miércoles, 27 de marzo de 2019

Imperialismo financiero

En el cuento de la bolsa mágica, su poseedor podía sacar dinero indefinidamente de ella sin vaciarla. Esto es lo que hace el dinero fiduciario, creado a voluntad del banco emisor. Claro que, cuando se fuerza la máquina impresora, el exceso de dinero, pero no de bienes en que emplearlo, termina devaluándolo: habrá más papel moneda, pero valdrá menos.

En todo caso, las pérdidas no las sufrirá el banco, sino los poseedores de ese dinero.

Si el banco emisor impone su moneda a escala global, podrá pagar todas sus deudas en esa falsa moneda, cargándolas por esta vía al resto del mundo.

Alexander Boos (Web alemana Sputnik) ha entrevistado a Michael Hudson. A este economista, historiador de la deuda, le debemos (no en sentido financiero, sino metafóricamente) ideas que ilustran muy bien el punto al que hemos llegado:
Toda la política exterior de los EE.UU. (Incluyendo las deudas) tiene como objetivo restringir el desarrollo económico de los países del tercer mundo en aquellos sectores de la economía en los que Estados Unidos teme la aparición de competencia. Al mismo tiempo, los Estados Unidos impusieron activamente políticas de libre comercio en los países en desarrollo, en otras palabras, una política que fue la inversa de la que llevó a su país a la prosperidad.  
El Consenso de Washington alentó al FMI y al Banco Mundial a imponer austeridades a las que Estados Unidos no está expuesto (gracias a la dominación del dólar) que someten a otros países a un comercio injusto que agota los recursos naturales y privatiza las infraestructuras, que utilizan técnicas de financiación parasitaria (incluidas exenciones tributarias al estilo occidental) para extraer la cantidad máxima del excedente del país en lugar de proporcionar un servicio competitivo. 
La ideología del libre mercado termina como un doble pensamiento político para contrarrestar cualquier libertad de pensamiento. Su notable éxito en los Estados Unidos y en otros lugares se ha logrado excluyendo la historia del pensamiento económico y la historia económica del currículo de economía.
Es tan reveladora esta entrevista que no me resisto a repetirla entera. Aunque el canto del grillo (¿Pepito Grillo?) pueda perderse, de tanto sonar... 





El Imperio utiliza el dólar como su principal instrumento de dominación


Profesor Hudson, usted ha advertido sobre lo “peligroso” que es el imperialismo financiero estadounidense. ¿Puedes explicar esto brevemente?

Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estos instrumentos fueron creados como mecanismos para controlar financieramente a otros países.

Esto se hizo evidente después de que EEUU aboliera su patrón oro en 1971. Desde entonces, siempre han tratado de obligar a otros estados a mantener sus reservas de divisas en dólares. Esto significa que los gobiernos deben obtener los dólares de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Para que quede claro: usted debe comprar bonos del gobierno de los EEUU, pues la mayoría de los bancos centrales no compran acciones de compañías, compran bonos del gobierno. Al menos así funciona el sistema.

Los dólares se han “bombeado” al ciclo económico mundial durante mucho tiempo. Lo han hecho  también para financiar el gasto militar de los Estados Unidos. Como resultado, el sector privado se encuentra en una posición dependiente y bastante difícil. Dicho brevemente: el gasto militar estadounidense está inyectando inmensas cantidades de dólares a las economías extranjeras.

La FED (Reserva Federal) obliga a los bancos centrales de otros países mantener reservas en dólares, incluidos los bancos centrales de Europa, los bancos centrales del Tercer Mundo, China y otros. Para comprar estos bonos los bancos centrales deben compran dólares a la Reserva Federal de EEUU. Esto significa, ni más ni menos, que estos países financian el presupuesto militar de los Estados Unidos. En esto  consiste la política unipolar de los Estados Unidos.


¿Por qué los Estados Unidos se han involucrado en guerras en todo el mundo?

Los Estados Unidos perdieron casi todo el stock de oro estatal durante la Guerra de Vietnam. Mantener una guerra es muy costoso. La clave es equilibrar los gastos. El límite es la balanza de pagos. Los gobiernos estadounidenses han financiado su aparato militar creando formidables déficit de su propia balanza de pagos.


¿De qué manera Estados Unidos sostienen su enorme aparato militar global?

Sólo pueden hacerlo si el valor del dólar no baja. Por eso siempre trata de evitar que otros países cambien sus dólares por oro. Por lo tanto, los Estados Unidos con el pretexto del comercio internacional exigen a todos los países: “mantener los dólares o invertir en los bonos del Tesoro ”.

En más de una oportunidad le ha dicho a la Unión Europea: “Ustedes no deben tener déficit en su balanza de pagos. No deben crear demasiados euros porque el euro no puede ser un rival del dólar. Los países europeos deben mantener el dólar como moneda reserva para mantener el comercio internacional”.

En realidad se trata de un tipo de tributo. Europa y el resto del mundo están financiando el déficit de la balanza de pagos de los Estados Unidos.


Usted ha escrito que está empezando una nueva “Guerra Fría” ¿Existe peligro de guerra en un futuro cercano?

Una guerra todavía no es un peligro de guerra real. Pero países, como China o Rusia, quieren ser  independientes del dólar. La posición de los EEUU es la siguiente : “Ustedes deben usar nuestro dólar y deben someterse a nuestras reglas”.

