lunes, 30 de mayo de 2016

Marxismo y ciencia (I)

Porque en estos tiempos de plétora somos lectores de urgencias, nos falta la disciplina de una lectura reposada. Que sin embargo es imprescindible para entender siquiera algo de lo que burbujea a nuestro alrededor y que, a pesar nuestro, nos afecta y nos transforma, no siempre para mejor.

En esta tesitura ¿qué hacemos con un texto largo, no digo ya un libro, para animar al posible lector?

Lo primero es no asustarlo. Y para eso, es mejor ofrecer el escrito en pequeñas entregas.

Cuando comencé este blog medía mucho los tiempos de lectura. Poco a poco, sin querer, me he ido alargando. porque aunque los retales son más fáciles de manejar, es más difícil que de su costura resulte un traje hecho a medida. A la medida del lector actual, generalmente compulsivo e inconstante.

Ocurre esto con los vídeos en Internet. Casi lo primero que haces al abrirlos es mirar si es muy largo. Un minuto, y lo ves. Cinco, te lo piensas un poco y calculas si tienes tiempo para dedicárselo. Una hora, y lo aplazas sine die.

Por eso me obligo a trocear artículos de cierto calado que merecen ser divulgados, aunque no siempre esté seguro de por donde debo cortar para que un conjunto orgánico no se convierta en la disección de un cadáver.

Publico lo que sigue porque considero importante poner en relación filosofía, ciencia y método. Sin aclarar sus conexiones y contradicciones es muy difícil un pensamiento riguroso. Este artículo intenta hacerlo, y yo intentaré que su exposición por etapas no se convierta en un conjunto de piezas de materia muerta.






8 de enero de 2016

(...) Hoy, por ejemplo, nos centraremos en esa polémica relación entre las ciencias y marxismo, de la mano de uno de los mejores pensadores españoles. Marxista, profesor, traductor, represaliado… Manuel Sacristán.

El artículo de Monserrat Romero Alarcón trata, en un primer apartado, desde la concepción epistemológica de Manuel Sacristán, cómo operan el marxismo y la ciencia para la comprensión de la realidad, la diferencia entre el “método” y la “metódica”, así como algunos de los elementos científicos existentes en la obra de Karl Marx. En un segundo apartado se desarrolla el papel de la dialéctica, la economía y la perspectiva que se tiene de las ciencias sociales, utilizando sus dos tradiciones: la naturalista y la historicista. Esperamos les resulte interesante…
A. Olivé. Salud



SOBRE EL MARXISMO, LA ECONOMÍA Y LAS METODOLOGÍAS
Una clarificación epistemológica desarrollada por Manuel Sacristán

Monserrat Romero Alarcón
Desde el punto de vista político-moral, la ciencia es ambigua, por así decirlo, si no queremos usar la palabra “neutral”, lamentablemente satanizada en los ambientes de izquierda (en los cuales se recuerda poco quien fue el autor que propuso llamar “canalla” al que practica la ciencia con un interés que no sea puramente el científico, a saber, Karl Marx; y no algún positivista).
Sacristán, 1983c

1. Marxismo y ciencia
Es decisión propia del hombre el hacer ciencia, y el considerar que los únicos datos de que se puede partir para intentar comprender incluso aquello que nunca es dato científico –la totalidad universal y las totalidades particulares en su concreta cualidad real– son los datos de la ciencia.
 Sacristán, 1964

Existen diversas formas de expresar qué es el marxismo, pero de acuerdo a la noción epistemológica y política del filósofo español Manuel Sacristán “el marxismo es, en su totalidad concreta, el intento de formular conscientemente las implicaciones, los supuestos y las consecuencias del esfuerzo por crear una sociedad y una cultura comunistas”. Por tanto, “el marxismo se caracteriza (…) por la afirmación de que el contenido de los postulados morales debe buscarse en la realidad. En el movimiento obrero las ideas morales sólo tienen verdaderamente sentido si contienen una crítica racionalmente justificada de la realidad con que se enfrentan, si su contenido significa futura realidad previsible, y si se insertan en el marco de una concepción del mundo que, sobre una base científica, sea capaz de explicar primero y organizar después la realización de aquellos contenidos” (Sacristán, 1964).

Por tanto, “el análisis marxista se propone entender la individual situación concreta (en esto es pensamiento dialéctico) sin postular más componentes de la misma que los resultantes de la abstracción y el análisis reductivo científicos (y en esto es el marxismo un materialismo)” (Sacristán, 1964). Es por ello que −siguiendo a Sacristán“los rasgos característicos de la tradición marxista la predisponen a una abundante producción de hipótesis (históricas, analíticas, prospectivas) y, por tanto, a refutaciones frecuentes” (VV., AA., 1978). Cabe destacar que la noción de ciencia también es abordada por Sacristán Luzón, en parte, por su excepcional forma de identificar las diferencias existentes entre el marxismo y la ciencia positiva.

