martes, 13 de mayo de 2025

Dar forma al sentimiento

Dos son las acepciones básicas del verbo "sentir". Por una parte se relaciona con las sensaciones percibidas a través de los sentidos; por otra, con los sentimientos y las emociones. Pero esta segunda forma de sentir solo existe gracias a estímulos provocados por la primera.

Todos los sentidos contribuyen a la formación de sentimientos. Un olor o un sabor (la magdalena de Proust), pueden actualizar emociones pasadas; el tacto cariñoso más aún. Pero a través de la vista y el oído es como más frecuentemente la forma evoca sentimientos. Buen ejemplo es la emoción musical. También el amor a primera vista.

Bebés y animalitos se hacen querer tan solo por su aspecto. Los cuidados que hacen posible el éxito reproductivo dependen de ello, pero esto se extiende a especies diferentes, de humanos a animales y hasta en sentido inverso. Sentimientos extendidos a adultos que conserven caracteres infantiles (neotenia), como ocurre con koalas, osos panda o ciertas razas caninas.

Que las formas de la naturaleza induzcan sentimientos es el fundamento de la creación de formas que emocionen. Esa es la labor del artista. Las artes plásticas o escénicas son ejemplos visuales. Las musicales, ejemplos auditivos. También auditiva nació la poesía, y aún hoy un actor o un recitador, con su gesto, ritmo y entonación, puede añadir emoción al texto.

No hay creación literaria que no utilice figuras, sean de dicción, de pensamiento o patéticas, formas que nos arrastran a sentimientos de todo tipo. Estas formas expresivas son más o menos fácilmente traducibles. Más difícil es respetar en una traducción características inseparables de la lengua, como ocurre con el ritmo y la rima.

Aunque exista la prosa poética y también pueda recurrir a ellos, la poesía medida y rimada, la de "esos libros de los rengloncillos cortos", utiliza de modo determinante estas formas para reforzar los sentimientos que quiere comunicar. Bien lo sabían los poetas románticos, como muestran dos ejemplos de un maestro consumado como Zorrilla, que paso a comentar. 

El primer ejemplo es el romance que comienza: "corriendo van por la vega..." y que contrastaré con el de Góngora Entre los sueltos caballos. Romance puro éste, con reparos el primero, ambos relatan un gesto generoso, la liberación de un prisionero para reparar su sufrimiento.

En ambos el motivo de la liberación es la compasión ante el sufrimiento amoroso, más convencional en el del cordobés, donde el amor correspondido lo siente el liberado, mientras en el que nos ocupa la impulsa el amor del que libera, un amor no correspondido. Sufre la pérdida, pero antepone a su propio sufrimiento evitar el sufrimiento de la amada.

Esta extrema generosidad la subraya el poeta mediante la rima. Cuando habla la prisionera emplea el clásico romance asonantado -a-a, como en el resto de la narración. La estrofa cambia cuando lo hace el moro. Para no romper la continuidad, se mantiene el verso octosílabo, pero la rima se torna consonante y se refuerza con la de los versos pares, en la forma cuarteta, abab.

Sutileza esta que utiliza la forma para reforzar la idea, mientras evita una ruptura demasiado brusca del discurso:




Oriental

Corriendo van por la vega
a las puertas de Granada
hasta cuarenta gomeles
y el capitán que los manda.

Al entrar en la ciudad,
parando su yegua blanca,
le dijo éste a una mujer
que entre sus brazos lloraba: 

Enjuga el llanto, cristiana,
no me atormentes así,
que tengo yo, mi sultana,
un nuevo Edén para ti.

Tengo un palacio en Granada,
tengo jardines y flores,
tengo una fuente dorada
con más de cien surtidores.

Y en la vega del Genil
tengo parda fortaleza,
que será reina entre mil
cuando encierre tu belleza.

Y sobre toda una orilla
extiendo mi señorío;
ni en Córdoba ni en Sevilla
hay un parque como el mío.

Allí la altiva palmera
y el encendido granado,
junto a la frondosa higuera
cubren el valle y collado.

Allí el robusto nogal,
allí el nópalo amarillo;
allí el sombrío moral
crecen al pie del castillo.

Y olmos tengo en mi alameda
que hasta el cielo se levantan,
y en redes de plata y seda
tengo pájaros que cantan.

Y tú mi sultana eres;
que desiertos mis salones,
está mi harén sin mujeres,
mis oídos sin canciones.

Yo te daré terciopelos
y perfumes orientales,
de Grecia te traeré velos,
y de Cachemira chales.

Y te daré blancas plumas
para que adornes tu frente,
más blancas que las espumas
de nuestros mares de Oriente;

y perlas para el cabello,
y baños para el calor,
y collares para el cuello;
para los labios.... ¡amor!

