jueves, 2 de noviembre de 2017

Calentamiento global en marcha

Ya es innegable. Pero sus efectos, difícilmente reversibles, pueden pasar de problema serio a "solución final". Claro que los partidarios del "que me quiten lo bailao" están dispuestos, por arriba y por abajo, a no enterarse hasta que les duela directamente.

A fin de cuentas, no faltan placeres baratos (o carísimos...) con los que solazarse mientras tanto: "edamus et bibamus, cras enim moriemur".

Ni faltan "oportunidades de negocio". Hace poco oí decir que si las empresas se marchaban de Cataluña esa podía ser una ocasión para que Galicia prosperara, porque podrían caer por aquí.

También la lotería turística que nos ha tocado ahora se debe a las revueltas y guerras en muchos países. ¡Menudo futuro si ponemos nuestra esperanza en problemas ajenos!

La cuestión es que el calentamiento, como el decrecimiento, está ya aquí, que ambos son globales (nos afectan a todos) y que la transición puede hacerse algo mejor o mucho peor.


  • Los compromisos de reducción de emisiones de los países cubren solo un tercio de todo lo que debería recortarse y es precisa "más ambición" antes de 2020 
  • El informe sobre emisiones establece 2030 como fecha límite para revertir la situación si se pretende cumplir el objetivo del Acuerdo de París 
  • Los países del G20 precisan "nuevas políticas" para alcanzar sus planes de rebaja de emisión de CO2 a la atmósfera

La lucha para contener el calentamiento global en los 2ºC, el margen diseñado por los científicos para evitar consecuencias irremediables por culpa del cambio climático, está a punto de perderse. El ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero hace "extremadamente improbable" alcanzar ese objetivo para final de siglo, según el último informe del programa medioambiental de la ONU. La fecha límite para revertir la tendencia es 2030.

El informe insiste en que los compromisos de reducción de los estados solo cubren un tercio de lo que se necesita. Incluso si todas las partes cumplieran con los planes, en 2030 se habría lanzado ya a la atmósfera el 80% de todo lo que podría emitirse para contener el calentamiento global en 2ºC para el final del siglo XXI. Para los anhelados 1,5ºC, ya se habría gastado todo el margen.

Los análisis de la ONU explican que tanto el sector privado como los gobiernos locales y regionales tienen todavía un papel importante que jugar. De hecho, el documento afea a los sectores privados que no hayan contribuido significativamente a la contención de emisiones "a pesar de tener un significado potencial para ello". La conclusión es que los compromisos nacionales (NCD), es decir, las previsiones de rebaja que cada estado adoptó en virtud del Acuerdo de París tendrán que ser "más ambiciosos para 2020", si se pretender de verdad atajar el cambio climático.

Que las soluciones están siendo insuficientes queda refrendado por el último informe de la Organización Meteorológica Mundial sobre concentración de CO2 en la atmósfera: en 2016 se batió de nuevo el récord de registros y se colocó por encima de las 403 partes por millón. Un nivel que no se veía desde hace 800.000 años.

Algunos casos concretos

Los cálculos, tanto gubernamentales como independientes, reflejan que algunos de los estados más contaminantes precisan "mayor acción". Señalan a Canadá, México, Corea del Sur, Suráfrica y EEUU. "La mayoría de los países del G20, incluida la Unión Europea, deben adoptar nuevas políticas y acciones para cumplir sus compromisos de emisiones. Al producir alrededor de las tres cuartas partes de los gases de efecto invernadero, su contribución es crucial.

Lo que subraya la ONU  es que los datos muestran una "distancia significativa entre las ambiciones actuales y lo que se necesita para cumplir los objetivos de temperatura del Acuerdo de París". Para los 2ºC, la brecha es de más de 11 gigatoneladas de CO2. Para los 1,5, el exceso se va a más de 16. Cada gigatonelada es un billón de toneladas de gas de efecto invernadero.

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