Aquella premonición de un mundo (casi) muerto en el que sobrevivían las cucarachas...
Tan antiguas, y con tanto futuro.
Daniela Edburg |
...Hasta 1942, hasta mediados del siglo XX, hasta hace poco más de sesenta años, la radiactividad en nuestro planeta había ido disminuyendo desde su formación, por las leyes físicas del decaimiento radiactivo. La vida ha ido evolucionando con un fondo radiactivo en disminución de tal forma que cuando más moderna o más reciente sea una especie habrá evolucionado con un fondo radiactivo menor. Aunque no sea de manera absoluta, esto se puede observar en la diversa radiosensibilidad de los seres vivos. Los mamíferos son mucho más radiosensibles -o sea, que pueden manifestar efectos, que pueden morir a dosis mucho más bajas- que los reptiles, y éstos son más radiosensibles que los peces. Los insectos son altamente radioresistentes, y ya te puedes imaginar lo que sucede con las bacterias. En el agua de refrigeración de los reactores, que es altamente radiactiva, en el agua de un reactor experimental -yo trabajé hace muchos años en Francia en uno de ellos- se detectaban bacterias, a las que se llamó “el bacilo radiodurans”. Crecían bacterias bajo un fondo de millones de rads, con una cantidad enorme de radiación que un mamífero cualquiera no aguantaría ni una hora.
...La especie humana es por ello mucho más radiosensible que la mayoría de especies. Existen excepciones, pero un escorpión, por ejemplo, resiste cantidades enormes de rads. Igual ocurre con muchos tipos de insectos, arácnidos, crustáceos. Los mamíferos, prácticamente todos, con 300-400 rads -la dosimetría actual lo expresaría como 3-4 grays- pueden morir. La dosis que puede matar a un mamífero no produce efecto dañinos, o son de escasa importancia, a insectos, a alacranes o al grueso de otras especies pertenecientes a filogenias antiguas, hablando geológicamente.
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