lunes, 28 de febrero de 2011

La pata del mono

Ecología, economía, ¿términos excluyentes? La visceralidad de las posturas impide casi siempre ser objetivo. El pensamiento humano, como el lenguaje en que se apoya, tiende a la dicotomía. Son muchas las oposiciones que se entrecruzan y hacen muy complejos los conflictos: los de identidad (nación, lengua, etnia, género, religión...) se funden-confunden con los de clase (capital-trabajo, poderosos-débiles, ricos-pobres, en definitiva, explotadores y explotados).

Los conflictos ecológico-económicos enfrentan dialécticamente, como polos  inseparables,  producción-destrucción y producción-consumo. Convergencias de intereses llevan a alianzas contradictorias: complicidad productivista entre el capital y los trabajadores a su servicio, complicidades nacionalistas, localistas...

En la fase actual estas cuestiones pueden verse con otra luz, porque los problemas serios ya están aquí. Trabajemos por una síntesis. Lo importante es ya urgente.

Marisqueo frente a Celulosas de Pontevedra


Era una de aquellas historias para no dormir de Narciso Ibáñez Serrador. He olvidado los detalles, tras más de cuarenta años, pero esencialmente era algo así:

Un extraño personaje, acogido en una noche de tormenta por una pareja de ancianos, les deja un talismán (la pata disecada de un mono) que les concederá tres deseos, advirtiéndoles que mediten bien antes de cada uno de ellos, porque entrañan un peligro. Codiciosos, piden una gran cantidad de dinero, y al día siguiente conocen la muerte accidental de su hijo, ausente, y que percibirán, como indemnización, justamente la cantidad solicitada.

Como aún le quedan dos deseos, piden al talismán la resurrección de su hijo, y efectivamente el joven vuelve… (¡qué puestas en escena las de Chicho…!) como un putrefacto cadáver viviente, por lo que, empleando el último deseo, piden que se vaya… y aquí acaba el cuento.

Tal me vino a la memoria con la historia de ENCE. El primer deseo de prosperidad para la comarca se tradujo en la llegada de una industria putrefacta, y luego de los efectos no deseados, en la petición de que se vaya (los viejos podían haber deseado otra cosa mejor para el hijo, qué demonio), tras de lo cual quedará solo el daño ya hecho, sin otra compensación.

Lo visceral de los análisis que llevan a desear sobre todo que se vaya, al margen de cualquier otra consideración, lo demuestra el argumento último subyacente en las personas con las que discutimos el tema: “es que huele mal”. Innegable. Es una industria molesta, por encima de lo nociva o peligrosa que pueda ser. Y la prueba es que, en medio de esto, se pone en segundo plano el peligro real que constituye ELNOSA, industria que es posible trasladar, innecesaria para el actual proceso productivo y de la que en el fondo nadie se acuerda porque no huele. Hoy, hablar del Complejo ENCE-ELNOSA es confundir.

No es confundir, en cambio, hablar de un Complejo ENCE-PAPELERA, porque el cierre del proceso productivo entrañaría muchas ventajas, tanto económicas como sociales y ecológicas. Pues sí señor, ECOLÓGICAS, como trataré de demostrar.

Económicamente, la papelera permitiría el aprovechamiento inmediato de la pasta, sin gastos de transporte (que es gasto de energía), además de eliminar la necesidad de desecarla para volver a humedecerla en destino: doble gasto de agua, aquí y allá, y más gasto innecesario de energía. Además, la papelera permitiría el surgimiento de otras industrias auxiliares más, como las dedicadas a embalaje, etiquetado, etc. En definitiva, ¿para qué tanta ampliación del puerto de Marín y del suelo industrial en terrenos ganados al mar (perjuicio ecológico entonces minimizado), tanta batalla por el tren por parte del gobierno municipal, para oponerse luego a la industria más lógica para situar en la zona? Y no olvidemos que la producción local de papel tisú abastecería a un amplio entorno en el que no hay ninguna industria semejante, mientras que la exportación a larga distancia de la pasta está sujeta a los precios del dólar y de la energía, cuya estabilidad es más que problemática.

Socialmente, nadie ignora la base que es en la economía de esta provincia el sector forestal, lo que supone el transporte de la madera, y tantos empleos directos e indirectos ya existentes, a los que habría que añadir los potenciales, mucho más numerosos, que se crearían con la papelera y sus industrias auxiliares. Y el efecto sinérgico que el auge forestal supondría para otras industrias como la del mueble, y de aquí al diseño, etc… (bueno, no quería contar ahora el cuento de la lechera).

Ecológicamente, el planeta es un todo; si estamos dispuestos a eliminar el consumo de papel, adelante. En otro caso, lo que no se haga aquí se hará en otra parte, con el mismo efecto global. Si no la queremos para nosotros, no deberíamos quererla para nadie. Y ya hemos dicho más arriba que completar el ciclo supone ahorro de energía por varios conceptos. Sobre todo, aunque no únicamente, en transporte, que pronto será el primer freno de cualquier proceso productivo; (también, de paso, de la globalización neoliberal).

Los aspectos más contaminantes del proceso productivo de ENCE están de hecho eliminados, sobre todo desde que las acciones de GREENPEACE y los consiguientes cambios de las leyes europeas llevaron a la empresa al blanqueo con oxígeno. El olor es otra cosa, que es contaminación en la misma medida que lo es el ruido, y menos que los gases de los automóviles. Lo demás que queda es cumplir la legislación.