La naturaleza del marxismo y la de la ciencia, en sentido estricto, son expuestas ampliamente por el traductor de las obras completas de Marx y Engels en el artículo titulado: La tarea de Engels en el Anti-Dühring [2] donde, además, explica que “los conceptos de la ciencia en sentido estricto −que es la ciencia positiva moderna− son invariablemente conceptos generales cuyo lugar está en enunciados no menos generales, «leyes», como suele decirse, que informan acerca de clases enteras de objetos”. De esta forma, “la ciencia positiva realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva. Su eliminación de factores irracionales en la explicación del mundo procede a través de una reducción analítica de las formaciones complejas y cualitativamente determinadas a factores menos complejos (…) y más homogéneos cualitativamente, con tendencia a una reducción tan extrema que el aspecto cualitativo pierda toda relevancia” (Sacristán, 1964). [3]

No obstante, en el artículo de Sacristán al que se ha hecho alusión destaca la existencia de algunas nociones absurdas de la ciencia positiva en Engels[4] “al afirmar que las dificultades lógicas del cálculo infinitesimal leibniziano-newtoniano eran esenciales y no se resolverían nunca en la teoría matemática, Engels ha asumido una actitud epistemológica regresiva, y superada luego por el esfuerzo de los matemáticos; y con su versión de la fusión de análisis científico y síntesis dialéctica, Engels ha reproducido la utopía de Goethe, Hegel o Leopold von Henning sobre la integración de «experimento» y «facultad de juzgar», «ciencia» y «poesía»”. Además, Sacristán afirma que “el conocimiento científico positivo se caracteriza formalmente por su intersubjetividad, y prácticamente por su capacidad de posibilitar previsiones exactas” (Sacristán, 1964). [5]

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NOTAS

[2] El éxito del Anti-Dühring residió en que “era la primera exposición de conjunto de la concepción comunista del mundo iniciada por Marx. No se debe, sin duda, perder de vista que una exposición temáticamente tan amplia como el Anti-Dühring no puede ser, dado que apenas rebasa las 300 páginas en octavo, sino un manual de divulgación. Pero a pesar de eso −o quizá precisamente por eso− su importancia fue grande para todo el movimiento obrero”. Además, tuvo en su génesis una gran y espontánea “motivación política y polémica contra un oscuro confusionario hoy olvidado, Eugen Dühring” (Sacristán, 1964).

[3] Por ello, “los «todos» concretos y complejos no aparecen en el universo del discurso de la ciencia positiva, aunque ésta suministra todos los elementos de confianza para una comprensión racional de los mismos” (Sacristán, 1964).

[4] Es importante mencionar que, según Sacristán, la falta de claridad y precisión de algunas de las nociones de la ciencia positiva no sólo se encuentra presente en Engels, sino también en el propio Marx, algunas veces explícitamente en sus escritos y otras en trabajos realizados con Engels.

[5] Decir que es intersubjetivo significa que “todas las personas adecuadamente preparadas entienden su formulación del mismo modo, en el sentido de que quedan igualmente informadas acerca de las operaciones que permitirían verificar o falsar dicha formulación” (Sacristán 1964).

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Bibliografía

Sacristán, Manuel [MSL] (1964), “La tarea de Engels en el Anti-Dühring”, en MSL, 1983a.

— (1983a), Sobre Marx y marxismo. Planfetos y materiales I, Icaria Editorial, Barcelona.

— (1983c), Entrevista concedida a la revista Dialéctica año VIII núm.13, UAP, México, junio; en MSL, 1987.

sábado, 28 de mayo de 2016

¿Qué hacemos con los bancos?

El comité para la abolición de las deudas ilegítimas CADTM ha publicado un manifiesto que suscriben economistas, ecologistas y parlamentarios, con la señalada presencia de personalidades como Michel Husson y Eric Toussaint. Se proponen en él algunas medidas inmediatas muy concretas para ir hacia la socialización de la banca.

Lo que viene a continuación es un extracto del documento original, en el que suprimo algunos comentarios y desarrollos de las propuestas, que conservo en lo esencial.








¿Qué podemos hacer con los bancos?

