"Carla Amtmann" elaboró este informe sobre el Segundo Congreso Internacional sobre el Pico del
Petróleo. En medio del auge de prospecciones y la euforia por los resultados del fracking, conviene reflexionar sobre el futuro incierto de todo este mecanismo hacia la nivelación del balance entre la energía obtenida y la empleada, momento en que cualquier nueva extracción tendrá nulo resultado.
Independientemente de cualquier cálculo económico coyuntural, en ese momento, que sin duda llegará, y no tardando mucho, cualquier búsqueda de energía fósil será inoperante.
¿Y estamos seguros de que entonces, los estragos irreversibles causados no serán letales? Y aún suponiendo que nuevas tecnologías permitan restaurar el planeta (para entonces menos azul) ¿con qué energía se pondrían en marcha?
Hasta ahora, el capitalismo destruye periódicamente sus estructuras para crear otras, siempre mayores. Ahora ya no está claro que haya una próxima vez.
Cosa de locos.
Independientemente de cualquier cálculo económico coyuntural, en ese momento, que sin duda llegará, y no tardando mucho, cualquier búsqueda de energía fósil será inoperante.
¿Y estamos seguros de que entonces, los estragos irreversibles causados no serán letales? Y aún suponiendo que nuevas tecnologías permitan restaurar el planeta (para entonces menos azul) ¿con qué energía se pondrían en marcha?
Hasta ahora, el capitalismo destruye periódicamente sus estructuras para crear otras, siempre mayores. Ahora ya no está claro que haya una próxima vez.
Cosa de locos.
Queridos
lectores,
Los pasados 9 y 10 de Octubre tuvo lugar en Barbastro (una pequeña localidad situada cerca de los Pirineos, en el nordeste de España) el Segundo Congreso Internacional sobre el Pico del Petróleo. Acudieron como ponentes algunas destacadas personalidades internacionales en el mundo del pico del petróleo, comenzando por el Presidente de la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo y Gas (ASPO), Kjell Aleklett, y media docena de especialistas del más alto nivel. También hubo algunos ponentes de perfil menos técnico pero que se dedican a hacer divulgación sobre este tema, como un servidor. A petición de muchos lectores he elaborado este relato breve, completamente subjetivo, sobre el contenido de las ponencias que hemos podido escuchar estos dos días. Cuando los vídeos estén disponibles los enlazaré en el nombre del ponente.
La primera de las ponencias, la conferencia inaugural, corrió a cargo de un servidor. Gran honor e imposible estar a la altura de quien lo hizo hace tres años, Mariano Marzo. Yo me limité a hacer un repaso de los eventos que yo consideraba más significativos en el mundo de la energía durante los años que han transcurrido desde la primera edición, y en discutir brevemente las tendencias del futuro más inmediato, bastante ominosas a mi entender, acabando con un llamamiento a actuar y recordando el manifiesto "Última Llamada". A pesar de su tono, al final resultó que la mía no iba a ser la más pesimista de las presentaciones...
Después
habló Mikael Höök. Hizo una didáctica y rigurosa presentación sobre los
diversos recursos, sus características y sus limitaciones. Destacó varios
puntos interesantes, como por ejemplo la dificultad de designar el peak oil
teniendo en cuenta las múltiples definiciones de hidrocarburos líquidos, o cómo
el futuro del carbón vendrá determinado por lo que suceda en China, cuya
producción parece estar llegando ya a su cenit. Especialmente ilustrativa fue
su gráfica de cómo se apila la producción de los yacimientos empezando por los
más grandes y siguiendo por los más pequeños y de producción más difícil.
A continuación intervino por video-conferencia Dave Hughes. Su presentación versó sobre los hidrocarburos no convencionales, principalmente los extraídos con la técnica del fracking, y discurrió por los derroteros previsibles para cualquiera que haya leído su libro "Perfora, chico, perfora"; dio, eso sí, datos actualizados sobre los ritmos de declive y escenarios de producción en los EE.UU., destacando el alarmante ritmo de declinación de la producción de shale gas en Haynesville. También resultó bastante impactante un mapa de una pequeña zona muy explotada que mostraba todas las perforaciones horizontales hasta hacer un tapiz extraordinariamente tupido.
Ya por la tarde intervino Kjell Aleklett. Esta ponencia me la perdí porque tuve que atender dos entrevistas realizadas por la UNED (el equipo de Barbastro y uno especialmente enviado desde Madrid). Según me contaron, Kjell hizo una presentación clásica y muy didáctica de los aspectos claves del peak oil y el fracking; a destacar cómo la creciente contribución de petróleo ligero de roca compacta (Light Tight Oil) explotado en los EE.UU., al ser inútil para producir diésel, está agravando el pico del diésel.
A continuación intervino por video-conferencia Dave Hughes. Su presentación versó sobre los hidrocarburos no convencionales, principalmente los extraídos con la técnica del fracking, y discurrió por los derroteros previsibles para cualquiera que haya leído su libro "Perfora, chico, perfora"; dio, eso sí, datos actualizados sobre los ritmos de declive y escenarios de producción en los EE.UU., destacando el alarmante ritmo de declinación de la producción de shale gas en Haynesville. También resultó bastante impactante un mapa de una pequeña zona muy explotada que mostraba todas las perforaciones horizontales hasta hacer un tapiz extraordinariamente tupido.
Ya por la tarde intervino Kjell Aleklett. Esta ponencia me la perdí porque tuve que atender dos entrevistas realizadas por la UNED (el equipo de Barbastro y uno especialmente enviado desde Madrid). Según me contaron, Kjell hizo una presentación clásica y muy didáctica de los aspectos claves del peak oil y el fracking; a destacar cómo la creciente contribución de petróleo ligero de roca compacta (Light Tight Oil) explotado en los EE.UU., al ser inútil para producir diésel, está agravando el pico del diésel.
A
continuación hubo una tabla redonda sobre fracking con dos geólogos españoles,
Marcos Aurell y José Luis Simón, y un ingeniero, José Luis Rubio. Yo me la
perdí también, prácticamente entera, por estar atendiendo a los chavales del
documental. Sí que llegué a escuchar que, a pesar de que algunos de los allí
sentados no se calificaban a sí mismos como "anti-fracking", todos
tenían claro que en España este tipo de recurso no tenía grandes perspectivas y
que difícilmente saldría rentable su explotación.
La
última presentación del jueves corrió a cargo de Pedro Prieto. Con un verbo
irrefrenable y cervantino cual suele, pesadilla de los pobres traductores,
Pedro nos hizo reír de lo lindo con un tema tan serio y tan grave como nuestra
imposibilidad de encontrar fuentes de energía alternativas a los combustibles
fósiles. Le dedicó especial atención (e intención) a una discusión de los
muchos problemas y limitaciones de la energía nuclear, pero no se quedó corto a
la hora de desmontar cualquier mito renovable, incluida, ay, la solar de
concentración. Impagable e imprescindible.
El
viernes comenzó con una minuciosa y preciosa presentación de Alicia Valero
sobre el uso cada vez más intenso de todos los elementos de la tabla periódica,
el cenit productivo de las minas de donde estamos extrayendo estos materiales y
nuestra invencible tendencia a dispersarlos o usarlos de tal modo que los
hacemos imposibles o muy difíciles de reciclar. El tema es de una seriedad y
gravedad difícil de despreciar, y Alicia presentó brillantemente su exhaustivo
análisis. Además del problema con los metales de uso industrial, mención
particular merece el problema del pico del fósforo y su impacto en la
agricultura, de lo cual hemos hablado en este blog en varias ocasiones. Coronó
su presentación con un vídeo preparado especialmente por su centro, el CIRCE,
para concienciar sobre el problema; no pude evitar recordar cómo hace tres años
desde el CIRCE (no Alicia, por cierto) se envió en Barbastro un mensaje mucho
más positivo sobre las posibilidades de futuro. Quizá fue Alicia la primera
ponente en pronunciar la palabra que, por repetida, marcaría la segunda
jornada: "colapso".
A
continuación Gorka Bueno presentó su análisis sobre el futuro del transporte en
el País Vasco, detallado y minucioso, valorando cinco escenarios diferentes y
siempre en vista de intentar conseguir cumplir los objetivos de reducción de
emisiones de CO2 y de pasada de adaptarse a los problemas de agotamiento de
combustibles fósiles, que no eran el foco de su trabajo pero del cual Gorka era
obviamente bien consciente. La mala noticia es que ningún escenario conseguía
llegar a los objetivos fijados para 2050, y la conclusión de Gorka, que ya
habían esbozado Pedro y Alicia y aún se repetiría varias veces, es que hace
falta más que tecnología para resolver este problema, y fundamentalmente de lo
que estamos hablando es de un cambio social. Triste, y pesimista, la reflexión
de Gorka de que hasta que no nos demos de bruces no reaccionaremos.
Y entonces llegó Gonzalo Escribano. Este profesor de economía de la UNED, también director del programa de energía y cambio climático del políticamente influyente Real Instituto Elcano, cogió su dietario y estuvo hablando bastante más de la hora que tenía asignada, hilando temas al vuelo sin un orden particular y sin mostrar gráficas o datos con los que fundamentar sus muy osadas afirmaciones delante de un grupo de especialistas que, a mi entender, conocían mucho mejor que él de lo que estaba hablando. Su intervención fue un breve paréntesis de BAU e irrealidad, más propio de una profesión de fe religiosa que de una presentación científica. Dejando de lado afirmaciones que él veía completamente naturales aunque en realidad destilaban cierta ideología, fue chocante oírle afirmando muchas cosas absolutamente infundadas. Por ejemplo, que Arabia Saudita tiene una capacidad ociosa de más de 3 millones de barriles diarios gracias a Ghawar (cuando cualquiera que se moleste en mirar los datos verá que con la entrada en línea de Manifa y la resucitación de Khurais yShaybah a Arabia Saudita no le queda nada más para añadir, mientras en Ghawar sale más agua que petróleo y posiblemente está ya agotado en un 90%). Otro ejemplo: según Escribano en EE.UU. ya casi no consumen carbón gracias a la revolución del shale, a pesar de que las estadísticas del anuario estadístico de BP no parecen darle la razón (lo malo de hacer afirmaciones exageradas y no cuantificadas: obviamente el consumo ha bajado, pero no hasta desaparecer).
Y entonces llegó Gonzalo Escribano. Este profesor de economía de la UNED, también director del programa de energía y cambio climático del políticamente influyente Real Instituto Elcano, cogió su dietario y estuvo hablando bastante más de la hora que tenía asignada, hilando temas al vuelo sin un orden particular y sin mostrar gráficas o datos con los que fundamentar sus muy osadas afirmaciones delante de un grupo de especialistas que, a mi entender, conocían mucho mejor que él de lo que estaba hablando. Su intervención fue un breve paréntesis de BAU e irrealidad, más propio de una profesión de fe religiosa que de una presentación científica. Dejando de lado afirmaciones que él veía completamente naturales aunque en realidad destilaban cierta ideología, fue chocante oírle afirmando muchas cosas absolutamente infundadas. Por ejemplo, que Arabia Saudita tiene una capacidad ociosa de más de 3 millones de barriles diarios gracias a Ghawar (cuando cualquiera que se moleste en mirar los datos verá que con la entrada en línea de Manifa y la resucitación de Khurais yShaybah a Arabia Saudita no le queda nada más para añadir, mientras en Ghawar sale más agua que petróleo y posiblemente está ya agotado en un 90%). Otro ejemplo: según Escribano en EE.UU. ya casi no consumen carbón gracias a la revolución del shale, a pesar de que las estadísticas del anuario estadístico de BP no parecen darle la razón (lo malo de hacer afirmaciones exageradas y no cuantificadas: obviamente el consumo ha bajado, pero no hasta desaparecer).
También
me llamó la atención su apuesta porque España se convierta en un nodo
exportador a Europa del gas argelino; sin duda no debe saber que aparte de
haber superado su particular peak oil, Argelia está empezando ya la fase de
declive tras su pico de producción de gas:
Al
menos Escribano reconoció que la fiebre del fracking no durará mucho en los
EE.UU., y que no cabe esperar gran cosa de este tipo de recursos en España.
