El gran Julio (Anguita), persona tan elogiada y admirada como poco seguida e imitada (aunque hay otros tan consecuentes como él en su partido y en Izquierda Unida, y desde luego también en otros muchos sitios), finalizaba así la enjundiosa despedida de su habitual columna en el periódico Mundo Obrero, significativamente titulada "lo que nos da sentido":
Tampoco yo tengo nada nuevo que decir. También he dicho y recogido, una y mil veces, las ideas que repito tozudamente en estos desahogos, y que lanzo al espacio como mensajes embotellados. Pero por el momento pienso seguir, y paso a explicar por qué.La razón fundamental que me ha llevado a dar este paso es sencilla y yo añadiría que muy lógica: no tengo nada que decir de nuevo. Mi discurso, mis propuestas o mis análisis son de sobra conocidos y reiterativamente expuestos aquí y en otras tribunas. Es más, el artículo presente es un compendio de todos ellos. Esto es lo que creo, esto es lo que propongo. No sé de otros caminos ni de otras visiones. Además, no he encontrado otros discursos que pudieran haberme hecho matizar o enmendar al mío (que por otra parte está plenamente inmerso en las líneas básicas de nuestro Partido). No quiero cansar ni tampoco cansarme. Sigo afiliado al PCE y a IU. Dedicaré más tiempo al Frente Cívico. Os doy las gracias por vuestra lectura y seguimiento. Ni abandono la lucha ni tampoco me considero al margen de las luchas presentes. Simplemente quiero ser honesto conmigo mismo, con vosotros y vosotras. Y también con mi Partido. Hay veces que el silencio es el mejor discurso y la mejor de las propuestas. Un abrazo.
La vida no es una cosa, ni siquiera un sistema, aunque todos tengamos un sistema de vida. Es sobre todo un proceso. Todo lo que está instalado en el tiempo es un proceso. Y en él queda registrado, y rápidamente olvidado, cada momento. Lo dijo muy bien Gabriel Celaya, cuando reivindicaba la poesía, necesaria "como el aire que exigimos trece veces por minuto".
Trece veces por minuto es demasiado para procesos menos urgentes que la respiración, pero sirva de ejemplo para indicar la necesaria continuidad. Hay que repetir una y otra vez en el tiempo esa recreación permanente de lo que importa. Porque la respiración de ayer queda almacenada y amontonada en el blog, pero hay que repetirla hoy. Un blog también es un proceso. Respiratorio, como la vida.
Con tal motivo, reproduzco a continuación una entrevista que reúne tres elementos que no pueden ya más considerarse por separado. Si en los dos últimos está el problema, en el último está la esperanza de resolverlo. Al final de ella hay muchos enlaces de interés.
Destacaré aquellos puntos que me han impulsado a traerla aquí.
Entrevista a Michael Lowy
Rebelión
La siguiente entrevista fue realizada por Miguel Fuentes, licenciado en Arqueología, historiador e investigador de doctorado en el Instituto de Arqueología del University College London (Reino Unido).
Nota del entrevistador
Pongo a disposición de los movimientos sociales esta entrevista realizada al intelectual marxista Michael Lowy, uno de los referentes más importantes del pensamiento anticapitalista a nivel internacional, en torno al creciente peligro de la crisis ecológica y su importancia como problema estratégico central para el marxismo.Reflexionando en torno a una serie de tópicos tales como el cambio climático, el ecosocialismo y los desafíos del movimiento revolucionario durante las próximas décadas, las ideas de este intelectual constituyen un claro llamado de advertencia para las filas de la izquierda anticapitalista.Tal como queda en evidencia a partir de las palabras de Lowy, será justamente gracias a la capacidad que tengan las organizaciones de izquierda para integrar estos debates en sus respectivos ejes estratégicos, políticos y tácticos, así como también para ponerlos en el centro de sus respectivos análisis de la realidad mundial, que aquellas podrán prepararse (o no) para enfrentar el último desafío programático de la revolución socialista: el peligro del colapso de la civilización y la extinción humana, o bien, en palabras de Lowy… la amenaza de un ecosuicidio planetario.
El peligro de un ecosuicidio planetario como problema estratégico central de la izquierda
- ¿Que es el ecosocialismo y cuáles son sus referentes?
El ecosocialismo es una alternativa radical al capitalismo que resulta de la convergencia entre la reflexión ecológica y la reflexión socialista (marxista). Su premisa fundamental es que la preservación de un ambiente natural favorable para la vida en el planeta es incompatible con la lógica expansiva y destructiva del sistema capitalista. No se pueden salvar los equilibrios ecológicos fundamentales del planeta sin atacar al sistema, no se puede separar la luchar por la defensa de la naturaleza del combate por la transformación revolucionaria de la sociedad.