De esta manera, los bancos estadounidenses pueden imponer sanciones. Si no utilizan la moneda de EEUU simplemente congelan el dinero depositado en dólares. El principio de toda la política exterior de los Estados Unidos es controlar a todos los países a través del dólar. De esta manera aseguran sus intereses globales.

Este principio ha sido dejado muy claro por el presidente Trump. Hoy esta política imperial ha traído como consecuencia que Rusia y China se “desdolaricen” para protegerse contra la agresión de Estados Unidos y su “burbuja económica”. La Nueva Guerra Fría, que actualmente se está librando, es básicamente una guerra financiera.

Cada día más países tratarán de protegerse de las sanciones y de las fuerzas militares de los Estados Unidos. Piénselo por un momento: Cuando Washington coloca misiles en Europa lo que quiere es que Europa y Rusia se destruyan entre sí, por decirlo de alguna manera. La OTAN ya no defiende a la Unión Europea.


Entonces,  ¿qué futuro tiene el dólar como moneda de reserva mundial?

El dólar en un corto plazo ya no será la moneda de reserva para aquellos países que quieran desarrollarse independientemente de los Estados Unidos. El dólar no será la futura moneda de reserva para Rusia, China y para muchos países en desarrollo.

En el futuro cercano los actores financieros empezarán a utilizar el dólar para operaciones mínimas: como moneda de cambio o para estabilizaciones de corto plazo. Pero eso sería todo. Creo que el mundo se está moviendo más y más hacia el patrón Oro. También a otro tipo de soluciones: como economías que hacen negocios en sus respectivas monedas nacionales, por lo tanto, dejarán de usar el dólar para los intercambios.

Quiero dejar claro este asunto: bajo las actuales regulaciones de EEUU un extranjero NO puede comprar compañías estadounidenses. Ni siquiera una estación de servicio, porque esto supuestamente pone en peligro la “seguridad nacional”. Por otro lado, los estadounidenses pueden comprar cualquier cosa fuera de los Estados Unidos con sus dólares. Por esto crean artificialmente tantos dólares, para comprar industrias e infraestructuras europeas.

Muchos países se están dando cuenta que es un sistema asimétrico y muy injusto. Ahora muchas naciones quieren terminar con este chantaje y la explotación que sufren por el uso del dólar estadounidense.


¿Cuál es la actual relación del oro con el dólar estadounidense?

El déficit de la balanza de pagos de las naciones está en sus presupuestos militares. Antes de 1971, cualquier país tenía la capacidad de convertir sus reservas en oro, minimizando de esta manera su déficit. Durante la Guerra de Corea, los Estados Unidos tenían alrededor de las tres cuartas partes del oro monetario del mundo. Utilizaron este metal precioso para instalar un sistema económico mundial basado en el patrón oro. Con la Guerra de Corea comenzó a reducirse su cuenta corriente pasando desde un superávit hasta un creciente déficit.

En 1971, Francia o Alemania, habían logrado recuperar sus tenencias de oro y generado excedentes. Pero los Estados Unidos tenían cada vez menos oro. Habían perdido su propio oro para financiar la guerra de Vietnam. En ese momento, muchos observadores pensaron que eso significaba el fin del gasto militar estadounidense. Sin embargo, el gobierno de los EEUU encontró una solución a través de su poder militar y la presión sobre los demás estados, imponiendo una nueva regla: “en lugar de mantener reservas en oro, solo las naciones deben mantenerse sus reservas para el comercio internacional en dólares estadounidenses ”.

Después de 1991, lograron convencer al gobierno ruso de Yeltsin para que mantuviera una gran cantidad de dólares “para cubrir los problemas financieros del rublo”. Entonces, Yeltsin en lugar de utilizar las finanzas estatales rusas para impulsar su economía hizo que Rusia destinara sus recursos a comprar dólares.

Este fue el paso definitivo que permitió a Estados Unidos transformarse en el centro financiero del mundo. De ahí en adelante otros estados empezaron a pagar por las aventuras militares de los Estados Unidos. Este mecanismo es una forma de tributo, muy similar a lo que alguna vez implantó el Imperio Romano. Roma también recibía el pago de tributos de sus provincias, incluyendo Asia Menor, Grecia y lo que hoy es Europa.


¿Qué papel juega Rusia en la política monetaria mundial ?  ¿Por qué los rusos están comprando mucho oro?

Sí, están tratando de deshacerse del dólar. Rusia ha entendido que: “si tengo dólares estadounidenses, cualquiera que sea su forma, –ya sea en bonos estadounidenses o deuda estadounidense el gobierno de Estados Unidos podrá sancionar al país en cualquier momento".

Como expliqué. Esto significa que Estados Unido hace un chantaje  a la Federación Rusa a través de los dólares que Rusia tiene de reserva. Y como Rusia no quiere apoyar la política exterior de Estados Unidos tiene que reorientar este aspecto de su economía .


¿Está China en camino de introducir un yuan respaldado por oro? ¿El yuan-oro podría convertirse en una especie de nueva moneda de reserva mundial?

