Final de trayecto. Aquí concluyo aquella serie que comenzara hace apenas un año con la pregunta ¿cómo trocear el espacio?
Es obvio que jamás pretendí establecer un despiece único ni exhaustivo. Pero sí establecer una modulación que permitiera, mediante unas leyes simples, trasladar la solución a otro punto cualquiera, por remoto que fuese, y saber que las mismas leyes establecidas podían aplicarse allí. Para ello lo mejor era partir de las leyes de la simetría.
Tras el último capítulo, solamente me queda adjuntar algunos enlaces a índices y conclusiones:
Las conclusiones finales de la tesis:
Y una visión más sintética, relacionada con los conceptos de dualidad explorados en la introducción que por primera vez he publicado en este blog:
Para despedir el tema, me ha parecido interesante este enlace sobre los grupos de simetría en el plano. Los más de los azulejeros y fabricantes de papel pintado podrían utilizar estos grupos con un poco más de gracia.
Gracia divina que encontramos en Escher, con una de cuyas imágenes despido el tema. Este mosaico es para mí toda una metáfora: simboliza el difícil anhelo de armonizar el vuelo de la fantasía con el deseo de profundizar.
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