sábado, 29 de octubre de 2022

Intimidades

Rob Wallace, en su libro Grandes granjas, grandes gripes, que ha editado en España Capitán Swing, deja un revelador testimonio sobre el derecho a la intimidad, uno más de esos derechos de geometría variable.

Ya me he referido a este libro en alguna otra entrada, y continuaré haciéndolo, porque el tema de las zoonosis es paradigmático, al mostrar qué intereses, los que más fácilmente se trasladan a la contabilidad, son prioritarios, mientras que otros, por constituir en ella externalidades, se ignoran.

Y no es que las consecuencias sean imposibles de trasladar a las cuentas, sino que esas cuentas no inciden rápidamente en el día a día al que las otras están férreamente atadas. 

Sucede como con los derechos (a la vivienda, al trabajo...) abstractamente enunciados en nuestra actual Constitución: aplazadas sine die las leyes que podrían haberlas desarrollado, su incidencia práctica es nula. En realidad, toda la palabrería sobre limitar el calentamiento global o proteger la biodiversidad adolecen de la misma falta de concreción.

Ahora quiero señalar el comienzo de un capítulo del libro citado, en su parte sexta, pág. 445, que muestra cómo los perjuicios fácil e inmediatamente contabilizables de los grandes propietarios de la agroindustria se protegen mucho mejor que los causados a la humanidad entera, cuyas consecuencias, debidas a la externalización de los riesgos a un espacio exterior y a un tiempo indefinido, pueden aplazarse sin que los guardianes del derecho tengan posibilidades de aplicar con la misma contundencia la debida protección.

Los ciudadanos tienen difícil proteger su derecho a la intimidad. Ni siquiera pueden llegar a saber cómo y cuándo han sido violadas "en aras a un interés superior".

Pero las corporaciones, en cambio, tienen derecho a saberlo y a impedir lo que podría suponer en algunos casos un desastre para sus cuentas.

Átame estas "sociedades de derecho" (económico) por el rabo. 

Rentabilidad de tres sistemas de comercialización en una granja porcina tecnificada (Parte 1)
Actualidad porcina

Protegiendo la intimidad del H3N2v

The Guardian publicó una serie de asombrosos artículos sobre el alcance de la vigilancia a la que la Agencia Nacional de Seguridad ha estado sometiendo a ciudadanos estadounidenses y a otros millones de personas en todo el mundo.

Los defensores de esos programas, entre los que se cuenta el presidente Obama, han asegurado que la recopilación secreta de nuestros metadatos de Internet y de teléfono ─cuándo, dónde y con quién nos conectamos─ se efectúa para nuestra propia protección.

Debo decir que como epidemiólogo evolutivo, me parece una defensa fascinante, aunque solo sea porque varios intentos de elaborar geografías de gripes mortíferas han fracasado debido a que Gobiernos de todo el mundo, incluido el de Estados Unidos, se han negado a proporcionar lugares y fechas de brotes en el ganado.

Es como si el derecho a la intimidad de esos virus ─y en realidad de las granjas desde las que se propagan─ estuvieran mejor protegidos que los de las poblaciones a las que los epidemiólogos pretenden aparentemente proteger.

Como explica Helen Branswell, la tipificación de las cepas y la secuenciación Genética de los patógenos que efectúa la Red Nacional de Laboratorios de Salud Animal en Estados Unidos, incluso en varias universidades públicas financiadas con fondos federales, sigue siendo algo estrictamente confidencial a lo que solo puede tener acceso la industria ganadera.

Paul Sundberg, vicepresidente de ciencia y tecnología de la Junta Nacional Porcina explica:

Los cerdos son propiedad del granjero. Y lo que suceda con sus cerdos es asunto del granjero, no del Gobierno, siempre y cuando la infección que se produzca en esos cerdos no sea lo que se denomina una enfermedad del programa que se considere un riesgo para la cabaña nacional.

Como si solo surgiera una nueva pandemia cuando se infectase primero toda la piara nacional.

Cuando llegó la gripe porcina H1N1 (2009), claramente procedente de cerdos industriales, los productores de cerdos, preocupados por los efectos de la mala publicidad en el balance final, dejaron de enviar muestras. Para poder conseguir algún tipo de cooperación de la industria, los Centros para el Control de Enfermedades y el Departamento de Agricultura introdujeron el anonimato.

Cualquier virus que se encontrara, y hasta los datos que describieran en qué granja o incluso en qué condado se había producido un brote, solo se pondrían a disposición de una red más amplia de científicos con el permiso del productor afectado. Pero, por regla general, los investigadores solo pueden saber en qué estado se encuentra el virus y datos triviales, como se desprende del incompleto aunque heroico trabajo de Eddie Holmes y Matthew Scotch.

En otras palabras, el Gobierno federal de un gran país industrial no se le permitirá disponer ─mucho menos a alguien más─ de los datos geocodificados necesarios para determinar dónde podría surgir un brote de gripe pandémica mortífera dentro de sus propias fronteras, una eventualidad que los expertos llevan mucho tiempo asegurando que podría matar a cientos de millones de personas en todo el mundo.

Y sin embargo, nos enteramos ahora de que algunos programas de la Agencia Nacional de Seguridad, como Boundless Informant y PRISM, han rastreado millones de llamadas y correos electrónicos privados, y hasta la dirección IP, incluyendo en algunos protocolos el contenido de la comunicación.

(Publicado originalmente en Farming Pathogens el 19 de junio de 2013)

sábado, 22 de octubre de 2022

Importancia de la escala en el tiempo y el espacio

https://c8.alamy.com/compes/2achymw/galileos-dos-nuevas-ciencias-1638-pagina-de-titulo-este-libro-escrito-y-publicado-mientras-estaba-bajo-arresto-domiciliario-fue-la-ultima-obra-del-italiano-p-2achymw.jpg

Discursos sobre dos nuevas ciencias, obra trascendental de Galileo Galilei, hizo a Einstein proclamar que "Galileo es el padre de la física moderna; de hecho, de la ciencia moderna".

Una de sus conclusiones más importantes se relaciona con la resistencia de los materiales. Consideremos el caso de una columna que aumente su tamaño conservando las proporciones. Como la masa crecerá paralelamente al volumen, que lo hará por igual en sus tres dimensiones, a doble tamaño lineal corresponderá un peso 2x2x2 = 8 veces mayor, mientras que su sección resistente, que lo hará con el cuadrado de la dimensión, habrá crecido 2x2 = 4 veces. El resultado será que el esfuerzo en esa sección será doble. Y será triple para triple longitud, porque 3x3x3 / 3x3 = 3. El tamaño, por consiguiente, no puede aumentar indefinidamente si conservamos las proporciones. Para no sobrepasar la resistencia del material se hará necesario reforzar la anchura.

 https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/34/Fig1DM.png/1280px-Fig1DM.png

Esta ley cuadrático-cúbica, que describe la relación entre volumen y área de un cuerpo a medida que aumenta o disminuye su forma o figura, fue descrita por primera vez en 1638 por Galileo en su libro. Puede expresarse así:

Cuando una forma crece en tamaño, su volumen crece más rápido que su superficie. Cuando se aplica al mundo real, este principio tiene muchas implicaciones que son importantes en campos que van desde la ingeniería mecánica a la biomecánica. Esto ayuda a explicar gran variedad de fenómenos, por ejemplo por qué a grandes mamíferos como los elefantes les cuesta más enfriarse, que a los más pequeños, como los ratones, y por qué hay límites fundamentales para el tamaño de los castillos de arena.

En efecto, un ratón del tamaño de un elefante habría de tener patas de elefante, y un elefante pequeñito como un ratón no tendría por qué mantener las sólidas columnas de sus patas.

https://thumbs.dreamstime.com/z/elefante-y-rat%C3%B3n-36071644.jpg

Igual que al aumentar la escala predominan los factores relacionados con el volumen, al disminuirla adquieren mayor importancia los que tienen que ver con la superficie, como la tensión superficial. No hay burbujas gigantescas, y poco duran las de esos enjabonadores callejeros; y para las moscas una mojadura supone un problema mayor que para los mamíferos. Por algo los animales grandes necesitan un endoesqueleto, que sería superfluo para los artrópodos, cuyo exoesqueleto no es viable para tamaños mayores.

Tan interesantes cuestiones sobre escala y estructura se analizan con detalle en Sobre el crecimiento y la forma, el libro ya clásico de D'Arcy Thompson.

De muchas formas influye el tamaño en los procesos, tanto naturales como inventados por el hombre. Una de ellas tiene que ver con los límites de la velocidad de la computación que impone la velocidad máxima de transmisión de señales: la de la luz.

Los microprocesadores tienen un reloj interno que marca el ritmo de la computación. Ningún paso puede realizarse en un tiempo inferior al señalado por él. Pero ese ritmo depende a su vez de la velocidad con la que puede transmitirse, como lo explica Beamspot:

Todos los elementos que tienen que trabajar a gran velocidad y acoplados entre sí, como por ejemplo la CPU con la memoria, o con buses de comunicación de alta velocidad (o sea, video y red de comunicaciones) se encuentran con que a 1 GHz el reloj apenas se desplaza 15 cm en un cable. 10 cm en un circuito impreso. Si subimos a 2 GHz, bajamos esta distancia a la mitad: 5 cm en un circuito.

Eso implica que no podemos poner la CPU y la memoria donde nos dé la gana. Es más, todas las señales que van de uno a otro componente tienen que tener una longitud similar, y generalmente estipulada con un máximo y un mínimo.