China está siguiendo la misma estrategia política que una vez hizo ricos a los Estados Unidos en el siglo XIX. China es una economía mixta. Toda su economía estatal y centralizada es exitosa.

La clave del éxito de China es porque el sistema financiero está controlado por el gobierno central. Para entenderlo, si el banco central de China presta dinero a una compañía china que es insolvente, el banco central puede decidir: “solo resolveremos la deuda de tal manera que beneficie a la población “.

China puede evitar que una empresa en ruinas sea aprovechada por los intereses financieros de EEUU o de los fondos buitres. Las compañías chinas no pueden ser compradas por extranjeros. China es independiente de los Estados Unidos y del dólar. El país utiliza su superávit de comercio exterior para impulsar su propio desarrollo, en lugar de subsidiar indirectamente a la economía estadounidense. Por supuesto, esto preocupa y mucho a los políticos en Washington.

Ante esta nueva situación Estados Unidos ha respondido: “intentaremos frenar la economía china lo mejor que podamos” Pero China, y también Rusia, se mantienen imperturbables y firmes. Estamos retornando a la época anterior a 1971, en el momento de la Guerra de Vietnam. El objetivo de los chinos y de los rusos es  volver al antiguo patrón oro.

Si el patrón oro fuera introducido, los Estados Unidos estarían acabados en poco tiempo. Especialmente el imperio militar estadounidense. Por supuesto, Rusia y China están buscando alternativas al dólar como medio de pago mundial.


La UE seguirá dependiendo de los Estados Unidos o Europa realizará cambios en su política dependiente?

Lo que aprendí mientras trabaje en la Reserva del Tesoro de los Estados Unidos es esto: los Estados Unidos simplemente pagan a los políticos y congresistas europeos. Así que los Estados Unidos no tienen necesidad de iniciar una guerra con Europa, sencillamente sobornan a los políticos en la Unión Europea. En el FED me dijeron que los políticos alemanes y franceses son los más fáciles de sobornar.

Hay libros sobre ese tema, también sobre política italiana. Por este motivo los servicios secretos de EEUU vigilaban el teléfono móvil de Ángela Merkel.  Estos servicios de inteligencia deben garantizar que ningún político alemán haga algo que viole los intereses de los EEUU.

Estados Unidos no controlan la Unión Europea a través de las grandes corporaciones , sino a través del control directo de los políticos de la UE. También a través de los medios de comunicación que manipulan la opinión pública. Por ejemplo, las acciones contra el gasoducto Nord Stream 2 de Estados Unidos ha molestado mucho a los industriales alemanes. La explicación económica es clara.  El mercado natural de  gas para Alemania es Rusia. Ambas economías se complementan perfectamente. Este sería el paso lógico para el crecimiento económico de ambas economías. Pero Estados Unidos está tratando de evitarlo, por eso mantiene una campaña mediática para aislar a Rusia.


¿Por qué los estudiosos afirman que su libro “El imperialismo financiero” es una análisis actualizado de este momento económico?

Porque ilustra el cambio histórico del sistema monetario mundial y muestra cómo el fin del patrón oro ayudó a construir un sistema de control global sin ninguna justificación real. He demostrado que el FMI y el Banco Mundial han sido desde entonces, de facto, brazos del Pentágono. Pero, la mayoría de los libros se vendieron en China. En Alemania sólo se publicó el año pasado. El libro describe cómo la UE, Rusia y China, terminaron en la “trampa económica” tendida por los Estados Unidos. También trata de encontrar salidas y soluciones.


He leído que el Pentágono y la CIA también han demostrado un gran interés en su libro.

Cuando se publicó la primera edición de “El súper imperialismo” a principios de los años 70, el pedido más grande más de 2.000 ejemplares vino de Washington. Más específicamente: del Pentágono y del Departamento de Estado.


Estas instituciones me pidieron que les explicara porque el fin del patrón oro no fue un desastre. Les demostré que esa medida permitió a EEUU desarrollar sus estrategias globales. Escribí el libro con el objetivo de informar a otros países sobre cómo romper con las políticas de los Estados Unidos. En cambio, el aparato estatal de los Estados Unidos fue una parte importante de mis lectores. La CIA y los diplomáticos estadounidenses querían usar mi libro como una guía sobre cómo controlar el mundo a través del dólar estadounidense.


¿Por qué el libro no recibió la atención de la izquierda de EEUU?

Creo que hoy en día los partidos de izquierda apenas si hablan de economía y de contextos económicos. Esto tiene que ver con la penetración de las ideas del neoliberalismo. Los partidos socialdemócratas en Europa ya no luchan por la justicia social. Tampoco se preocupan por el bienestar de los trabajadores. Realmente es necesaria una Nueva Izquierda, que se concentre, entre otras cosas, en la lógica de la economía.


martes, 26 de marzo de 2019



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La cuestión es que el Green New Deal, la transición socioecológica, el Horizonte Verde, el postfosilismo, o la etiqueta que más nos guste, debe apoyarse en cuatro pilares irrenunciables:
  • reducción de la huella ecológica acorde a la biocapacidad de la tierra 
  • reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta ajustarse a los umbrales definidos en la Cumbre de París 
  • la equidad como criterio rector de la reconversión
  • la democracia basada en la ética del cuidado
Yayo Herrero