Medidas inmediatas para ir hacia la socialización de la banca

Daniel AlbarracínMarina AlbiolQuim ArrufatJosep Manel BusquetaSergi CutillasIolanda FresnilloMichel HussonFátima MartínCarlos Sánchez MatoTom KucharzNatalia MunévarAdolfo MuñozMikel NovalEulàlia ReguantTeresa RodríguezLola SánchezPatrick SaurinLidia SenraStavros TombazosEric ToussaintMiguel Urbán CrespoEsther VivasAinhoa EtxaideJanire LandaluzeBeatriz MartxuetaMarta Síbina

Nueve años después del comienzo de la crisis financiera es el momento de volver a hablar sobre los compromisos que adquirieron en aquella época los banqueros, financieros, partidos del régimen y los organismos de control. Estos cuatro actores, fracasaron en cuanto a las promesas de moralizar el sistema bancario y garantizar la función crediticia. Bien al contrario, estos profundizaron en iniciativas a favor de sus intereses, perjudiciales para la sociedad. En varios países, entre ellos el Estado Español, se usaron de forma arbitraria recursos públicos, tanto estatales como europeos, dañando gravemente las cuentas públicas, para rescatar a las entidades financieras, promocionar y subvencionar operaciones de concentración bancaria, facilitando la adquisición de las cajas de ahorros a bajo precio por parte de la gran banca, y dirigir todo el desarrollo económico y social al sostenimiento de los intereses bancarios privados. En toda Europa se taparon los agujeros de los balances bancarios y se prosiguió con la distribución desmedida de remuneraciones para aquellos que estaban al frente de los bancos privados. La última filtración de los “Papeles de Panamá” muestra además la bochornosa orgía de desviación y evasión fiscal a paraísos fiscales por parte de grandes fortunas, figuras políticas y grandes corporaciones.
No les creímos en su momento y tuvimos razón. En lugar de la susodicha moralización del sistema bancario, presenciamos una larga lista de malversaciones que saltaron a la luz gracias a las quiebras bancarias que sucedieron a la de Lehman Brothers del 15 de septiembre de 2008.
(...)
Porque pensamos, y especialmente con referencia a la experiencia griega, que los bancos son un reto esencial para cualquier proyecto de cambio social, proponemos una lista de medidas inmediatas para alcanzar los seis objetivos siguientes:
  • 1. Regular el sector financiero.
  • 2. Reestructuración del sector bancario y reforma de su operativa.
  • 3. Erradicar el comportamiento rentista y las operativas especulativas.
  • 4. Fin del secreto bancario.
  • 5. Financiar de otra manera el gasto público.
  • 6. Reforzar la banca pública.
En la segunda parte, desarrollamos nuestros argumentos en favor de la socialización del sector bancario.

I.-Medidas inmediatas 

Porque pensamos, y especialmente con referencia a la experiencia griega, que los bancos son un reto esencial para cualquier proyecto de cambio social, proponemos una lista de medidas inmediatas para alcanzar los seis objetivos siguientes:
  • 1. Regular el sector financiero.
  • Exigencia a los bancos de un aumento radical del volumen de sus fondos propios con respecto al total de su balance.
  • Prohibición de la socialización de pérdidas de los bancos y de otras instituciones financieras privadas.
  • Restauración de la responsabilidad ilimitada de los grandes accionistas en caso de quiebra.
  • Imposición a la banca de un régimen fiscal más elevado.
  • Llevar ante la justicia, en forma sistemática, a los dirigentes responsables de delitos y crímenes financieros, y retirar la licencia bancaria a las instituciones que no respeten las prohibiciones y sean culpables de malversaciones.
  • Otro tipo de rescate bancario.
  • Responsabilidad ilimitada de los grandes accionistas (sobre su patrimonio global),
  • Garantía de los depósitos hasta 150.000 euros, y la creación de un mecanismo para una quiebra ordenada de los bancos con la creación de dos estructuras:
  • un banco de liquidación privado (a cargo de accionistas privados y sin ningún coste para el gobierno)
  • y un banco público hacia el que son transferidos los depósitos así como los activos sanos. 
Algunas experiencias recientes pueden servir de fuente de inspiración, especialmente, la experiencia islandesa iniciada desde 2008. Sin embargo, hay que alertar sobre operativas que empleen el uso de bancos malos para limpiar balances de bancos, como en el caso del Sareb, que al final corren en buena parte a cuenta de los poderes públicos (que representan el 45% del accionariado de lo que ya es “la mayor inmobiliaria española”) y hasta el momento solo benefician a fondos de inversión y especulación que compran activos a precios muy bajos.
  • 2. Reestructuración del sector bancario y reforma de su operativa.
  • Reducción radical del tamaño de los bancos, con el fin de suprimir el riesgo de que sean «demasiado grandes para quebrar», una característica de los bancos sistémicos.
  • Separación entre los bancos de depósitos y los bancos de inversiones.
  • Un nuevo marco de regulación de productos bancarios y de la concesión de crédito. 
  • Prohibición de las relaciones de créditos entre bancos de depósito y bancos de inversiones.
  • 3. Erradicar el comportamiento rentista y las operativas especulativas.
  • Prohibir el empaquetamiento y titularización de activos para su especulación en los mercados financieros.
  • Prohibición de los productos derivados.
  • Obligación de los bancos de inversiones a pedir autorización previa a la emisión en el mercado de productos financieros. 
  • Separación de las actividades de asesoría de las de mercado. 
  • Prohibición del trading de alta frecuencia y de la banca en la sombra. Limitar estrictamente las operaciones fuera de balance. Prohibición de las ventas en descubierto.
  • 4. Fin del secreto bancario.
  • Consideración de delito penal de las actividades en el marco de los mercados de común acuerdo, en particular los Mercados “Over the Counter” (OTC), y todas las actividades de la banca en la sombra, exigiendo que su operativa esté bajo el alcance de la regulación.
  • Obligación de comunicar todas las informaciones sobre sus responsables, sus diferentes entidades, sus clientes, las actividades que ejercen y las transacciones que realizan por cuenta propia y por cuenta de los clientes. Asimismo, las cuentas bancarias deben ser legibles y comprensibles. 
  • Prohibición de las transacciones con los paraísos fiscales.
  • 5. Financiar de otra manera el gasto público
  • Se debe imponer a los bancos privados la posesión de una cuota de títulos de la deuda pública.
  • 6. Reforzar la banca pública
  • El sistema bancario público debe constituirse en el principal actor del sistema financiero, siempre y cuando opere con criterios de interés general, transparencia, control democrático y promueva el uso del crédito disponible en términos financiera y ecológicamente sostenibles y productivamente útiles.
  • El sistema bancario público tendrá un trato preferente con la banca ética

