Como dijo Abraham Maslow, «Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo». La herramienta favorita de los economistas es el PIB. Con ella, la solución a todos los problemas es monetaria. Si hay liquidez, la cosa va bien. Los problemas de distribución son lo de menos. Y si baja el PIB hay que hacer que vuelva a subir. Vista la imposibilidad de un crecimiento ilimitado de esta magnitud, como de cualquier otra, la economía alterna etapas de crecimiento y de recesión. Se interpreta el crecimiento como positivo, y la recesión como el peor de los males. Para combatir esta enfermedad se aplican medidas procíclicas o anticíclicas, que son formas de "respiración asistida".
La política económica procíclica consiste en el conjunto de acciones gubernamentales llevadas a cabo en el mismo sentido que los ciclos económicos, es decir, aumentar el gasto público y reducir los impuestos durante los períodos de crecimiento económico, y reducir el gasto y aumentar los impuestos durante una recesión.
Alternativamente, pueden aplicarse políticas económicas anticíclicas, a la manera keynesiana. Durante una recesión, cuando el capital privado no tiene expectativas de ganancia que fomenten su inversión, es el déficit público el que debe expandirse para poder restablecer el equilibrio económico. De la misma forma, lo inverso debe ocurrir durante la fase creciente del ciclo. En los periodos de prosperidad el Estado debe aumentar la recaudación, creando un superávit para pagar sus deudas y formar un fondo de reserva que pueda ser utilizado durante los periodos de recesión o depresión económica.
Son dos formas de controlar la respiración de una economía basada en el lucro, la especulación y la deuda. Control "a martillazos".
Estas subidas y bajadas me recuerdan el funcionamiento de la cama elástica.
Se trata de controlar los saltos aprovechando la elasticidad para impulsarse lo más alto que se pueda. Es todo un arte hacerlo en el jardín, pero ¿se os ocurriría instalar la cama elástica en vuestra habitación?
La economía deprimida durante esta crisis no puede volver a la situación anterior. Si de nuevo toma impulso hacia arriba se dará pronto de cabeza contra el techo.
Se dará con la cabeza contra e techo, pero, al aire libre, también puede ocurrir que la base se resquebraje y acabar con la cabeza por los suelos, como pudo comprobar Luis XVI.
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