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Estamos a punto de entrar en otra grave recesión económica, en la que el petróleo y el diésel van a desempeñar un papel central. No podéis dejar que os desactiven con el argumento habitual, el del pragmatismo, ése que dice: “primero resolveremos la crisis económica, después ya vendrá lo demás”, porque la crisis económica a partir de ahora será la situación habitual: el capitalismo se dirige a su fase final, porque los recursos empiezan a fallar y no le permiten seguir creciendo. Así que la crisis económica será en breve algo recurrente, continuo, instalado. Pero la crisis ambiental tampoco va a parar, aún menos la de los recursos, ni todas las otras crisis de sostenibilidad. No podemos esperar más, no valen excusas. Y si el sistema no funciona, tendremos que cambiar el sistema.
Antonio Turiel
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En el fondo es relativamente sencillo. Igual que ningún jefe ha tenido históricamente demasiado problema para empeorar conscientemente la vida de sus empleados con el fin de enriquecerse, las grandes empresas y los especuladores internacionales no parecen tener demasiado problema en seguir alimentando esta auténtica locura destructiva si con ello pueden seguir manteniendo sus ganancias.

Adrián Almazán


viernes, 22 de marzo de 2019

La teoría económica es el discurso del capital

"Dime de qué presumes y te diré de lo que careces".

Por algo se ha sospechado que "el caballero de la mano en el pecho" era manco. Tanto afán por enseñarnos su fina mano nos lleva a pensar que no tenía otra.

La mano que nos muestran continuamente los economistas es la del equilibrio oferta-demanda, que se regula solo, y mucho mejor si no intervenimos en su desarrollo. La otra mano oculta es el desequilibrio permanente que la realidad de los mercados nos impone.

¿Sería esa la famosa "mano invisible" de la que habló Adam Smith?



Brueghel el Joven. La oficina del recaudador de impuestos (c. 1615) 
Art Gallery of South Australia





















Alejandro Nadal

Hace muchos años la economista Joan Robinson señaló que tan pronto alguien cuestiona la idea de equilibrio, los economistas acuden presurosos a defender el concepto, como enjambre de abejas dispuestas a reparar el daño sufrido por su panal. Ese comportamiento propio de un insecto social es algo extraño y abre la puerta a una pregunta importante.

¿Quién toma la palabra cuando habla la teoría económica?

(…)

En lugar de preguntar ¿cómo funciona el mercado y qué consecuencias tiene?, la teoría económica se fue trazando la misión de demostrar que el mercado es socialmente benéfico. Para avanzar en este sesgo apologético del mercado buscó demostrar que las fuerzas del mercado son capaces de conducir a la sociedad a una asignación de equilibrio. Hoy sabemos que en esa tarea la teoría económica fracasó. Ese punto de vulnerabilidad es lo que provoca que, como bien observó Joan Robinson, los economistas acudan como enjambre de abejas a reparar el panal cada vez que el concepto de equilibrio es objeto de crítica.

Cabe señalar que existen varias corrientes que se consideran heterodoxas por no ajustarse a los cánones de la teoría dominante. La teoría poskeynesiana y el análisis de inspiración sraffiana son buenos ejemplos de lo anterior y no hacen la apología del capital. Al análisis de inspiración marxista la teoría dominante lo ha satanizado, porque es Marx el primero en haber hecho la crítica del capital y su discurso.

El sesgo apologético de la teoría económica respecto de la sociedad capitalista de mercado es lo que hoy permite contestar la pregunta inicial. Es el capital el que toma la palabra cuando habla la teoría económica. Marx es el primero en responder correctamente a la pregunta que planteamos al principio: la teoría económica es el discurso del capital.

viernes, 15 de marzo de 2019

María Terremoto

Nunca fue el flamenco actividad vetada a la mujer: siempre hubo en el cante grandes figuras femeninas. Pero seguramente es ahora el tiempo en que hay más cantaoras.

MARÍA FERNÁNDEZ BENÍTEZ, “María Terremoto”, prolonga la saga de la familia “Terremoto” de Jerez de la Frontera. Es nieta del genio del cante Fernando Fernández Monge, “Terremoto de Jerez” e hija de Fernando Fernández Pantoja “Fernando Terremoto”, galardonado con todos los premios posibles del flamenco y nominado en 2004 a los premios "Goya" por la canción que interpretó para la película "Carmen", de Vicente Aranda.

Ahora emprende una gira por Estados Unidos: Nueva York, Chicago, Miami, Washington. 

Estuvo recientemente en nuestro flamenco, con motivo de la presentación de su disco "La huella de mi sentío", en un programa ilustrado con la interpretación de soleares (minuto 15:30), seguiriyas (26:45), malagueña (39:33), fandango abandolao (46:20) y bulerías de Jerez (51:40).




martes, 12 de marzo de 2019

¿La cosa va lenta?




Sobre el peligro de poner plazos al previsible colapso civilizatorio que causaría la falta de combustibles fósiles, Emilio Santiago Muiño ha escrito el artículo Futuro pospuesto: notas sobre el problema de los plazos en la divulgación del Peak Oil. Como las profecías "con fecha fija" pueden desacreditar a quienes las hacen y convertir en escépticos a sus destinatarios, el autor vive con cierto desasosiego la lentitud del proceso en curso, comparada con sus postulados de hace un decenio.

