El pasado lunes escuchaba yo nuestro flamenco, un programa muy recomendable que al llegar la medianoche ofrece José María Velázquez Gaztelu en Radio 2. En la sección final "grabaciones históricas" llegó una voz desde un pasado lejano.
No era sólo el sonido metálico de las grabaciones antiguas. Basta con oir el viejo toque de la guitarra, tan diferente del virtuosismo actual, para identificar las viejas grabaciones. También se percibe otra prisa en la voz, como si el que canta no le diera demasiada importancia. Ahora se matiza y el cantaor se demora más. Ha oído y se ha oído mucho. Se sabe además cultivador de un arte que es patrimonio de la humanidad, y lo adora.
La grabación, de más de un siglo, concretamente de 1906 (¡aún no habían nacido mis padres!), era una jabera interpretada por Antonio Pozo, El Mochuelo. Este cantaor hizo muchas grabaciones en discos de pizarra, y aún en los cilindros de cera del primer fonógrafo. En este formato nos ofreció luego José María un viejísimo registro de hace ciento veinte años. El testimonio borroso del flamenco del siglo XIX.
No recordaba el origen malagueño de las jaberas, pero lo asocié a los fandangos de Málaga y a un vago recuerdo de los verdiales. De cualquier manera, el cante actual conserva muy bien el aroma del viejo cante. ¡Qué pena no poder rastrear más atrás, no poder saber más de las raíces de este patrimonio!
Como homenaje a este cante, dejo aquí las jaberas de Antonio Pozo:
Así cantaba las jaberas Fosforito:
Finalmente, así las canta Antonio de Álora:
De vez en cuando me vuelve la nostalgia...
Nada que ver con el flamenco, pero sí con la tierra y la sal que lo sazona. Espero que lo disfrutes.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/WMAtKBWMXTA
Gracias, lo veré pronto. Las murgas de Cádiz son geniales. Yo colgué esta hace un tiempo: http://esencialomenos.blogspot.com.es/2011/06/senoras-y-senores-la-banca-guatifo.html
ResponderEliminar¡Claro!... nada menos que los Guatifó.
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