lunes, 20 de noviembre de 2017

La acumulación originaria

El concepto marxista de acumulación originaria (o acumulación primitiva) parece llevarnos a un tiempo remoto y legendario en que se acumuló el capital, y que luego cesó cuando encontró "otras vías" (¿cuáles?) para reproducirse y crecer. En realidad, esos procedimientos no han cesado nunca de una u otra forma. En el capítulo XXIV de El Capital su autor compara esa idea con la teológica del pecado original:
Esta acumulación originaria desempeña en economía política aproximadamente el mismo papel que el pecado original en la teología. Adán mordió la manzana y con ello, el pecado se posesionó del género humano. Se nos explica su origen contándolo como una anécdota del pasado. En tiempos muy remotos había, por un lado, una elite diligente, y por el otro una pandilla de vagos y holgazanes. Ocurrió así que los primeros acumularon riqueza y los últimos terminaron por no tener nada que vender excepto su pellejo. Y de este pecado original arranca la pobreza de la gran masa (que aún hoy, pese a todo su trabajo, no tiene nada que vender salvo sus propias personas) y la riqueza de unos pocos, que crece continuamente aunque sus poseedores hayan dejado de trabajar hace mucho tiempo
Pero esa explicación sencilla de que los diligentes acumularon la riqueza y los holgazanes se vieron obligados a trabajar, aunque pueda aplicarse a algunos holgazanes descendientes de diligentes o a algunos diligentes descendientes de holgazanes, no casa con la realidad, en la que a tanta gente el trabajo no le deja tiempo para enriquecerse.

Es ahora, cuando la crisis sistémica está dejando al descubierto tantas cosas, cuando vemos con claridad lo que ocultaba la prosperidad de un tiempo ya pasado.

Si el "pecado original" mancha a los hijos de Eva y Adán, el de los métodos non sanctos de acumulación no tan primitiva sino muy actual queda al descubierto cuando a la vista de todos el robo y la corrupción imperan en las más altas magistraturas y en la formación de las grandes fortunas. Trabajando no se acumula un billón de euros.

Si miramos a los organismos que gobiernan la economía mundial, a los tratados de libre comercio, a las guerras de rapiña, a la explotación laboral, etc. veremos que no son diferentes los modos actuales de acumular la riqueza.
 

Toma el dinero y corre podría ser el lema del escudo nobiliario de esos acumuladores, según la expresiva imagen que ilustra el artículo del que copio el final.




Fausto Burgueño L.

Pero, en realidad, los métodos de la
acumulación originaria fueron
cualquier cosa menos idílicos.


El Capital, t. I. Carlos Marx

(...)

Recordemos aquí, como recuerda Marx, toda una serie de “métodos idílicos” de la acumulación originaria: la depredación de los bienes de la iglesia, enajenación fraudulenta de las tierras del dominio público, saqueo de los terrenos comunales, elementos, que entre otros, abrieron
paso a la agricultura capitalista, se incorporó el capital a la tierra y se crearon los contingentes de proletarios libres y privados de medios de vida que necesitaba la industria de las ciudades.
Otros procesos fueron las diversas leyes que perseguían a los expropiados y leyes reduciendo el salario
De ahí que, a fines del siglo XV y durante todo el XVI se dictasen en toda Europa Occidental una serie de leyes persiguiendo a sangre y fuego el vagabundaje … Al mismo tiempo la burguesía que va ascendiendo, pero que aún no ha triunfado del todo, necesita y emplea todavía el poder del estado para “regular” los salarios, es decir, para sujetarlos dentro de los limites que convienen a los fabricantes de plusvalía... alargar la jornada de trabajo y mantener al obrero en el grado normal de subordinación. Es éste un factor esencial de la llamada acumulación originaria.
Otros factores que se suceden son: los contratos de arrendamiento, la revolución agrícola del siglo XVI, la depreciación de los metales preciosos, el alza de los precios del trigo, lana, carne; la expropiación y el deshaucio de una parte de la población rural, la destrucción de las industrias rurales y el proceso de diferenciación de la industria y la agricultura y por lo tanto la destrucción progresiva de la clase campesina y el surgimiento de la gran industria; etcétera.

