Juzgad si el análisis resulta muy moderno o si la situación es demasiado antigua. Lo reproduzco del artículo de Stathis Kouvelakis "Grecia: golpe de Estado europeo frente a un levantamiento popular" (aquí el original).
...con este nuevo primer ministro quienes gobiernan el país de forma casi directa son los medios financieros europeos y de forma secundaria los griegos, así como los países del directorio de la Unión Europea (UE), sin tener en cuenta mandato popular alguno en lo que se puede considerar el primer “golpe de Estado blando” concebido y establecido por esta misma UE y los banqueros cuyo apoderado es ésta. Así, encuentran una nueva juventud las formulaciones de Marx a propósito de la monarquía de julio según la cual esta última es el “reino de sólo una fracción de la burguesía, la aristocracia financiera” y todo el régimen una “sociedad por acciones para la explotación de la riqueza nacional” [1]. Salvo que esta aristocracia financiera es actualmente esencialmente multinacional y ante todo europea, ya que los especuladores y aprovechados de hoy ocupan un puesto en los consejos de administración de los bancos (e instituciones financieras) alemanas, francesas y del BCE [2].
Atención a estas notas:
[1] Marx añadía lo siguiente, que suena extrañamente actual: “el endeudamiento del Estado tenía un interés directo para la fracción de la burguesía que reinaba y legislaba por medio de las Cámaras. De hecho, el déficit del Estado era el objeto mismo de su especulación y la fuente principal de su enriquecimiento. Al final de cada año, nuevo déficit. Al cabo de cuatro o cinco años, nuevo préstamo. Y cada nuevo préstamo ofrecía a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar al Estado el cual, mantenido artificialmente al borde de la bancarrota, estaba obligado a negociar con sus banqueros en las condiciones más desfavorables”, Karl Marx, Les luttes de classes en France, “Folio”, Gallimard, 2002, p. 11-12.
Para completar el panorama, voy a reproducir el párrafo completo. Juzgad si procede de hace más de 160 años o de alguno de los foros de indignados de Internet. ¿La monarquía citada es realmente la de de Luis Felipe?[2] Según los datos disponibles, que se refieren a 300.000 millones de un total de 360.000 millones de la deuda soberana del país, 146.000 millones, es decir, casi la mitad, pertenecen a los bancos e instituciones financieras de la UE, a los que se añaden 42.000 millones que poseen el FMI; y los bancos fuera de la UE poseen el resto, esto es, una tercera parte de la deuda total, cuya asignación se sabe que la poseen unos banco y otras instituciones griegas. Cf. Research on Money and Finance, Breaking Up? A Route Out of the Eurozone Crisis, noviembre de 2011, p.71. Documento disponible en
A mayor abundamiento, el incremento de la deuda pública interesaba directamente a la fracción burguesa que gobernaba y legislaba a través de las Cámaras. El déficit del Estado era precisamente el verdadero objeto de sus especulaciones y la fuente principal de su enriquecimiento. Cada año, un nuevo déficit. Cada cuatro o cinco años, un nuevo empréstito. Y cada nuevo empréstito brindaba a la aristocracia financiera una nueva ocasión de estafar a un Estado mantenido artificialmente al borde de la bancarrota; éste no tenía más remedio que contratar con los banqueros en las condiciones más desfavorables. Cada nuevo empréstito daba una nueva ocasión para saquear al público que colocaba sus capitales en valores del Estado, mediante operaciones de Bolsa en cuyos secretos estaban iniciados el Gobierno y la mayoría de la Cámara. En general, la inestabilidad del crédito del Estado y la posesión de los secretos de éste daban a los banqueros y a sus asociados en las Cámaras y en el trono la posibilidad de provocar oscilaciones extraordinarias y súbitas en la cotización de los valores del Estado, cuyo resultado tenía que ser siempre, necesariamente, la ruina de una masa de pequeños capitalistas y el enriquecimiento fabulosamente rápido de los grandes especuladores. Y si el déficit del Estado respondía al interés directo de la fracción burguesa dominante, se explica por qué los gastos públicas extraordinarios hechos en los últimos años del reinado de Luis Felipe ascendieron a mucho más del doble de los gastos públicos extraordinarios hechos bajo Napoleón, habiendo alcanzado casi la suma anual de 400.000.000 de francos, mientras que la suma total de la exportación anual de Francia, por término medio, rara vez se remontaba a 750.000.000. Las enormes sumas que pasaban así por las manos del Estado daban, además, ocasión para contratos de suministro, que eran otras tantas estafas, para sobornos, malversaciones y granujadas de todo género. La estafa al Estado en gran escala, tal como se practicaba por medio de los empréstitos, se repetía al por menor en las obras públicas. Y lo que ocurría entre la Cámara y el Gobierno se reproducía hasta el infinito en las relaciones entre los múltiples organismos de la Administración y los distintos empresarios.
1882 |