Así que aquí también el tamaño importa. Y lo que ocurre en una computadora también limita, con el tamaño, la velocidad de transmisión de la corriente nerviosa en los animales. Se me ocurre que lo difícil de cazar una mosca tiene que ver con el reducido tamaño de su cerebro: para ella el movimiento de nuestra mano es lento: ve el mundo con una cámara mucho más rápida que la nuestra. Para la mosca nuestra vida transcurre a cámara lenta.

La escala y las leyes físicas que dominan preferentemente cada escenario según su tamaño condicionan la organización de los seres vivos. El biólogo evolucionista Faustino Cordón postula la existencia de seres vivos de tres niveles de integración (un nivel constituido por las proteínas globulares, un nivel constituido por las células y un nivel constituido por los animales) de modo que cada ser vivo de un nivel resulta de la acción conjunta de los seres vivos de nivel inferior que integran su soma. Y en cada uno de estos niveles las leyes que regulan su estructura y sus procesos dependen del tamaño de los agregados.

Uno de los niveles más básicos de estructura vital organizada es el de los virus. Su escala es precisamente la de esas proteínas, con las que interactúa.

Desde el punto de vista de la evolución de otras especies, los virus son un medio importante de transferencia horizontal de genes, la cual incrementa la diversidad genética e impulsa la evolución biológica. Debido a ello los virus, junto con los otros agentes virales (viroides y virus satélite), han sido descritos como "mobilomas" o "vectores génicos", puesto que, además de replicarse en huéspedes celulares, también transportan genes de un organismo a otro mediante la transducción del material genético.

La interdependencia entre la mínima escala vírica y la de los grandes ecosistemas, y en particular la del gigantesco ecosistema artificial creado por el hombre ha sido muy bien estudiada por Rob Wallace en su importante libro Grandes granjas, grandes gripes. Un dato impresionante sobre las escalas temporales y su brutal choque nos lo da el tiempo de evolución del genoma en los animales y los virus. Mientras en millones de años el genoma humano muta un 1% de su contenido, el de un virus lo hace en pocos días. Además, las recombinaciones, facilitadas por la coexistencia de varios virus en un mismo huésped, provocan la aparición de nuevos patógenos. Por eso hay que repetir continuamente las vacunaciones para acomodarlas a sucesivas variantes.

Al mismo tiempo, redirigimos la evolución de los virus, porque al neutralizar algunas variantes estamos promocionando otras. Puede decirse que "los estamos educando". ¡Y aprenden muy rápidamente!

Pero sobre la importancia de preservar los ecosistemas naturales de lenta evolución, alterados por otros que manipulamos (y empobrecemos) en tiempo récord, seguiremos hablando.

jueves, 20 de octubre de 2022

El refugio

Polifacético Luis Eduardo Aute. Músico y poeta, fue además pintor, escultor y dibujante. Apasionado del cine, también cineasta. En tan variadas actividades mostró siempre su humanidad plena: humanista, porque nada humano le era ajeno. Por eso en sus canciones abarca todos los sentimientos. Del humor y el sarcasmo al dolor inconsolable, del amor más espiritual a la carnalidad, de la esperanza al desengaño, pulsa en ellas todos los estados de ánimo.

El poeta mira siempre hacia su interior, pero nunca es ajeno al mundo. Habla para sí, pero no lo haría sin la conciencia de que hay un otro. Somos el conjunto de nuestras relaciones, con los demás, con las cosas, con nuestro tiempo y nuestro espacio. El que habla para sí mismo se desdobla y ensaya al mismo tiempo para un "otro" universal.

Por eso las canciones de Aute son siempre de un tiempo y de un país, como cantara Raimon. Aquel tiempo, pero este país.

De un tiempo a esta parte. ¿Por qué incluir la canción en este amargo disco (sarcófago) y en este incierto año (1976)?

Recoge en sus letras aquel tiempo de protesta, esperanza y expectativas cuanto menos dudosas. Encontramos en ellas desde la reflexión triste de Rosas en el mar o el grito desesperado de Al alba hasta la jocosa, pero optimista, Adiós Inés de Ulloa.

El amor y el erotismo en todas sus formas, y el arte en todas sus manifestaciones, plásticas o no, fueron su refugio ante las decepciones sufridas. Siempre presentidas, pero manifestadas bajo envolturas que el espectador debía desvelar.

Hasta que, bien avanzadas unas políticas que frenaron en seco tantas aspiraciones, confiesa abiertamente en esta canción su desencanto y su único refugio. Citando al filósofo Eugenio Trías: «El cinismo es la moral del siglo XX, sobre todo de los últimos años, tras haberse desacreditado las antiguas utopías sociales, y se ha hecho del dinero el único Dios»).


La belleza

 "La belleza no mira, sólo es mirada." 
Albert Einsten

Esta canción la compuso Luis Eduardo Aute como crítica a la deriva que tomaba el gobierno de España durante los últimos años de la década de los 80. Aquello que comenzó como un canto libertario de los principales líderes políticos del momento, se tornó en un discurso diferente años después. Cuando se hicieron con las riendas del país tras la dictadura del General Francisco Franco, aquellas políticas de igualdad y libertad que se proyectaron quedaron en un segundo plano según Luis Eduardo.
Puede ser una imagen de una persona
 

La belleza


Enemigo de la guerra y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón.
 
