miércoles, 20 de enero de 2016

Sindicalismo más allá del capitalismo

Erik Forman ha participado en campañas de sindicalizacion sin precedentes en la industria de la comida rápida de los EUA como miembro de la IWW. Actualmente da clases en algunas escuelas públicas de NYC y es un activista de la UFT.

En ROAR Magazine ha publicado estas Tesis sobre el sindicalismo más allá del capitalismo, en las que se resumen las causas históricas de la desfavorable situación actual del mundo del trabajo frente al capital.

Este párrafo resume muy bien la diferencia entre un momento desarrollista en que el capitalismo buscó sobre todo aumentar la producción y otro recesivo en que pretende aumentar la productividad.
Donde una vez el capitalismo compitió por trabajadores al ofrecer un alto precio por el trabajo, ahora los estados competirían por el capital abaratando el precio del trabajo. La carrera hacia el fondo había comenzado.
Siguen algunas de las cuarenta y nueve tesis.


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4.- En el periodo que siguió a la II Guerra Mundial, en el núcleo del capitalismo avanzado, los sindicatos se desarrollaron como un pilar del “compromiso social” que otorgó una prosperidad “clase media” a una gran proporción de la clase obrera, así como estabilidad a la forma de organización en sindicatos laborales asegurados incluso por el estado capitalista.

5.- Los términos del compromiso social varían de país en país, pero los parámetros de acuerdo siempre son los mismos: la paz laboral y la producción continua a cambio de lealtad a la dictadura de la burguesía en el nivel de la producción bajo la forma del reconocimiento del “privilegio administrativo” del proceso de producción, así como el acuerdo con las políticas extranjeras dictadas por el capital trasnacional.
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8.- El capital asumió el compromiso social primeramente a partir de la necesidad de competir por las lealtades de la clase obrera con el movimiento socialista, incluyendo a sus exponentes del socialismo de estado, y para realizar la plusvalía al crear una demanda de consumo de mercancías que ligaran incrementos salariales con aumentos en la productividad. Esto fue denominado “Keynesianismo”. El compromiso social tuvo el efecto de estabilizar el capitalismo en los países avanzados mientras congelaba los antagonismos de clase.

9.- Los sindicatos terminaron por convertirse en instituciones burocráticas manejadas por grupos de una clase de burócratas profesionales, buscando mediar el conflicto de clases a través de medios legales, reforzados ocasionalmente por una huelga. La profesionalización y la burocratización del antagonismo de clases resultó en el desarme y la desorientación del proletariado sindicalizado, quien no tuvo ya que seguir peleando sus propias batallas.

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13.- Para restaurar la rentabilidad, el capital invirtió en el modelo de desarrollo Keynesiano. Mientras que apenas comenzaba la era de posguerra, el capital buscó competir por las lealtades de la clase obrera global a través de un régimen de sindicalización y empleo industrial bien pagado, luego buscó desencadenar la competencia entre los estados periféricos por la inversión capitalista. Donde una vez el capitalismo compitió por trabajadores al ofrecer un alto precio por el trabajo, ahora los estados competirían por el capital abaratando el precio del trabajo. La carrera hacia el fondo había comenzado.

14.- En el núcleo avanzado del capitalismo, el capital buscó reducir costos a través del desplazamiento de la producción a la periferia (outsourcing), la mercantilización de los bienes sociales (privatización) y la negociación concesionaria o la destrucción de los sindicatos. El crédito tomó el rol que alguna vez jugaron los altos salarios en el primer mundo, permitiendo la realización de la plusvalía a través del consumo financiado por la deuda.

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20.- La ausencia de un competidor sistémico llevó al capital a abandonar cualquier preocupación por la estabilidad política y a acelerar la inversión en el sistema Keynesiano de empleo y producción con altos salarios en el núcleo, y desarrollo a través de la sustitución de importaciones en la periferia. Esta inversión estaba representada por la supresión del compromiso social de posguerra en amplias áreas del núcleo en medio de una bonanza de consumo financiada con deuda y una creciente producción en la periferia orientada a la exportación y facilitada por tratados de libre comercio y políticas de la OMC.

21.- La globalización capitalista está llevando ahora a la trascendencia de la “solución espacial” que comenzó en los 70, con la uniformización de la explotación en el núcleo y en la periferia a través de la intensificación de la explotación de la clase obrera del núcleo, y un lento incremento de los estándares de vida para un segmento de la población en las áreas periféricas que han retenido con éxito una porción de la plusvalía generada por la producción orientada a la exportación. El surgimiento de una “clase media” en la periferia se alinea con los intereses del capital global al crear mercados de consumo fuera de los tradicionales del núcleo occidental. Pero más que una universalización de los estándares de vida de la clase media, el capitalismo lo que ha hecho es intercambiar una solución espacial por otra, construyendo nuevas dicotomías núcleo-periferia dentro de los centros adinerados de las ciudades globales y sus barrios, banlieues, favelas, suburbios y provincias.