II.- Por la socialización del sector bancario

Lo que demuestra la experiencia de estos últimos años es que no podemos dejar los bancos en las manos de los poderes económicos privados. Si, mediante la movilización social, se llegara a poder aplicar las medidas inmediatas antes mencionadas (que están sometidas a la discusión con el fin de mejorarlas y completarlas), estos poderes buscarían por todos los medios recuperar una parte del terreno perdido, multiplicando las actividades que les permitan evadir las reglamentaciones, utilizando sus potentes medios financieros para comprar el apoyo de los legisladores y de los gobernantes con el fin de desregular de nuevo y de aumentar al máximo sus beneficios, sin tener en cuenta el interés de la mayoría de la población.

Es necesaria la socialización del sector bancario bajo control ciudadano.

Porque los poderes capitalistas demostraron hasta qué punto eran capaces de cometer delitos y asumir riesgos, de los cuales se niegan a responsabilizarse, con el solo objetivo de aumentar sus ganancias, porque sus actividades comportan periódicamente un pesado coste para la sociedad, porque la sociedad que queremos construir debe estar guiada por la búsqueda del bien común, de la justicia social y de la reconstitución de una relación equilibrada entre los humanos y los otros componentes de la naturaleza, es necesario socializar y democratizar radicalmente la mayor parte del sector bancario.

Socializar el sector bancario significa:
  • La expropiación sin indemnización (o con la sola indemnización simbólica de un euro) de los grandes accionistas, mientras que los pequeños accionistas serán indemnizados.
     
  • La concesión al sector público del monopolio de la actividad bancaria con solo una excepción: la existencia de un sector bancario cooperativo, o de banca ética.
  • La creación de un servicio público de ahorro, de crédito y de inversiones, doblemente estructurado: por una parte, una red de sucursales cercanas a la ciudadanía, y por la otra, la creación de agencias especializadas a cargo de las actividades de gestión de fondos y de financiación de inversiones que no puedan cubrir los ministerios responsables de los diferentes ámbitos
  • La definición, con participación ciudadana, de una carta sobre los objetivos que se quieren alcanzar y las misiones que se quieren proseguir, que ponga de manifiesto un servicio público del ahorro, del crédito y de la inversión al servicio de unas prioridades definidas según un proceso de planificación democrática. 
  • La transparencia (de la contabilidad) de las cuentas que deben presentarse al público de manera comprensible.
La socialización del sector bancario y su integración en los servicios públicos permitirán:
  • Que los mercados financieros ya no tengan la misma influencia sobre la ciudadanía y los gobiernos.
  • La financiación de los proyectos de ciudadanos y ciudadanas y de las administraciones públicas.
  • La dedicación de la actividad bancaria al bien común junto a otras misiones, como la de facilitar la transición de una economía capitalista, productivista a una economía ecosocialista.

viernes, 27 de mayo de 2016

Una tesis geométrica. División pentagonal del espacio (y IV)

Aquí concluye el desglose de la tesis que me ocupó de forma absoluta aquel verano del 90. De ella me vengo ocupando aquí (mucho menos que entonces) en estos últimos tiempos.

Esta parte final es un repertorio de combinaciones hechas con los romboedros penrosianos de origen pentagonal que pueden rellenar el espacio con dos piezas distintas de caras idénticas.