Y ahora, que ya no hay trincheras,
el combate es la escalera.
Y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza.
 
La belleza,
la belleza, la belleza,
la belleza...
 
Míralos como reptiles al acecho de la presa,
negociando en cada mesa maquillajes de ocasión.
Siguen todos los railes
que conduzcan a la cumbre,
locos, porque los deslumbre
su parásita ambición.
 
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta.
Mercaderes, traficantes,
más que nausea, dan tristeza.
No rozaron ni un instante
la belleza.
 
La belleza,
la belleza, la belleza,
la belleza...
 
Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario acabaría en el pilón.
Y ahora que no quedan muros
ya no somos tan iguales:
tanto vendes, tanto vales.
¡Viva la revolución!
 
Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo.
Ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza.
 
La belleza.
la belleza, la belleza,
la belleza.
 
La belleza...
 

domingo, 9 de octubre de 2022

Prepararse para resistir al ecofascismo que viene

Ayer llené el depósito de un coche de gasolina. El precio no había subido mucho, sobre todo porque había una bonificación de 25 céntimos, pero comprobé preocupado el alto precio del diésel, que tradicionalmente era el combustible más barato.

Comprobé así en directo las previsiones de Antonio Turiel, hace ya tiempo, sobre la escasez de este combustible que se avecinaba. Y es el motor difícilmente sustituible para el transporte terrestre y marítimo.

Ahora, en su blog, hace un llamamiento urgente, para que nos demos cuenta de lo que pasará ya en los próximos meses. Hay que prepararse para afrontarlo, y no estamos preparados, ni física ni mentalmente.

Para despertar un poco a los más perezosos, repito aquí el final de su llamamiento:

Tenemos, urgentísimamente, que ocupar el espacio del debate, antes que el ruido de todo al caer haga imposible escuchar ninguna voz, antes que la desesperación colectiva arrastre a la mayoría social en brazos de aquellos que les prometen soluciones sencillas a problemas complicados. El espacio que nosotros no ocupemos ahora, otros lo llenarán, con un discurso de odio y resentimiento, de represión y de autoritarismo.


Tenemos que tener unidad en medio de la diversidad. Ahora es el momento de actuar. Probablemente, es ahora o nunca. O hacemos escuchar la voz de la razón, o empezamos a imponer un poco de sentido de común en las discusiones sobre nuestro futuro como sociedad, o seremos aplastados por la apisonadora del populismo y del odio.


Es ahora o nunca. Escojamos ahora.

 

El porqué de un llamamiento




Queridos lectores:


Ayer, mientras aún me encontraba en Toulouse, escribí un mensaje en el canal de Telegram en el que difundo noticias de este blog y anejas. Dicho mensaje, en el que llamaba a una movilización de todas las personas concienciadas con el verdadero alcance de la crisis energética, alertaba sobre sus previsibles efectos a corto plazo sobre Europa y cómo eso favorecerá la implantación de discursos simplistas y fascistoides, y que por eso era crucial ocupar el espacio de debate desde ya.


El mensaje se difundió rápidamente por las redes, siendo muchas veces replicado (aquí un ejemplo en LinkedIn, aunque creo que sobre todo ha corrido por WhatsApp, Telegram y similares). Quizá porque el tono del mensaje no es el habitual que yo suelo usar, y porque me encontraba de viaje y no fui muy reactivo en las redes, hay bastantes personas que han pensado que es un mensaje falso y que alguien me había hackeado el canal de Telegram. Así pues, creo que debo una explicación de qué es lo que digo y por qué lo digo, y a eso dedicaré el post de hoy.


Qué está pasando


Están pasando muchas cosas, y llevan pasando meses. Desafortunadamente, no las he ido reportando regularmente en este blog como hacía antaño, en parte por la carga de trabajo, en parte porque he aceptado dar muchas charlas (el momento lo justifica), en parte porque en verano estuve acabando mi último libro donde detallo muchos de los procesos en marcha, en parte porque blogger está fallando mucho (y probablemente acabaremos migrando el blog a otra plataforma) y en parte porque últimamente atiendo a muchos medios de comunicación y escribo ensayos en otros medios, particularmente en Contexto y Acción. Eso puede hacer que aquellos lectores de este blog que no sigan mis publicaciones regulares en Twitter u otros medios no sean conscientes del alcance de lo que pasa ahora mismo. Sin pretender hacer un análisis muy exhaustivo (que preferiría dejar para otro post de la serie "Crónica del caos"), describiré someramente los aspectos generales de "lo que está pasando".


