Del artículo de Pepe Escobar "Vuelve la era de los politburós", traducido en Rebelión, extraigo un listado de quienes, según él, constituyen el estado mayor de la Eurozona.
Robert García |
En realidad la Eurozona está dirigida por un politburó de ocho miembros.
¡Qué
excelente trabajo! Esta Banda de los Ocho no es responsable ante nadie,
excepto ante el mítico Zeus y sus relámpagos de marca registrada. En la
era de la modernidad líquida, Zeus se hace llamar Dios del Mercado. Lo
único que importa a la Banda
de los Ocho es lo que quieren los mercados financieros –dirigidos por
Dios–; los simples mortales, como los votantes europeos, en el mejor de
los casos solo son una molestia.
Por lo tanto, los gobiernos nacionales de la Eurozona carecen totalmente de significado. Las decisiones son tomadas por una troika formada por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI, ninguno de ellos elegido.
El politburó de Europa lleva el inocente acrónimo GdF, en francés Groupe de Francfort
(Grupo de Frankfurt), establecido el mes pasado. Se reunió al menos
cuatro veces durante el reciente festival de la deuda del Grupo de 20 en
Cannes, espectacularmente fracasado. Y esta es la lista tecnocrática
completa, incluidos algunos políticos:
1 y 2: “Merkozy”, esa híbrida polinización cruzada de la canciller alemana Angela “Cruz de Hierro” Merkel y el neonapoleónico presidente francés Nicolas Sarkozy. El robusto Sarkozy puede posar como rey bajo el disfraz, entre otros, de Gran Liberador de Libia; y aunque se refiere a ‘La Merkel’ como ‘La Boche’ (de una forma despectiva francesa, a la manera de la Segunda Guerra Mundial) la parte “Merk” en “Merkozy” es la que muestra los auténticos cojones en la Unión Europea (UE).3: La hábil fusión entre Chanel y Wall Street, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, quien heredó su puesto del antiguo salvador del capitalismo convertido en autoimplosionado candidato presidencial francés, notorio amante transatlántico de las mujeres, Dominique Strauss-Kahn (DSK). La propia Madame Lagarde es una acreditada experta financiera, como ex presidente de la firma legal internacional Baker and McKenzie.4: El ex vicepresidente de Goldman Sachs International, Mario Draghi, ahora presidente del todopoderoso Banco Central Europeo (BCE). El tecnócrata que empujó a Italia al euro, ahora vitoreado por los periodistas financieros como “salvador de Europa”.5: El presidente (desde 2004) de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Barroso, esencialmente un burócrata inenarrablemente austero ansioso de poder.6: El presidente del Consejo Europeo (desde 2009) Herman van Rompuy, anónimo ex senador belga y primer ministro que se opone vehementemente al ingreso de Turquía en la UE.7: El comisionado para Asuntos Económicos y Monetarios europeos (desde 2010), Olli Rehn, de Finlandia, un retraído ex alto burócrata a cargo de la ampliación de la UE.8: El presidente del grupo de Ministros de Finanzas Europeos (desde 2005), Jean-Claude Juncker, ex primer ministro de Luxemburgo, descrito por The Economist como “fanático federalista”.
Prosigue el autor del artículo:
Las elecciones son para debiluchos
Mucho más allá de la versión de un reality show
rabelesiano de baja calidad de los últimos días del Imperio Romano,
personificado por el ex primer ministro italiano Silvio "bunga bunga"
Berlusconi, y los afanes de formar un gobierno de unidad nacional
encabezado por el supertecnócrata, ex comisionado europeo, Mario Monti, a
quien los italianos llaman “Super Mario”, existe solo una hoja de ruta
en lo que respecta a la UE: implacable “austeridad”, debidamente supervisada por Madame Lagarde y sus acólitos del FMI.
Super Mario, a propósito, es un hombre ideal para la Banda de los Ocho: ex comisionado de la UE, asesor internacional de Goldman Sachs, presidente europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y miembro clave del Grupo Bilderberg.
Incluso un neoliberal populista como Il Cavaliere
–ex niño mimado de la plutocracia global– no pudo encontrar un camino
para implementar en Italia la hoja de ruta de austeridad dura impuesta
por el BCE, el FMI y los bancos acreedores. Cuando habla el Dios del
Mercado –el único oráculo genuino de la modernidad líquida– la realidad
se inclina. No sorprende que Van Rompuy haya expresado la semana pasada
en Roma estas palabras oraculares: “El país necesita reformas, no
elecciones”.
Nadie
tiene que abrir a la fuerza los pasillos de Bruselas o sentarse con
algún funcionario a comer bife con papas fritas y tomar vino de Burdeos
para saber cuánto odia la UE
a la democracia. Por ejemplo, nadie sabe cómo vota el consejo
gobernante (no elegido) del todopoderoso BCE, porque todo lo que hace es
secreto.
El neoliberalismo de la línea dura, como lo impone la Banda de los Ocho, es como un tratamiento de la Mafia:
primero te dan en las rodillas, amputando los derechos sociales.
Después le toca a tu garganta, amputando los derechos políticos. Al
“ganado” que cargará el lastre de la austeridad interminable –los
votantes europeos– no les queda mucho excepto alguna huelga general o
gritar a pleno pulmón por las calles.
No
importa mucho que los “fundamentos” de Italia sean excelentes,
incluidos los altos niveles de ahorros privados, baja deuda privada,
sistema bancario estable y un superávit comercial en manufactura.
Del griego al latín, el problema con Grecia e Italia no tiene nada que ver con la supuesta periferia disfuncional de la UE. Lo
que pasa tiene que ver con los excesos del capitalismo de casino, el
capital financiero operando en una desregulación total. De ahí la
preeminencia de ese personaje brillante/sombrío –el tecnócrata de la
modernidad líquida– reacio a la democracia pero suficientemente legítimo
para exigir represión popular, todo en nombre de satisfacer al
Todopoderoso Dios financiero.
No
existe ninguna diferencia (política) entre la realización de cambio de
régimen con bombardeos “humanitarios” o mediante los relámpagos del Dios
del Mercado.
En cuanto
al cortafuegos necesario que “salvaría” a Italia de su deuda –más de
1,9 billones (millones de millones) de euros– es un enorme billón de
euros. No se hará, sobre todo porque el Todopoderoso Emperador Hu
(Jintao) ha desairado esta última invención de los bárbaros
occidentales. El Emperador Hu ciertamente sabía antes de los hechos que
el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) se revelaría como un
timo monumental, mientras el FEEF compraba cientos de millones de euros
de sus propios bonos. No necesita ser Nouriel Roubini para apostar a que
el euro puede estar en camino a descomponerse.
"Merkozy" –responsable de un 48% del producto interno bruto de la Eurozona– y la Banda de los Ocho son ahora practicantes de primera clase del poder neocolonial. Lo que busca realmente la Banda de los Ocho es esencialmente una UE del hombre rico, como revela una historia casi apocalíptica de Reuters. Hay que prepararse porque desde ahora el euro no unificará Europa; encabezará su balcanización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario