lunes, 14 de mayo de 2018

Prospectiva aplicada al sistema: el futuro más inmediato (¿hasta 2026?)

La prospectiva no es una ciencia exacta porque el mundo no es determinista. El futuro no está escrito y nadie tiene una bola de cristal para verlo. La única bola de cristal es la Tierra misma, aunque la fragilidad sea más nuestra que suya.

Hace ya año y medio que se publicó el artículo que quiero presentar hoy. Un tiempo insignificante para comprobar si acertará. Pero no parece que las cosas hayan cambiado mucho en lo que a su análisis se refiere. De hecho, la tasa de interés a que presta el Banco Central Europeo sigue en el 0%. ¡Dinero que regalan! (sabemos a quién, pero no sabemos muy bien para qué).

El artículo lo encontré en la página de Rebelión, y dejo también el enlace original. Como es largo y reconozco, en mí mismo, la pereza y la prisa como malas consejeras de la lectura, lo fragmentaré.

Si el colapso del sistema tal como lo conocemos es altamente previsible, mucho menos segura es la predicción de lo que lo sucederá. Veamos como lo contempla este analista.


Víctor Díaz


A corto plazo la economía capitalista se encuentra en dificultades que ya han sido analizadas por diferentes economistas y científicos sociales, dificultades que muy pronto podrían agravarse, probablemente una gran crisis estallará entre 2016 y 2026. En el mediano plazo es probable que la economía capitalista se recupere y las relaciones geopolíticas y geoeconómicas se modifiquen de modo importante, del orden hegemónico estadounidense pasaremos a una suerte de mapa geopolítico/económico multipolar con una preeminencia de oriente Pacífico (China/Japón/Corea). Mientras que en el largo plazo el sistema capitalista se extinguirá y dará paso a un nuevo sistema con todas facetas: infraestructura, estructura y superestructura.

En el artículo que sigue, realizaremos una serie de suposiciones sobre el futuro del sistema en tres diferentes marcos cronológicos, el primero desde 2016 a 2026, el segundo desde 2016 a 2050-70. Y el tercero hasta un punto entre 2050 y 2150. En otras palabras, el análisis estará dado tanto en el corto, como mediano y largo plazo a futuro.


LA ECONOMÍA CAPITALISTA: PERSPECTIVAS A CORTO PLAZO (2016 – 2026)

Como ya se afirmó, en el corto plazo la economía capitalista se encuentra en serias dificultades las cuales generarán muy probablemente durante la próxima década una crisis por lo menos tan o más profunda que la vivida en 2008.

  • La situación que tenemos es la siguiente: A pesar de que el crecimiento económico en las economías avanzadas haya regresado, la inversión se mantiene débil tanto en Europa como en Estados Unidos, y estancada en Japón. En 2008 la inversión en capital fijo en Estados Unidos fue de 21% del PIB mientras que en 2015 fue del 19.6%. En la UE – 15 la inversión en capital fijo fue del 22% del PIB en 2008 mientras que en 2015 esta representó el 19%. Por último, en Japón, la inversión en capital fijo pasó del 22% en 2008 al 21% en 2015. Esto se contrasta con el crecimiento económico presentado desde 2013 hasta el presente: Estados Unidos creció un 1.6% en 2013, un 2.3% en 2014 y un 2.5% en 2015. Mientras tanto la UE presentó un crecimiento ascendente de un 2% en 2015 y uno proyectado en 1.6% en 2016
  • Sumado a lo anterior, se ve una pobre recuperación del empleo, en la UE se mantendrá durante el presente año en un 10.8%, una recuperación muy pobre en relación al 12% de pico que tuvo la economía durante el 2013. En Estados Unidos la tasa de desempleo se mantiene en un 5.2% en 2015, sin embargo, la tasa de población activa pasó del 64.9% en 2008 al 62.4% en 2014, lo que significa que un porcentaje menor de la población hoy en día se encuentra trabajando. En otras palabras, tanto en Europa como en Estados Unidos la recuperación económica no ha ido acompañada de una creación de trabajo de igual proporción.
  • Europa sigue, a pesar de su leve alza de crecimiento, muy cerca del enfriamiento económico. El Banco Central Europeo mantiene la tasa de interés en un 0%. El empleo, como ya mencionamos, no se recupera a ritmo acelerado. Las economías europeas no han parado de endeudarse, si en 2008 la deuda de las sociedades financiera representó un 213% del PIB de la UE, en 2013 esta ya representaba un 258%, y la tendencia sigue al alza en la actualidad. La inflación por su parte sigue rayando peligrosamente cerca del 0%, en 2015 esta cerró en 0.033% y en 2016 el FMI proyecta un 0.278%.
  • China, la gran locomotora del mundo durante lo que va del siglo XXI, ha visto su actividad económica reducida, si en 2010 crecía un 11%, en 2015 su crecimiento se redujo a un 7% y a un 6% en lo proyectado para este año. A pesar de que su crecimiento sea envidia para buena parte de las economías avanzadas, no deja de ser significativo la reducción de éste. En este momento China se encuentra en una encrucijada económica: está viviendo un proceso de sobreinversión y caída de rentabilidad empresarial, un claro proceso de sobreacumulación capitalista. Citando datos del NBS y HSBC, la rentabilidad de capital en China pasó de cerca de un 25% en 2008 a menos de un 15% en la actualidad. En un intento por revitalizar la acumulación, el gobierno chino incentivó la financiación de empresas mediante la adquisición de acciones, pero el mercado bursátil muchas veces puede autonomizarse y tender a escaparse de la lógica presentada por los beneficios empresariales, y en tal caso nos encontramos frente a una clara burbuja bursátil, un antecedente que nos sirve como ejemplo fueron las caídas de la bolsa de Shangai en julio de 2015. El índice Price/Earning para la bolsa de Shangai cerró en 45 a inicios del 2016 mientras que S&P supera por poco los 20.
  • Brasil, Turquía y Rusia se encuentran en serias dificultades coyunturales. La tasa de actividad económica se ha reducido, Brasil y Rusia entraron en recesión. Turquía vio reducir su crecimiento de más del 9% en 2010 a un 3.9% en 2015 y un proyectado 3.2% durante el presente año. En general los vaivenes del mercado internacional, la reducción de la demanda y las consecuentes caídas de los precios de materias primas ha llevado a un deterioro en sus condiciones económicas. Sus monedas han estado entre las más devaluadas durante el 2015, lo que les ha significado también una caída en las inversiones y un giro a la inversa en el ahorro en la moneda nacional.
  • América Latina se verá directamente afectada por estos sucesos económicos. La reducción de la actividad económica china implicará una caída de su demanda por materias primas (metales, crudo y productos agrarios), esto se traduce en la reducción de su precio, lo que trae consigo aparejado una reducción en los márgenes de ganancia y un debilitamiento de las cuentas corrientes y de capital, por lo que deberán de hacer uso de sus reservas internacionales o del endeudamiento externo. Por supuesto ambas opciones no pueden ser solución eterna, y ya tenemos casos como el venezolano donde la reducción de los precios del petróleo ha provocado una grave estanflación. Países como Perú, Chile o Colombia no se han visto tan perjudicados pues todavía tienen un margen de endeudamiento externo, esto quedará en cuestionamiento durante los próximos años si las tasas de interés internacional, como es lógico en medio de una recesión, se dispararán como a fines de la década de los 70.
A lo anterior se agrega la delicada situación financiera internacional a nivel mundial. La atención está puesta en el Deutsche Bank, cuyas acciones en lo que va del año han caído un 45%. Su ratio TIER 1 se ha reducido cerca los límites establecidos por Basilea III. 6800 millones de euros perdió en 2015. Sus problemas han llegado a tal situación que se propone no solo despedir a 9000 trabajadores, sino que además ha suspendido el pago de dividendos durante 2 años. Hablamos de un banco con importancia mundial cuyos activos se contabilizan en 1.6 billones de euros.