Jorge Riechmann no ve que "la cosa" vaya tan lenta como puede parecer a quien se fíe de la "recuperación" de la economía tras la crisis. Sin entrar en qué aspectos se han recuperado y cuales no, y a costa de qué, puntualiza:
Creo que Emilio tiene toda la razón en esta parte de su análisis: 
“Hubo dos equívocos, uno menor y otro mayor. El menor es haber tomado por absolutamente certero el estado de la cuestión energética del presente. Donde sin duda tenemos seguridad científica para hablar de tendencias. Pero todavía no se conoce lo suficiente como para aventurarnos, como hicimos, a realizar cálculos prospectivos tan ambiciosos como para señalar fechas. El segundo tiene que ver con instalarnos en análisis muy unilaterales y muy unifactoriales sobre el papel de la energía en la evolución social. La conexión entre el pico de petróleo convencional de 2005 y el crack de 2008 alimentó nuestras ilusiones de estar en lo cierto. Pero como la energía no era ni muchos menos el único factor que explicaba el crack económico, aunque tuviera un peso que los economistas convencionales nunca quisieron admitir, la gestión política de otros muchos factores ha ayudado a prolongar la normalidad incluso abrir espacio para el crecimiento (a un costo social y ambientalmente oneroso claro, pero funcional al fin y al cabo para las lógicas del capital). Y esto, sin duda, volverá a pasar. El gran problema de fondo es que, por muchas razones, nuestra mejor ciencia empírica es y será altamente imperfecta para predecir con exactitud procesos socionaturales. Lo que implica un enorme obstáculo cuando además se pretende hacer política anticipatoria con márgenes de incertidumbre tan amplios. En este sentido, tenemos precedentes que hay que revisitar. La famosa apuesta entre Ehrlich y Simon sobre el encarecimiento de algunos productos naturales provocados por su escasez ha sido explotada hasta la saciedad por neoliberales para deslegitimar los vaticinios ecologistas. Y esto es fundamental: en política por desgracia no importa tanto la verdad sino el uso de las percepciones sociales.” 
Y opino, como Emilio, que
“hemos entrado en el escenario tecnomarrón de David Holmgren: atenuación a corto plazo del problema energético a costa de intensificar a medio plazo el problema del cambio climático”; 
dije esto mismo hace algún tiempo. Con el matiz (enorme) de que no es a medio plazo (la intensificación del calentamiento global), sino a corto plazo, ya; y que no es sólo la intensificación del apocalipsis climático hacia el que vamos, sino el desplome de todo el mundo vivo.
Pues donde discrepo es en pensar que la cosa va lenta. Sólo se puede afirmar algo así intramuros: encastillados tras los muros de la ciudad humana, ciegos a lo que está ocurriendo en el mundo natural. Las cosas no “van mucho más despacio de lo que habíamos previsto”. En cuanto uno mira por encima de los muros de la ciudad, es al revés: el ritmo del calentamiento global, la muerte de los arrecifes de coral, el desplome del fitoplancton, la hecatombe de los insectos, la destrucción del mundo vivo en general… todo va más rápido que (casi) en nuestras peores previsiones. El ritmo del cambio climático, por ejemplo, es de una rapidez que corta el aliento si la referencia son los cambios climáticos anteriores que ya han acaecido en el planeta Tierra. Si nuestro marco de referencia, más allá de Móstoles o Cercedilla y la Comunidad de Madrid, es Gaia.

viernes, 8 de marzo de 2019

Carga mental

El tema de la salud laboral es motivo de preocupación, no solo para los trabajadores, sino también para las empresas, porque incide directamente en la productividad.

Por esta razón, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo ha editado un documento, la carga mental de trabajo, cuyas autoras son Olga Sebastián García y María Ángeles del Hoyo Delgado, del Centro Nacional de Nuevas Tecnologías.

Seguramente no es casual que se trate de dos mujeres, porque de carga mental las mujeres saben un rato.

Explican las autoras:
En cualquier trabajo, el trabajador tiene que poner en funcionamiento mecanismos o procesos tanto físicos como mentales. Estos mecanismos son los que determinan la CARGA DE TRABAJO, que podemos definir como “el conjunto de requerimientos psicofísicos a los que se somete al trabajador a lo largo de su jornada laboral”. 
[La carga mental es] el nivel de actividad mental o de esfuerzo intelectual necesario para desarrollar el trabajo.
Y más adelante:
En un puesto de trabajo deberemos tener en cuenta distintos tipos de exigencias mentales, relacionadas con:  
La información recibida: cantidad de señales que llegan, velocidad a la que llegan, diversidad de las señales, número, dispersión y diversidad de fuentes de las que proceden, variabilidad de los canales sensoriales a través de los cuales se perciben las señales (interferencias, redundancias, lagunas,…), etc. 
El análisis de dicha información: grado de elaboración de la información que se requiere, complejidad de los razonamientos, grado de libertad en las acciones, exigencias de atención, de memorización, de cálculo numérico, de razonamiento lógico, de solución de problemas y toma de decisiones, etc. 
La respuesta: rapidez de respuesta que se exige, libertad en la toma de decisiones, número de alternativas entre las que se ha de seleccionar la respuesta, etc.  
El contenido del trabajo está en función, además, del factor tiempo, es decir, de la organización del tiempo de trabajo, cuya incidencia sobre la carga mental hay que considerar desde dos puntos de vista:  
• El tiempo de que se dispone para elaborar la respuesta.  
• El tiempo durante el cual debe mantenerse la atención.
El documento se centra en la carga mental, aunque no debemos olvidar la carga del trabajo físico. La primera se da especialmente en las tareas creativas y organizativas, la segunda, que también se ve afectada en alguna medida por la primera, en los trabajos ya organizados.