El catálogo que ofrezco se limita a agrupar de todas las formas posibles estos dos romboedros alrededor de una arista. El rombo único tenía dos ángulos a (agudo) y b (obtuso), y con ellos construimos cuatro triedros diferentes, aaa, aab, abb, bbb.

Además de por estos ángulos de sus caras, un triedro está definido por los diedros de las aristas. Estos diedros son cuatro posibles, todos múltiplos de 18º, a=18º, b=36º, c=54º, d=72º.

En las cuatro últimas figuras de la entrega (II) podemos ver sus huellas sobre una esfera con centro en el vértice. Son triángulos esféricos de ángulos a y b iguales a los diedros del mismo nombre.

El romboedro estirado deja dos intersecciones. Una es aaa, con todos los ángulos de valor b=36º; la otra, abb, con un ángulo b=36º y los otros dos de valor c=54º. El achatado produce por su parte el triedro bbb con tres ángulos iguales de valor d=72º, y también el aab, con un ángulo d=72º y dos a=18º.

Los diedros b y c pertenecen al poliedro estirado, a d al achatado.

Alrededor de una arista pueden agruparse ambos de diversos modos, y algunos por lo menos de ellos son compatibles con el adosado de caras de los romboedros. En el archivo (¡de toda confianza, aunque es tan pesado como yo!) que dejé en (I) están todas las combinaciones de los diedros. Una de ellas presenta diez planos de simetría, otra cinco, hay cinco con dos planos y veintiséis con uno solo, ademas de veintiuna asimétricas, con lo que se completan con otras tantas enantiomorfas (idénticas en el espejo). En total, son 75 posibilidades, aunque no hay garantía de que todas signifiquen acoplamientos, dado que son los rombos, y no únicamente los diedros, los que deben acoplarse.

Como ejemplo, con este romboedro estirado...



...puede hacerse este acoplamiento:


Y con este otro achatado...


...se hace este otro:


Finalmente, siguen algunos ejemplos de acoplamientos posibles de los triedros, y por lo tanto, de los romboedros correspondientes. De arriba abajo vamos girando el icosaedro de referencia sobre un eje horizontal. A la derecha, las caras opuestas de las que vemos a su izquierda. Comenzamos con diez diedros a:


Ocho diedros a y uno b, éste en una de sus dos posibilidades; aquí es la que corresponde al triedro aaa:


Otra vez ocho diedros a y uno b, pero ahora correspondiente al triedro abb:


Siete  diedros a y uno c, del triedro abb:


Por último, muestro una de las combinaciones posibles de cinco diedros a, uno b y uno c, existente en dos variedades enantiomorfas, por lo que la segunda se obtiene mirando la imagen en un espejo:


Una observación más: como un diedro puede corresponder a dos triedros distintos, en estas figuras se han dibujado ambas, con lo que se han obtenido 96 posibilidades de acoplamiento, aunque, repito, no todas son posibles para los rombos aunque lo sean para los diedros. Depurarlas exige un estudio figura a figura que está por hacer. Quienes hayan construido los poliedros y diedros pueden "entretenerse" en ello.

Y habría también que comprobar los acoplamientos alrededor de un vértice, que seguramente pueden obtenerse encajando entre sí algunas de estas figuras.

Queda la infinita exploración de cómo extender la red a partir de una figura. Para eso, lo ideal sería construir (industrialmente) los romboedros en serie en un material más sólido, como la madera. Podrían colorearse de modo diferente las dos formas y hasta obtener esculturas muy variadas.

A las ondas y a las redes inalámbricas confío estas sugerencias.

Nada mas, aunque aún publicaré enlaces a las conclusiones e índices.


jueves, 26 de mayo de 2016

La disyuntiva: ¿libertad de comercio o conservación del planeta?

Históricamente, el libre comercio siempre se ha impuesto desde una posición de fuerza. A Japón se lo impuso la flota del comodoro Perry, a China fueron cruentas guerras, y hay que recordar que en este caso aquel libre comercio incluía la libertad de introducir libremente el opio que tantos estragos causó.

Lo que se pregona como libertad de comercio es verdaderamente la libertad de intercambio desigual, sin barreras que lo moderen, sin defensa. Los imperios, cuando quieren imponerse a países "cerrados" usan la fuerza, aunque a veces bastan las presiones y amenazas. Y la complicidad de grupos de intereses en los países sometidos.

Hoy, además, la supresión de barreras extiende a escala mundial el dumping social, que se traduce en una igualación a la baja de las condiciones de vida de los trabajadores de todo el mundo.

Y, como señala Yayo Herrero, es inmensa la energía que dilapida el transporte de productos desde las antípodas, productos que bien se podrían producir en lugares mucho más cercanos, con las consecuencias nefastas para el planeta que no hay por qué volver a repetir aquí.

