La idea de los límites del crecimiento no gusta, y por ello se la ha rechazado desde distintos campos.
En particular, la izquierda con intenciones transformadoras no la menciona más que episódicamente, a veces como un mantra, porque piensa que puede desviar la atención de los desarrollos inmediatos de la lucha de clases, restando energías a los que se mueven en ella a través de sus necesidades perentorias. Creo sin embargo que la verdad es revolucionaria, y que los espejismos se desvanecen y dejan un poso escéptico que es más dañino que la lucha consciente del que sabe que le va la vida en el combate.
Contrariamente a este silencio, creo que no hay mejores argumentos que estos para una lucha consciente por la igualdad, contra el capitalismo y en defensa de lo común, que en definitiva es todo nuestro planeta.
Muy modesta es mi influencia a través de este blog, pero siempre queda la esperanza de que habrá alguien a quien sirva mi esfuerzo divulgativo.
Las dos entradas corresponden a enlaces con dos archivos de PowerPoint que podéis bajar completos. Me parecen muy importantes.
Extralimitarse significa ir demasiado lejos, rebasar accidentalmente los límites, sin intención. Las personas experimentan la extralimitación todos los días. Cuando uno se levanta demasiado rápido de la silla, puede perder el equilibrio (…). En una fiesta uno puede beber más alcohol de lo que el cuerpo puede metabolizar con facilidad; a la mañana siguiente tendrá un atroz dolor de cabeza. Las empresas constructoras edifican periódicamente más viviendas de las que puede absorber la demanda, lo que conlleva vender unidades por debajo de coste y enfrentarse a la quiebra. A menudo se construyen demasiados buques de pesca, y entonces las flotas pesqueras crecen tanto que capturan muchos más peces que el volumen sostenible; de este modo se agotan los bancos de peces y los buques deben permanecer en el puerto.
Meadows et al. Los límites del Crecimiento 30 años después, Barcelona: Galaxia Gutenberg, pág. 41.
Las tres causas de la extralimitación son siempre las mismas, en cualquier dimensión, desde la personal hasta la planetaria. En primer lugar el crecimiento, la aceleración, el cambio rápido. En segundo lugar, alguna especie de límite o barrera que impide el correcto funcionamiento de un sistema dinámico. Por último, se produce un desfase o error de percepción en las respuestas encaminadas a mantener el sistema dentro de sus límites. Estas tres condiciones son necesarias y suficientes para producir una extralimitación.
Meadows et al. Los límites del Crecimiento 30 años después, Barcelona: Galaxia Gutenberg, pág. 42.
Recepción política de los límites:
- Denuncias de maltusianismo.
- Denuncias de estrategia neocolonial: su objetivo era prohibir el desarrollo industrial del Tercer Mundo volviéndolo a someter tras los procesos de independencia y descolonización.
- Denuncias de cripto ecofascismo: planes para sustituir la democracia por un gobierno tecnocrático ecologista.
- Rechazo desde la URSS: límites del crecimiento problema “capitalista” por ausencia de planificación económica.
- Rechazo desde la izquierda: argumentario que consolidaba la situación de opresión histórica de la clase obrera.
- Rechazo desde la derecha: argumentario que atacaba el espíritu de libre empresa.
- Denuncias de complicidad con las multinacionales para destruir la soberanía de los Estados nacionales.
- Denuncias al Club de Roma como promotor de un plan de dominación mundial de signo racista.
- Denuncias por promover un pensamiento irracional, milenarista y antiprogreso.
- Incompatibilidad entre capitalismo (y también capitalismo digital) y democracia.
- Incompatibilidad entre capitalismo (y también capitalismo digital) y sustentabilidad.
- Poderío tecnológico sin racionalidad de conjunto ni capacidad de planificar a largo plazo: receta para el desastre. Las obviedades que no vemos…
- El mayor, peor y más insidioso ideologema de nuestra época: no hay que preocuparse de la degradación extrema de la Tierra que estamos causando, nuestra tecnociencia mágica nos salvará.