Un fenómeno digno de analizarse es el hecho de que mientras en los trabajos inmersos en el mercado laboral las tareas organizativas están mayoritariamente en manos de hombres, en el ámbito doméstico son desempeñadas casi exclusivamente por mujeres.

¿Por qué un varón que fuera del hogar es capaz de tener en la cabeza toda una compleja trama de responsabilidades entrelazadas se convierte al entrar en su casa en un perfecto inútil, que en el mejor de los casos puede contribuir soportando una carga física, colaborando y compartiendo lo que se le encargue, pero en modo alguno adquiere responsabilidades que le supondrían una fuerte carga mental?

La estructura social capitalista ha heredado de los sistemas que la precedieron la segregación entre las tareas "productivas" que la sostienen y aquellas otras "reproductivas", invisibles para el mercado y por ello "sin valor de cambio". Pero son tareas imprescindibles y están en la base, por debajo de las primeras.

Esta viñeta explica muy bien la situación. Obedecer a "la jefa" y compartir tareas solicitadas no la descarga de la compleja labor de organizar toda la máquina doméstica. Porque la intendencia de una casa es comparable a la de una empresa cualquiera, con la diferencia de que un gerente suele disponer de personal cualificado en el que delegar parcelas de responsabilidad.





La autora de este dibujo, Emma Clit, tiene una página web en la que se pueden encontrar ejemplos muy ilustrativos de la carga mental de las mujeres, incluidas las que además, trabajan en tareas "productivas", sin poder librarse de las reproductivas, a no ser que las deleguen… en otras mujeres, que a su vez en su casa tendrán el mismo problema.

En una entrevista reciente, lo explica:


"Al sistema le interesa que las mujeres sigan haciendo gratis
el trabajo doméstico"
Usted ha puesto imagen a la carga mental. ¿Quién habló por primera vez del concepto? 
Surge en el contexto laboral, y en los años 80 la socióloga feminista Monique Haicault lo retoma para hablar de la carga mental en el hogar. El trabajo de la casa no está remunerado y esa carga no permite emanciparse. Hace que perdamos independencia, libertad y poder. 
Si no hay nada biológico que lleve a las mujeres a ejercer ese papel, ¿por qué lo asumen? 
La primera razón es porque interesa que las mujeres sigan haciendo ese trabajo gratis. Es lo que permite mantener el sistema. La crianza de los hijos y el trabajo doméstico sitúan a la mujer en ese esquema. De hecho, a menudo la mujer aparece en los medios en su rol de madre y de ama de casa, mientras que a los hombres se les ve en contextos más valorados. Luego está el márketing capitalista: hay juguetes para niños y para niñas y así se vende el doble. Y luego está el modelo que mostramos a nuestros hijos. 
¿Su objetivo es ofrecer herramientas para salir de ese modelo? 
Primero, intento mostrar la importancia de los estereotipos, porque solo se busca una solución cuando se entiende que hay un problema. No es inocente educar a una niña como a una niña y a un niño como un niño, porque de adultos sufrimos las consecuencias. Después doy pistas para una educación no sexista, pero siempre a través de situaciones concretas. No doy soluciones universales. 
Dice que la mujer es la "titular" de la responsabilidad doméstica. ¿Quién le ha dado este título? 
El patriarcado. No son los hombres a título individual, es una sociedad dominada por la clase masculina, que ha tenido el poder político y religioso durante siglos y ha mantenido el control sobre las mujeres, especialmente sobre su capacidad reproductiva, que es un poder esencial.
En este día de la mujer trabajadora traigo esto aquí para señalar algunas cuestiones preocupantes, muy relacionadas entre sí:

  • El trabajo reproductivo, sustraído al mercado, es una gran estafa contra la mitad de la humanidad. Porque es la mayor de las plusvalías, entendiendo como tal, en términos marxistas, la parte de trabajo no pagado en la jornada laboral, que en este caso es la totalidad.
  • La división del trabajo, origen de las desigualdades, separó, desde antes de los tiempos históricos, el trabajo productivo del reproductivo, repartiendo las tareas, incluyendo las organizativas, en dos grandes campos.
  • Los varones casi nunca somos conscientes de ello, y pensamos que la igualdad se reduce a un reparto justo de tareas concretas en el hogar, mientras damos esquinazo a la carga mental que suponen las tareas organizativas.
  • Por último, una pregunta que plantea el economista Manolo Lago: ¿por qué las mujeres cobran menos? Y en efecto, si comparamos los sectores feminizados, como la conserva o la confección, encontramos grandes diferencias salariales con otros de predominio masculino y de complejidad igual o menor, como el cárnico o el metal. ¿Añade la mujer menos valor al producto, o alguien se apropia de unas plusvalías más que jugosas?
Termino con otro artículo sobre el tema:




La labor de planificación, organización y toma de decisiones en el hogar la asumen mayoritariamente ellas. Un trabajo no reconocido que puede aumentar el estrés, la ansiedad y que es la base de muchos conflictos de pareja. 