La situación del resto de los bancos en Europa y Estados Unidos –aunque no es tan negativa- también resulta poco prometedora, según la autoridad Bancaria Europea los créditos malos que tienen los bancos europeos suma un total de un billón de euros. Los créditos non performing llegan a un 6% de sus préstamos y un 3% en Estados Unidos, caso llamativo es el italiano donde estos representan un 18% de los préstamos.

Por último, la importante reducción de la tasa de interés del Banco Central Europeo al 0% ha provocado una serie de consecuencias: por una parte, la banca privada ha visto más presiones sobre su rentabilidad y sobre sus márgenes de beneficio; por otra, ha provocado mediante su estrategia del Quantitative Easing, una acusada reducción en la rentabilidad de los bonos soberanos y activos de renta fija, con un incremento en su precio tasado en el mercado. El precio de estos bonos es inversamente proporcional a la rentabilidad misma que presentan, con una rentabilidad cercana al 0%, o incluso negativa como sucedió en países como Alemania, los actores han visto en estos una forma de resguardar su capital mediante la especulación. Mientras quienes emiten estos bonos pueden financiarse a un precio determinado, quienes los compran a pesar de tener una rentabilidad baja, nula o negativa, pueden esperar un sector seguro donde atesorar sus fondos, a la vez que pueden buscar vender los bonos conforme su precio vaya en incremento. El problema es que con una tasa de interés fijada por el BCE en torno al 0%, ya poco más se puede reducir, y lo que queda es que sus intereses por alguna coyuntura, asciendan. En tal situación el precio de dichos bonos también ha entrado a jugar parte de una burbuja, pues su elevado precio solo se mantiene sostenido por una política de emisión monetaria y reducción de tasas de interés por parte del BCE. Se estima que un leve incremento en los tipos de interés podría provocar pérdidas de al menos 200.000 millones de dólares, ya que los fondos con rentabilidades negativas acumulan más de 10 billones de dólares, por lo que la pérdida podría ser bastante superior.

Todo este problema se reduce a que estamos operando como sistema en el típico caso de Plétora del capital. Es que la débil inversión en las economías, el incremento de la tasa de beneficios en Estados Unidos, gran liquidez, bajas tasas de interés, son las características fundamentales de este tipo de sucesos. Según Marx una plétora del capital podía darse una vez superada una crisis, cuando el capital financiero se halla inactivo y en abundancia y la actividad económica industrial no se ha recuperado. En otras palabras, cuando hay una abundancia de dinero en relación a la actividad y su demanda. En este sentido el exceso de dinero no va destinado al ciclo acumulativo capitalista.


Si la plusvalía no se invierte hay dos posibilidades:
i) la primera es que sea atesorada, lo cual provocaría un enfriamiento económico o en su debido caso, una recesión o estancamiento;
ii) la segunda posibilidad es que la plusvalía que no va a la producción se vuelque a los mercados financieros y bursátiles, dando paso al incremento en el precio de activos (acciones, bonos soberanos, renta fija en general, propiedades inmobiliarias), precio que no guarda relación objetiva con la producción y ganancia de tales propiedades. Esto es lo que refleja el índice P/E y que muestra claros indicios de burbujas en mercados accionarios como el ya mencionado caso chino, por ejemplo.
En síntesis, la economía capitalista se encuentra en una frágil situación con Europa y Japón estancados, Estados Unidos con una débil inversión, los países del BRIC en recesión o en proceso de estancarse –con la salvada excepción de India- y China con una tendencia a la sobreacumulación empresarial y a las burbujas bursátiles. Con una banca sobreapalancada tanto en Europa como en Estados Unidos, el clima apunta a que se viene una tormenta; la crisis podría desatarse en cualquier momento dado a la volatilidad a la que estamos expuestos, podría provenir desde cualquier horizonte, y es que en el contexto mundial sobran los candidatos: los conflictos en oriente medio con Siria como foco de atención, la inestabilidad en Ucrania, la crisis en Venezuela y su implicancia sobre el petróleo, la situación en Grecia, el Brexit británico, etc. Lo cierto es que un evento detonará el efecto dominó que llevará a una crisis tan o más aguda que la desatada en 2008/9 en Estados Unidos.


