martes, 15 de mayo de 2018

Prospectiva aplicada al sistema: medio plazo

Después de haber presentado la primera parte (a corto plazo), continúo el desglose del artículo perspectivas de la economía capitalista a futuro

Ahora la prospectiva se vuelve todavía más especulativa e incierta. Aunque se puedan estirar o acortar los plazos, parece que el camino que llevamos sigue esos derroteros, salvo una catástrofe repentina que siempre es posible.

Lo seguro es que el capitalismo es incapaz de renunciar a explotar a los productores de sus riquezas. Por eso, ante las dificultades crecientes para aumentarlas, el sistema se parece cada vez más a la esclavitud.

En el feudalismo el desamparo hacía voluntaria la servidumbre. La moderna servidumbre es la protección, por pequeña que sea, que ofrece un trabajo en las condiciones dictadas, aceptado también voluntariamente por malas que sean esas condiciones.

Y por el momento, hasta la total descomposición, los flujos de capital y mano de obra esclava se producen a escala global.



















LA ECONOMÍA CAPITALISTA: PERSPECTIVAS A MEDIANO PLAZO (2016 – 2050/2070)


El comportamiento de la economía capitalista durante el próximo medio siglo se dará, como pienso, en virtud de una serie de vectores.

El primer vector será el comportamiento de la economía capitalista a partir del año 2026. En este sentido tenemos que considerar que partimos desde un punto en el que la economía, entre 2016 y 2026, vivió una crisis económica cuyo impacto se fijará entre la crisis de 2008 en su punto bajo, y la de 1929 en su punto más alto. Luego de que esta crisis se desate, vendrán los ajustes internos de la economía para que los capitalistas retomen la dinámica de acumulación de capital. Probablemente en un lugar antes de 2035 (todo dependerá de cuándo se desate la próxima crisis y cuánto tome su recuperación, si en el más tardío de los casos dentro de mi hipótesis esta se desata hacia mediados de la próxima década, entonces esta se superaría en un plazo de 5 a 10 años) la economía recuperará su dinámica y, es posible que esta tendencia se dé a nivel global sin mayores desviaciones regionales o locales.

Hacia 2035 la situación económica mundial tendrá tres elementos claves que potenciarán el crecimiento económico:
  1. La situación de la clase trabajadora será, en ese entonces, peor que antes de la crisis mencionada. Quizás los trabajadores de los países con economías avanzadas todavía vivan con un nivel de salarios inferior que el de sus abuelos o bisabuelos durante los años de la década de 1970 y 1980. Este punto es central, pues los capitalistas van a apostar sus esfuerzos por reducir los salarios de la clase trabajadora y así lograr un incremento en la tasa de plusvalía y ganancia.
  2. Los países del centro económico habrán acabado lo medular de la desinversión industrial en las áreas menos pioneras de la economía. Esto quiere decir que las áreas otrora más rentables, paulatinamente irán siendo absorbidas por las zonas de la semiperiferia y periferia capitalista. Los sectores de la siderurgia, automovilística, química, electrónica, terminarán de ser relocalizados (el proceso ya se inició, no es nuevo) en Estados con una fuerza económica intermedia, con una mano de obra medianamente cualificada, abundante y sobre todo barata: Brasil, Rusia, Turquía, India e Irán podrían representar los candidatos ideales para este objetivo, emulando el “milagro chino” de inicios de siglo, y de los “dragones asiáticos” de fines del siglo XX. Este proceso a su vez potenciará la proletarización de las clases trabajadoras conforme la inversión gire hacia las regiones de América Latina, África y el Centro y Sudeste asiático.
  3. Hacia mediados de la década de los años de 2030, la economía mundial habrá encontrado nuevos productos pioneros que ofertar. Esto formaría parte del comportamiento cíclico y general del capitalismo durante los últimos 5 siglos, cada vez que los otrora productos pioneros van perdiendo preeminencia, se terminan desarrollando nuevos productos que monopolizar, estos productos no solo deben estar ideados, sino que además su costo de producción debe llegar a ser lo suficientemente elevado para que reporte beneficios a los empresarios, y lo suficientemente bajo para que exista una demanda suficiente a su producción. En 2035 los sectores de los microprocesadores, ingeniería genética, informática, tecnología en energía alternativa no convencional, la robótica, pueden ya haber acabado esta transición y formar parte de las exportaciones de punta de las economías más avanzadas.
Supongamos que la delantera tecnológica se centra en el este asiático, hoy Japón es el país con más patentes otorgadas y solicitadas por año en el mundo, a la vez es el tercer país de la OCDE con mayor gasto en I&D en relación al PIB con un 3.5%, por sobre Estados Unidos que registra poco más del 2.5%. China por su parte ha registrado un crecimiento acelerado durante el último tercio de siglo, proceso igualmente acelerado en relación a su industrialización, tecnologización y desarrollo en aspectos tan importantes como la investigación y la ciencia. De aquí a 2035 China habrá superado a Estados Unidos como la primera potencia económica, de hecho, ya es superior (datos del FMI) en lo que respecta a PIB PPP desde el año 2014. El PIB PPP es otra forma para calcular el PIB de una economía, la diferencia es que, en lugar de usar el tipo de cambio nominal para estandarizar el cálculo, se usa la capacidad adquisitiva en relación a una canasta de productos estandarizada, por lo que este último obvia problemas como la volatilidad de los tipos de cambio, siendo además mucho más certero en el mediano plazo. Es por eso que el PIB PPP es, en plazos de 15 – 20 años, más representativo que el PIB nominal, y es por eso que ciertamente China ya es la primera potencia económica, de hecho, lo que sostiene a Estados Unidos como primera potencia económica en términos nominales es el dólar como reserva internacional más que su delantera tecnológica.