Rita Abundancia 


Hay un chiste que circula por ahí en el que un marido le dice a otro: “Yo también lavo los platos, hago la compra y paso la aspiradora, pero mi mujer aún pretende que sea a mí a quien se le ocurran esas estúpidas ideas!”. Sí, algunos hombres ya ayudan (o así lo sienten al hablar sobre la corresponsabilidad de las tareas) en casa, pero la mayoría se limita a ejecutar órdenes que, a menudo, deben ser verbalizadas más de una vez y de forma convincente.

En el mundo laboral los hombres siguen siendo, en mayoría, los que ostentan el poder, los que planifican y dictan estrategias. Esos directivos y cabezas pensantes de las empresas, en casa, ese género masculino en las parejas heterosexuales tiene alergia al mando y a la toma de grandes decisiones que deja, casi siempre, en manos de las mujeres. Si comparamos el hogar con una gran compañía veremos que, en la gran mayoría de los casos, ellas son las que programan, prevén, diseñan planes, adelantan posibles fallos o problemas y tienen en cuenta todos los detalles y la interacción de las partes. Pero, además ,de esta labor de ejecutivo, las amas de casa realizan también los trabajos reservados a los empleados, a la mano de obra: cocinan, limpian, cuidan a otros, ponen lavadoras, hacen la compra o bajan la basura

Una labor invisible y poco valorada hace que las cabezas de las féminas no paren de trabajar mientras sus parejas se relajan frente al televisor. La carga mental, es decir, la cantidad de esfuerzo no físico y deliberado que debe realizarse para conseguir un resultado concreto, la asumen casi siempre ellas. La marca de productos para el hogar, Procter & Gamble acaba de publicar una encuesta sobre el tema con datos muy reveladores. En España, 3 de cada 4 mujeres sufre carga mental, aunque un 40% de ellas desconoce el concepto y el 45% nunca ha hablado de con nadie de este asunto.

“El problema está en que hay una falta de conciencia absoluta respecto a esta cuestión”, afirma Violeta Alcocer, psicóloga con consulta en Madrid, que ha supervisado este estudio. “Dentro de esta investigación se incluye un experimento en el que se le pide a varias parejas reales que apunten en sus teléfonos móviles todas las tareas de casa que han hecho durante una semana. Aunque el 46% de las parejas creen que comparten estas labores, el resultado es revelador porque los hombres hacen muy pocas anotaciones. Son muchos y muchas los que nunca han oído hablar de este concepto y se sorprenden cuando descubren que sobre ellas recae no solo la mayor parte de las tareas, sino también la labor de estrategia”, afirma esta psicóloga.


Una carga silenciosa, doblemente pesada

La carga mental es silenciosa, y esa cualidad la hace doblemente pesada. La sociedad no la reconoce porque no valora ni remunera los cuidados domésticos, a pesar de ser un pilar fundamental de la economía. Históricamente, además, la gestión del hogar ha sido entendida como algo esencialmente femenino, que ellas hacen casi por instinto. Y la reciente asunción de tareas domésticas por parte de los varones, les ha proporcionado la coartada perfecta para demostrar su corresponsabilidad y dar el tema por zanjado.

La ilustradora francesa Emma Clit fue una de las primeras en poner el dedo en la llaga con su cómic Me lo podías haber pedido, en el que habla de esta asignación, casi bíblica, de tareas femeninas. En una entrevista a El Periódico Clit declaraba, “no hay nada biológico que lleve a las mujeres a ejercer ese papel, pero interesa que sigan haciendo ese trabajo gratis. Es lo que permite mantener el sistema. La crianza de los hijos y el trabajo doméstico sitúan a la mujer en ese esquema gracias al patriarcado. Una sociedad dominada por la clase masculina, que ha tenido el poder político y religioso durante siglos y ha mantenido el control sobre las mujeres, especialmente sobre su capacidad reproductiva, que es un poder esencial”.

Maite (40 años) pareja de Toni (42), es madre de dos niños, de 6 y 4 años, y vive en Palma de Mallorca. Aunque ambos desconocían el término de carga mental, estaban al tanto de la problemática, solo que con términos distintos. Era “el runrún obsesivo” de ella, la “master & commander”, en palabras de Toni, y “la habilidad innata para el escaqueo” o, directamente, “el morro” de él, según Maite. Pero la cosa estalló con el nacimiento de su segundo hijo. “Entonces yo tenía más responsabilidad en el trabajo y se me juntó todo”, cuenta Maite, “tenía mucho estrés, me sentía sola pero pensaba: no debe ser para tanto. Hay muchas madres que también trabajan. Tras peleas y disputas, la solución pasó por el reparto, no solo de tareas sino también de asuntos. Creamos unos ‘ministerios’ y cada uno se ocupaba de todo lo relativo al mismo. Por ejemplo, el ministro de salud debía gestionar los asuntos médicos de los miembros de la familia. Estar al tanto de visitas, revisiones, compra de medicinas, etc. Aunque si alguien necesitaba ayuda, por supuesto, podía pedirla. Otro de los aspectos que no me gustaba del régimen anterior es que el hombre se suele quedar con las faenas más glamurosas, que yo siempre ejemplifico con el símil de la barbacoa. La organización recaía siempre sobre mi (invitar a la gente, hacer comida, comprar, limpiar), mientras que él se limitaba a cocinar la carne. Resultado: él siempre recibía elogios; yo jamás, porque mi trabajo era invisible”, cuenta Maite.

