Responsabilidad colectiva, que no excluye la personal.
Yo tampoco quiero viajar a Marte, ni "terraformarlo". La geoingeniería no nos salvará ni aquí ni allí.
El escapismo tecnológico es la excusa para continuar con el hedonismo consumista.
Este no es mi Homero.
Necesitamos transformarnos a nosotros mismos –a estas alturas, todo el que no esté ciego sabe que Homo sapiens, siendo lo que es, habiendo construido la cultura que ha construido, no tiene futuro en el tercer planeta del Sistema Solar a menos que cambie muy a fondo.
Y la disputa se refiere al sentido de ese cambio. Los dominadores nos dicen: nuestra antropotécnica nos convertirá en cyborgs transhumanos, criaturas mutantes dotadas de superpoderes. Llevaremos al extremo nuestro proyecto de dominación.
Y nosotros respondemos: precisamente se trata de dejar atrás las fantasías de dominación, y asumir que vivimos en un mundo indomeñable de sistemas complejos adaptativos. Se trata de reconocer en Gaia nuestro hogar, y asumir humildemente nuestro papel de animales con responsabilidades especiales dentro de la comunidad biosférica.
Hace poco, en algún lugar que no recuerdo leí: "No es el planeta el que peligra, con o sin nosotros el planeta seguirá su curso. Es la especie humana y su propia existencia la que peligra".
ResponderEliminarNo sé si figuras tan paradigmáticas del dominio global, como Trump, anuncian a pesar de todo un cambio radical de la situación o son la funesta señal de su continuidad suicida.
Yo no tengo hijos, pero en general no veo a quienes sí los tienen especialmente preocupados por su futuro, y esta sí que es una señal preocupante.
Algunos sí estamos seriamente preocupados por el futuro de nuestros hijos. Creo que es porque nos hemos asomado a sus tinieblas y estamos también preocupados por el de todos los demás.
ResponderEliminarCreo que habéis dado en el clavo. Tanto en el artículo como en los comentarios.
ResponderEliminarSaludos.