Europa está en este momento en una situación crítica. Es mucho peor de lo que mucha gente se imagina. El corte de suministro del gas proveniente de Rusia (que antes de la guerra en Ucrania representaba el 40% de lo que se consumía en la Unión Europea) no puede ser cubierto de forma completa  con cualquier posible combinación de otros proveedores (y eso incluye el propio gas ruso que China nos reexporta por buques metaneros). El anuncio el pasado mes de julio de un recorte de un 15% del consumo de gas por los países de la UE (reducido al 7% en el caso de España) no es ni de lejos suficiente para cubrir las "necesidades" del Viejo Continente. Pongo entre comillas "necesidades" porque éstas implican el consumo de la potente industria europea, que en la actual situación lo más probable es que acabe colapsando de manera más o menos completa, y en ese caso la demanda de gas de la UE caerá en picado, al mismo ritmo que aumenta el desempleo y la miseria. Es difícil exagerar la gravedad de la situación industrial de Europa: tanto la industria metalúrgica como la química enviaron sendas misivas a la Comisión Europea para comunicarles que no pueden continuar su actividad con los actuales precios de la energía y que se veían abocados al cierre de sus actividades en Europa y la deslocalización a otros territorios más asequibles. Una de las amenazas más severas al tejido industrial europeo es la situación del gigante químico BASF. La viabilidad de BASF se basaba en dos premisas básicas: la optimización extrema de las economías de escala con su macrocomplejo de Ludwigshafen, y el gas barato proveniente de Rusia. Recordemos que Rusia emprendió  sucesivas reducciones del flujo de gas a través del gasoducto NordStream 1, que conecta directamente Rusia con Alemania, hasta su detención total en julio; recordemos también que Alemania se ha visto obligada a nacionalizar tres grandes empresas distribuidoras de gas (Uniper, VNG y SEFE) para evitar el colapso de sus sistema gasístico. Pero BASF está renqueante, y si BASF detuviera sus operaciones toda la industria europea se vería afectada, ya que BASF proporciona todo tipo de productos (plásticos, disolventes, reactivos para metalurgia, medicamentos, etc) a buen precio que hacen la industria europea lo suficientemente competitiva. Si BASF cae, todo cae. Éste es el contexto en el cual tiene lugar la voladura de los gasoductos NordStream 1 y NordStream 2. Ahora ya no hay vuelta atrás. Alemania anuncia el establecimiento de unas cuotas de gas por persona, un mínimo vital (un racionamiento, a fin de cuentas) y también que cortará las exportaciones de electricidad, ya que consumen mucho gas natural. Exportaciones eléctricas de las que actualmente Francia es muy dependiente, con 31 de sus 57 centrales nucleares paradas y sin fecha clara para su reapertura.


Y en este contexto, España cortó sus exportaciones de electricidad hacia Marruecos, Portugal y Francia durante las horas punta de consumo de los días 4 y 5 de octubre. La producción prevista ya el día anterior no daba para cubrir la demanda proyectada, y la única opción fue detener las exportaciones.





Este tipo de situaciones, en las que con un día de anticipación ya se sabe que no se podrá cubrir todo el consumo, son infrecuentes. Muy infrecuentes. Las razones de la caída de la producción fueron una parada programada de la central nuclear de Almaraz y el nulo viento en esos días. Pero en condiciones normales se hubiera usado más gas natural en las centrales de ciclo combinado, y listos. Sin embargo, si se han fijado en su factura eléctrica, actualmente la compensación del coste del gas natural hace que el precio de la factura se duplique (bajo la rúbrica "Compensación gas natural RDL 10/2022"). La situación podría ser peor: España, con el mecanismo de topado de precio, evita tener que pagar toda la electricidad al precio del gas natural (cosa que está pasando en toda Europa), y así, las facturas eléctricas, que en España se han multiplicado por 2 o por 3, en la mayoría de Europa se están pagando a precios entre 5 y 10 veces superiores a lo de otros años.


España podría haber decidido quemado más gas, pero no lo hizo. No lo hizo porque no tiene sentido encarecer más el precio de la electricidad simplemente para que la consuman nuestros vecinos, encima a mejor precio que la de su propia electricidad en el caso de Francia. En España, al igual que en Europa, ya se está gastando más gas de lo habitual para generar electricidad por la necesidad de estabilizar la red eléctrica (algo que el maestro Beamspot ya ha abordado parcialmente en su serie "La lavadora de medianoche" y que se extenderá en futuras entregas). En suma, España no parece dispuesta a asumir los riesgos eléctricos y financieros de sus vecinos. Como decía recientemente Fatih Birol, la crisis energética puede deshacer la Unión Europea. Eso significa también que estamos solos. En realidad, cada Estado de Europa está ya solo para hacer frente a lo que viene, a este invierno. Es un sálvese quien pueda.


