miércoles, 19 de junio de 2019

Paseando por el puerto...

...deportivo de Sanxenxo la otra tarde me hice la pregunta ¿cuánto podrá valer cualquiera de estos barquitos? Hace muchos años alguien me había dicho que podrían costar "a millón por metro" los de ocho a diez de eslora. Eran millones de pesetas de las de entonces. Seguramente estos, más aparatosos, costarán hoy cientos de miles de euros, cuando no millones. Y no me refiero a los muy grandes, como los que sucesivamente ha venido adquiriendo Amancio Ortega, sino a la mayoría de los que se almacenan, con poquísimo movimiento, en estos pantalanes.

Me pregunté luego ¿qué gastos de mantenimiento tendrán a lo largo del año? Y realmente los ingresos de sus propietarios deben ser muy altos. Además, no creo que sean sus únicas propiedades. Sus viviendas deben estar a la altura de este lujo ostentoso que se permiten para usar de vez en cuando. Y tendrán fincas, negocios, industrias, rentas de todo tipo, que les permitirán mantener su alto tren de vida.

Entonces me seguí preguntando ¿cómo reaccionarían ante una importante subida de impuestos destinada a mantener los servicios públicos, deteriorados cada vez más por los recortes motivados por el pago de la deuda?

Hace un tiempo se lamentaba el duque de Alba de la dificultad que tenía la familia para mantener su inmenso patrimonio ("del que dependían muchos puestos de trabajo" ). Las dificultades financieras han enfrentado a unos hermanos con otros. Un imperio es difícil de sostener. Si los miembros de una misma familia pueden llegar como quien dice "a las manos" por defender "lo suyo", podemos imaginar su oposición si las amenazas vienen de fuera.

Un cambio importante en el sistema fiscal que alcanzara de lleno a los más ricos, bien en forma de impuestos a los beneficios netos de las grandes empresas (con la consiguiente bajada de dividendos), bien de una progresividad fuerte en el impuesto sobre la renta, o directamente de impuestos mayores al patrimonio ("confiscatorios", que decía Fraga Iribarne), tendría un efecto inmediato en el mantenimiento de esos barquitos del puerto, o de las mansiones (¿casoplones?) de sus dueños. Propiedades que, al no poderlas mantener, tendrían que poner a la venta.

La oferta brusca y la demanda escasa fulminarían de golpe el precio de tanta riqueza. Lo que antes valoraban en millones pasaría a valer varias veces menos.

Se comprende que los dueños del capital sostengan una lucha feroz, por todos los medios a su alcance (que son muchos, los legales y los menos legales cuando hace falta) para que la "presión confiscatoria" se quede más abajo, empobreciendo a las clases medias y eliminando literalmente a los más pobres. Cuando el chollo se acaba, les vale todo.

Esta es la terrible realidad de la lucha de clases que ya nadie puede ocultar, y menos que nadie Warren Buffet.

















Cualquier gobierno sufre presiones desde ambos frentes de la lucha. La mayoría de ellos está claramente alineada con los más pudientes. Pero incluso un ejecutivo surgido de las clases populares necesitará muchísima presión desde abajo para poder llevar a cabo esas "medidas confiscatorias" que implica cualquier reforma fiscal digna de ese nombre.

















La joya de este puerto es la última adquisición del dueño de Inditex. Aunque no le lleguen a la suela del zapato, los demás propietarios deben estar casi al cien por cien en el mismo frente.






1 comentario:

  1. ¿Piratas los somalíes, que no hacen más que defender sus costas y su pesca de las depredadoras flotas occidentales? Viendo esos yates, queda claro quiénes son los auténticos piratas.

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