...habra que seguir avisando de lo importante, oculto detrás de intereses inmediatos de individuos con poca calota y menos escrúpulos.
Porque tampoco da lo mismo aguantar temperaturas de 40º que morir asado a lo San Lorenzo.
Como dicen en mi tierra, "uhtede veréi".
Riechmann-Turiel, Turiel-Riechmann...
Gracias a datos obtenidos mediante satélites, un equipo científico internacional (con papel destacado del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona) ha detectado por primera vez un fenómeno sin precedentes: una reversión en la circulación oceánica del Océano Austral. El estudio, liderado por el National Oceanographic Center (NOC, Reino Unido), ha sido publicado recientemente en la revista PNAS.[1] Y el asunto es bastante espeluznante:
“Desde 2016, en la región situada entre el giro polar y el subpolar del océano Antártico, se ha detectado un aumento sostenido de la salinidad superficial. Este cambio en la composición del agua sugiere que la circulación oceánica profunda del hemisferio sur —conocida como SMOC, por sus siglas en inglés— no solo se está alterando, sino que está funcionando a la inversa. Esto es, en lugar de hundirse hacia el fondo, el agua superficial está siendo reemplazada por masas profundas que ascienden, trayendo consigo calor y dióxido de carbono (CO₂) que habían permanecido atrapados durante siglos.”[2]
“Estamos ante una auténtica inversión de la circulación oceánica en el Hemisferio Sur, algo que nunca habíamos observado”, explica Antonio Turiel, investigador del ICM-CSIC y coautor del estudio. “Mientras todo el mundo debate el posible colapso de la AMOC en el Atlántico Norte, aquí vemos que la SMOC no sólo se debilita, sino que se ha invertido. Esto puede tener un impacto climático global sin precedentes”.
Según el equipo científico, las consecuencias de esta reversión ya son visibles. La resurgencia de aguas profundas cálidas y ricas en CO₂ estaría alimentando la fusión acelerada del hielo marino en el Océano Austral. A largo plazo, este proceso podría duplicar las concentraciones actuales de CO₂ atmosférico al liberar carbono almacenado en el océano profundo desde hace siglos, con un impacto potencialmente catastrófico sobre el clima global.
“El planeta nos está enviando señales cada vez más claras de que estamos cruzando umbrales críticos”, concluye Estrella Olmedo. “Y en este caso, lo ha hecho desde un rincón remoto del mundo que es muy complicado de monitorizar: el océano Austral. Gracias a los satélites y al desarrollo de herramientas de observación punteras, hoy podemos ver lo que antes era invisible”.
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Antonio Turiel, uno de los coautores del artículo recién mencionado, publica un tremendo "Yo acuso”
*en vísperas de la tormenta que destruirá la ciudad de Barcelona:
Acuso a las administraciones, pasadas y actuales, que en medio del caos climático creciente decidieron que no era un tema lo suficientemente importante como para tomar medidas adecuadas para prepararnos.
Pero acuso principalmente al actual Govern de la Generalitat y al actual consistorio de l’Ajuntament de Barcelona de vivir de espaldas a los crecientes signos del peligro. Los acuso por ser los que conozco mejor, pero también acuso con ellos a todos los gobiernos municipales, autonómicos y del estado español, por la misma temeridad e imprudencia.
Cuando tenemos, ahora mismo, un mar Mediterráneo con una temperatura superficial tres grados superior a la que tenía en 1980, y en algunas zonas llegando a cinco grados. Cuando estamos sufriendo una de las peores olas de calor marina, en extensión, duración y amplitud, en el Mediterráneo Occidental.
Cuando sufrimos una terrible DANA en la ciudad de Valencia hace ocho meses, lo cual pudo ser tan destructiva, entre otros motivos, por un mar anómalamente cálido, que proporcionó más energía y más agua precipitable a las tempestades.
Cuando los estudios recientes nos muestran que la tasa de calentamiento global se ha multiplicado por cuatro durante la última década y que se está alterando completamente la circulación del océano y la atmósfera, con consecuencias que aún no somos capaces de anticipar.
Cuando se están ignorando todos los avisos de la comunidad científica, de los grupos ecologistas, de la payesía y de la ciudadanía en general, que dicen que así no, que por aquí no.
Por todo eso, yo les acuso.
Yo les acuso de promover obras que sólo sirven para acrecentar el desastre, como la ampliación del aeropuerto de Barcelona o el desbroce de amplias zonas para el paso de nuevas líneas de alta tensión para la evacuación de una hipotética energía eléctrica renovable que no tiene demanda. Simplemente porque sólo son capaces de pensar en hacer negocios como siempre, cuando nuestro mundo ha cambiado para siempre y es algo completamente diferente ahora mismo.
Yo les acuso de, a pesar de tener, en este mismo momento, avisos meteorológicos muy claros, como la actual ola de calor y los nada alentadores pronósticos para las próximas semanas, de no haberse lanzado a una campaña de protección de la población, sobre todo la más vulnerable.
Yo les acuso de no haberse preparado para una necesidad masiva de refugios bioclimáticos, y máxime en una situación de interrupción del servicio eléctrico después de una catástrofe. Y de no haber previsto cómo ofrecer agua, alimentos, cobijo y asistencia médica oportuna en medio de la catástrofe prevista.
Yo les acuso de no haber previsto, ni para Barcelona ni para ninguna otra parte, medidas para disminuir las pérdidas humanas en caso de grandes avenidas, de no haber estudiado qué zonas serían más vulnerables, qué edificios o calles se hundirían.
Yo les acuso de no haber gobernado para la mayoría, para la gente que les ha escogido para representarles.
Pero, por encima de todo, yo les acuso de todas y cada una de las muertes que podían haber evitado y no quisieron evitar por primar una visión miope centrada en el beneficio económico de unos pocos.
Y mi rencor será eterno por el dolor de todas esas personas a las que conozco y que quiero, y que perderán la vida porque ustedes estaban más pendientes de complacer al rico que de servir a los ciudadanos.
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Notas
[1] Alessandro Silvano y otros: “Rising surface salinity and declining sea ice: A new Southern Ocean state revealed by satellites”, PNAS, 30 de junio de 2025;
https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2500440122
[2] “Detectan una reversión importante de la circulación oceánica en el océano Austral, con implicaciones climáticas clave”, 1 de julio de 2025;