sábado, 26 de mayo de 2018

¿Qué cosa es el post-marxismo?

Antonio Olivé, en Marx desde Cero, reproduce un artículo de James Petras que voy a ir desgranando en este blog.

Como bien expresa esta ilustración, al viejo de las barbas le quieren sustituir las anticuadas herramientas por una moderna llave inglesa, aunque otros discrepan y buscan llaves más antiguas. El caso es polemizar. Así, Petras polemiza.

Petras analiza diez argumentos básicos de estos actualizadores de Marx para irlos desmontando sucesivamente. Hoy presentaré esos argumentos y el comienzo del artículo.








James Petras
Introducción

El post-marxismo se ha convertido en una posición intelectual de moda con el triunfo del neo-liberalismo y la retirada de la clase obrera. El espacio dejado por la izquierda reformista ha sido ocupado en parte por los políticos e ideólogos capitalistas, los tecnócratas y las iglesias tradicional y fundamentalista (Pentecostales y el Vaticano). En el pasado, este espacio estaba ocupado por los políticos socialistas, nacionalistas y populistas y los activistas de la iglesia asociados con la “teología de la liberación”. El centro-izquierda tenía mucha influencia dentro de los regímenes políticos (en la cima) o las clases populares menos politizadas (en la base). El espacio vacante de la izquierda radical se relacionaba con los intelectuales políticos y los sectores politizados de los sindicatos y con los movimientos sociales urbanos y rurales. Es entre estas clases que el conflicto entre el marxismo y el “post-marxismo” es más intenso hoy en día.

Alimentadas y, en muchos casos, subsidiadas por las principales instituciones financistas y las agencias gubernamentales que promueven el neo-liberalismo, han surgido un extenso número de organizaciones “sociales” cuya ideología, vínculos y prácticas entran en competencia directa con la teoría y la práctica marxista. Estas organizaciones, que en la mayoría de los casos se autodenominan “no-gubernamentales” “centros de investigación independientes”, han sido activas en proponer ideologías y prácticas políticas que sean compatibles y complementen la agenda neo-liberal de sus patronos financistas. Este ensayo procederá a describir y criticar los componentes de su ideología y después describirá sus actividades y no-actividades, comparándolas con los enfoques de los movimientos de base social. A ésto le seguirá una discusión de los orígenes del “post-marxismo”, su evolución y su futuro en relación con el declinar y posible regreso del marxismo.

Componentes del Post-marxismo

Los intelectuales que proponen el post-marxismo, en muchas ocasiones, son “ex-marxistas” cuyo punto de partida es una “crítica” del marxismo y elaboran  contrapropuestas a cada proposición básica como base para tratar de brindar una teoría alternativa o por lo menos una línea de análisis aceptable. Es posible sintetizar al menos diez argumentos básicos que se encuentran a menudo en el discurso post-marxista.
  1. El socialismo fue un fracaso y todas las “teorías generales” de la sociedad están condenadas a repetir este proceso. Las ideologías son falsas (¡excepto el post-marxismo!) porque reflejan un mundo de pensamiento dominado por un único sistema cultural de género/raza).
  2. El énfasis marxista en la clase social es “reduccionista” porque las clases se están disolviendo; los principales puntos de partida políticos son culturales y están enraizados en diferentes identidades (raza, género, etnicidad, preferencia sexual).
  3. El Estado es el enemigo de la democracia y la libertad y un mensajero de bienestar social que es corrupto e ineficiente. En su lugar, la “sociedad civil” es la protagonista de la democracia y el mejoramiento social.
  4. La planificación central lleva a y es un producto de la burocracia que impide el intercambio de bienes entre los productores. Los mercados y los intercambio del mercado, quizás con regulaciones limitadas, permiten un mayor consumo y una distribución más eficiente.
  5. La lucha de la izquierda tradicional por el poder estatal es corrupta y conlleva a regímenes autoritarios que entonces subordinan la sociedad civil a su control. Las luchas locales sobre asuntos locales por organizaciones locales son las únicas vías de cambio, conjuntamente con la petición/presión sobre las autoridades nacionales e internacionales.
  6. Las revoluciones siempre terminan mal o son imposibles: las transformaciones sociales amenazan con provocar reacciones autoritarias. La alternativa es luchar para/y consolidar transiciones democráticas para salvaguardar los procesos electorales.
  7. La solidaridad de clases es parte de las ideologías pasadas, que reflejan políticas y realidades anteriores. Ya no existen las clases. Lo que hay son lugares fragmentados donde grupos específicos (identidades) y localidades se vinculan en una ayuda mutua y relación recíproca para “sobrevivir” basada en la cooperación con ayuda externa. La solidaridad es un fenómeno de clases-cruzadas, un gesto humanitario.
  8. La lucha de clases y la confrontación no producen resultados tangibles; sino que provocan derrotas y fracasan en la solución de los problemas inmediatos. La cooperación gubernamental e internacional en torno a proyectos específicos provoca un incremento de la producción y el desarrollo.
  9. El antimperialismo es otra expresión del pasado que ha sobrevivido a su época. En la economía globalizada de hoy, no hay posibilidad de confrontación con los centros económicos. El mundo es más interdependiente cada día y en él hay una necesidad de una mayor cooperación internacional en la transferencia de capitales, tecnologías y know-how de los países “ricos” a los países “pobres”.
  10. Los líderes de las organizaciones populares no deben estar orientados exclusivamente hacia la organización de los pobres y el compartir sus condiciones. La movilización interna debe estar basada en el financiamiento externo. Los profesionales deben diseñar programas y asegurar el financiamiento externo para organizar grupos locales. Sin ayuda externa, los grupos locales y las carreras profesionales colapsarían.