Los que hablan de traslado, saben perfectamente que no es posible. Que solamente puede desmontarse y construir otra nueva en otro lugar;  y no precisamente en cualquier lugar, sino en alguno muy semejante. Derribar y construir no son procesos ecológicos, cosa que deliberadamente ignoran los economistas de la tierra plana, para quienes mover capital, aunque sea destruyendo, es crear riqueza. Si este amable medio de comunicación me lo permite, algún día hablaré aquí de economía, de externalización de costes y de coste generalizado.

Y además, la ecología incluye al ser humano. La permanencia de las personas en su tierra se logra, como la del oso o la del lince, manteniendo su ecosistema (que por cierto hemos de ir mejorando), y no a costa de eliminar de un plumazo sus medios de subsistencia.

Nuestro modo de producción capitalista se parece al tren de Los hermanos Marx en el Oeste. Para mantenerlo en marcha hay que quemar el tren, vagón a vagón. El tren avanza acelerando (con crecimiento económico del 3% anual, para que no haya crisis), y se encuentra cerca del abismo de una crisis energética casi inminente. Seguramente la tecnología permita pasar al otro lado, pero a condición de frenar el tren para darle tiempo.

Pero el tren no se debe parar poniendo una roca en la vía. No podemos desindustrializar a lo loco eliminando el empleo de calidad. La eliminación de nuestro sector forestal realmente existente sólo conduce a la deslocalización y al abaratamiento de la fuerza de trabajo, eterna solución del capital para compensar el aumento de otros costes, porque lo único intocable en este modo de producción es el beneficio. Es hora de pensar en otras soluciones.

Creo que debemos cuidar lo que tenemos y exigir compensaciones por sus servidumbres, soportadas por razones ya históricas. Pero si Pontevedra es solidaria con los demás, séanlo los demás con ella: reciba los cánones que sea justo exigir, dótesela de ventajas económicas, créese empleo de calidad, móntense servicios sociales decentes (¿hablamos de la Sanidad, de los hospitales?), foméntese la universidad, articúlese su sustento, y no sólo con el turismo, al que no veo tanto futuro ante la crisis que se avecina.

No nos pase como a los pobres viejos del cuento de la pata del mono, con el cumplimiento de nuestros tres deseos.

Diario de Pontevedra, 18 de marzo de 2005

Tratamientos alternativos de la crisis

Del texto de James Petras que aparece aquí, referido al gobierno de Grecia y su política, transcribo:
La política exterior perversa y tremendamente nociva de Papandreu encuentra paralelismo en su extraordinaria adhesión a las medidas de pago de la deuda dictadas por el FMI y los banqueros de la UE y EE UU y la consiguiente implantación. Su conducta resulta particularmente descarada en una época en la que el próximo gobierno irlandés amenaza con declarar la suspensión del pago de la deuda si no se reducen las cuantías. En sus ansias por congraciarse con los banqueros extranjeros, mediante la reducción de los salarios y pensiones en un 20 por ciento. Papandreu ha arrancado de forma sistemática miles de millones de euros que ha transferido a las arcas de los bancos. Durante el proceso, sus medidas políticas han duplicado las tasas de desempleo, contraído la economía e hipotecado cualquier futuro crecimiento durante la próxima década. Papandreu  rechazó la fórmula argentina que, ante similares crisis en 2001 y 2002, se declaró en rebeldía antes que acrecentar la pobreza. Bajo el mandato del presidente Kirchner, Argentina renegoció su deuda, recortó el pago de obligaciones en un 75 por ciento e impuso una moratoria. Gracias a esas medidas Argentina se recuperó de la crisis y mantuvo una tasa de crecimiento del 7 por ciento durante una década, al tiempo que reducía el desempleo de un 22 a menos de un 6 por ciento.
De aquí extraigo otra cita reveladora, sobre Islandia:
Después de que la economía de Islandia, la niña bonita del neoliberalismo, se hundiese en 2008, con bancos quebrados y una deuda inasumible, los poco más de 300.000 habitantes de esta isla nórdica salieron a la calle y la liaron. Y no han parado hasta hoy.
Entre otras cosas han conseguido que el gobierno dimita, nacionalizar la banca, perseguir penalmente a los banqueros responsables, rechazar en referéndum el pago de la deuda bancaria, y ahora participan en la elaboración de una nueva constitución más democrática y social. Por si fuera poco, han aprobado una iniciativa para convertir el país en un refugio internacional para la libertad de prensa, donde el próximo Julian Assange pueda trabajar sin que lo encarcelen ni le cierren la web.
Y desde este análisis sobre la sumisión de Irlanda:
En resumen, la liberalización económica y financiera que pretendía atraer a cualquier precio las inversiones extranjeras y las empresas financieras internacionales, ha desembocado en un fracaso total. Para añadir el insulto a los daños sufridos por la población víctima de esta política, el gobierno y el FMI no han encontrado nada mejor que profundizar la orientación neoliberal practicada desde hace 20 años e infligir a la población, bajo la presión de las finanzas internacionales, un programa de ajuste estructural calcado de los que se imponen desde hace tres decenios a los países del Tercer Mundo. Por el contrario, esos tres decenios deben servir de ejemplo de lo que no se debe hacer. Por eso es urgente imponer una lógica radicalmente diferente, en beneficio de los pueblos y no de las finanzas privadas. 
puede entenderse  este desenlace:
El actual líder de Fianna Fail, Micheal Martin, que resultó elegido en Cork, admitía que el resultado era «desalentador» para su partido.