Para nada se le ocurrió que el negocio fuera una ruina, especialmente con
precios del gas tan bajos (lo que el consideraba la resultante de la perfecta y
maravillosa competencia en un mercado que cree libre). Al acabar su
presentación le agradecí su exposición, pues nos había mostrado claramente cómo
piensan los gestores políticos, y le pregunté por el peak oil, dado que el
congreso iba de eso. Respondió que él no sabe de eso porque es economista y no
geólogo (!!), siguió con el ridículo meme de "hace 30 años que queda
petróleo para 30 años" (la vieja falacia P/Q) y remató con el aún más
viejo y estúpido chascarrillo de que la Edad de Piedra no acabó por falta de
piedras; básicamente, tomándonos por tan imbéciles como para no haber oído y
refutado mil veces argumentos tan banales y conocidos. Me quedó claro que a
este señor la próxima oleada recesiva y de fuerte volatilidad en el precio del petróleo le pillará por sorpresa, aunque dadas sus habilidades oratorias seguro
que encontrará una excusa del día para salir al paso. Tras escurrir el bulto en
varias preguntas más se largó sin esperar a la siguiente ponencia, de la cual
hubiera podido aprender algo sobre aquello en lo que se cree experto. Se fue
sin ser consciente del ridículo que había hecho.
Y
es que la última ponencia de la mañana corrió a cargo de Gail Tverberg.
Precisa, incisiva, demoledora, Gail detalló sus ya famosos 12 principios de la
conexión entre energía y economía, no aptos para economistas bautomáticos. La
gráfica más aterradora de esa presentación seguramente ya la conocen: la
previsión de Gail sobre el rápido descenso de la disponibilidad de todas las
formas de energía en los próximos años.
Lo
malo es que el argumento de Gail sobre la forma de esa curva es bastante
sólido: sin otra fuente de energía que tome el reemplazo será imposible
mantener los niveles productivos máximos teóricos una vez que empiece el
declive y éste será bastante abrupto. Algo que podremos comprobar durante los
próximos años.
La
siguiente ponencia, a primera hora de la tarde, fue impartida por Ugo Bardi.
Grandísimo comunicador, Ugo sabe ganarse la audiencia en los primeros minutos
con trucos de prestidigitador experimentado, para después embarcarle en un
viaje a través de modelos simplificados pero cada vez más complejos. Después de
mostrar convincentemente que la dinámica de sistemas permite entender la simple
complejidad que subyace a nuestros dos mayores retos de sostenibilidad ahora
mismo, es decir, el agotamiento de los recursos y el cambio climático, llegó a
sus conclusiones... que fueron ninguna. No hay conclusión, no hay bala de
plata, no hay una salida simple. Su charla concluyó de una manera abrupta, un
tanto triste, sin apuntar a direcciones concretas, sino abriendo esta discusión
para convertirla en una reflexión colectiva.
Tras
tan anticlimática finalización, llegó Marga Mediavilla y en cierto modo remató
la faena. Marga explicó detalles del modelo que han desarrollado en la
Universidad de Valladolid para hacer el diagnóstico del futuro de la energía y
sus usos en los próximos años. Para alimentar su modelo han tomado una
aproximación muy conservadora, asumiendo que los parámetros toman los mejores
valores posibles, no consideran la TRE de las fuentes de energía, etc. Aún así,
se ve que hay una desviación considerable entre los escenarios de crecimiento y
lo que pueden dar nuestras fuentes de energía, incluso con sustitución ideal
por renovables, en un plazo de como mucho 20 años. Pero lo terrible viene
cuando se examina el transporte: las desviaciones son ya insalvables, en
cualquiera de los escenarios considerados, antes de 2020 (por eso mismo en esta
edición los vallisoletanos han dedicado su excelente curso de cada año al tema del transporte). Margarita exponía sus resultados como disculpándose, como
queriendo decir: "No es esto lo que querría traeros, pero es lo que
hay". De ahí al final de su presentación fue desgranando una serie de características
de nuestro sistema económico y cómo hemos caído en esta trampa. Ahí fue cuando
yo llamé a la bicha por su nombre y, al darme turno para hacer una pregunta,
dije que en realidad nuestro mayor problema para superar la situación actual es
que lo que decimos contradice las tesis fundamentales del capitalismo. Y no
pregunté nada.
