sábado, 10 de diciembre de 2011

Una política de austeridad

Aquí, recogidas por Miguel Manzanera, me encontré estas viejas palabras (¡de 1977!) de Enrico Berlinguer:
  • la austeridad no es compatible a medio y largo plazo con el modo de producción capitalista, porque éste se basa en el despilfarro de bienes escasos. La adopción coyuntural de una táctica de austeridad por los empresarios capitalistas es la manera de reducir el poder adquisitivo de los trabajadores.
  • la austeridad debe entenderse como un proyecto de transformación social para racionalizar la producción económica sobre la base del control estatal de la economía y la planificación, utilizando los recursos escasos para incrementar la eficiencia productiva: la austeridad es el medio de impugnar por la raíz y sentar las bases para la superación de un sistema que ha entrado en una crisis estructural… Puede y debe ser una de las formas en que el movimiento obrero se erige en portador de una organización diferente de la vida social
  • la austeridad es solidaridad con los países del Tercer Mundo, a los que se esquilma sus riquezas sobre la base de una agresión continuada como está pasando en África. Por eso la salida capitalista de la crisis consiste en la militarización y la guerra cada vez más generalizada. Frente a ello, debemos abandonar la ilusión de que es posible perpetuar un tipo de desarrollo basado en la artificial expansión del consumo individual, que es fuente de derroche, de parasitismo, de privilegios, de dilapidación de recursos y de desequilibrio financiero.
  • la austeridad es también una forma cultural en un momento de crisis ecológica terminal, causada por el orden económico capitalista: salir de la lógica del capitalismo no es sólo una necesidad de la clase obrera o de los comunistas… Se podría observar que, de la misma manera que en las sociedades en decadencia van con frecuencia aparejadas e imperan las injusticias y el despilfarro, en las sociedades ascendentes se establece una vinculación entre justicia y frugalidad.
  • la austeridad es una opción forzosa: convirtámosla en ocasión para transformar la sociedad.
 En un momento de grave crisis ambiental, esa idea de Berlinguer es más actual que nunca. Desde hace 40 años, cuando el Club de Roma alertó sobre los problemas de desarrollo derivados del agotamiento de las riquezas del globo terrestre por la actividad humana, sabemos que no es posible continuar con la actual senda de crecimiento económica fundada en la sobreexplotación del trabajo y la tierra. En estos 40 años el capitalismo se ha mostrado incapaz de una reforma ecológica que resuelva esa problemática, y esto nos pone ante la necesidad de cambiar radicalmente el modo de producción o perecer en un caos sistémico de incalculables proporciones.


puigbono.blogspot.com

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