Los medios son propiedad de unos amos a los que se deben, y bailan al son que les tocan. Te ayudarán si consideran que les beneficia, pero tratarán de hundirte cuando estorbes sus planes. Harán lo que esté en sus manos para neutralizarte. Y los hace muy poderosos la seducción que su opio cotidiano ejerce sobre la mayoría.
Analicemos el caso Podemos. impulsados como fueron para cerrar el paso a Izquierda Unida, son denigrados ahora, cuando los amos consideran, no tanto que sean una oposición radical, sino que quizás podrían llegar a serlo. Ahora toca practicar el acoso y derribo par dejarlos en sus justos límites. De nada les valdrán los cambios de discurso ni la poda de sus propuestas más contundentes. Si son vistos como una izquierda fuera de sus planes, los amos favorecerán otras alternativas, sobre todo si lo que permanece más a la izquierda no lo juzgan significativo y ellos pasan a la primera línea del frente.
Daban cancha a Podemos cuando denunciaba a la casta y ahora le dan leña pese a aparcar su oposición a la OTAN. Parece una paradoja que antes alabaran a su enemigo y lo ataquen ahora que se acomoda a sus intereses. No hay tal: una vez reducido a un partido más del sistema, es interesante que figure como "extrema izquierda" del mismo, pero reducido a la mínima expresión posible. Y desde luego, prefieren que a su izquierda no quede nada.
Algo haría bien Izquierda Unida (no todo, desde luego) cuando los medios aupaban a Podemos. Algo, aunque no sea mucho, harán bien los de Podemos cuando los quieren reducir a la inoperancia. En todo caso, pensemos siempre en qué lugar estamos y "a quien beneficia" el discurso oficioso.
Ese principio, "cui prodest" o "cui bono", es clave para interpretar los juicios de los nuevos perros guardianes. Pero no puede aplicarse mecánicamente. A veces, como en el billar, se apunta a una bola para dar a otra.
El oso de la fábula de Iriarte reflexionaba sobre los criterios dispares de la mona que lo desalababa y el cerdo que lo alababa. Si era malo que lo criticara la sabia mona era peor que lo alabara el cerdo de mal gusto. Este puede valer para la televisión basura en general, pero cuando entra en juego la política hay que ser más sutil.
En un programa del corazón, el cerdo de mal gusto puede indicarnos lo que no hay que hacer (no abundan allí las monas sabias). En las tertulias políticas más toscas puede ocurrir lo mismo. Pero muchas veces, la mona sabia no es bien intencionada, y modula su discurso según sus intereses. O los del organillero.
Claro que también el oso puede bailar a las órdenes del piamontés.
Rebelión
En el verano de 2013, en plena crisis económica, los sondeos situaban a IU por encima del 17% en intención de voto, en un escenario en el que se preparaba una importante movilización social que concluiría con la gran manifestación de la Marcha de la Dignidad, que el 22 de marzo de 2014 reunía en Madrid más de un millón y medio de personas; una movilización que fue posible, especialmente, gracias a que las organizaciones locales de IU pusieron a disposición de la misma infraestructura, recursos económicos y militancia política. Éste fue el momento en el que la situación de coincidencia de las dos claves para el cambio de ciclo político, movilización social y una fuerza política de izquierdas organizada en disposición de recoger el descontento ciudadano con las políticas de ajuste duro, de recorte de derechos y conquistas sociales, puestas en marcha por el PP y con un PSOE en 'caída libre' desde que en mayo de 2010 el Gobierno Zapatero las iniciara al dictado de la Troica, encendieron las 'luces rojas' del sistema que puso en marcha tres movimientos que, a la postre, le resultaron acertados:
- cambio del sistema de las empresas demoscópicas, encabezadas por Metroscopia, la encuestadora de cabecera de El País, para pronosticar la intención de voto con el claro propósito de generar opinión negativa sobre IU;
- “movilización” de determinados medios de comunicación "progresistas" en la tarea de contribuir a crear una nueva fuerza política que con un discurso cargado de significantes vacíos de contenido recogiera el voto que, hasta ese momento, se situaba en la cesta de la fuerza política que hoy lidera Alberto Garzón; y
- lavado de cara de una monarquía desprestigiada con la abdicación del rey Juan Carlos y coronación de su hijo Felipe, joven y sin pasado.
- 'sacar' a la gente de la calle y ‘recluirla’ en su casa ante el televisor, pasado de ser actores del cambio a clientes de un gran supermercado que le ofrece los 'únicos' productos políticos a adquirir, y
- reducir al mínimo la influencia de una fuerza política que, con sus errores y aciertos, con sus sombras y luces, tenía organización y cuadros políticos para amenazar el sistema;
Este recordatorio viene a cuento por el desconcierto que muestran quienes se sorprenden ante el ataque iniciado por la "Brunete mediática", encabezada por el grupo empresarial que mejores servicios ha prestado en estos años al régimen y su buque insignia, El País, contra Podemos, la amenaza actual; partido al que "machacarán" si no sirve a sus propósitos de facilitar una nueva versión de Gran Coalición, posibilitando y sustentando por activa o por pasiva un gobierno PSOE-Ciudadanos que sustituya a un amortizado y desprestigiado PP en la tarea de "rematar" las conquistas sociales y reducir a los ciudadanos a la categoría de súbditos, llevando a cabo la triple devaluación que precisa el país, en opinión de los diseñadores del nuevo estado de las cosas:
- devaluación directa, con una alta tasa de paro, precarización del empleo y bajos salarios;
- devaluación indirecta, mediante el recorte y privatización de los servicios públicos de educación y sanidad y de las prestaciones sociales; y
- devaluación diferida, con una drástica disminución de las pensiones públicas, "lanzando" a los ciudadanos a suscribir un plan de pensiones privado, objetivo clave del poder financiero para poder negociar durante décadas con el dinero ajeno sin control alguno.
En este escenario, no puede extrañar que se magnifiquen los errores políticos de un Pablo Iglesias que, con su partido, ha pasado de ser "gente" a formar parte de "la casta", que es lo que ellos mismos han proclamado cuando se pasa de la calle a las instituciones, y que no alcanza a ajustar su discurso al enorme cambio que se ha producido en su situación, ya que ha pasado de ser útil para el sistema –aún en contra de su voluntad y la finalidad para la que nació- como fuerza política con una débil organización y menos cuadros -se tiene una presencia real o eres una hoja movida por el viento, aquí no cabe lo virtual- a ser un incordio, que obedece a los planes del sistema o será reducida a la mínima expresión.
Hasta ahora, la respuesta política del “partido de los círculos”, cuyas ideas y propuestas han sido magnificadas durante año y medio por determinados medios de comunicación y opinadores interesados como "genialidades", viene dejando en evidencia que su fulgurante apoyo electoral no solo se debía a su acertado análisis de la realidad política y a su estrategia –que con toda probabilidad lo era-, sino especialmente a que los mismo medios que hoy los publicitan para resaltar sus errores, hasta su negativa a apoyar a Pedro Sánchez, ensalzaban sus ideas. Queda por ver si el “partido de los universitarios”, que comenzó por darle la palabra y el protagonismo a la ciudadanía en las plazas, para posteriormente transformarse en una “maquinaria electoral” para "asaltar los cielos", tiene "fondo político" para salir de una encrucijada que le puede conducir a liderar el cambio en el país o ser fruto del "sueño de una noche de verano", terminada la etapa del tacticismo político y de su utilidad para quien gobierna sin presentarse a las elecciones. En cualquier caso, hay un hecho palpable, la nueva situación de Podemos ante la cruda realidad.
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