- ¿Que es el ecosocialismo y cuáles son sus referentes?
El ecosocialismo es una alternativa radical al capitalismo que resulta de la convergencia entre la reflexión ecológica y la reflexión socialista (marxista). Su premisa fundamental es que la preservación de un ambiente natural favorable para la vida en el planeta es incompatible con la lógica expansiva y destructiva del sistema capitalista. No se pueden salvar los equilibrios ecológicos fundamentales del planeta sin atacar al sistema, no se puede separar la luchar por la defensa de la naturaleza del combate por la transformación revolucionaria de la sociedad.
Existe
hoy una corriente ecosocialista internacional que con ocasión del Foro
Social Mundial de Belem (enero de 2009) publicó una declaración sobre el
cambio climático, firmada por centenas de personas de 45 países. Entre
sus precursores se encuentran figuras tales como Manuel Sacristán
(España), Raymond Williams (Inglaterra), André Gorz (Francia), James
O’Connor (Estados Unidos), y entre sus representantes actuales están el
coautor del Manifiesto Ecosocialista Internacional (2001) [1] Joel
Kovel (Estados Unidos), el marxista ecológico John Bellamy Foster
(Ibíd.), el indigenista peruano Hugo Blanco, la ecofeminista canadiense
Terisa Turner, el marxista belga Daniel Tanuro y muchos otros.
El
ecosocialismo se disocia de dos modelos inoperantes: 1) La ecología
conformista, que adapta sus propuestas al mercado y busca desarrollar un
“capitalismo verde” –es decir una ilusión nefasta o, en muchos casos,
una mistificación. 2) El pretendido “socialismo real” (la fallida URSS,
China, etc.), el cual no fue más que una caricatura burocrática del
socialismo basada en una imitación servil del aparato técnico
capitalista y en un productivismo anti-ecológico tan destructor de la
naturaleza como su equivalente occidental.
El
ecosocialismo propone una reorganización del conjunto de modo de
producción y de consumo basada en criterios exteriores al mercado
capitalista: las necesidades reales de la población y la defensa del
equilibrio ecológico. Esto significa una economía de transición al
socialismo, en la cual la propia población – y no las “leyes de mercado”
o un buró político autoritario- decidan, en un proceso de planificación
democrática, las prioridades y las inversiones.
Esta
transición conduciría no sólo a un nuevo modo de producción y a una
sociedad más igualitaria, más solidaria y más democrática, sino también a
un modo de vida alternativo, una nueva civilización ecosocialista más
allá del reino del dinero, de los hábitos de consumo artificialmente
inducidos por la publicidad, y de la producción al infinito de
mercancías inútiles. El “Buen Vivir” de la tradición indígena de las
Américas es una importante fuente de inspiración para esta alternativa.
- ¿Cuáles son los principales aportes del ecosocialismo a la teoría marxista y la práctica de las organizaciones de izquierda?
Muchos
ecologistas critican a Marx por considerarlo un productivista. Tal
crítica nos parece completamente equivocada: al hacer la crítica del
fetichismo de la mercancía, es justamente Marx quien coloca la crítica
más radical a la lógica productivista del capitalismo, la idea de que la
producción de más y más mercancías es el objeto fundamental de la
economía y de la sociedad.
El
objetivo del socialismo, explica Marx, no es producir una cantidad
infinita de bienes, pero sí reducir la jornada de trabajo, dar al
trabajador tiempo libre para participar de la vida política, estudiar,
jugar, amar. Por lo tanto, Marx proporciona las armas para una crítica
radical del productivismo y, notablemente, del productivismo
capitalista. En el primer volumen del El Capital, Marx explica cómo el
capitalismo agota no sólo las fuerzas del trabajador, sino también las
propias fuerzas de la tierra, agotando las riquezas naturales. Así, esa
perspectiva, esa sensibilidad, está presente en los escritos de Marx,
sin embargo, no ha sido suficientemente desarrollada.
Es
verdad, entretanto, que algunos escritos de Marx, y sobre todo de Engels
(el “Anti-Dühring” por ejemplo) plantean que la tarea de una revolución
sería únicamente cambiar las relaciones de producción, que se han
convertido en trabas al libre desarrollo de las fuerzas productivas.