Evidentemente, el conjunto del electorado irlandés ha decidido hacer pagar al partido por la mala gestión del boom económico irlandés durante el que se permitieron excesos bancarios e inmobiliarios que a día hoy se pagan con la destrucción de la economía irlandesa, la alta tasa de desempleo y la atadura a un plan de rescate presentado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo que maniatan los planes económicos del Gobierno.
Está claro que hay otras posibilidades...

domingo, 27 de febrero de 2011

Un fantasma recorre el mundo árabe

Comentario de Giulietto Chiesa, publicado en Rebelión

No es el del comunismo. Y por ahora tampoco se puede llamar “fantasma de la democracia”. Es una revuelta de finales del imperio. Es uno de los síntomas de la crisis global del planeta, que va sustituyendo progresivamente y sustituirá completamente en pocos años todas las hagiografías adoradoras de la globalización imperial. Es un hijo de muchos factores que no pueden reducirse a uno, como gran parte de la prensa occidental garabatea en estos días.

(...)

En Libia estalló algo impropiamente llamada guerra civil porque en realidad se trata de una guerra con múltiples frentes, tribales, de clase… Pero en todas partes, en algunos casos más, en otros menos, faltan liderazgos con perspectivas. Los militares egipcios no podrán mantener largo tiempo el orden marcial. Y eso que es la situación menos peligrosa de las que se han producido. Todas las demás parecen peores. No existe una salida rápida. 

Lo único rápido será la catástrofe humanitaria que se precipitará sobre Europa. Para la cual Europa no tiene la menor preparación, porque no ha sabido, ni querido ver ni prever. ¿Qué hacer? Se deberán tomar medidas urgentes ciertamente para hacer frente a la emergencia y mientras tanto se deberá cambiar la forma de pensar. Porque la tormenta será aún mayor.

Refundar el capitalismo, aquella broma macabra

Artículo de opinión, de José Luis de Zárraga, que apareció en el diario Público el pasado 23 de enero.

Destacaré lo que sigue:


Cuando estalló la actual crisis económica y se hicieron evidentes sus causas y la rapacidad de quienes se habían beneficiado de ella, cualquier analista con dos dedos de frente, incluso los que habían participado en la orgía especulativa en la que se gestó, comprendió que no era en los errores o los delitos de agentes económicos donde radicaba la responsabilidad principal sobre lo que estaba pasando, sino en el propio sistema.

La mayoría de los dirigentes políticos aunque no todos tenían esos dos dedos de frente, y lo comprendieron también. Los menos atrevidos lo dijeron en voz baja; pero algunos de los más poderosos como Obama y Sarkozy no tuvieron inconveniente en decirlo en voz alta, y al calor de la indignación que les producía el espectáculo se olvidaron de reprimir la lengua. "Hay que refundar el sistema", fue la consigna que transmitieron.

(...)

Lo que ha pasado luego parece la clase práctica de un curso básico de marxismo. La clase en la que se aprende, con ejemplos prácticos, cuáles son los límites del sistema y quién manda realmente aquí. 

¿Eran cínicos Obama y Sarkozy cuando proclamaron su convicción en que había que refundar el sistema y su decisión de hacerlo? No creo. Como Zapatero y otros políticos europeos que creyeron que esa refundación era posible y se sumaron a ello, todos ignoraron, por un momento, los límites del sistema y la correlación de fuerzas que determina quién manda realmente en él.

 (...)

Hace ya mucho tiempo que el capital financiero dejó de ser un mecanismo auxiliar en la arquitectura del sistema capitalista, necesario para facilitar la circulación y la asignación de los capitales en la producción de bienes y servicios. Desde hace más de un siglo es la pieza clave del sistema. Desde los años noventa, en EEUU, los beneficios del sector financiero superan a los de toda la industria. Desde hace décadas las finanzas son el principal protagonista, el que ha configurado todo el sistema según su conveniencia y el que domina por completo el conjunto. Hoy el sistema capitalista es el sistema de las finanzas internacionales y sus estructuras lo vertebran. No hay más sistema capitalista que este.

(...)

Fueron los grandes capitales financieros internacionales directamente o a través de organismos que representan sus intereses y aplican sus criterios, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Banco Europeo los que recordaron a los gobernantes los límites de su poder.

Josetxo Ezcurra

En el segundo trimestre del año pasado intervinieron en la verbena de los políticos y se acabó la fiesta. Primero habían forzado a los gobiernos a gastar sin tasa nuestro dinero en su beneficio, porque no podíamos permitir la quiebra del sistema financiero a la que ellos nos habían conducido, permitiéndoles a la vez largar todo lo que quisieran sobre lo que harían después. Y luego, cuando se recuperaron los grandes beneficios y el negocio as usual, mandaron callar y ordenaron a los gobiernos que pusieran a la población firmes, le vaciaran sus bolsillos y le ajustaran el cinturón. Siempre, claro está, a través de la voz ventrílocua de los mercados.

Cómo va a quedar esto, lo veremos. Probablemente, con retoques cosméticos o sin ellos, entraremos en una nueva fase, sin nada que se parezca a una refundación del sistema o a una moralización de la economía. El sistema no se puede moralizar ni refundar; o se cambia o se sufre.

Ecología y socialismo (IV)

Intervención en el Foro de Ecología de Ángel Culebras, catedrático de química   (en lengua gallega)









sábado, 26 de febrero de 2011

Dos vídeos para reflexionar

De esas cosas que aparecen de vez en cuando en medio de la morralla general, y que merece la pena conocer.