Hubo
finalmente una mesa redonda, con tres exposiciones cortas y un debate con los
tres ponentes. El primero fue mi compañero y asiduo contribuyente de este blog,
Antonio García-Olivares, que con su voz firme y su habitual solidez intelectual
desgranó las razones objetivas por las que el capitalismo está en su fase
terminal y cuáles pueden ser las alternativas a su finalización. Ponencia breve
pero muy técnica, y muy recomendable para los que aún creen en el futuro del
capitalismo. A continuación habló Xoan Ramón Doldán, presidente de la
asociación gallega Véspera de Nada y economista ecológico, que con tono de
gallego apacible fue asestando puñetazo dialéctico tras puñetazo dialéctico a
las bases conceptuales y prácticas de nuestro actual sistema económico,
prácticamente no dejando títere sin cabeza; quizá el tono constante de voz y la
rapidez expositiva no facilitaban la digestión adecuada de tanta información.
Por último, Juan del Río, como representante de Cardedeu en Transició, hizo una
presentación muy ligera, más activista y menos técnica que todas las
anteriores, para explicar que hay futuro y esperanza si creemos en ella. Las
preguntas del público durante la mesa redonda merecieron mucho la pena, aunque
(o quizá precisamente por) se trataran temas tan poco agraciados como el de la
violencia durante la transición.
El
resumen de esta edición es que el pesimismo se ha vuelto absoluto. En la
primera edición la mayoría de las ponencias respiraban un cierto
tecnooptimismo, con varias ponencias que discutían fuentes alternativas para
conseguir energía y/o escenarios más o menos adaptativos; en aquella ocasión yo
formaba parte del reducido grupo de cenizos que veíamos una y otra dificultad
prácticamente insalvable en el horizonte. Yo no he modificado mucho mi postura,
quizá soy un poco más pesimista ahora que entonces, pero curiosamente ahora
muchos de los que entonces me tomaban por alarmista me han dejado atrás en ese
descenso a los infiernos. La palabra más repetida estos días ha sido
"colapso", el cual la mayoría de los ponentes dan por seguro. Por
repetir la broma que hicimos durante esos días, los que allí estábamos nos
podíamos agrupar en tres grupos: pacos, mocos y cocos (según fuéramos
parcialmente, moderadamente o completamente colapsistas - él único que se salía
de esta clasificación fue Gonzalo Escribano, al que podríamos definir de
coqueco: "¿Colapso? ¿Qué colapso?")
No
querría acabar esta crónica sin hacer una mención, breve, a la componente
humana del congreso, a esas gentes que estaban allí, oyendo como los ponentes
iban progresivamente laminando sus esperanzas de futuro. Como en la pasada
edición, muchas personas anónimas acudieron a Barbastro, haciendo un gran
esfuerzo personal puesto que el congreso tenía lugar en días laborales. Algunos
representaban a diversos colectivos concienciados con la problemática del
agotamiento del petróleo y las consecuencias que está trayendo esta loca huida
hacia adelante; los más activos, los de los colectivos antifracking.
Particularmente me resultó destacable la especial madurez en estas lides de los
chicos de Fracking Ez, que aunque no intervinieron en los turnos de preguntas
hicieron contactos y tomaron buena nota de todo lo que allí se decía. Tres años
y medio han pasado desde el último congreso de Barbastro y la sociedad española
es más pobre, y muchos de los asistentes vinieron de manera precaria, algunos
durmiendo en la furgoneta con la que habían acudido. La solidaridad y la
coordinación entre los asistentes posibilitó que muchos de ellos, con más
voluntad que medios, pudieran aprovechar estas jornadas, e incluso un pequeño
grupo de entusiastas aprovechó para rodar un pequeño documental. Como en la
pasada vez, la organización del congreso fue una ayuda continua y eficaz en los
mil detalles que iban surgiendo cada día; gracias de nuevo a Carlos, Marta y
Pili, y sobre todo a David, quien en su múltiple rol de coordinador, moderador
y conductor del congreso puso una cara humana al enlace institucional.
Todo
apunta a que el colapso será rápido, y más dada la ceguera de aquellos que
asesoran a nuestros gobiernos creyéndose expertos sin serlo. Lo preocupante es
que el colapso puede ser inminente, como ciertos expertos apuntaron. Barbastro
ha enviado un mensaje, alto y claro, a la Tierra; una suerte de "Última Llamada" somontana. Ojalá esta vez haya alguien escuchando al otro
lado.
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