Creemos que, desde una perspectiva ecosocialista, se necesita de una
visión mucho más radical y profunda de lo que debe ser una revolución
socialista. Se trata de transformar no sólo las relaciones de producción
y las relaciones de propiedad, sino la propia estructura de las fuerzas
productivas, la estructura del aparato productivo. Hay que aplicar al
aparato productivo la misma lógica que Marx pensaba para el aparato de
Estado a partir de la experiencia de la Comuna de París cuando aquel
decía lo siguiente: “los trabajadores no pueden apropiarse del aparato
del Estado burgués y usarlo al servicio del proletariado, no es posible,
porque el aparato del Estado burgués nunca va a estar al servicio de
los trabajadores. Entonces, se trata de destruir ese aparato de Estado y
crear otro tipo de poder”.
Esa
lógica tiene que ser aplicada también al aparato productivo: el cual
tiene que ser, si no destruido, al menos radicalmente transformado. Este
no puede ser simplemente apropiado por las clases subalternas, y puesto a
trabajar a su servicio, pues necesita ser estructuralmente
transformado. A manera de ejemplo, el sistema productivo capitalista
funciona sobre la base de fuentes de energía fósiles, responsables del
calentamiento global –el carbón y el petróleo– de modo que un proceso de
transición al socialismo solo sería posible cuando se diera la
sustitución de esas formas de energía por energías renovables: por
ejemplo el agua, el viento y, sobre todo, la energía solar.
Por
eso, el ecosocialismo implica una revolución del proceso de producción,
de las fuentes energéticas. Es imposible separar la idea de socialismo,
es decir de una nueva sociedad, de la idea de nuevas fuentes de
energía, en particular del sol, algunos ecosocialistas hablan ya de un
“comunismo solar”, pues entre el calor, la energía del sol, el
socialismo y el comunismo habría una especie de afinidad electiva.
Pero
no basta tampoco transformar el aparato productivo y los modelos de
propiedad, es necesario transformar también el patrón de consumo, todo
el modo de vida en torno al consumo, que es el patrón de capitalismo
basado en la producción masiva de objetos artificiales, inútiles, y
peligrosos. Por eso se trata de crear un nuevo modo de consumo y un
nuevo modo de vida, basado en la satisfacción de las verdaderas
necesidades sociales, lo cual es algo completamente diferente de las
presuntas y falsas necesidades producidas artificialmente por la
publicidad capitalista. De ello se desprende pensar la revolución
ecosocialista como una revolución de la vida cotidiana, como una
revolución por la abolición de la cultura del dinero y de la mercancía
impuesta por el capitalismo.
El
ecosocialismo no es sólo la perspectiva de una nueva civilización, una
civilización de la solidaridad -en el sentido profundo de la palabra,
solidaridad entre los humanos, pero también con la naturaleza- es
también una estrategia de lucha, desde ya, aquí y ahora. No se trata de
esperar hasta el día en que el mundo se transforme, sino a comenzar
desde ya, ahora, a luchar por esos objetivos. Se trata de promover la
convergencia, la articulación entre luchas sociales y luchas ecológicas,
las cuales tienen el mismo enemigo: el sistema capitalista, las clases
dominantes, el neo-liberalismo, las multinacionales, el FMI, la OMC. Los
indígenas de América Latina, desde las comunidades andinas del Perú
hasta las montañas de Chiapas, están en la primera línea de este combate
en defensa de la Madre Tierra, de la Pachamama, en contra del sistema.
-
Noam Chomsky ha afirmado en años recientes que la crisis ecológica es
más importante que la crisis económica [2], ¿qué opina sobre esta
frase?
¡Estoy
enteramente de acuerdo con Noam Chomsky! La crisis económica es grave,
porque le sirve a las clases dominantes, al capital financiero, para
aplicar sus recetas neo-liberales, agravando el desempleo, destruyendo
conquistas sociales, privatizando los servicios públicos, etc. Pero la
crisis ecológica es algo mucho más importante, y mucho más peligroso
porque amenaza las condiciones de vida de la humanidad en el planeta.
- ¿A que se refiere cuando habla de un posible ecosuicidio planetario?
La
civilización capitalista industrial moderna es un tren suicida que
avanza, con una rapidez creciente, hacia un abismo: el cambio climático,
el calentamiento global. Se trata de un proceso dramático que ya
empezó, y que podrá llevar en las próximas décadas a una catástrofe
ecológica sin precedente en la historia humana: elevación de la
temperatura, desertificación de las tierras, desaparición del agua
potable y de la mayoría de las especies vivas, multiplicación de los
huracanes, elevación del nivel del mar -hasta que Londres, Ámsterdam,
Venecia, Shanghái, Rio de Janeiro y las demás ciudades costeras queden
bajo el agua. ¿A partir de un cierto nivel de elevación de la
temperatura, será aún posible la vida humana en este planeta? Nadie
puede contestar con seguridad esta pregunta.
- ¿Es dicho ecosuicidio planetario una situación hipotética o bien es una posibilidad concreta para las próximas décadas?
Los
científicos, como James Hansen -durante muchos años el climatólogo de
la NASA en Estados Unidos- nos explican que el cambio climático no se
desarrollará en forma gradual, sino que con saltos cualitativos. A
partir de un cierto nivel de calentamiento -2° centígrados más allá de
las temperaturas pre-industriales- el proceso se tornará irreversible e
imprevisible. Esto puede suceder en las próximas décadas, sobre todo si
se confirman una serie de evidencias científicas recientes:
derretimiento de los hielos de los polos con más rapidez de lo previsto;
masivas emisiones de metano (un gas con mucho mayor efecto de
invernadero que el CO2) por el derretimiento del permafrost en Siberia,
Canadá, etc. Nadie puede prever cuando se dará el vuelco, y por lo tanto
no tienen sentido las previsiones que se refieren al año 2100.
-
Una serie de científicos ha comenzado a alertar sobre una gran crisis
planetaria en el caso de que el calentamiento global supere los 2 grados
centígrados, produciendo con ello un importante quiebre de los sistemas
agrícolas. Ideas similares han venido siendo discutidas en el ámbito de
los estudios energéticos, planteándose la posibilidad de una crisis
estructural cercana del capitalismo como producto del agotamiento del
petróleo y los combustibles fósiles (fenómeno denominado Peak Oil) [3]. ¿Cómo se relacionaría la idea en torno al peligro de un ecosuicidio
planetario con la posibilidad de un fenómeno de colapso capitalista,
aquello como consecuencia del avance de la crisis ecológica en el futuro
próximo?
En
primer lugar: no tiene sentido discutir del Peak Oil como se hacía aún
hace algunos años. El problema no es el agotamiento del petróleo, sino
que hay demasiadas reservas de petróleo y carbón. Si se queman estas
reservas fósiles, el calentamiento global será inevitable y
catastrófico.
Ahora
bien, la crisis ecológica, por sí misma, no lleva a un colapso del
capitalismo. El capitalismo puede sobrevivir en las peores condiciones
energéticas y agrícolas. No hay ningún mecanismo automático que lleve a
un colapso capitalista. Habrá crisis terribles, pero el sistema
encontrará alguna salida, en forma de guerras, dictaduras, movimientos
fascistas, etc. Así fue en los años 1930 y así puede pasar en el futuro.
Como decía Walter Benjamin: “el capitalismo nunca va morir de muerte
natural”. Si queremos poner un fin al sistema capitalista, esto solo
será posible por un proceso revolucionario, una acción histórica
colectiva anticapitalista. El capitalismo solo desaparecerá cuando sus
víctimas se levanten en contra de él, y lo supriman.
-
Marx afirmó en el Manifiesto Comunista que la historia de la humanidad
ha sido hasta hoy la historia de la lucha de clases, y que esta lucha
terminó siempre en la victoria de una clase sobre otra… o bien “en la
destrucción de las dos clases en conflicto”. En nuestros días, más de
siglo y medio después de aquella afirmación, un equipo de investigadores
financiados parcialmente por la NASA ha hecho público un estudio en el
cual se sugiere, entre otras cosas, que la combinación de los efectos
del cambio climático y los niveles de concentración extrema de riquezas,
así como también de una futura escasez de recursos a nivel mundial,
estarían a punto de producir el derrumbe de la civilización
contemporánea [4]. ¿Podríamos decir hoy que la sincronización entre
la crisis ecológica, económica y social constituiría la materialización
histórica de aquella posibilidad prevista por Marx en torno a una
posible autodestrucción de las clases fundamentales del capitalismo?
Creo
que se trata de realidades distintas. La concentración extrema de
riquezas no conduce a la “destrucción de las dos clases en lucha”: es
sencillamente la victoria de una de las clases, la burguesía financiera
parasitaria, en contra de las clases subalternas...
Ahora
bien, la crisis ecológica si puede tener como resultado el derrumbe de
la civilización actual, y la autodestrucción de las clases de la
sociedad moderna, según la previsión de Marx. Si se permite al
capitalismo destruir al planeta, todos los seres humanos serán víctimas.
Pero la mentalidad de los capitalistas, en particular la oligarquía
fósil -los intereses de la industria del carbón, del petróleo y sus
asociados de la electricidad, del transporte, de la industria química,
etc., podría ser resumida con la famosa frase del rey francés Luis XV:
“Después de mí el diluvio”.