Por estas razones plantea Bernard Cassen la necesidad de desmundializar la economía.

Los tratados con que nos amenazan ahora son la continuación, en una huida hacia delante tan habitual, de aquella Directiva Bolkestein de hace una década, cuyos males denunciaba entonces el profesor Díez Gutiérrez.

Bernard Cassen y Yayo Herrero participan en un debate en la Universitat de València sobre el TTIP.


Rebelión

Los intercambios mercantiles en el mundo se multiplicaron por 27 entre 1950 y 2007 mientras que el PIB lo hizo por ocho, según la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta tendencia podría explicar, aparentemente, que existan 612 Tratados de Libre Comercio (TLC) notificados en la OMC, de los que 406 se hallan en vigor y otros muchos en fase de negociación. Buena parte de las portadas de los medios y de las denuncias en la calle tienen como objeto actualmente el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que se firmó el pasado 4 de febrero; el Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones (TTIP) entre Estados Unidos y la Unión Europea y el Acuerdo Internacional para el Comercio de Servicios (TISA), ambos en fase de discusión; a estas iniciativas se agrega el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA) entre la Unión Europea y Canadá, pendiente de ratificación al menos por el Consejo y el Parlamento europeos. 

Que la clave del TTIP no es la eliminación de barreras comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea parece evidente por la tasa media de aranceles entre las dos regiones (2,8% sobre los productos industriales y menos del 4% sobre los intercambios de productos agrícolas). Además la oposición se extiende a medida que circula la información: en 25 países europeos hay campañas organizadas contra el tratado y 1.300 municipios (140 en el estado español) se han declarado zonas “libres” del TTIP y el CETA. Los movimientos sociales también piden que el acuerdo comercial y de inversiones se someta a referéndum y han recogido tres millones de firmas. En Estados Unidos, los candidatos Donald Trump, Bernie Sanders y Hillary Clinton han criticado públicamente el TPP, aunque la exsecretaria de Estado se mostrara partidaria del tratado en su día. 

El periodista, fundador del movimiento ATTAC junto a Ignacio Ramonet y actualmente colaborador de “Le Monde Diplomatique”, Bernard Cassen, va un punto más allá en la crítica: “La contestación al TTIP ha de ampliarse al libre comercio, de hecho, tendrían que establecerse medidas proteccionistas para que la libertad mercantil no se sitúe por encima de las cláusulas sociales o ambientales”. “Cada vez que aumenta el comercio internacional, el resultado es catastrófico". Bernard Cassen ha realizado estas afirmaciones en una conferencia organizada en la Universitat de València por la Fundación Cañada Blanch en colaboración con Le Monde Diplomatique-España y la Universitat. El presidente honorífico de ATTAC lleva muchos años sosteniendo esta tesis. En noviembre de 1999, al calor de la Ronda del Milenio de la OMC, celebrada en Seattle, ya subrayaba las apelaciones de Keynes a las “mercancías de fabricación nacional”. 

En un artículo titulado “Fracaso del libre comercio” (Le Monde Diplomatique, noviembre de 1999), el periodista y docente recuerda las investigaciones de Paul Bairoch, en las que demostraba con series estadísticas entre 1800 y 1990 que la expansión económica en el siglo XIX y la primera mitad del XX en los países del Norte obedece –salvo en breves periodos- a políticas casi siempre proteccionistas; es más, el historiador de la Economía sostiene que el proteccionismo no fue la causa sino la consecuencia del crack de Wall Street. “Todo esto permite relativizar las lecciones de liberalismo ofrecidas generosamente por Estados Unidos, sobre todo si se tiene en cuenta que los mayores avances de ese país se produjeron en los periodos proteccionistas”, agrega Bernard Cassen. 

En otro artículo publicado en “Le Monde Diplomatique” (febrero de 2000), “Repensar el comercio internacional”, destaca los efectos ambientales y sociales de la desregulación. Así, a medida que aumenta la distancia entre los centros de producción y el domicilio del consumidor, se produce un incremento del consumo de energía –generalmente no renovable- y la emisión de gases de efecto invernadero. Además, reconocía el Financial Times el 27 de diciembre de 1999: “Los objetivos sociales suelen entrar en conflicto con los objetivos del libre comercio”. Una alternativa a estas amenazas es la idea de “desmundialización”, que Bernard Cassen ha planteado en la Universitat de València al igual que hace cinco años en un artículo en “Mediapart.fr”. Se pedía en el texto la capacidad de regular los flujos económicos y financieros, y para ello había que recuperar el “espacio nacional”. El colaborador de Le Monde Diplomatique critica asimismo el “integrismo desregulador” y apela a la recuperación de las esferas económica y financiera, “deliberadamente entregadas por las instancias políticas”. 