Madres, las campeonas en levantamiento de carga 

En opinión de Alcocer, “la carga mental está detrás de muchas peleas, crisis de pareja y hasta rupturas, ya que genera mucha desigualdad y descontento. Sentimientos de angustia que no se saben muy bien de dónde vienen. En parejas sin hijos, es común que estas disputas se tapen contratando a una persona que venga a limpiar unos días a la semana. Es una forma de ocultar el problema, pero cuando llegan los niños es ya más complicado, porque es más difícil delegar en otro la crianza y educación de los hijos. Hay momentos clave en la vida de las personas donde la carga mental se hace evidente. La post-maternidad, o cuando los padres se hacen mayores y requieren más cuidados, o incluso vienen a vivir a casa. No es casualidad que las mujeres consuman más antidepresivos y ansiolíticos que los hombres”.

En el equipo femenino, las madres son el grupo que más carga mental soporta. Según el estudio anterior, el 63% de las mamás españolas afirman que todos los días tienen en mente un listado infinito de cosas por hacer, frente al 25% de padres que experimentan esta misma sensación. Un 87% de las madres se pintan como las principales responsables de que todo fluya adecuadamente en la casa, y un 69% reconoce que sus parejas colaboran, pero que hace falta pedírselo. Los hijos perciben también de forma inconsciente esta desigualdad de tareas; ya que solo un 12% de los padres afirman que son las personas de referencia para las necesidades diarias de sus hijos, frente al 70% de las madres. Otro dato curioso es que solo el 14% de los padres están en el chat del colegio, frente al 65% de las mamás.

“La carga mental de las madres hace que el verbo conciliar sea más difícil de conjugar para ellas, e influye en la desigualdad por géneros del mundo laboral”, apunta Maite Egoscozabal, socióloga del Club de Malasmadres. “Según nuestro estudio Somos Equipo (2017), que ahonda en las causas de la imposibilidad de conciliar”, continúa Maite, “el 58% de las mujeres, después de ser madres, toman decisiones que implican una cierta renuncia (reducción de la jornada laboral, excedencia o abandono del trabajo) en su carrera profesional, frente al 6,2% de los hombres. Y en estas actitudes hay dos causas, los factores externos, sociales y legales, que favorecen que la mujer aparque su trabajo en aras de sus hijos; y las barreras internas, que ellas mismas se autoimponen. Porque, incluso antes de tener hijos, ya saben que ellas son las que van a cuidarlos y, aunque los dos ganen igual (siempre está la excusa de que mi marido gana por, por eso renuncio yo a mi trabajo), es casi siempre ella la que recorta su vida profesional”.

Estrategias para repartir el peso

Antes que nada, hay que sacar del armario a ese peso invisible, esa labor incorpórea que vaga como un fantasma, ensombreciendo la vida del que la soporta. “En su mayoría mujeres, aunque también hay casos de hombres que son los que llevan la carga mental, pero en menor medida”, señala Violeta Alcocer. Un ejercicio útil, como propone el estudio de Procter & Gamble, “es visualizar el hogar como una empresa en la que hay diferentes departamentos: de ropa, comida, limpieza, educación o decoración. Acto seguido hay que cuestionarse quién dirige y coordina cada uno (aunque luego todos aporten su granito de arena en el ejercicio de las tareas), quién conoce lo que se hace en ellos y quién es más probable que diga cosas como: “He pensado que hay que hacer esto”, “¡Acuérdate de comprar tal o cual cosa!” o “¿Hiciste lo que te pedí?”.

“Una vez que se ha detectado a la persona que soporta más carga mental, el primer paso lo debe dar el que está más cómodo y comprometerse a ser más activo en la parte estructural y organizativa”, señala Alcocer. “Pero esto va a necesitar de un periodo de ajuste y, es probable que la persona que entra en juego se equivoque y cometa fallos, por lo que hay que tener paciencia y darle su tiempo”.

Saber delegar es una cualidad que no todo el mundo posee. Según el estudio anterior, solo un 24% de las mujeres son capaces de olvidarse de la tarea que han dejado para otros, mientras que el 72% declara que critica y supervisa cómo los demás hacen las cosas. “¡Déjalo!, ya lo hago yo, que acabo antes”, “me voy, pero os he dejado comida preparada en la nevera”, “ si no sabes dónde está algo, llámame” deberían se frases prohibidas en el vocabulario de cualquier aspirante a tirar por la borda su carga mental. “Aunque también hay mujeres que pueden ver en la equidad una pérdida de poder. Al menos, en la casa mandan ellas. Pueden ser perfiles de gente con trabajos poco gratificantes o valorados; que sienten que, al menos en casa, son imprescindibles”, señala esta psicóloga.