-
Durante las primeras décadas del siglo XX, algunas importantes figuras
del marxismo tales como Lenin, Trotsky o Gramsci, debieron enfrentar los
horrores de las guerras mundiales y el fascismo. En nuestro caso, en
cambio, pareciera que tenemos ante nosotros un horizonte destructivo muy
superior al que dichos revolucionarios podrían haber siquiera
imaginado. Un ejemplo de esto puede graficarse en los efectos
hipercatastróficos que podría llegar a tener pronto el cambio climático,
así como también en el comienzo de lo que algunos importantes
referentes científicos han denominado como la VI Extinción Masiva de la
Vida Terrestre. Otra denominación en boga de este fenómeno es la de
antropoceno y su posible relación con un fenómeno de extinción inminente
de la propia especie humana [5]. ¿Es correcto para usted afirmar que
nos encontraríamos a las puertas de un salto destructivo inédito de la
dinámica capitalista?
Hay
un consenso creciente entre los científicos en torno a que hemos
entrado en una nueva era geológica, el antropoceno, una era en la cual
la acción humana -de hecho, la civilización capitalista industrial
moderna- determina los equilibrios del planeta, para empezar el clima.
Una de las características del antropoceno es el proceso de la VI
Extinción Masiva de las Especies Terrestres, que ya empezó.
La
elevación de la temperatura global encima de 2° centígrados tendrá sin
dudas efectos “hípercatastróficos”, que no se pueden comparar con otros
eventos históricos (guerras, etc.), sino sólo con eventos de otras eras
geológicas cuando, por ejemplo, la mayoría de las costas de los
continentes actuales estaba bajo el mar.
No
creo que se pueda afirmar que la extinción de la especie humana sea
“inminente”. Es un peligro real, una amenaza, pero en las próximas
décadas.
-
Hace más de un siglo Rosa Luxemburgo lanzó una de las tal vez más
oscuras advertencias de la tradición marxista: esto es, su famosa frase
de “socialismo o barbarie”. En el caso de Walter Benjamin es igualmente
conocida su advertencia en torno a la necesidad de “cortar la mecha
antes de que la chispa llegue a la dinamita”, esto haciendo alusión a la
posibilidad de un “fin catastrófico” (negativo) del desarrollo
capitalista. Hoy, cuando ha pasado más de un siglo en el cual el
capitalismo ha seguido imponiendo su voluntad a costa de la humanidad
completa… ¿es posible decir que la barbarie ha triunfado… o bien que se
encontraría cerca de hacerlo?
La barbarie no ha triunfado aún. Tampoco sabemos si se encuentra cerca de hacerlo. Todo depende de la capacidad de resistencia de las víctimas del sistema: es decir, también, de nosotros. El fatalismo es un error político. Como decía Gramsci, necesitamos el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad.
La barbarie no ha triunfado aún. Tampoco sabemos si se encuentra cerca de hacerlo. Todo depende de la capacidad de resistencia de las víctimas del sistema: es decir, también, de nosotros. El fatalismo es un error político. Como decía Gramsci, necesitamos el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad.
-
En décadas recientes, algunas de las ideas-fuerza más importantes que
la intelectualidad capitalista integró en su programa ideológico fueron
aquellas alrededor de los conceptos de “fin de la historia”, “fin de la
lucha de clases” y “fin de la clase obrera”. Dejando a un lado el
evidente triunfalismo capitalista que acompañó el desarrollo de dichas
ideas durante los años 80 y 90… ¿pueden considerarse hoy dichos
conceptos, de cara al posible ecosuicidio planetario que podría traer
consigo la crisis ecológica, como verdaderas “intuiciones teóricas”
(inconscientes) de la clase capitalista respecto a la dinámica
auto-destructiva (terminal) que se abría con el ciclo neoliberal? ¿Es el
peligro del “fin de la historia” hoy un peligro real?
El
posible ecosuicidio planetario es un peligro real, pero nada tiene que
ver con los discursos ideológicos del “fin de la historia” o de la lucha
de clases, que proclamaban la eternidad del capitalismo neoliberal. Al
revés, la lucha de clases es el método para poner un fin a la dinámica
autodestructiva del capital.
-
¿Cómo podemos pensar esta situación desde el marxismo y prepararnos
para un escenario de crisis con una magnitud posiblemente muy superior a
la que enfrentó el campo de las luchas sociales en los últimos siglos?
El
marxismo nos permite entender la naturaleza destructiva del
capitalismo, su tendencia inexorable a la expansión perpetua, y por
tanto su contradicción con los límites naturales del planeta. El
marxismo nos permite ubicar en las víctimas del sistema, en las clases y
grupos oprimidos y explotados el sujeto posible de una transformación
anticapitalista. Finalmente, el marxismo nos propone, con el programa
socialista, los fundamentos de una alternativa radical al sistema. Pero,
sin dudas, como hemos planteado más arriba, necesitamos una
reformulación ecosocialista de las concepciones marxistas.