Se recomienda verlos en estado de repletitud.

El primer vídeo:
Comprar, tirar, comprar. Obsolescencia programada.
Fabricados para no durar

 

El segundo vídeo:
Usar y tirar

Aquí el enlace:

Salarios, precios y competitividad

Un artículo de Juan Francisco Martín Seco en el diario Público.

Comienza así:
Uno de los mayores errores en materia económica radica en creer que lo que es bueno para uno también lo es para los demás. Las clases existen, y los intereses de los trabajadores no sólo son distintos a los del capital sino a menudo antagónicos. La parte de la renta que se dedica al excedente empresarial no se emplea en la retribución de los trabajadores y viceversa. El binomio precios-salarios expresa la eterna batalla entre trabajadores y empresarios por la redistribución de la renta. Pretender –como quiere Angela Merkel– que los trabajadores se olviden de la subida de los precios a la hora de fijar los salarios es pedirles, llana y simplemente, que acepten la derrota antes de comenzar la contienda

Y así termina:
Los salarios no se fijan en España atendiendo a la inflación pasada, sino sobre las previsiones futuras. La cláusula de garantía salarial únicamente se aplica cuando los precios se apartan de la senda prevista. Primero son las desviaciones en los precios y después en los salarios. Estos, por lo tanto, no pueden ser la causa de la inflación sino su efecto. No deja de ser curiosa la postura de Merkel y su preocupación por mejorar la competitividad del resto de los países de la eurozona, mejora que sólo puede perjudicar a la economía alemana al perder su ventaja competitiva.

Prólogo de "Visiones de Europa"

Es una película del húgaro Béla Tarr. No la he visto ni sé nada más de ella ni de su autor.
El artista tiene el poder de convertir su mirada en la tuya (¿o se dirá al revés?), y tu persona en todos los otros.
Lo que se cuenta lo sabes de sobra, y pasas a su lado sin verlo. Un mendigo que pide en la puerta del supermercado es invisible. O haces como si lo fuese.
El pacto narrativo puede hacerte sentir durante su relato.

Que te dure...


Visiones de Europa
 

El espacio dentro del tiempo (VIII)

SOBRE LA SAGA/FUGA DE J.B.

El sucinto esquema general de la ciudad va surgiendo, inseparable de la acción, con los lugares y las relaciones topográficas imprescindibles para entender el desarrollo de los hechos principales:
La niebla está más clara; por allá arriba, y detrás de la Tía Benita, se ve la mole de la Colegiata y el bulto estirado de la Torre.
(...)
...marcha Rúa Sacra abajo, entre la niebla...
(...)
No habría más que asomarse, por la mañana, al parapeto de la Alameda, para contemplar en espacio escaso, y reducida a dos figuras, aquella alegoría de la Vida.
(...)
Es el momento en que se escuchan, una detrás de otra, la sirena de la fábrica de gaseosas, y la de la serrería, y la de la fábrica de conservas.
(...)
...la fachada muda de la Casa del Barco, la fachada de piedra con el bergantín encima de la puerta cerrada, entre dos ventanas también cerradas.
(...)
...lo lleva por debajo del arco de la capilla hasta el parapeto sobre el abismo del Baralla, y señala la escalerilla que, desde la terraza de la Casa del Barco, conduce a las aguas tumultuosas. “¿Ve usted? Allí había siempre una barca, y ya no está.”
(...)
...lo aparta del parapeto y lo conduce al atrio, desde donde se ve la muchedumbre que llena la Alameda, se ven las cabezas asomadas al río (...) Los niños que se arrojan desde el parapeto de la Alameda rompen la superficie de espejo oscuro, cruzan de una orilla a otra, ríen, se zambullen, bucean y sacan piedras limosas...

jueves, 24 de febrero de 2011

La Humanidad hay que empezar a salvarla ya

Quiero señalar algunos párrafos de esta introducción de Fidel Castro a un debate celebrado en La Habana el pasado 15 de febrero:



Me correspondió hace casi 20 años la desagradable tarea de advertir al mundo, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que nuestra especie estaba en peligro de extinción.

Lo razoné entonces, aunque el peligro no era inminente como ahora, se me escuchó con atención, aunque tal vez sería mejor decir que con benevolencia.

Hubo aplausos. Un tipo se había percatado de eso. Los superpoderosos allí reunidos se dieron cuenta de que era cierto, pero un problema que ellos, desde luego, se ocuparían de resolver en los siglos que tenían por delante.

La cara sonriente de Bush padre, y la monumental mole del Canciller alemán Helmut Kohl, marchando con rapidez por un ancho pasillo, al frente del grupo después de la foto final, propiciaba la impresión de que nada podía perturbar el feliz sosiego de nuestro espléndido mundo.

Tan tonto como los demás mortales, quedé con la idea de que tal vez había exagerado.

Han pasado solo 19 años y hoy veo cosas perturbadoras que ya están sucediendo y no admiten dilación alguna. 
...

Estamos en mitad de una crisis alimentaria mundial (la segunda en tres años). Los precios mundiales de los alimentos batieron un récord en enero, impulsados por los enormes aumentos de los precios del trigo, el maíz, el azúcar y los aceites. Estos precios desorbitados solo han tenido un efecto limitado en la inflación estadounidense, que sigue siendo baja desde un punto de vista histórico, pero están teniendo un impacto brutal para los pobres del mundo, que gastan gran parte o incluso la mayoría de sus ingresos en alimentos básicos.