Con respecto a esto último, de aquí al 2035 Estados Unidos habrá dejado su puesto como primera potencia hegemónica. El papel del dólar como reserva internacional solo se mantiene porque no existe una divisa que sea segura y que tenga un poder adquisitivo considerable –tanto el euro como el yen o el yuan tienen sus propios problemas-, pero eventualmente eso sería superado ya que el gran problema de la economía norteamericana es su endémica balanza de pagos deficitaria, lo que la ha hecho dependiente del crédito internacional. Endeudarse hasta el infinito no es posible, pero Estados Unidos lo hace pues mientras paguen sus deudas en dólar, y sean ellos quienes emiten dólares, pueden tener el lujo de pagar sus deudas en la misma moneda que emiten. Por supuesto los principales afectados son todos los actores económicos que ahorran en dólares, y en directa relación a su deseo por atesorar en otra cartera de divisas (algo que ya está sucediendo), erigirán un sucesor a la moneda norteamericana.

Si el dólar pierde su posición, inevitablemente la economía estadounidense se devaluará, en pocos años la devaluación del dólar se reflejará en la contabilidad internacional. El PIB nominal estadounidense pasará a ocupar el segundo lugar y el chino el primero (si es que ya no lo ocupaba, en tal caso el distanciamiento sería todavía mayor).

Entonces, con China y Japón en la primacía económica, Estados Unidos decayendo a un segundo puesto, ¿qué pasará con la Unión Europea?
La posición de la Unión Europea dependerá de su capacidad interna de aquí a 20 años en el futuro para corregir cada uno de los problemas internos vinculados a su propia constitución. El principal problema de la UE es que homologó a unos países a un mismo tipo de cambio (el euro) sin un gobierno fiscal que diera el balance. Así, con países como Grecia o Portugal con niveles de productividad muy reducidos en comparación a Alemania, acumularon décadas de déficit por cuenta corriente compensados con inversión y deuda por parte de los capitales alemanes, franceses e ingleses. Esta relación económica terminó mostrándose sumamente crítica desde 2010. Si la unión desea mantenerse, con euro incluido, entonces lo que se debe implementar es un gobierno único (cuya elección no defino) con fiscalidad y gasto público para toda la unión, tal y como sucede hoy con Estados Unidos donde los Estados con problemas de fiscalidad son financiados por el Estado federal. La otra opción es que los partidarios de soluciones como el Brexit se fortalezcan y terminen provocando una regresión del proceso y eventualmente, la UE termine desapareciendo o viendo disminuida su tamaño.

Puede que dentro de 20 años haya algunos países que se resten al proyecto comunitario europeo. Quizás Gran Bretaña o Grecia dejen el proyecto. Yo lo veo poco probable, y es más factible que durante los próximos 20 años muchos europeos dejen de ver con tanto interés dicha posibilidad una vez que se percaten que los primeros países en dejar el proyecto, no superan los problemas de raíz capitalista y que para ello deben de seguir intensificando la pauperización de las clases trabajadoras. Estimo por su parte, que una Unión Europea con Alemania, Francia y Rusia fuertemente aunadas, más Italia y España representarían una importante potencia económica. A lo que se podría agregar Bélgica, Holanda, Dinamarca y otros países que hoy forman parte. Sin embargo, más allá del número de candidatos, lo fundamental es el grado de unión. Un gobierno único sería un gran paso, gobierno que entre en funciones con un gasto fiscal propio a los de un Estado supranacional. Pero a la vez, y de cara a las necesidades geopolíticas, la creación de unas FFAA netamente europeas serían el otro gran paso.