Agrega a éstos:
el sistema colonial, la deuda pública, la montaña de impuestos, el proteccionismo, las guerras comerciales, etcétera, todos éstos vástagos del verdadero periodo manufacturero se desarrollaron en proporciones gigantes durante los años de infancia de la gran industria. El nacimiento de esta potencia es festejado con la gran cruzada heroica de rapto de niños.
Así pues, señala Marx, 
…esta espantosa y difícil expropiación de la masa del pueblo, forma la prehistoria del capital. Abarca toda una serie de métodos violentos entre los cuales sólo hemos pasado revista aquí, como métodos de acumulación originaria del capital, a los más importantes y memorable.
Otro ejemplo sacado del análisis de El Capital es el relativo al papel que juega el estado en la vida económica durante la génesis histórica de la producción capitalista, o sea en el periodo de la acumulación originaria de capital y que nos muestra una intervención de la práctica política, en sus diferentes formas y que tiene por resultado transformar y fijar los límites del modo de producción. Así,
En el momento de su surgimiento la burguesía necesita el poder del estado y lo utiliza para “regular” los salarios, es decir, para sujetarlos dentro de los límites que conviene a los fabricantes de plusvalía, prolongando la jornada de trabajo y mantener al mismo obrero en el grado normal de subordinación…
Con el posterior desarrollo de la producción, que implica también considerar el desarrollo de relaciones jurídicas, de la política del estado, de la clase obrera, etcétera, reconoce a estas como elementos centrales que se adaptan a la estructura económica de tal manera que la influencia directa del estado en la vida económica es mucho mayor en la fase de la acumulación originaria que la que tiene normalmente en la fase posterior, las cosas cambian:
la “silenciosa coacción de las relaciones económicas”, hace superfluo en gran parte este tipo de intervención del poder estatal en la vida económica.
Por supuesto que se continúa utilizando la fuerza extraeconómica inmediata pero sólo por excepción. Así puesto que es la regla en una situación dada, pasa a ser excepción de otra. Los diversos métodos de acumulación originaria -observa Marx– pueden ser en ciertos casos más o menos brutales y en otras más o menos refinados, pero
todos utilizan el poder del estado, de la fuerza concentrada y organizada de la sociedad, para acelerar a pasos agigantados el proceso de transformación del régimen feudal de producción en el régimen capitalista y acortar los intervalos. La violencia es la comadrona de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva. Es, por sí misma, una potencia económica.
Pensamos aquí que cuando Marx define el poder del estado como “violencia organizada y concentrada de la sociedad” no piensa solamente en el proceso de transformación -al que se refiere explícitamente- del modo de producción feudal en modo de producción capitalista sino que pone de manifiesto una característica que es común a todos los procesos de transición de una formación social a otra, válido no sólo para la fase de una formación social al capitalismo sino también para el caso del proceso de transición del capitalismo al comunismo.

Por último, al tratar el problema de la acumulación originaria del capital, Marx le otorga un importante papel al sistema colonial en cuanto este forma parte del proceso de acumulación originaria del capitalismo en Europa y muestra a su vez la rapacidad y la barbarie capitalista en la búsqueda de ganancias. Para Marx la era capitalista sólo data del siglo XVI y
el descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria. Tras ellos, pisando sus huellas, viene la guerra comercial de las naciones europeas, cuyo escenario fue el planeta entero.
Marx, destaca también que:
Las diversas etapas de la acumulación originaria tienen su centro, por orden cronológico más o menos preciso, en España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Es aquí donde a fines del siglo XVII se resumen y sintetizan sistemáticamente en el sistema colonial, el sistema de la deuda pública, el moderno sistema tributario y el sistema proteccionista…
De estas citas cuando menos, se puede inferir que para Marx no discurren separadamente las metrópolis europeas y las colonias, sino que ambas forman parte de un sólo y único proceso: el proceso de génesis y desarrollo del capitalismo. Y en donde la historia de la expansión colonial es, simultáneamente:
1. Una historia de bandidaje y pillaje en la que se manifiestaron toda una serie de atrocidades y violencia masiva en sociedades enteras.
2. Una historia de acumulación y concentración de capital producto del saqueo colonial entre los siglos XVI-XVII.
3. Un mercadeo esencial para el desarrollo de la manufactura y posteriormente de la industria en Europa Occidental que a su vez promovió un proceso de ahondamiento de las desigualdades en el desarrollo del capitalismo entre unas regiones y otras: el desarrollo y el subdesarrollo.
4. Fue un proceso de reacomodo y modelación de las economías coloniales por las metrópolis haciendo de aquéllas economías complementarias y atrofiadas.

1 comentario:

  1. Hoy, la mejor manera de defender nuestro maltrecho planeta es acabar lo antes posible con el capitalismo.

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