-
¿Es la revolución social y una política anticapitalista que se plantee
la expropiación de la burguesía y la toma del poder de los trabajadores
un paso necesario ya sea para frenar el desastre que se avecina, o bien
para prepararnos para resistir el colapso?
Frenar
el desastre es una tarea inmediata. Cada cañería de petróleo que se
interrumpe, cada central eléctrica de carbón que se cierra, cada bosque
que se protege contra la voracidad destructora del capital, frena el
desastre. Pero sólo se podrá impedir el derrumbe de la civilización
humana destruyendo al sistema con una revolución socioecológica.
-
¿Es necesario adaptar el programa y la política de la revolución
socialista de cara a los nuevos peligros que supone la combinación entre
crisis ecológica, económica y social durante el presente siglo? ¿Qué
elementos nos entrega el Manifiesto Ecosocialista para esta tarea?
El
Manifiesto Ecosocialista no tiene la respuesta a todos estos
interrogantes. Sencillamente plantea que el socialismo del siglo XXI
tiene que ser un socialismo ecológico, y viceversa: de poco nos sirve
una ecología que no sea socialista. Su principal tesis es que el sistema
capitalista es incompatible con la preservación de la vida en nuestro
planeta. El programa socialista tiene que transformarse en programa
ecosocialista, integrando de manera mucho mas central la cuestión de la
relación con la naturaleza que en la tradición socialista o comunista
del siglo XX.
-
Uno de los principios fundamentales del marxismo revolucionario ha sido
el de defender el rol de la clase obrera como sujeto social de la
revolución socialista. Ahora bien, si consideramos que un posible
colapso civilizatorio inminente se asociaría al derrumbe de la sociedad
industrial y, por ende, a la desintegración del propio sujeto obrero en
vastas regiones del planeta… ¿es posible seguir defendiendo la
centralidad del movimiento obrero en la lucha de clases y el proyecto
socialista?
La
combinación de las crisis “tradicionales” del capitalismo y la crisis
ecológica crea las condiciones para una amplia alianza de fuerzas
sociales en contra del sistema. Potencialmente, como lo planteaba
“Occupy Wall Street”, los 99 % que no tienen un interés fundamental en
la mantención del sistema, son actores posibles para su superación. De
hecho, desde la Conferencia Intergaláctica de los Zapatistas en Chiapas
en 1996, y los eventos de Seattle en 1999, hasta los movimientos
recientes de Indignados, vemos los primeros elementos de esta coalición
antisistémica. Participan en ella sindicalistas, ecologistas,
movimientos indígenas, campesinos, movimientos de mujeres, asociaciones
cristianas, corrientes revolucionarias, movimientos de la juventud,
grupos de vecinos, militantes socialistas, comunistas y anarquistas. Hoy
en día en América Latina las comunidades indígenas y campesinas están
en la vanguardia de las luchas socio-ecológicas, anti-neo-liberales,
anti-imperialistas y anticapitalistas. Pero en último análisis, la
principal fuerza de esta coalición son los trabajadores, en el sentido
amplio: los que viven de la venta de su fuerza de trabajo, o de su
proprio trabajo individual o comunitario. Esta amplia clase de
trabajadores, que no debe ser confundida solamente con los obreros
industriales, constituye la mayoría de la población, y sin su acción
colectiva ninguna revolución será posible.
-
Otro de los principios tradicionales del marxismo durante el siglo XX
fue el de defender la necesidad del control obrero de la producción, la
planificación mundial de la economía y la distribución socialista de las
riquezas como vías posibles para satisfacer, entre otras cosas, las
necesidades materiales del conjunto de la humanidad. Ahora bien, si
consideramos que la crisis ecológica que se avecina (y el tipo de
quiebre alimentario global que aquella traerá consigo) podría implicar
que incluso dichas medidas sean ya insuficientes (ineficaces) para dar
respuesta a las necesidades de la población mundial, esto debido a la
propia gravedad de la crisis que se avecina y a la inexistencia de
tecnologías capaces de asegurar una adecuada producción agrícola ante un
escenario de cambio climático híper-catastrófico… ¿Qué hacer? ¿Cómo
resolver esta aparente paradoja en la cual un sector de la humanidad
pareciera estar ya perdida (muerta) para el proyecto socialista? Más
todavía… ¿es posible resolverla?