Conviene también recordar que la escasez de diésel ya está empezando a hacer mella en Europa. En la actualidad, falta casi el 25% del consumo de diésel de Europa, el cual se está cubriendo con las reservas estratégicas de algunos estados: Austria, Croacia, Suiza, Alemania y ahora Francia por culpa de las huelgas en las refinerías de Total. Pero las reservas estratégicas están ahí, se supone, para cubrir las necesidades delante de problemas puntuales, limitados en el tiempo. Las autoridades de todos esos países asumen que sus problemas son pasajeros, coyunturales. Lamentablemente, no lo son del todo, hay una fuerte componente estructural. Y vaciar las reservas estatales no es la mejor manera de comenzar el inevitable racionamiento que acecha en el horizonte (el cual solo puede retrasar una crisis tan fuerte que haga bajar temporalmente el consumo).


El problema de la falta de combustible no afecta solo a Europa. De hecho, ha afectado mayoritariamente a todo el planeta. Y últimamente también a los EE.UU.: la Secretaria de Estado de Energía exhortó hace un par de meses a las compañías petroleras a moderar sus exportaciones y a priorizar el mercado nacional, amenazándolas incluso con medidas ejecutivas. Con precios altos de la gasolina por todo el país y las elecciones de medio mandato en el horizonte, los EE.UU. han visto como un acto hostil el anuncio realizado por la OPEP+ de reducir en 2 millones de barriles diarios (Mb/d) sus objetivos de producción de petróleo. Según la OPEP+ (que, no lo olvidemos, incluye a Rusia), el objetivo es mantener unos precios suficientemente altos para el petróleo delante del riesgo de recesión. Cosa realmente chocante, si se tiene en cuenta que el precio no era bajo en el momento de la decisión (más de 80 dólares por barril) y que los inventarios mundiales están en mínimos. En realidad, lo que ha hecho la OPEP+ es oficializar el hecho de que no pueden producir más petróleo, sino menos: hace meses que están a 3,5 Mb/d por debajo de los objetivos, sin ser capaces de revertir la tendencia. La OPEP ya ha superado su peak oil. Arabia Saudita probablemente ha pasado ya su peak oil. Pero nadie quiere hablar de ello.


Qué va a pasar


Con estos mimbres, este invierno va a ser un sálvese quien pueda, en todo el mundo y particularmente en Europa y quizá en EE.UU. Va a faltar energía. Va a haber repetidos cortes de luz, programados seguro (cortes rotatorios) y accidentales posiblemente (aunque en España es probable que no haya ningún corte de luz reseñable, pero en Europa es ya inevitable). Va a morir gente de frío. Va a producirse un hundimiento industrial, con despidos en masa. Y si el descenso industrial no es suficientemente rápido, va a acabar habiendo racionamiento de diésel (que aunque a España no le debería afectar, porque está tan bien abastecida que incluso exporta, de acuerdo con el paquete REpowerEU aprobado por la Comisión Europea en mayo se le puede imponer racionamiento si otros países se ven obligados a racionar, y que exporte los excedentes así creados hacia esos países). En el peor de los casos, comenzarán a faltar incluso alimentos. Y todo eso durante este mismo invierno.


Y cuando pase el invierno las cosas mejorarán, pero solo un poco: sobre todo por lo que se refiere al frío, y en menor medida por lo que se refiere a la escasez de energía. El problema ha venido para quedarse, y aunque habrá altibajos, va a seguir una tendencia a la creciente escasez en los próximos años.


Estamos entrando ya en el Oil Crash. El escenario que hemos querido prevenir, el escenario que hemos querido evitar, el escenario para que el que nos queríamos preparar, ya está aquí.

El por qué del llamamiento


Porque ahora es la última oportunidad para hacer entender que el problema es estructural, que se trata de algo previsible y previsto. Y que no se sale de él con soluciones fáciles, con las eternas promesas de unas soluciones tecnomágicas que no acaban de realizarse.


Ciertamente, entre las personas que trabajamos sobre el problema de la crisis energética y la transición ecológica hay una gran disparidad de opiniones. Hay gente, como yo, que vemos muchas limitaciones en el modelo de Renovable Eléctrica Industrial que se quiere imponer a machamartillo, mientras que hay quien cree que sí que es la solución. Eso ahora mismo no importa, porque hay algo más importante en juego.


Cuando el Oil Crash debute con fuerza en Europa este invierno, la población se quedará en estado de shock. No se lo podrán creer. No se lo querrán creer. La gente sufrirá, perderá su empleo, pasará frío, pasará hambre. Y se desesperará.


Tenemos, urgentísimamente, que ocupar el espacio del debate, antes que el ruido de todo al caer haga imposible escuchar ninguna voz, antes que la desesperación colectiva arrastre a la mayoría social en brazos de aquellos que les prometen soluciones sencillas a problemas complicados. El espacio que nosotros no ocupemos ahora, otros lo llenarán, con un discurso de odio y resentimiento, de represión y de autoritarismo.


Tenemos que tener unidad en medio de la diversidad. Ahora es el momento de actuar. Probablemente, es ahora o nunca. O hacemos escuchar la voz de la razón, o empezamos a imponer un poco de sentido de común en las discusiones sobre nuestro futuro como sociedad, o seremos aplastados por la apisonadora del populismo y del odio.