Las consecuencias de esta crisis alimentaria van mucho más allá de la economía. Después de todo, la gran pregunta acerca de los levantamientos contra los regímenes corruptos y opresivos en Oriente Próximo no es tanto por qué se están produciendo como por qué se están produciendo ahora. Y hay pocas dudas de que el hecho de que el precio de la comida esté por las nubes ha sido un desencadenante importante de la cólera popular.
...

 Aunque hay varios factores que han contribuido a la drástica subida de los precios de los alimentos, el que realmente sobresale es la medida en que los acontecimientos meteorológicos adversos han alterado la producción agrícola. Y estos acontecimientos meteorológicos adversos son exactamente la clase de cosas que uno esperaría ver a medida que el aumento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero cambie el clima (lo que significa que la actual subida del precio de la comida podría ser solo el principio).
 ...

...el vertiginoso ascenso de los precios de los alimentos forma parte de un encarecimiento general de los productos básicos: los precios de muchas materias primas, que abarcan todo el espectro desde el aluminio hasta el zinc, han estado subiendo rápidamente desde principios de 2009...
...el crecimiento en algunos países emergentes como China conduce a un aumento del consumo de carne y, por tanto, a un incremento de la demanda de pienso para los animales....

...las materias primas agrícolas, especialmente el algodón, compiten por la tierra y otros recursos con los cultivos destinados a la alimentación (como también lo hace la producción subvencionada de etanol, que consume muchísimo maíz). De modo que tanto el crecimiento económico como las malas políticas energéticas han contribuido en cierta medida al repentino encarecimiento de la comida.

Aun así, los precios de los alimentos iban a la zaga de los precios de otros productos básicos hasta el verano pasado. Entonces llegó el azote del tiempo.
...

Tanto las sequías como las inundaciones son consecuencias naturales de un mundo que se calienta: las sequías porque hace más calor, las inundaciones porque los océanos más calientes liberan más vapor de agua.

Han pasado casi 19 años de la Cumbre de Río de Janeiro y tenemos el problema delante. Allí estábamos planteando esos problemas, sin imaginarnos que el fin de la especie puede ser dentro de un siglo o de decenios, si antes no se produce una guerra.

El aumento de los precios de los alimentos agravará de inmediato sin ninguna duda la situación política  internacional.  Si como consecuencia de todo esto se agravan los problemas, me pregunto: ¿debemos ignorarlos?

miércoles, 23 de febrero de 2011

El día que comenzó la Guerra Civil

Puede decirse que fue el 16 de febrero de 1936, y así lo demuestra el historiador Josep Fontana en este artículo conmemorativo de aquellas elecciones de las que salió victorioso el Frente Popular.

Hace hoy 75 años... y una semana.

Así advertían las derechas sobre lo que iba a ocurrir si ellos no ganaban las elecciones de febrero de 1936 y lo hacía el Frente Popular, habría muertes, destrucción...guerra. Las elecciones las ganó el Frente Popular.

Causas del aumento de precios y de la crisis alimentaria en el mundo

Afectará a millones de seres humanos, más allá de los mil millones de hambrientos que ya pasan hambre todos los días, según la FAO.


En este sitio el artículo completo. En lo que sigue, las causas.


1.- El control oligopólico que unas pocas empresas tienen del comercio agrícola mundial, de los principales productos, como: soya, maíz, arroz, trigo, leche y carnes; pues ellas imponen un precio, independientemente del costo real de producción.


2.- La especulación de grandes inversores en las bolsas de mercancías agrícolas ha convertido a los alimentos en meros papeles de negocios. Se comenta en los periódicos que ya están vendidas en las bolsas las próximas siete cosechas de soya del mundo. Éstas ya tienen dueño, como títulos de ventas.

3.- La especulación financiera: muchos bancos invierten sus capitales volátiles en mercancías agrícolas, para protegerse de la crisis general.

4.- La producción agrícola de agrocombustibles, que tiene sus precios basados en el petróleo, termina empujando la tasa medía de ganancia en la agricultura hacia arriba. Y así, debido al elevado precio del etanol, suben todos los productos agrícolas.

5.- El elevado costo de transformar millones de toneladas de cereales en proteína animal. O sea, las élites demandan cada vez más carnes, y por eso parte de la producción de vegetales, que podría ser consumida por la población, va para los animales y, por tanto, acaba incidiendo en el aumento del precio de las carnes.

6.- Las privatizaciones de los servicios públicos para la agricultura, que los transfieren al control de las empresas transnacionales, también repercuten en el incremento de costos en el precio final.

7.- Las legislaciones ambientales de sanidad y certificados de patentes, implementados en el periodo de los gobiernos neoliberales para favorecer el control oligopólico de algunas empresas sobre la mayoría de los productos que exigen transformación industrial, les da poder para imponer precios.

8- La regla general impuesta por la OMC (Organización Mundial del Comercio) a partir de 1994, que transformó los alimentos en meras mercancías, que deben ser reguladas sólo por el mercado. Y como el mercado es controlado por las grandes empresas transnacionales, eso tiene efecto directo en el precio.

9- La introducción de la propiedad privada de las semillas transgénicas impone una nueva matriz tecnológica con costos de producción mayores y en beneficio de las mismas empresas que controlan el comercio, las semillas y los insumos agrícolas.