Creo
que es prematuro discutir de qué hacer cuando el calentamiento global
supere a los 2° centígrados... Nuestra tarea en las próximas décadas es
tratar de impedir esto, promoviendo las luchas socio-ecológicas, las
varias resistencias anticapitalistas y la consciencia ecosocialista. El
objetivo es la abolición del capitalismo, la planificación ecosocialista
-en escala local, nacional, continental y en algún momento mundial- la
distribución de la riqueza y el control democrático (no sólo “obrero”)
de la población sobre la producción y el consumo.
Por
supuesto, es posible que seamos derrotados, y que la humanidad sea
llevada por el capitalismo a una catástrofe. Pero en el momento
histórico actual, tenemos que llevar adelante, con todas nuestras
fuerzas, este decisivo combate para evitar el desastre.
-
Teniendo en cuenta la gravedad de las amenazas implicadas en la crisis
ecológica actual… ¿por qué aquellas han sido tan escasamente tratadas en
el ámbito de las organizaciones de la izquierda? ¿Es necesario discutir
estas amenazas: por ejemplo la pronta agudización del problema
alimentario mundial y de la escasez de agua, el posible quiebre de las
cadenas productivas de recursos básicos, el desarrollo de ecoguerras
imperialistas, o bien la propia posibilidad del colapso del capitalismo y
la civilización, tomándolos como nuevos problemas estratégicos
fundamentales de la teoría y la practica marxista del siglo XXI?
Hay varias explicaciones posibles para el retraso en la toma de consciencia ecológica de la izquierda:
1) El dogmatismo, la repetición de lo tradicional, la resistencia a aceptar cambios en la teoría y la práctica.
2) El economicismo, la reducción de la política a intereses corporativos inmediatos: por ejemplo “salvar el empleo”, esto sin cuestionar las consecuencias humanas, sociales o ecológicas de estos “empleos”.3) La influencia de la ideología burguesa del “progreso”, identificado con la expansión, el “crecimiento” de la economía, la producción de más y más mercancías, y el consumismo.4) El carácter futuro de las amenazas ecológicas -colapso de la civilización- en comparación con los problemas económicos inmediatos: la crisis, el desempleo, etc.
-
En el caso de la izquierda anticapitalista chilena y argentina (por
ejemplo en el ámbito trotskista, anarquista, guevarista o indigenista)
ninguna organización ha integrado hasta ahora estas discusiones en los
respectivos debates teóricos y estratégicos centrales de sus corrientes,
así como tampoco al nivel de sus programas, análisis de la realidad
internacional, políticas de acción, tácticas de intervención, etc. Una
muestra de aquello son en Chile los grupos anarquistas que toman como
referente a la expresidenta de la FECH Melissa Sepúlveda, o bien el caso
del PTR y su dirigente Bárbara Brito a nivel estudiantil. Otro ejemplo
lo constituye el PTS argentino y su órgano La Izquierda Diario. ¿Qué
llamado podría hacer a las organizaciones de izquierda y a los
movimientos sociales en América Latina para comenzar a debatir estos
problemas con la importancia que merecen?
En
varios países del mundo -Europa, Estados Unidos, América Latina- vemos
cada vez más sectores de la izquierda anticapitalista que se definen
como ecosocialistas. Es lo que ha pasado, ya hace varios años, con la
Cuarta Internacional. En Estados Unidos existe una importante corriente
ecosocialista que se manifiesta en revistas marxistas como Monthly
Review, Capitalism, Nature and Socialism, Against the Current, etc. Hay
que mencionar también la ecología social de sensibilidad anarquista,
fundada por Murray Bookchin, que es bastante cercana al ecosocialismo.
Uno de los grandes pensadores del indigenismo en América Latina, Hugo
Blanco, proclama que las comunidades indígenas ya practicaban el
ecosocialismo hace siglos. Podríamos dar varios ejemplos más.
Pero sin duda muchos grupos de la izquierda anticapitalista están lejos aún de haber integrado, de manera decisiva, la cuestión ecológica en su concepción del socialismo y de la revolución. Es nuestra tarea convencerlos, pacientemente, en una discusión fraternal. Pero quizás más que nuestros argumentos, serán los hechos, cada vez más graves en los próximos años, los que harán cambiar sus ideas.
Pero sin duda muchos grupos de la izquierda anticapitalista están lejos aún de haber integrado, de manera decisiva, la cuestión ecológica en su concepción del socialismo y de la revolución. Es nuestra tarea convencerlos, pacientemente, en una discusión fraternal. Pero quizás más que nuestros argumentos, serán los hechos, cada vez más graves en los próximos años, los que harán cambiar sus ideas.
Notas:
[1] Nota en torno al Manifiesto Ecosocialista: https://www.rebelion.org/hemeroteca/sociales/lowy090602.htm.