Es ahora o nunca. Escojamos ahora.


Salu2.

AMT

lunes, 3 de octubre de 2022

¿Quién reventó Nord Stream 1 y 2?

Si el sabotaje a los gasoductos es una tremenda oportunidad para los Estados Unidos; si su presidente amenazó con hacerlo ya en febrero, ¿a que viene ahora decir que "hay que hacer una investigación para determinar al autor"? En términos jurídicos diríamos que las "pruebas circunstanciales" no dejan otra autoría, o que el culpable está "convicto y confeso".

¿Qué prueba mejor que el atronador silencio de la Unión Europea? Está acorralada, ahora por completo, pues depende por completo de su "aliado trasatlántico". Que puede poner el precio que quiera al gas, o cortarlo si su "protectorado europeo" no es lo suficientemente sumiso.

Así que ¡a callar!

Un corral de difícil salida.

(Del futuro climático mejor no hablar...)

¿Quién reventó Nord Stream 1 y 2?


El daño sin precedentes a ambos gasoductos es, sin lugar a dudas, un sabotaje, señala el especialista. Queda por saber quiénes han sido los saboteadores, aunque sin olvidar los impactos sociales y los gravísimos daños ambientales y climáticos ocasionados.


ALFONS PÉREZ

30 septiembre, 2022


Ni el mismísimo Andreas Malm, autor del libro Cómo dinamitar un oleoducto, hubiera imaginado un escenario como este. El Nord Stream 1 y 2, las mayores arterias de gas a la Unión Europea, han reventado, hasta el momento, por cuatro sitios. Ya no queda nadie que pueda sostener que es una casualidad. El daño sin precedentes a estos gasoductos es, sin lugar a dudas, un sabotaje. Pero entonces, ¿quiénes han sido los saboteadores?


Putin, Biden y Von der Leyen


Las opiniones encontradas que se están vertiendo en estos días parecen un buen reciclaje de la dialéctica de la Guerra Fría. Por tanto, la cosa se reduce a saber quién golpeó los gasoductos: ¿Ivan Drago o Rocky Balboa?


Por un lado, los políticos y medios occidentales apuntan a Vladimir Putin. Pero, sinceramente, ¿para qué iba a agujerear Putin unos gasoductos de los que tiene la llave de paso? En la historia reciente, ha habido diferentes episodios donde Rusia ha utilizado las llaves de paso como herramienta política. Por ejemplo, en 2006 y 2009, cuando el conflicto por el precio del gas con Ucrania provocó el cierre de la red de gasoductos que circula por la exrepública soviética y alimenta la mayoría de los países de la antigua Europa del Este, causando estragos en pocas horas. Y muy recientemente, en septiembre de 2021, cuando redujo las exportaciones a Europa sin justificación, provocando una escasez artificial y una subida de precios, a la vez que aumentaba la tensión con Ucrania. Para el Kremlin, el sabotaje a los Nord Stream le hace perder una gran parte de esa doble palanca de poder: sobre el suministro y sobre los precios y, por ende, sobre nuestras facturas.


También hay quien asegura que reventar los gasoductos es una medida de fuerza de Rusia, que vuela los puentes con occidente y que, a la vez, busca una mayor cohesión interna acusando a los atlantistas. En todo caso, la demostración de fuerza le saldría bien cara: la inversión en los Nord Stream, compartida entre Gazprom y empresas europeas, se calcula en 18.500 millones de dólares –7.500 millones para el Nord Stream 1 y 11.000 millones para Nord Stream 2–, y el gas perdido en las fugas costará unos 600 millones.


A eso hay que sumarle la imposibilidad futura de utilizarlos y de perder una ruta que le permitía un by-pass a los gasoductos de tránsito en Ucrania –se calcula que el Nord Stream 1 restaba unos 700 millones de dólares anuales a Ucrania en concepto de derechos de tránsito–. Y si se repararan, cosa que presenta serias dudas dados los daños producidos por las explosiones, habría que sumar unos centenares de millones más a la factura.


Por el momento, Rusia tiene responsabilidades contractuales sobre el suministro de gas, pero dependerán de la autoría del sabotaje. Por eso es relevante que esté proponiendo una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar los incidentes, porque desde el inicio de la invasión se ha mostrado reluctante a cualquier tipo de investigación. Puede ser una maniobra sincera o dilatoria, que le permita ganar tiempo en sus responsabilidades de suministro.


En cuanto a la cohesión interna frente al enemigo, no parece que el argumento del ataque occidental a dos gasoductos eurorusos sea suficiente motivación como para frenar el éxodo de miles de reservistas tras la movilización parcial decretada por Putin.