22.- En el núcleo, la intensificación de la explotación ha llevado a un retorno a condiciones parecidas a los tiempos previos a la guerra mundial, necesitando y permitiendo el levantamiento de un nuevo movimiento de los desposeídos. En la periferia, el capital puede prometer altos estándares de vida, pero solo pero sólo a costa de vidas enteras de explotación en trabajos sucios, peligrosos y monótonos, junto con la destrucción del medio ambiente.

23.- Mientras las condiciones objetivas para el retorno de un movimiento obrero revolucionario han llegado, la voluntad subjetiva, organizada en fuerzas políticas en niveles de los espacios laborales y sociales, todavía no se han cristalizado del todo, ni en el núcleo ni en la periferia.

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28.- La ejecución progresiva de la clase obrera industrial significa una “muerte del sujeto” del liberalismo corporativo americano, de la social democracia europea, y del socialismo de sus oponentes. Mientras el socialismo vio en los trabajadores industriales los agentes del desarme del capitalismo, los partidarios Keynesianos del status quo vieron en el trabajador sindicalizado y bien remunerado el eslabón perdido en el circuito de valorización del capital. El paso del capital al empleo en servicios robó las ideologías del siglo XX de sus protagonistas. Los profetas perdieron a su pueblo, la confusión y la división se impuso entre las clases dominantes y sus opositores por igual.

29.- El surgimiento de la industria de servicio llevó al surgimiento de una clase de servicio en el núcleo del capitalismo. La clase obrera industrial ha sido reemplazada por una clase obrera posindustrial de cajeros, cocineros, personal de servicios y tenderos en el extremo inferior, y maestros, enfermeras, programadores y técnicos en el extremo superior. El proletariado posindustrial del núcleo capitalista es ahora por sí misma una clase social; la tarea de hoy es catalizar su proceso de concientización clasista de sí misma.

30.- Donde el conflicto fue una vez mediado y diferido al nivel molar del organismo social gracias al compromiso político y la negociación colectiva, el capital disolvió ahora todas las formas de colectividad, invadiendo el nivel molecular de la sociedad con deudas, gerencia de recursos humanos, redes sociales y demás manipulaciones del deseo cada vez más maliciosas.

31.- El desarrollo de una conciencia y una lucha dentro de la clase de servicio es obstaculizado por la ubicación remota de los sitios de producción, los altos índices de rotación y el poder sin control de los patrones característico de este sector, lo que hace que sea casi imposible lograr una escalada cada vez más global de la organización requerida para infligir un sustancial dolor económico sobre las empresas multinacionales que monopolizan la industria de servicios.

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47.- En lugar de la comunidad imaginada por el nacionalismo y, sus cónyuges, a saber, el racismo, el sexismo, la homofobia, la xenofobia y demás formas de opresión, debemos construir una comunidad real basada en la interdependencia material de toda la vida en la tierra. En vez de estados capitalista, administrados por tecnócratas de izquierda y derecha, debemos construir una confederación de juntas y comunas para ejercer el autogobierno. La autonomía política solo es significativa mientras sea posible sobrevivir materialmente con ella: no hay autonomía real sin el control de los medios de producción.

48.- Mientras que una gran ruptura en las soluciones espaciales, al recapitular el capitalismo Keynesiano en los estados periféricos en desarrollo y en los estados decadentes del núcleo, sea poco probable a corto plazo, la decadencia de la hegemonía de los EUA y su recurrente crisis económica han llevado al surgimiento de áreas con una relativa autonomía con un gran potencial liberador: fábricas dirigidas por sus obreros en Argentina, las comunidades Zapatistas en México, experimentos en la democracia socialista en Venezuela y la región rebelde de Rojava en Siria, por ejemplo. Aunque ninguna de esas presenta una alternativa sistémica clara al sistema mundial capitalista, podrían contener las semillas de una desmercantilización de la “economía obrera”.

La construcción de una economía obrera no como una “alternativa”, sino como un sistema mundial hegemónico, es la única esperanza para evitar los cataclismos de la destrucción ambiental, la guerra y la pobreza que se asoman en el horizonte de este período interregno del sistema mundial. Debemos defender el mundo nuevo por donde quiera que se abra paso, rechazando las políticas extranjeras del capitalismo global a favor de una estrategia de solidaridad con las regiones que rompen con el sistema capitalista.

49.- Romper con la dialéctica negativa del desarrollo capitalista significa romper con las cadenas de la humanidad donde son forjadas: en las fauces de los medios de producción. Ya sea basado inicialmente en los espacios laborales directamente, o en los terrenos de una comunidad, desarrollando nuevas formas de organización obrera para librar la lucha de clases y construir una economía global de los trabajadores, se trata de las tareas más urgentes de la actualidad.

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