No se trata sin embargo de un “repliegue” que renuncie al ámbito europeo ni internacional, sino de “una condición previa de una estrategia del débil contra el fuerte”, resalta el periodista. Además, “el espacio nacional es el idóneo para la redistribución de la riqueza”. Frente a la libre circulación de capitales, de inversiones y del comercio de bienes y mercancías (que han de someterse a “control democrático”), el texto de 2011 señalaba que los principales cambios y victorias de los últimos años se produjeron en la escala nacional, por ejemplo, con los gobiernos “progresistas” de América Latina apoyados en los movimientos sociales, las revueltas en el mundo árabe (ocupación de las plazas en Túnez y El Cairo) o manifestaciones masivas contra las desigualdades en Israel, inspiradas en el 15-M, entre otros ejemplos. 

La activista, excoordinadora de Ecologistas en Acción y directora de FUHEM desde 2012, Yayo Herrero, vincula la necesidad de “desmundializar” al escenario de colapso ambiental y la crisis del modelo de combustibles fósiles. De hecho, ya se superó el “pico” del petróleo convencional: hasta 1973 la extracción de crudo en todo el mundo aumentó a un ritmo del 7-8% anual, mientras que a partir de 1979 el incremento fue del 1-2%. El hecho de alcanzar este “pico” llevará a grandes fluctuaciones en los precios. Además, se agotan los pozos y campos de mayor calidad, por lo que hay que recurrir a los que presentan más dificultades. Esta tendencia explica que desde hace varias décadas la Tasa de Retorno Energético (cociente entre la energía obtenida y la que se invierte en el proceso) descienda progresivamente. En el libro “En la espiral de la energía”, Luis González Reyes añade que la humanidad se enfrenta al “mayor cambio climático de su historia”: en 2013 la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó el 142% del nivel de la era preindustrial (anterior a 1750). Además, el aumento del nivel del mar desde mediados del siglo XIX ha sido mayor que la media durante los dos milenios anteriores. En este contexto de colapso y crisis en las bases de la reproducción social, Yayo Herrero advierte que el TTIP podría profundizar en la mercantilización de los cuidados y la atención a personas dependientes, que fundamentalmente recae en las mujeres. 

Tampoco el TTIP y el CETA implican una novedad radical. Uno de los antecedentes apuntados por la activista es la Directiva Bolkestein (relativa a los servicios en el mercado interior), propuesta en 2004, ampliamente rechazada en las calles por los movimientos sociales ya que favorecía la ubicación de empresas en los países con menor regulación laboral y ambiental. Algunos autores señalan que con el TTIP se intentarán introducir algunos de los puntos “fuertes” que quedaron fuera de la Directiva Wolkestein. La activista también considera al CETA, cuyas negociaciones entre la Unión Europea y Canadá finalizaron en 2014, un “caballo de troya” para la aprobación del TTIP. No sólo es un punto de referencia en las actuales negociaciones, sino que su contenido –según muchos analistas- es incluso “peor que el del TTIP”. 

Yayo Herrero entiende incompatible la aprobación de estos tratados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2016-2030), aprobados en septiembre de 2015 por representantes de 193 países. ¿Permitirán el TPP, el TTIP, el CETA, el TISA y demás tratados reducir a la mitad los 836 millones de personas que viven en pobreza extrema? ¿O disminuir la deficiente nutrición que provoca el 45% de las muertes de los menores de cinco años en el mundo? ¿O que dejen de morir anualmente seis millones de niños menores de cinco años? Las mismas preguntas podrían plantearse en torno al 20% de la población mundial que no tiene acceso a electricidad acepable o a los trabajadores que viven por debajo del umbral de la pobreza (uno de cada tres en el mundo). En conclusión, la investigadora ecofeminista se apunta a la definición del politólogo Walter Bello sobre el TTIP: “es en realidad el brazo económico de la OTAN”. El objetivo es, junto con el TPP, contener a Rusia, China y el avance de los BRICS, señala el politólogo. Con la aspiración de representar los valores occidentales del libre comercio, la civilización y el imperio de la ley

miércoles, 25 de mayo de 2016

"Son como niños. Hay que cocelos"

Paseando con un amigo por la Plaza de San Pedro, en una primavera romana muy calurosa y soleada, observamos a un grupo de monjas aguardando a pleno sol que apareciera en su alta ventana el Santo Padre, a la sazón Karol Wojtyla. Llevaban toca, pero retrasada de la frente al descubierto, y un curioso tupé, casi a lo Loquillo. Por su paciencia y fervor pensamos que serían polacas.

Las pobres se estaban abrasando, pero Juan Pablo II no aparecía. Mi amigo, con un puntito de guasa, imaginaba al Papa mirando entre los visillos de la ventana y diciendo para sí:


"Aún no están bien cocidas"

Algo así deben pensar estos peligrosos telepredicadores de la política, cuando repiten hasta el infinito las torpes simplezas que desgraciadamente les dan tantos votos:


"Insistamos; aún no están bien cocidos"






tratar al público como a niños de once años


Ah, madurar –la vieja intimación de la Ilustración europea: salir de la minoría de edad de la que nosotros, nosotras mismas somos a la postre responsables… [1]
Hay algo profundamente pueril en las fantasías de omnipotencia en las que nos regodeamos, colectivamente, los habitantes de las sociedades industrializadas. [2] La fantasía infantil de movilidad absoluta e instantánea (la alfombra o la escoba voladora, el deseo que instantáneamente nos transporta a otro lugar o tiempo) la persiguen el fabricante de automóviles y el planificador del transporte. La fantasía infantil de la inmortalidad, de la juventud perfecta, de la curación instantánea, la persiguen por igual el personal sanitario, la industria cosmética y los ingenieros genéticos. La fantasía infantil de la abundancia inagotable y eterna (Jauja, Cornucopia) está escrita en los estandartes de la sociedad de consumo.
Leí hace años en una entrevista con Chicho Ibáñez Serrador, el popular realizador televisivo, una cosa que me impresionó bastante. (Lo impresionante no era el contenido de su afirmación, sino el momento de sinceridad: se estaba diciendo lo que no debía decirse. Se hacía pública una de las verdades centrales de nuestra sociedad, verdad que –para que no se conmuevan los cimientos de la dominación– no puede admitirse que lo sea.) Ibáñez Serrador dijo que, en su trabajo –crear televisión–, él tenía que suponer que se dirigía a chavales de trece o catorce años de edad; tenía que tratar a todo su público como a niños y nunca como a adultos.
Desde entonces, la cosa ha ido a peor. Hoy, una de las reglas básicas en las campañas electorales convertidas en reality shows dice: no subestimar nunca la ignorancia del votante. “La mentira y la exageración han caracterizado las campañas de Donald Trump y Boris Johnson pero Trump ha llevado su menosprecio por el electorado más lejos, limitándose a utilizar lenguaje infantil en sus discursos, declaraciones y tuiteos. Su palabra favorita es yo, la cuarta que más utiliza es Trump, y entre las 13 más utilizadas están perdedorperdedor total, idiotas, tontos estúpidos. Un estudio detallado hecho por una universidad de Estados Unidos ha concluido que el vocabulario y la gramática de Trump corresponden a la forma habitual de hablar de niños de once años o menos…” [3]
Enorme es la presión para que no lleguemos nunca a ser adultos, o al menos nos comportemos como niños en los asuntos que nos atañen a todos. (Y con demasiada frecuencia nos plegamos fácilmente a esa presión, abdicamos de nuestra responsabilidad, esquivamos el comprometernos con nuestras propias vidas.) Asistimos a la destrucción del uso público de la razón. Paul Valéry afirmó en cierta ocasión que la política era el arte de mantener a la gente apartada de los asuntos que verdaderamente les concernían: tal es la definición de política que hoy se pone cotidianamente en práctica, a veces cínicamente, a veces ni eso
“Es verdad que las gentes de hoy en día no creen en la posibilidad de una sociedad autogobernada y esto hace que una tal sociedad sea, hoy, imposible. No creen porque no quieren creer, y no lo quieren creer porque no lo creen. Pero si en alguna ocasión empiezan a quererlo, entonces lo creerán y podrán.” [4]
Quien dice: “los seres humanos son como son, y por ser así su naturaleza nunca se podrá construir con ellos un orden social distinto”, es el mismo que tiene en sus manos el poder (los resortes de socialización, los recursos económicos, los medios de formación de masas, etc) para hacer que los seres humanos sean “como son” –y no distintos
Quien afirma que no hay alternativas es el mismo que tiene el poder para destruirlas. (Aquel dibujo de no sé qué humorista gráfico. Una voz desde lo alto sentencia: “No estáis preparados para la democracia”. El hombrecillo pregunta: “¿Cómo lo saben?” La voz: “Porque hemos consagrado a ello lo mejor de nuestros esfuerzos”.)

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Notas
[1] Immanuel Kant, en su celebérrimo opúsculo Qué es la Ilustración,argumentaba: “La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. Sapere aude! [¡Atrévete a saber!] ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el lema de la Ilustración…”
[2] Recupero aquí un fragmento de mi texto inicial en Jorge Riechmann (coord.), Necesitar, desear, vivir, Catarata, Madrid 1998, p. 35-36.
[3] John Carlin, “El salto a la modernidad”, El País, 23 de mayo de 2016;
[4]  Cornelius Castoriadis: “Una sociedad a la deriva” (entrevista).Archipiélago 17, Madrid 1994, p. 109.