De lograrse ambos, tanto el gobierno común y las FFAA europeas, la UE se convertirá en una potencia no solo económica, sino que también política y militar con un peso tan relevante como Estados Unidos y capaz de sopesar el actuar chino. Si no es así, y la tendencia de los partidarios a las salidas tipo Brexit se hace mayoritaria, Europa solo será un continente con una serie de países cada vez menos relevantes en la arena internacional opacados por la dinámica china, japonesa y estadounidense.

La situación de los países del sur también dependerá de una serie de factores. Probablemente como ya mencioné, India, Turquía, Brasil, Irán y México formen parte de las nuevas potencias industrializadas. Su economía basará su crecimiento posterior a 2035 en base la atracción de inversiones internacionales desde los Estados centrales (Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea). Económicamente no serán los países más avanzados, pero estarán en una posición intermedia entre lo que es el centro y la periferia, tal y como lo era Corea del Sur durante los 80.  También potenciarán la demanda mundial por materias primas y productos altamente elaborados, por lo que buena parte del crecimiento mundial se deberá al vaivén de esos países.

Estos países para avanzar hacia una industrialización exitosa deben de garantizar una amplia población relativamente barata, manteniendo salarios bastante más reducidos que los salarios de los países económicamente avanzados. Dentro de este ejército de trabajadores deberán tener una minoría importante de trabajadores cualificados para poder operar la tecnología proveniente desde los países desarrollados. Y por supuesto, deberán tener estructuras de seguridad estatal firmemente consolidadas para así evitar el desorden interno y la confusión social. En definitiva, deberán apostar por ser Estados corporativistas o cercanos a ello, con sistemas educativos públicos con la suficiente cobertura para no tener que depender del conocimiento ajeno de mandos medios en empresas internacionales, y con una fuerza laboral obediente que no genere problemas en las cadenas productivas y comercializadoras. Tales condiciones, más la conexión a mercados potencialmente importantes, sobre todo si se trata de mercados internos (una gran población), les aseguraría a esos candidatos una industrialización exitosa.

Por su parte, la industrialización de esta nueva región semiperiférica entre 2035 y 2050/70, provocará una mayor expansión de la demanda por materia prima, en este aspecto América Latina podrá ver crecer su economía en relación al incremento del consumo por metales, crudo y productos agrícolas. Mismo efecto se podría apreciar de países del oriente medio. Pero más relevante sería el cambio que deberían vivir los países de África, tal nivel de demanda por materia prima, llevaría a la inversión extractiva en tales países lo que, por una parte, provocaría niveles extraordinarios de crecimiento económico, y por otra una nueva configuración social y una emergencia de la clase media africana. Durante los próximos 50 – 55 años podríamos ser testigos de un fenómeno interesante, el turismo de africanos en Estados Unidos, Sudamérica, Europa y Asia.

Tanto en África como en América Latina, oriente medio y el centro de Asia se verán beneficiados por este proceso. De seguro el promedio de esta región fortalecerá su abocada dirección hacia las economías extractivas. También es muy seguro que en esta región los gobiernos populistas lleguen al poder y encaminen gobiernos con amplio gasto público social determinados a fortalecer (en caso de América Latina y Oriente medio) o crear (en caso de África) una sostenida clase media. Es posible que también los intereses por intensificar el desarrollo capitalista sean tan fuertes, que, en caso de requerirlo, las clases dominante potenciarán un gobierno militar–dictadura para que ordene internamente la situación nacional impidiendo la proliferación de cualquier obstáculo para la acumulación del capital.

