Álvaro García Meseguer fue un notable investigador del CSIC, gran experto en hormigón. Conocemos, muy de primera mano, un enciclopédico tratado sobre hormigón armado, el famoso Jiménez Montoya, del que fue uno de los coautores.
Pero tuvo otras (pre)ocupaciones. Desde su feminismo, llegó a ser una autoridad en el tema del sexismo lingüístico. Transcribo esta reseña
La lengua española no es sexista, lo son los propios hablantes y oyentes
ÁLVARO GARCÍA MESEGUER
El
escritor, profesor e investigador del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), Álvaro García Meseguer, publicó un libro en 1977 donde
afirmaba que la lengua española era profundamente sexista. Sin embargo, ya en
la década de los noventa, redactó una segunda obra titulada ¿Es sexista
la lengua española?, donde se retractaba de su opinión anterior;
como se pudo comprobar ayer durante su intervención en la segunda jornada del
congreso “Mujer y medios de Comunicación” celebrado en el Auditorio de Murcia.
“Hasta hace pocos años mi respuesta a la que da título este libro habría sido
positiva. Pero un estudio más profundo del género gramatical me hizo ver que
había confundido género por sexo. Ahora afirmo que la pobre lengua es inocente
y que el sexismo lingüístico radica en el hablante o en el oyente, pero no en
la lengua.
En un
primer momento no fue fácil convencer a sus seguidores de este cambio radical.
“Recuerdo que hasta he sido acusado en público de haberme vendido al enemigo o
de cambiarme de chaqueta. Pero esto demuestra que han leído mis libros de forma
muy superficial”.
García
Meseguer afirma no importarle el sexismo social sino el lingüístico. “Si dices
el gobierno está formado por quince varones y tres mujeres, estás poniendo en
evidencia un sexismo social pero la frase es impecable. En cambio si dices seis
varones y seis hembras, describes una situación no sexista socialmente pero sí
lingüísticamente”, explica.
El Diccionario
de la Real Academia Española está repleto de definiciones sexistas. Prueba de
ello son las diferencias de significado entre las palabras como “verdulero” y
“verdulera” y “zorro” y “zorra”. Sin embargo, el escritor no culpabiliza a la
RAE de estas acepciones. “El diccionario no tiene culpa, ya que solo refleja
los hechos de habla. Lo que se le puede censurar al diccionario es que a la
hora de definir utilice palabras que son sexistas. “Cine enerve”, por ejemplo,
es descrito como, sin fuerza y afeminado. La primera palabra sobra, ya que va
en contra de la imagen de la mujer. Por lo tanto, la Academia no debería
apoyarse en esa palabra para definir otras”, afirma.
Álvaro
García afirma que aún sigue existiendo problemas de género entre los periodistas.
“Una persona muy machista, aunque ahora está un poco más corregido, era Jesús
Burgos, pensaba que los lectores de diarios eran sólo hombres. Sin embargo otro
columnista, Francisco Umbral, ha sido desde siempre exquisitamente feminista”.
A
pesar de estos problemas de género, la lengua castellana, no se encuentra entre
las más sexistas. Para el profesor, el inglés está menos avanzado en este tema.
“El inglés es una lengua que no conoce el género pero sí tiene marcas directa
como los posesivos, en donde se emplean las referencias de macho y hembra”.
La
solución estará en la educación. “Si los profesores de primaria estuvieran muy
sensibilizados en este problema, que no lo están, incidirían en estas
soluciones lingüísticas para que no ocurrieran”, concluye.
La Opinión. 23 de noviembre, 2002.
Y dejo este enlace a una ponencia suya:
EL ESPAÑOL, UNA LENGUA NO SEXISTA
Es muy interesante. ¡No os la perdáis!
EL ESPAÑOL, UNA LENGUA NO SEXISTA
Es muy interesante. ¡No os la perdáis!