Crítica de la Ideología Post-marxista

Los post-marxistas, entonces, tienen un análisis, una crítica y una estrategia de desarrollo que es, en una palabra, la ideología muy general que ellos supuestamente condenan cuando discuten el marxismo. Además, es una ideología que falla al identificar las crisis del capitalismo (estancamiento prolongado, pánicos financieros periódicos, etc.) y las contradicciones sociales (desigualdades y polarización social) a nivel nacional e internacional que afectan los problemas sociales locales que se están enfocando. Por ejemplo, los orígenes del neo-liberalismo (el medio socio-político y económico en el que los post-marxistas funcionan) son producto de los conflictos de clase. Sectores específicos del capital aliados con el Estado y el imperio derrotaron a las clases populares e impusieron el modelo. Una perspectiva no-clasista no puede explicar los orígenes del mundo social en el que operan los post-marxistas. Es más, el mismo problema aflora en la discusión de los orígenes de los post-marxistas: su propia biografía refleja el giro abrupto y radical en el poder a niveles nacional e internacional, en las esferas económica y cultural, limitando el espacio y los recursos en los que el marxismo operaba mientras que se incrementaban las oportunidades y los fondos para los post-marxistas. Los orígenes sociológicos del post-marxismo están inmersos en el giro del poder político alejándose de la clase obrera hacia la exportación del capital.

Vayamos ahora de una sociología del conocimiento crítica de la ideología post-marxista y su visión generalmente inconsistente de la teorización general a discutir sus proposiciones específicas. Comencemos con su noción de la “derrota del socialismo” y el “fin de las ideologías”. ¿Qué se quiere decir con la “derrota del socialismo”? ¿El colapso de la URSS, de los regímenes comunistas de Europa del Este?  Primero, ése es sólo un único concepto de socialismo. Segundo, aún así no está claro lo que falló: ¿el sistema político, el sistema socio-económico? Los resultados de las elecciones recientes en Rusia, Polonia, Hungría y muchas de las repúblicas ex-soviéticas sugieren que una mayoría de votantes prefieren un regreso a algunos aspectos de las políticas de bienestar social y prácticas económicas del pasado. Si la opinión popular en los países ex-comunistas es un indicador del “fracaso”, los resultados aún no son definitivos. En segundo lugar, si los post-marxistas quieren decir por “fracaso del socialismo” una declinación del poder de la izquierda debemos insistir en que hay una diferencia entre “fracaso” debido a ineficiencias internas de las prácticas del socialismo  y las derrotas político-militares por agresores externos. Nadie diría que la destrucción por Hitler de las democracias de Europa Occidental fue un “fracaso de la democracia”. Los regímenes capitalistas terroristas y/o la intervención de los Estados Unidos en Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay, República Dominicana, Guatemala. Nicaragua, El Salvador, Angola, Mozambique, y Afganistán jugaron un rol principal en el “declinar” de la izquierda revolucionaria. Las derrotas militares no son fracasos del sistema económico y no se reflejan en la efectividad de las experiencias socialistas. Además, cuando analizamos el funcionamiento interno durante el período relativamente estable de gobierno socialista o popular, a través de muchos indicadores sociales, el resultado es mucho más favorable que lo que vino después: participación popular, salud, educación y un crecimiento equitativo bajo Allende resulta muy favorable comparado con lo que vino después bajo Pinochet. Los mismos indicadores bajo los Sandinistas son más favorables que en el régimen de Chamorro en Nicaragua. La reforma agraria del gobierno de Arbenz y las políticas de derechos humanos resultan más favorables cuando se comparan con las políticas gubernamentales instaladas por la CIA de concentración de tierras y 150,000 asesinatos.