- Pero no disponemos de la eco-sabiduría que nos permitiría gobernar la tecnología. Y el intento por preservar lo que nos parecen logros supremos de la tecnociencia (internet sobre todo) nos conduce a la devastación de la biosfera.
- Ante cada nueva variante de grandiosos planes tecnocientíficos, preguntémonos: ¿de dónde saldrán la energía, los materiales y la relativa estabilidad social y ecológica que haría falta para materializar esto?
- Tres decenios ya de digitalización –y ninguna desmaterialización a escala global. ¿No es ya tiempo de dejar de engañarnos?
- ¿Tecnología libre de valores? Da risa. La sociedad rendida a la tecnociencia incorpora como sus valores básicos el control, la eficiencia, la dominación, el crecimiento económico…
- Lástima que los resultados sean poco compatibles con seres humanos vulnerables que viven en una biosfera finita.
- Con un cerebro impresionante y un sistema nervioso complejísimo, podemos comportarnos de forma perfectamente imbécil.
- ¿Por qué confiar en que internet como “sistema nervioso global” va a desembocar en conductas colectivas inteligentes?
- El proceso de aceleración social (Hartmut Rosa) y la destrucción de la capacidad de atención del ser humano a través del internet distribuido y sus dispositivos móviles (Sherry Turkle) destruyen la posibilidad de reflexionar, razonar y deliberar.
- Las “sociedades del conocimiento” son más sustantivamente irracionales que nunca.
- “Adelante, rápido, adelante, siempre que se puedan obtener beneficios”. La combinación de una tecnociencia cada vez más potente y un capitalismo cada vez más acelerado es letal.
- El ideal de una “ciencia bien ordenada” se vuelve quimera en semejante contexto.
- Identificar la tecnociencia con la Razón es una falacia que precisamente contraría el espíritu (y el método) científico…
- El peor enemigo de la ciencia no es la religión, sino la devastadora subordinación de la ciencia al capitalismo.
- El problema mayor con la ciencia no es la ciencia, sino la dominación y la hybris –problemas generales humanos que no se solucionan con más ciencia, sino con más sabiduría.
- Uno de los peores ideologemas de la cultura dominante es el determinismo tecnológico. “El internet de las cosas es imparable”, martillean. “El progreso está indisolublemente ligado a los Big Data…”
- La humorada de Peter Diamandis: nos lanzamos sin paracaídas y lo vamos construyendo mientras caemos. Pero son estos tecnólatras de Silicon Valley y la Singularity University quienes orientan nuestra carrera hacia el abismo…
- El automóvil es un medio, no un fin. El smartphone es un medio, no un fin. El dinero es un medio, no un fin. Pero los medios se han convertido en fines últimos. Y los verdaderos fines desaparecen de nuestro horizonte…
- El mal esencial que padece la humanidad es la sustitución de los fines por los medios, pensaba Simone Weil.
- Podemos tener democracia o podemos tener capitalismo, pero no los dos a la vez. (Y lo mismo vale para el capitalismo de algoritmos.)
- Podemos tener sustentabilidad o podemos tener capitalismo, pero no los dos a la vez. (Y lo mismo vale para el capitalismo de algoritmos.)
- Seguimos repitiendo como loros: “La tecnología hace superior a Homo sapiens”. Y no: si algo nos hace potencialmente superiores, es nuestra capacidad de comprensión, amor y compasión.
- La comprensión, sin la compasión, no sirve. La compasión, sin la comprensión, no alcanza. Necesitamos las dos…
Aprendices de brujo... que no acaban de aprender...
Pues nada que añadir, excepto que estoy de acuerdo con el análisis y sus conclusiones.
ResponderEliminarRespecto al aprendiz de brujo, me temo que no hay mago que detenga sus desmanes, tendrá que ser él mismo el que cobre conciencia y lo haga, antes de que sea demasiado tarde.
Efectivamente, el mago o va a aparecer oportunamente en el último momento. La única posibilidad es la toma de conciencia, y que llegue a tiempo.
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