Dentro de los próximos 10 años habrá muchísimas quiebras, muchos países entrarán en recesión y –como sucede en Venezuela- habrá crisis interna con panoramas tan o más graves como el que hoy enfrenta el gobierno de Maduro, muy probablemente la clase obrera tendrá que soportar más vejámenes y pérdida de sus derechos, mermando conforme se apliquen las reformas su ingreso y estándar de vida. La pobreza y concentración del ingreso se fortalecerá, la tendencia será la polarización absoluta de clases sociales.  En esta proyección podemos vislumbrar más conflicto social, descontento y caída de la popularidad de los presidentes y primeros ministros. La ciudadanía se verá limitada a tres grandes opciones para designar a su próximo gobierno: la primera opción es la clásica liberal, es decir el binomio de izquierda–derecha que mantiene el poder en los países de Europa occidental, Estados Unidos y buena parte de América, o una de las dos opciones que se salen de ese marco clásico, la izquierda populista a la Podemos/Syriza, o la ultraderecha al estilo del Frente Nacional francés. Frente a esas tres opciones, los capitalistas apostarán por una serie de estrategia para comprar, sobornar, coartar o presionar a dichos gobiernos para que se actúe en conformidad de sus intereses.

Los próximos 10 años probablemente serán muy tumultuosos.




3 comentarios:

  1. La apuesta estratégica de "comprar, sobornar, coartar y presionar gobiernos" -e incluso derrocarlos- hace tiempo que se puso en práctica. Hoy por hoy, el único ente verdaderamente soberano que goza de total impunidad es el capital. Es él el que atenaza a los insumisos (Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Rusia, Siria e Irán).

    El capital(ismo) parece haberse convertido en una especie de naturaleza superpuesta, con sus periódicos tsunamis, sus frecuentes tormentas y sus devastadoras erupciones. La humanidad en general y sus dirigentes en particular, parecen ser impotentes y a merced de dichos cataclismos: la mayoría -sin el más mínimo conocimiento de navegación- resignada a los designios de dicha "naturaleza", asida a cualquier cosa que flote en este proceloso océano llamado Capitalismo; la minoría dirigente, aferrada a sus pertrechados y exclusivos botes de salvamento.

    Cuando el grito desesperado del "¡sálvese quien pueda!" se generaliza, la catástrofe está asegurada.

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  2. Es posible que te interese leer este artículo:

    https://crisiscapitalista.blogspot.com.es/2018/05/marx-y-el-capitalismo.html

    ...del cual extraigo esta cita:

    "Desde luego que el capitalismo acelera el crecimiento de las fuerzas productivas, fuerzas productivas en el muy corto plazo, pero fuerzas destructivas a la larga. El desastre medioambiental ha convertido al ser humano en una criatura enfermiza que desarrolla su triste existencia en una cápsula tóxica autodestructiva. El capitalismo se ha convertido en un cáncer con metástasis social y ecológica. El socialismo en estos momentos ya no puede aspirar a “disfrutar” del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas conseguido por el capitalismo (la zanahoria pro-capitalista de Marx) sino humildemente intentar reparar los desaguisados monumentales que las fuerzas destructivas están causando al único planeta vivo que conocemos."

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  3. Gracias por la cita y el artículo.

    Desde luego. No creo que sea ya posible evitar la vía capitalista de evolución humana, pero habrá que echar el freno magdaleno para una transición un poco menos amarga hacia el futuro.

    El artículo que estoy desmenuzando concede, acertadamente, una inercia enorme y una enorme capacidad de adaptación del sistema. Personalmente, pienso que los plazos que imagina son más largos que los previsibles.

    ¿Eso es optimismo o pesimismo? ustedes dirán...

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