Hoy, mientras sea cierto, que los neo-liberales gobiernan y los marxistas están fuera del poder, difícilmente haya un país en el hemisferio occidental donde el marxismo y el socialismo hayan influenciado los movimientos de masa en que no se estén llevando a cabo grandes manifestaciones y lanzando retos a las políticas y a los regímenes neo-liberales. En Paraguay, Uruguay y Bolivia, huelgas generales exitosas, en México movimientos importantes de campesinos y guerrillas indígenas, en Brasil los movimientos de los trabajadores sin tierra, todos ellos reflejan una influencia marxista.

El socialismo fuera del bloque comunista era principalmente una fuerza popular y democrática que aseguraba un fuerte apoyo porque representaba los intereses populares decididos libremente. Los post-marxistas confunden el comunismo soviético con los movimientos socialistas democráticos revolucionarios enraizados en América Latina. Ellos confunden las derrotas militares con los fracasos políticos de la izquierda, aceptando la amalgama neo-liberal de los dos conceptos opuestos. Finalmente, hasta en el caso del comunismo del Este, ellos no ven la naturaleza cambiante y dinámica del comunismo. La popularidad creciente de una nueva síntesis socialista de propiedad social, programas de bienestar, reforma agraria, y democracia está basada en los nuevos movimientos socio-políticos.

En este sentido, el enfoque post-marxista del “fin de las ideologías” no sólo es inconsistente con sus propios pronunciamientos ideológicos sino también con el continuado debate ideológico entre los antiguos y actuales marxistas y los actuales debates y confrontaciones entre el neo-liberalismo y su retoño post-marxista.

4 comentarios:

  1. ¿Posmarxismo? Crisis, recomposición o liquidación del marxismo en la obra de Ernesto Laclau.

    "No sé ustedes pero a un servidor le tocan bastante los bemoles todos los movimientos “post”. Harto de la posmodernidad, del posmaterialismo, del posmarxismo y de tanto trilero del lenguaje.
    Sabemos que la entrada que les proponemos hoy generará polémica. Así es la vida. El que quiera opinar, con educación y argumentos. ¿Por qué decimos esto? Porque la entrada de hoy es un zasca intelectual al posmarxismo y sus ideólogos fundadores, Laclau y Mouffe."

    Salud. Antonio Olivé

    https://kmarx.wordpress.com/2016/12/16/posmarxismo-crisis-recomposicion-o-liquidacion-del-marxismo-en-la-obra-de-ernesto-laclau/

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    1. Como el presente fluido se torna instantáneamente en pasado cristalizado, lo moderno amarillea inexorablemente en "antiguo". Desde mis años escolares me llamó la atención que la "edad moderna" no era ya moderna, y que se había inventado una "contemporánea". Luego, ese término empieza a parecer dudoso y se inventan diversos "modernismos", que dan lugar a "posmodernismos".

      La primera referencia a estos "post" la encontré en una "arquitectura posmoderna", crítica en buena parte muy reaccionaria destinada a enterrar al "movimiento moderno", cuando ya lo había corrompido y luego asesinado la especulación capitalista.

      Estos "post" se quedan antiguos con una rapidez de vértigo. Imposible cimentar nada sobre estos deletéreos materiales (en mecánica de suelos se los llama "echadizos").

      http://www.concretonline.com/index.php?option=com_content&id=3153

      Mejor volver a una lectura (crítica) de los clásicos...

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  2. Loam, gracias por el enlace que me facilitas. Ya he encontrado en él algunas citas sabrosas. Suelo estar bastante de acuerdo con Atilio Boron.

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    1. No hay de qué, Juan José. En cuanto a Atilio Borón, yo también estoy de acuerdo con él en lo sustancial. Y con esa acertada sentencia: "Mejor volver a una lectura (crítica) de los clásicos..."

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