La situación social de todo este hipotético desarrollo económico daría a mi modo de ver, diferentes resultados en su orden político interno. Cada población tendrá a su elección diferentes alternativas de gobierno, y, por ende, diferentes caras ante el mundo. Las sociedades del centro más desarrollado, como Europa, Estados Unidos y Japón, al tener una mano de obra altamente cualificada, tenderán a dar cabida a gobiernos de corte liberal–socialdemocráta o socioliberal que retomen la idea que 100 años antes habían iniciado sus antecesores políticos de la mano del Welfare State. Esto será posible pues al tener una mano de obra más calificada, los capitalistas tienen poca opción frente a obreros movilizados. Los países que forman parte de las regiones periféricas como ya se mencionó, tenderán a opciones diferentes, probablemente gobiernos populistas de izquierda llegarán de la mano de más exigencia ciudadana, la recuperación de la figura de Chávez en América Latina y de Nasser en oriente medio podrá ser común, golpes de Estado y dictaduras militares de corte tecnocrático igualmente podrían gestarse, esto combinado con gobiernos liberales representaría el panorama en la periferia. ¿Y en la semiperiferia? La semiperiferia generalmente ha divagado entre gobiernos de la periferia y del centro. Brasil, Turquía, Irán, México, India deberán tener gobiernos centralizados y autoritarios para poder no solo garantizar seguridad de inversión, sino que poder gestionar las reformas estructurales necesarias de cara a una potencial industrialización. México y Brasil deberán buscar todos los medios, una fuerza en conjunto entre gobiernos, policías y ejército para ordenar el caos civil y acabar con los carteles de droga y la delincuencia. Turquía e Irán deberán ser capaces de erigir autoridades que canalicen la popularidad en la región de oriente medio, funcionando como centros de atracción a la inversión capitalista, garantizando seguridad a los inversionistas y excluyendo a todas las fuerzas conservadoras, reaccionarias y antisistemas que puedan poner en riesgo la acumulación capitalista. La India igualmente deberá tener un gobierno capaz de unificar las fuerzas políticas y sociales en contra de cualquier fuerza centrífuga tanto interna como externa, los faccionalismos étnicos y políticos deben quedar excluidos.

Todos estos cambios implicarán cambios en el 50% más pobre de la sociedad mundial, esta población concluirá su proceso de proletarización y prácticamente todos los trabajadores en el mundo estarán totalmente inmersos en la mecánica del trabajo asalariado.
En este proceso la migración sur–norte será tónica común, y en buena medida potenciará el crecimiento económico de los países más avanzados. Aquí dependerá de la capacidad de cada país para asumir y acoger a los millones de inmigrantes que busquen vivir en cada uno de sus países, Japón y la UE necesitarán durante el próximo medio siglo una gran afluencia de trabajadores jóvenes para potenciar sus respectivas economías, será labor de sus respectivas sociedades poder aceptar la realidad de la inmigración, especialmente en Japón donde a día de hoy su sociedad es una de las más reacias a la inmigración dentro de los países de la OCDE.

En resumen, dentro de los próximos 50 años el panorama mundial económico y político se modificará. Estados Unidos dará paso a China y Japón como ejes centrales en la acumulación capitalista, por una parte, y por otra el papel de la Unión Europea será determinado en relación a su capacidad para mantenerse unida, como una entidad federal, y con Rusia de su parte. Países como India, Turquía, Irán y Brasil serán parte de la semiperiferia y su industrialización podrá darse en virtud a su capacidad de tener una gran población trabajadora, obediente y barata, por una parte, y por otra una minoría de trabajadores cualificados que ocupen los mandos medios y superiores de las empresas. La periferia verá incrementado el precio de sus materias primas y en la medida que se integra a la dinámica, el restante de la población subproletarizada terminará la transición hacia la proletarización, muy probablemente las zonas donde aún es mayoritaria la población agraria se reducirán a niveles mínimos y conforme esto se consolide, hacia 2050-70, las demandas sociales de esta población completamente proletaria vaya incrementándose.

1 comentario:

  1. Como dice el chiste, hemos descubierto que los extraterrestres han llegado a nuestro planeta… y somos nosotros.

    “El uso adecuado de la ciencia no es dominar la naturaleza, sino vivir en ella” -dijo Barry Commoner en 1970, en su famosa alocución televisada por la CBS el 22 de abril, el Día de la Tierra. Ah, si pudiéramos superar el narcisismo de especie y la pulsión de dominio...

    El capitalismo se basa en el resorte básico de comprar barato y vender caro, a todos los niveles. Por eso, no puede funcionar sin generar costes externos masivos y dejar toda clase de “facturas sin pagar” (por ejemplo, intentando pagar la fuerza de trabajo sólo al coste de su reposición; o usando recursos naturales que sólo se valoran al coste de extracción). Basta reparar en esta dinámica para poner entre paréntesis todos los supuestos progresos que realizamos bajo el capitalismo.

    Pero estos daños y costes externos no desaparecen sino que se van acumulando, y las facturas acaban volviendo sobre la mesa: hoy lo hacen bajo la forma extrema de colapso ecológico-social.

    Antropización: entropización. Ah, Homo sapiens ha de cambiar radicalmente su forma de habitar la Tierra, que es Gaia/ Gea…

    ¿Intentamos dejar de comportarnos como extraterrestres en el tercer planeta del Sistema Solar?

    https://vocesdelextremopoesia.blogspot.com.es/2017/09/tuits-para-el-siglo-de-la-gran-prueba_11.html

    ResponderEliminar