El otro gran actor, Estados Unidos, es el gran beneficiario comercial y geopolítico. El sabotaje le permite seguir ganando posiciones como socio energético estratégico en la Unión Europea. Aunque ya existía un compromiso del mes de abril para la exportación de 15.000 millones de metros cúbicos de gas que podrían llegar hasta 50.000 millones para 2030, la inutilidad de los Nord Stream podría aumentar los volúmenes de exportación. Pero también dependerá de si es capaz de poner en pleno funcionamiento la planta de exportación Freeport LNG tras el accidente que sufrió el pasado mes de junio, y de sus propias reservas de gas, en su mayoría extraído a través del fracking.


A nivel geopolítico, EE. UU. siempre había mostrado una posición hostil frente a los Nord Stream. Las lentes de la geopolítica ven los gasoductos como uniones soldadas de relaciones e intereses y la alianza germano-rusa era una amenaza para Washington. En febrero de este mismo año, la Reserva Federal sometió a sanciones a la promotora del proyecto Nord Stream 2 AG, el conglomerado de empresas europeas y Gazprom con sede en Suiza.


Con todo ello, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, unos días antes de los incidentes en los gasoductos, aseveraba en su discurso del Estado de la Unión: “Es una guerra contra nuestra energía, contra nuestra economía, contra nuestros valores y contra nuestro futuro. (…) No permitiremos que ningún caballo de Troya de ninguna autocracia ataque nuestras democracias desde dentro”.


Von der Leyen, poco después de las explosiones, subía el volumen afirmando: “Rusia ha llevado la invasión a un nuevo nivel y estamos determinados a hacer pagar al Kremlin el precio por esta nueva escalada”. Sacudiendo los argumentos de la guerra híbrida, justificaba un nuevo paquete de sanciones a Rusia. Por cierto, los paquetes de sanciones que, tras un inicio de depreciación del rublo, han comportado una revalorización de éste muy por encima de los valores anteriores a la guerra y, por encima de todo, una apreciación del dólar respecto del euro, el yen y la libra esterlina.


Además, hay quien apunta a Polonia o Ucrania como parte saboteadora. Está claro que los intereses de Morawiecki y Zelenski son coincidentes, y desde el primer momento acusaron a Rusia, pero se pone en cuestión su capacidad de organizar semejante maniobra.


Seguridad energética. ¿Para qué y para quién?


Entre todo el ruido de la autoría del sabotaje, se invoca con frecuencia la seguridad energética. Señalarla no es cualquier cosa, pues activa todo el aparato de defensa de las políticas securitarias que habilitan un apagón democrático y una orientación temporal a cubrir sus necesidades.


Sin duda, la pérdida de los Nord Stream es un problema mayúsculo para la seguridad del suministro del gas para la Unión Europea. Eso sí, el Nord Stream 2 nunca se había puesto en funcionamiento y por el Nord Stream 1 no circulaba gas desde junio. Los escenarios para afrontar el invierno en la UE ya planteaban ese escenario. Nada nuevo bajo el sol en el sentido estricto del suministro de gas por esta ruta.


Quizás lo más sorprendente, que no genera el mismo grado de preocupación política o mediática, es cómo en un mar Báltico altamente monitorizado que contiene una infraestructura estratégica extremadamente sensible en un contexto de guerra, se puede sabotear de manera tan certera y luego se necesite “abrir una investigación” para, en semanas o meses, determinar la autoría. En los términos a los que se refiere la Comisión cuando habla de seguridad energética, ¿no es este un hecho preocupante? ¿no muestra una imprevisión y una fragilidad comprometedora?


En este punto se vuelven a abrir las especulaciones sobre quién tiene la capacidad de realizar dicho sabotaje con explosivos en unos gasoductos a 100 metros de profundidad, de manera sumamente sigilosa y con una sincronía casi perfecta con la apertura del gasoducto Báltico. Tal vez la explicación de todo sea el video de una rueda de prensa de Biden en febrero, donde afirmaba que si Rusia invadía Ucrania no habría más Nord Stream 2. La contundencia de su respuesta suscito la pregunta de una periodista: “¿Pero cómo serán capaces de hacerlo?” A lo que el mismísimo presidente estadounidense contesto: “Te prometo que seremos capaces de hacerlo”.


El otro sabotaje y la otra movilización


Sea como sea, el análisis geopolítico seguirá llenando portadas. La parte invisible de todo esto serán los daños ambientales y climáticos, con las afectaciones a la biodiversidad marina y las emisiones de grandes cantidades de metano –entre 200.000 y 300.000 toneladas con un potencial de calentamiento global de 82 veces el del CO2 para 20 años–. Y el otro reventón, el otro sabotaje, es el de las facturas energéticas, que nos afectaran a todas y, en especial, a las personas en situación de vulnerabilidad.


De momento, se ha convocado movilizaciones en varias ciudades de Alemania Oriental y la República Checa, con una presencia remarcable de la extrema derecha. De ahí la urgencia de subrayar la agenda social y organizar la movilización desde otras posiciones que den respuesta a los discursos excluyentes y a tanta retórica de escalada bélica.