Y se lo están llevando a chorros. La salida se produce decenas de veces más deprisa que la entrada de préstamos del exterior, y que la colocación de deuda pública. Después de un par de anuncios breves, encontraréis aquí un vídeo sobre los mecanismos de fuga de los grandes capitales, pero ninguna pista para la vuestra. Deberá limitarse al cuerpo humano. Claro que podréis llevaros puesto el cerebro.
Como decía una pintada en el aeropuerto de Montevideo, el último en salir que apague la luz.
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