que el capital avanza en la dirección equivocada ¿cuál es la dirección que consideramos correcta, y cómo podríamos evaluar el progreso hacia la consecución de esos objetivos? ¿Y cómo podríamos presentarlos como propuestas modestas y sensatas (que es lo que en realidad son) en comparación con las formulaciones absurdas que se proponen para aumentar los poderes del capital como respuesta a las necesidades apremiantes de la humanidad? Aquí se representan algunas directrices (derivadas de las diecisiete contradicciones) para encuadrar y, esperemos que también, animar a la acción política. Deberíamos luchar por conseguir un mundo en el que:

1. La provisión directa para todas las personas de valores de uso apropiados (vivienda, educación, seguridad alimentaria, etc.) tiene prioridad a su provisión por medio de un sistema de mercado que maximiza las ganancias, concentra los valores de cambio en unas pocas manos privadas y adjudica los bienes sobre la base de la capacidad de pago.

2. Es preciso crear un medio de cambio que facilite la circulación de los bienes y servicios, pero limite o excluya la posibilidad de que individuos privados acumulen dinero como forma de poder social.

3. La oposición entre propiedad privada y poder del Estado se desplaza tanto como sea posible por medio de regímenes de derechos sobre lo común –haciendo especial hincapié en el conocimiento humano y la tierra como los bienes comunes más cruciales que poseemos– cuya creación, gestión y protección queda en manos de asambleas y asociaciones populares.

4. La apropiación de poder social por parte de personas privadas no solo se inhibe por medio de barreras económicas y sociales, sino que se convierte en algo muy mal visto universalmente y considerado una desviación patológica.

5. La oposición de clase entre capital y trabajo se disuelve por medio de productores asociados que deciden libremente qué, cómo y cuándo producirán en colaboración con otras asociaciones y con el objetivo de la satisfacción de las necesidades sociales comunes.

6. La vida cotidiana se ralentiza –la locomoción será placentera y lenta– para maximizar el tiempo dedicado a las actividades libres llevadas a cabo en un entorno estable y bien cuidado, protegido de episodios espectaculares de destrucción creativa.

7. Las poblaciones asociadas evalúan y se comunican sus necesidades sociales mutuas para proporcionar el criterio de sus decisiones de producción (a corto plazo, las consideraciones relativas a la realización dominan las decisiones relativas a la producción).

8. Se crean nuevas tecnologías y formas organizativas que aligeran la carga de todas las formas de trabajo social, eliminan distinciones innecesarias en las divisiones técnicas del trabajo, liberan tiempo para actividades libres individuales y colectivas y disminuyen la huella ecológica de las actividades humanas.

9. Las divisiones técnicas del trabajo se reducen por medio del uso de la automatización, la robotización y la inteligencia artificial. Las divisiones técnicas del trabajo residuales que se consideren esenciales se disocian lo máximo posible de las divisiones sociales del trabajo. Las funciones de administrar, liderar y dictar estrategias deben ser rotativas entre los individuos de toda la población. Nos liberamos del gobierno de los expertos.

10. El monopolio y el poder centralizado sobre el uso de los medios de producción es conferido a las asociaciones populares por medio de las cuales las capacidades competitivas descentralizadas de los individuos y grupos sociales se movilizan para producir diferenciaciones en las innovaciones técnicas, sociales, culturales y de estilo de vida.

11. Existe la mayor diversificación posible en cuanto a las formas de vida y de ser, las relaciones sociales y relaciones con la naturaleza, los hábitos culturales y las creencias dentro de las asociaciones territoriales, comunas y colectivos. Se haya garantizado el movimiento geográfico libre y sin restricciones pero ordenado de los individuos dentro de los territorios y entre las comunas. Los representantes de las asociaciones se reúnen con regularidad para evaluar, planificar y llevar a cabo tareas comunes y para tratar los problemas comunes a distintas escalas: biorregional, continental y global.

12. Son abolidas todas las desigualdades en la provisión material, excepto las implícitas en el principio de «a cada uno de acuerdo con sus necesidades y de cada uno de acuerdo con sus capacidades».

13. La distinción entre el trabajo necesario hecho para personas distantes y el trabajo llevado a cabo para la reproducción de uno mismo, el entorno doméstico y la comuna se desdibuja gradualmente, de forma que el trabajo social se integra en el trabajo doméstico y comunal, y ambos se convierten en la forma principal de trabajo social no alienante y no monetizado.

14. Todas las personas deberán tener el mismo derecho a la educación, la atención sanitaria, la vivienda, la seguridad alimentaria, los bienes básicos y al acceso abierto al transporte con el fin de asegurar la base material para no encontrarse en situación de necesidad y gozar de libertad de acción y movimiento.

15. La economía converge hacia el crecimiento cero (aunque con margen para desarrollos geográficos desiguales) en un mundo en el que el desarrollo mayor posible de las capacidades y las potencialidades humanas individuales y colectivas y la búsqueda continua de la novedad prevalecen como normas sociales que desplazan la manía del crecimiento exponencial sin fin.

16. La apropiación y la producción de las energías naturales para las necesidades humanas debe acelerarse, pero con la máxima consideración hacia la protección de los ecosistemas, prestando la máxima atención al reciclaje de los nutrientes, la energía y la materia física en sus lugares de procedencia y con un grandioso sentido de reencantamiento con la belleza del mundo natural, del que somos parte y al que podemos contribuir, y contribuimos con nuestros trabajos.

17. Los seres humanos no alienados y las personas creativas no alienadas emergen equipadas con un sentido nuevo y con plena confianza en sí mismos y en la colectividad. Como resultado de la experiencia de las relaciones sociales íntimas y contraídas libremente y de la empatía con las diferentes formas de vida y producción, emergerá un mundo donde todos estén considerados igualmente merecedores de dignidad y respeto, incluso si surgen conflictos sobre la definición apropiada del buen vivir. Este mundo social evolucionará continuamente por medio de las revoluciones permanentes y en marcha de las capacidades y potencialidades humanas. La búsqueda perpetua de la novedad continua.

Ninguna de estas directrices, huelga decirlo, trasciende o sustituye la importancia de librar la guerra contra el resto de formas de discriminación, opresión y represión violenta presentes sistémicamente en el capitalismo. Por la misma razón, ninguna de estas otras luchas debería trascender o sustituir a la guerra contra el capital y sus contradicciones. Evidentemente, se necesitan alianzas de intereses.

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