[2] Entrevista a Noam Chomsky: http://www.jornada.unam.mx/2015/09/12/cultura/a36n1cul.
[3] Notas complementarias sobre estas temáticas en los siguientes links:
(1) http://www.eldesconcierto.cl/2017/03/15/manuel-casal-lodeiro-y-su-libro-sobre-la-izquierda-ante-el-colapso/(2) http://www.eldesconcierto.cl/2017/02/24/entrevista-a-peter-wadhams-el-artico-esta-en-peligro/
[4] Link estudio cofinanciado por la NASA sobre un posible colapso capitalista inminente: https://www.theguardian.com/environment/earth-insight/2014/mar/14/nasa-civilisation-irreversible-collapse-study-scientists.
[5] Link: http://elpais.com/elpais/2015/06/19/ciencia/1434727661_836295.html
Otros materiales:
- Presentación Cambio Climático, Colapso y Marxismo: https://www.scribd.com/document/326715914/Cambio-Climatico-Colapso-y-Marxismo-PresentacionEsta entrevista fue realizada por Miguel Fuentes, coordinador de la Página Grupo de Seguimiento de la Crisis Climática Mundial, https://www.facebook.com/seguimientocrisisclimatica/
- Intervención sobre Cambio Climático y Colapso en El Mostrador (Chile): https://www.youtube.com/watch?v=lPf46rhKinE
- Entrevista a Peter Wadhams (El Ártico está en peligro) https://www.scribd.com/document/339785748/El-Artico-en-Peligro-Entrevista-a-Peter-Wadhams
- Entrevista a Manuel Casal Lodeiro ( La izquierda ante el colapso de la civilización industrial) http://www.eldesconcierto.cl/2017/03/15/manuel-casal-lodeiro-y-su-libro-sobre-la-izquierda-ante-el-colapso
- Presentación de Peter Wadhams sobre cambio climático (inglés) https://www.youtube.com/watch?v=O854kS0-AYw
- Últimas horas (Trailer) https://www.youtube.com/watch?v=aDYIOlEAQwk
- Oscurecimiento global y cambio climático https://www.dailymotion.com/video/x2g39i1_oscurecimiento-global_webcam
- Home (documental) https://www.youtube.com/watch?v=zlAuLCltaV8
Interesantísima publicación. Quienes, como Walter Benjamin o Michael Lowy, hace tiempo venimos afirmando que "El capitalismo solo desaparecerá cuando sus víctimas se levanten en contra de él, y lo supriman", fuimos entonces tildados de enemigos del progreso y ahora poco menos que de terroristas. Pero el tiempo, y sobre todo los hechos, nos han ido dando la razón. Como afirma Ángeles Diez "no se puede ser anticapitalista y simultáneamente pretender reformar el sistema". La tarea que les espera, pues, a las generaciones venideras es de órdago.
ResponderEliminarSe agradecen mucho los enlaces.
En relación con lo aquí publicado, este trabajo de Ana Isabel Zuazu y Fabricio de Potestad del cual extraigo esta cita. Se puede descargar completo (pdf) en el siguiente enlace:
ResponderEliminarhttp://documentacion.aen.es/pdf/revista-norte/volumen-iv/revista-14/011-las-crisis-existenciales-del-nuevo-siglo%20.pdf
"El egocentrismo contemporáneo, la insolidaridad, la competitividad salvaje, la falta de compasión y, en definitiva, el desamor causan la imperiosa necesidad de ser más, más de lo que realmente se es y se puede llegar a ser. La ideología popular es, sobre todo, la búsqueda desesperada del éxito a corto plazo y a cualquier precio. Las masas han sido educadas para idolatrar el progreso material, el principio de rendimiento y eficiencia, la categoría del éxito, la fama, el poder y la riqueza por encima de cualquier consideración moral. Todo parece valer en esta estúpida carrera por instalarse en la erótica del dinero y del prestigio. En esta sociedad fascinada por el renombre, indiferente a cuán débil y efímera pueda ser la arquitectura de la celebridad, el necesitado de ser más sólo necesita dejarse arrastrar por la arrogancia generalizada y auparse por sorpresa sobre la espalda de los demás".
Gracias por el enlace que facilitas. Abundando en este mismo problema, resultó muy interesante la conferencia de clausura de la XXXIV Semana de Filosófía de Pontevedra, "Filosofía e Saúde", que pronunció Guillermo Rendueles.
EliminarComo no la han publicado a día de hoy, dejo enlaces a una entrevista con el conferenciante, de hace ya una década, pero que contiene mucho de lo que allí se dijo:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2347072
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=56234