10. Hay una corrida de los capitalistas en general y de las grandes empresas hacia el hemisferio sur, para apoderarse de los recursos naturales: tierras, agua, lagos, reservas de madera, etc. y con eso van expulsando a las poblaciones nativas y los campesinos en general, e imponiendo la regla general del capital sobre los alimentos.

11- En las últimas dos décadas con el proceso de internacionalización del capital y de las empresas capitalistas, los precios de los alimentos se internacionalizaron. Esto determina que los parámetros de producción y de los precios no son más el costo real de producción de alimentos en cada país, sino que se establece un precio medio mundial, controlado por las empresas, que excluye completamente otras formas de producción, locales, campesinas, etc.

martes, 22 de febrero de 2011

Iñaki Gabilondo entrevista a Carlos Martínez, presidente de ATTAC España en el programa "Hoy", en CNN+

De esta entrevista hace ya varios meses.
Hoy CNN+ no existe. Conocemos las causas.
Sobre los tejemanejes de las empresas mediáticas, es muy recomendable el libro de Pascual Serrano "Traficantes de información"



El espacio dentro del tiempo (VII)

SOBRE LA SAGA/FUGA DE J.B.

Si hay algo permanente en esta novela es el lugar, que casi es un no-lugar; una ciudad incierta, capital de provincia que no figura en los mapas. Nuestro autor la construye, ya nos ha explicitado que trabaja así, con elementos de ciudades reales que conoce (entre ellas se reconoce, y no solo en el sentido topológico, a Pontevedra).

Él mismo cuenta, en diciembre de 1967, en pleno proceso creativo: “Me gusta más esta ciudad que aquélla, por cuanto aquélla es Santiago de Compostela, y ésta es una ciudad que no existe. Me gusta su proximidad al mar, me gusta que la batalla de Elviña sea la batalla de las Islas... evidentemente, en el fondo, es la misma ciudad, sin universidad, con obispo, con Gobernador Civil”.

Sólo una semana antes, con el escenario por definir aún, había dicho: “Me falta la presencia física de la ciudad. Hasta ahora el lector no sabe dónde está, ni cómo es el sitio donde está. Yo no quiero dar nombre a esa ciudad, pero quiero que la ciudad tal como yo la concibo esté presente. Mi propósito es presentarla indirectamente (...) mediante una técnica de descripciones parciales pegadas al hilo de la acción”.

Y en efecto, ya al comienzo del libro el autor va alzando un lugar con los mínimos elementos, que aparecen en función de necesidades narrativas. Brevísimamente introduce la acción en un escenario impreciso y cercano, y de ahí salta a una visión panorámica, en la que saca de la niebla (¿de la nada?) los datos ambientales y geográficos imprescindibles:
La Tía Benita dos Carallos (...) pega voces allá en lo alto de la escalinata (...) en el mismo momento en que la niebla se esclarece un poquito porque el sol acaba de salir y le presta algo de su luminosidad; en el momento en que la niebla, allá abajo, en la Ciudad Nueva, se hace más espesa y gris, por la parte del Mendo, más ocre y húmeda por la parte del Baralla: lento el uno, rápido y alborotado el otro; de aguas densas el Mendo, de aguas opacas; las del Baralla, transparentes, ligeras, que se cuentan las guijas relucientes de su lecho. El Mendo es atractivo y siniestro: invita a mirarse en él como un espejo, y hay que apartarse de prisa, porque en los adentros del que se mira nace en seguida un deseo incoercible de aniquilamiento. El Baralla invita, en cambio, a la aventura, a la evasión, al viaje: no descanso, sino camino ofrece; no tumba, sino vehículo.
Torrente sabe y dice que son imágenes evocadas por las palabras las que crean el espacio en la literatura (y no sólo el espacio, sino también los personajes y la acción). Pero también sabe y dice que no es suficiente nombrar las cosas para levantarlas con solidez.

Darío Villanueva, en un interesante trabajo sobre el cervantismo de Gonzalo Torrente Ballester, llama la atención sobre lo que nuestro autor denomina “principio de realidad suficiente”. Este principio no postula “la confrontación de la obra de arte con lo real, sino apenas una equivalencia de “impresiones” que se obtiene, no por imitación o copia, sino mediante una selección de palabras y, fundamentalmente, por su subsiguiente organización”.

De otro artículo de interés, de la profesora Carmen Becerra, tomo una definición más precisa que hace el propio Torrente: según él, se trataría de “las condiciones estructurales mínimas que se exigen al objeto representado (hombre, cosa) para que pueda ser recibido ”como si fuera real” y, por tanto, creíble (...) aunque no correspondan a seres o acciones que existan objetivamente”. Y añade nuestro autor en otro lugar: “no hay nada que no sea real, lo irreal no existe, a condición de que entendamos la realidad como distribuida en diversos órdenes y que existen diversas maneras de ser real (...) Nada hay pensable a lo que no pueda aplicarse esta afirmación, extensible finalmente a lo impensable, puesto que lo pensamos o imaginamos”.

Como estudió Edward Riley, hablando sobre la teoría de la novela en Cervantes, una de las ideas más revolucionarias es que la verosimilitud es a la novela como la verdad a la historia, y no depende de la naturaleza de lo que se cuenta, sino de cómo se cuenta: de la estructura y de la forma.

Torrente define este pacto narrativo entre el autor y el lector con la siguiente frase: “creeré provisionalmente todo lo que me cuenten si lo hacen de tal forma que me parezca real”. El lector estará dispuesto a admitir relatos fantásticos y a creer en ellos durante la lectura, pero nunca a que le cuenten cualquier cosa de cualquier manera.

