Desorden es orden. Orden es desorden.
Pues bien: lo existente no es ningún orden. En tiempos de desorden nada debe parecer natural e imposible de cambiar.
«El comunismo no es radical.
Lo radical es el capitalismo», recordaba Walter Benjamin evocando este poema de
su amigo Brecht.
EL COMUNISMO ES EL TÉRMINO MEDIO
Llamar a derrocar el orden existente
parece espantoso.
Pero lo existente no es ningún orden.
Recurrir a la fuerza
parece malo.
Pero dado que la fuerza se pone en práctica
de modo rutinario, no es nada del otro mundo.
El comunismo no es lo extremo
que sólo puede realizarse en una pequeña porción
sino que antes de que esté realizado del todo
no hay ninguna situación soportable
ni siquiera para los insensibles.
El comunismo es en realidad la exigencia mínima
lo más inmediato, moderado, razonable.
Quien se opone a él no es un pensador discrepante
sino un irreflexivo o quizá alguien
que sólo piensa en sí mismo
un enemigo del género humano
espantoso
malo
insensible
alguien que quiere lo extremo, eso que si se realiza incluso en una mínima porción
arruinará a la humanidad entera.
parece espantoso.
Pero lo existente no es ningún orden.
Recurrir a la fuerza
parece malo.
Pero dado que la fuerza se pone en práctica
de modo rutinario, no es nada del otro mundo.
El comunismo no es lo extremo
que sólo puede realizarse en una pequeña porción
sino que antes de que esté realizado del todo
no hay ninguna situación soportable
ni siquiera para los insensibles.
El comunismo es en realidad la exigencia mínima
lo más inmediato, moderado, razonable.
Quien se opone a él no es un pensador discrepante
sino un irreflexivo o quizá alguien
que sólo piensa en sí mismo
un enemigo del género humano
espantoso
malo
insensible
alguien que quiere lo extremo, eso que si se realiza incluso en una mínima porción
arruinará a la humanidad entera.
Bertolt Brecht (1933)
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