Los escritores realistas y naturalistas del siglo XIX querían reflejar “la realidad” en sus novelas, pero la realidad como tal es infinitamente compleja, y por lo tanto inaprehensible. ¿Cuánto de lo real habrá de contener un relato para ser verosímil? Es tanto como preguntar cuántos detalles de un rostro deben figurar en un retrato. Se corre el peligro de saturar la imaginación y distraer la atención del paciente: al final, ante las once mil vírgenes pintadas una a una se verá tan sólo un empedrado, y ante una descripción de cuatro páginas de un personaje nos preguntaremos para qué demonios nos dan todos esos detalles.

Faltaba en ese esquema de realismo a ultranza la comprensión de que el único conocimiento posible y el pensamiento todo, forjado junto con el lenguaje, es un continuo pasear sobre modelos. Modelos que se construyen con aspectos de la realidad, pero que nunca son la realidad. Y en las obras de arte podríamos añadir: ni falta que les hace.

Para crear un espacio o un personaje, en la literatura no hace falta mucho: los conceptos que se asocian a las palabras son imágenes mentales imprecisas, modelos que se reducen a lo indispensable, carentes de detalles innecesarios: solamente los adquieren cuando los vamos precisando. Un hombre imaginado carece de rostro hasta que caemos en la cuenta de que lo tiene, y entonces todavía es un rostro en la sombra, que no vemos. ¿Está vestido o anda desnudo este hombre aún genérico? Ni una cosa ni otra, hasta que nos hacemos la pregunta. Es tarea del autor anticiparse a los posibles planteamientos del lector, para no contarle lo inoportuno, ni dejar sin respuesta sus interrogantes. Puesto a llevarle la contraria, habrá que hacerlo con pleno conocimiento, teniendo buenas razones para ello y desde luego asumiendo todas las consecuencias.

Los pintores fueron aprendiendo esto a su propia costa. La composición general de un cuadro renacentista o barroco podía contener situaciones imposibles: ángeles levitando, o recostados en una nube. Pero el espectador tenía que admitir que el ángel tenía forma y peso, aunque se mantuviera en el aire; que la nube era una nube de verdad y que en su caso podría sostenerlo. Componía libremente con elementos no tan libres, y si quería realismo, ángel y alas y nube los copiaba del natural.

Más adelante, el espectador fue admitiendo otros ángeles menos realistas, pero nunca el descuido en la composición.

Los requerimientos y convencionalismos que exige el espacio de la pintura son mucho mayores que los de la literatura, porque las imágenes de la primera son físicas, y las literarias no salen de la mente, pero en ella se han de ir formando con el grado justo de concreción.

En cuanto a la composición, el rigor necesario no difiere grandemente del que se necesita en todas las artes.

Vemos, pues, que lo que dará toda su fuerza y verosimilitud al relato literario es la coherencia estructural interna de los modelos elaborados por el autor. Si éste pretende que el pacto narrativo que propone sea aceptado, ha de contar con que el lector juzgará la verosimilitud de esos modelos, y sólo ganando el juicio podrá lograr su complicidad.

lunes, 21 de febrero de 2011

Hacia una nueva visión de la política municipal

Reflexiones anteriores a unas elecciones. El tiempo convierte ideas no convencionales en simple sentido común; quienes ayer negaban algunas cosas, ahora afirman inocentemente que eso ya se sabía.

Pero no siempre se sacan las consecuencias debidas, porque la memoria es corta, sobre todo para lo que no agrada.

Y cuando nos creemos fuera de peligro volvemos a las andadas.

Por eso se construye tantas veces en los cauces de los ríos.


El sistema nos condiciona tanto que llegamos a parecernos a los otros
  • La configuración política y social de nuestro estado hace que la influencia práctica de una formación se mida por su representación en las instituciones: "no existe quien no está representado".
  • Las instituciones más cercanas a los ciudadanos son los municipios. En general, la gente considera que su voto en las elecciones municipales condiciona la actuación política, mientras que hay escepticismo y resignación sobre la influencia real del voto en la actividad de otras instituciones.
  • Lo que se gana en cercanía se pierde en visión de conjunto. El voto municipal se basa en la confianza que inspira el candidato (y aún en su simpatía personal), o en el interés particular o de grupo (raramente de clase, salvo casos de alarma social y crisis aguda).
  • En esta situación, no siempre es fácil elaborar programas de izquierda enraizados en los problemas locales que tiene el elector. Éste ve la solución más en una autoridad con influencia en otras administraciones, compitiendo con otros municipios, que en la defensa de intereses generales compartidos con ellos. Con frecuencia, para conseguir algo hay que quitárselo al vecino.
  • Así, el localismo es un lastre que despolitiza gravemente las propuestas electorales; y, retóricas aparte, la solidaridad que se pregona brilla por su ausencia.
  • En ausencia de grandes líneas de actuación comunitaria, la oportunidad de conseguir para cada uno infraestructuras, dotaciones y servicios, sin plantearse la posibilidad real de distribuirlos equilibradamente en el conjunto del país, pesa tanto que es más fácil el triunfo de un demagogo que ofrezca lo imposible, o lo que luego puede perjudicar, que el de un candidato serio que simplemente diga la verdad.
  • La necesidad urgente en campaña de convencer a gente desinformada y despolitizada puede plegarnos a ideas ajenas a nuestros análisis. Es difícil explicar bien ciertas cosas con las breves consignas habituales en la propaganda electoral.
  • En resumen, el mecanismo político y electoral puede arrastrarnos, como a los demás partidos, a comportamientos interclasistas, que no siempre logramos eludir.
 
Nuestra explicación política tiene que romper con mitos inconscientemente aceptados
  • El mito del crecimiento: es bueno tener más, con independencia de cuánto se tiene ya.
  • El mito liberal: la búsqueda de la ventaja de cada uno logra el mayor bien para todos.
  • El mito tecnológico: técnicas futuras resolverán los problemas actuales.
  • El mito del experto: debo confiar en los especialistas que saben más que yo.
 
Frente a estos mitos, hay que dejar claro:
  • Que crecer indefinidamente es imposible.
  • Que sin crecimiento la ventaja de uno sólo se logra con perjuicio de otro.
  • Que existen problemas insolubles.
  • Que ningún experto está por encima de su ideología e intereses.
 
Políticas municipales realistas para un futuro estable

La inminente crisis de la energía barata permite afirmar que se han alcanzado ya los límites del crecimiento. El planeamiento debe tenerlo en cuenta.
  • El planeamiento se hace más necesario que nunca. Los cambios que se avecinan no pueden dejarse a la iniciativa privada. Con seguridad, la inevitable crisis económica producirá una disminución de la actividad en las empresas con ánimo de lucro, que se puede y debe sustituir por políticas públicas, como ya ha ocurrido en otras grandes crisis del siglo pasado. Políticas públicas de gestión urbanística se hacen necesarias ante la magnitud de las transformaciones que han de llegar.
  • La especulación inmobiliaria no tiene futuro. No se necesita un aumento desmesurado del suelo urbano o urbanizable, que únicamente facilita al especulador un campo de operaciones más amplio y más libertad de maniobra. Ciudades más pequeñas y compactas.
  • Se acaba el reinado del automóvil privado. Humanización y peatonalización de los centros urbanos. Transporte público preferente. Redes ferroviarias interconectadas de diferentes velocidades (alta -no AVE-, media, cercanías)
  • Transformación de las industrias. Entre otras muchas, la del automóvil tendrá que adaptarse a las nuevas condiciones. Hay que pensar en nuevos productos para otras necesidades. El transporte masivo por carretera se hará inviable.
  • Fomento de la producción local frente a la larga distancia. Cada país y cada comarca habrá de producir para un entorno cercano. Se restringirá en gran medida el comercio a escala planetaria. El transporte aéreo se reducirá al mínimo. La navegación también disminuirá y deberá utilizar energías alternativas.
  • El turismo de masas no tiene futuro. Es un error para un municipio especializarse en él. Veremos vaciarse las zonas turísticas. Grandes complejos se convertirán en ruinas por la imposibilidad de mantenerlos.
  • La residencia y el lugar de trabajo deben coincidir lo más posible. La deslocalización laboral que sufrimos no sólo nos hace perder mucho tiempo libre: supone un altísimo coste energético.
  • Frente al empleo industrial privado, empleo público en servicios. Si no es posible el mantenimiento de ciertas industrias, no por eso dejarán de necesitarse empleos nuevos en actividades hoy poco desarrolladas. 
Demandarán empleo actividades ocultas a la economía por desarrollarse en el ámbito familiar, carga que ahora soportan fundamentalmente las mujeres, o que son empleo invisible de asalariados irregulares (asistentas, empleadas de hogar). Ahora este subempleo es frecuente entre los inmigrantes sin papeles.


Algunas actividades a replantear:
  • Cuidado de niños y ancianos
  • Atención a personas dependientes
  • Tareas socializables del ama de casa
  • Tareas domésticas añadidas a la jornada laboral

Serán necesarios puestos en actividades existentes pero mal atendidas y en otras por desarrollar, pero que hemos de considerar necesarias:
  • Educación pública de calidad, desde el preescolar
  • Formación profesional desarrollada
  • Enseñanza universitaria pública
  • Investigación básica y aplicada
  • Sanidad pública integral
  • Cuidado y protección de la naturaleza
  • Explotaciones agrícolas sostenibles
 
Replanteamiento de la financiación

Las haciendas locales no pueden depender sobre todo de las licencias de construcción. Este modelo puede decirse que universaliza el desarrollismo, porque ninguna corporación puede plantearse el crecimiento cero, que provocaría el inmediato colapso de su economía. Nuestras propuestas hasta hoy han contado con este hecho, que en la práctica nos hace cómplices forzados de la especulación.

Como este estadio llegará inexorablemente, el capital público, ahora reducido a la mínima expresión ante las políticas neoliberales, tiene forzosamente que intervenir para evitar una catástrofe.


Mentalización

Seguramente nosotros mismos no estamos preparados para asumir todo esto. Nos va a costar creérnoslo, y mucho más explicarlo a otros. Estas ideas chocan con la ideología dominante, y en gran medida con nuestras propias expectativas. Y se nos puede interpretar como profetas de catástrofes, especie que no es especialmente simpática.

Por otra parte, la inmediatez de las próximas elecciones municipales hará necesario adaptar este programa a las circunstancias. Hay que considerar los límites de lo que pueden admitir nuestros conciudadanos.

Sin embargo, podemos ir dejando caer una idea inobjetable: hay que estabilizar este desarrollo verdaderamente tumoral, lo cual supone crecimiento cero. Y sin crecimiento el capitalismo es inviable. O encontramos la solución o nos topamos con el gran problema. Y es de suponer que preferiremos formar parte de la primera y no del segundo.


Marzo de 2006