¿Qué me valen tus riquezas,
respondióle la cristiana,
si me quitas a mi padre,
mis amigos y mis damas?

Vuélveme, vuélveme, moro,
a mi padre y a mi patria,
que mis torres de León
valen más que tu Granada.

Escuchóla en paz el moro,
y manoseando su barba,
dijo, como quien medita,
en la mejilla una lágrima:

Si tus castillos mejores
que nuestros jardines son,
y son más bellas tus flores,
por ser tuyas, en León,

y tú diste tus amores
a alguno de tus guerreros,
hurí del Edén, no llores,
vete con tus caballeros.

Y dándole su caballo
y la mitad de su guardia,
el capitán de los moros
volvió en silencio la espalda.

Otro ejemplo de este uso sutil de la rima aparece en el Tenorio cuando la novicia lee la carta que le envía Don Juan. La rima consonante y el octosílabo se mantienen, pero las redondillas abba cambian a una estrofa más compleja, de ocho versos. El cuarto y el octavo repiten la rima de palabras agudas -aab´-ccb´, que en la penúltima estrofa, antes de la despedida, se vuelve más obsesiva: -aab´-aab´.

Así como el ejemplo anterior se acentuaba suavemente el discurso del moro, ahora el estilo es más enfático, propio de lo que convencionalmente se considera una carta de amor.

Un amor que a lo largo de la obra nos va mostrando el cambio de farsante a amador arrepentido. ¿Es tal vez la carta, que al principio parece escribir como una treta engañosa, el punto en que Don Juan pasa a un sentimiento sincero?

Acaso ni el poeta lo tenía claro.

Don Juan Tenorio

Tercer acto, Profanación

Escena tercera

 

DOÑA INÉS  
Amor has dicho? 
BRÍGIDA
Sí, amor.
DOÑA INÉS
No, de ninguna manera.
BRÍGIDA
Pues por amor lo entendiera
el menos entendedor;
mas vamos la carta a ver:
¿En qué os paráis? ¿Un suspiro?
DOÑA INÉS
¡Ay! Que cuanto más la miro
menos me atrevo a leer.
(Lee.)
«Doña Inés del alma mía».
Virgen santa, ¡qué principio!
BRÍGIDA
Vendrá en verso, y será un ripio
que traerá la poesía.
Vamos, seguid adelante.
DOÑA INÉS (Lee.)
«Luz de donde el sol la toma,
hermosísima paloma
privada de libertad,
si os dignáis por estas letras
pasar vuestros lindos ojos,
no los tornéis con enojos
sin concluir, acabad».
BRÍGIDA
¡Qué humildad y qué finura!
¿Dónde hay mayor rendimiento?
DOÑA INÉS
Brígida, no sé qué siento.
BRÍGIDA
Seguid, seguid la lectura.
DOÑA INÉS (Lee.)
«Nuestros padres de consuno
nuestras bodas acordaron,
porque los cielos juntaron
los destinos de los dos.
Y halagado desde entonces
con tan risueña esperanza,
mi alma, doña Inés, no alcanza
otro porvenir que vos.
De amor con ella en mi pecho
brotó una chispa ligera,
que han convertido en hoguera
tiempo y afición tenaz.
Y esta llama, que en mí mismo
se alimenta, inextinguible,
cada día más terrible
va creciendo y más voraz».
BRÍGIDA
Es claro; esperar le hicieron
en vuestro amor algún día,
y hondas raíces tenía
cuando a arrancársele fueron.
Seguid.
DOÑA INÉS (Lee.)
«En vano a apagarla
concurren tiempo y ausencia,
que doblando su violencia,
no hoguera ya, volcán es;
y yo, que en medio del cráter
desamparado batallo,
suspendido en él me hallo
entre mi tumba y mi Inés».
BRÍGIDA
¿Lo veis, Inés? Si ese Horario
le despreciáis, al instante
le preparan el sudario.
DOÑA INÉS
Yo desfallezco.
BRÍGIDA
Adelante.
DOÑA INÉS (Lee.)
«Inés, alma de mi alma,
perpetuo imán de mi vida,
perla sin concha escondida
entre las algas del mar;
garza que nunca del nido
tender osastes el vuelo
al diáfano azul del cielo
para aprender a cruzar,
si es que a través de esos muros
el mundo apenada miras,
y por el mundo suspiras,
de libertad con afán,
acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu don Juan».
(Representa.)
¿Qué es lo que me pasa, ¡cielo!,
que me estoy viendo morir?
BRÍGIDA (Aparte.)
Ya tragó todo el anzuelo.
Vamos, que está al concluir.
DOÑA INÉS (Lee.)
«Acuérdate de quien llora
al pie de tu celosía,
y allí le sorprende el día
y le halla la noche allí;
acuérdate de quien vive
sólo por ti, ¡vida mía!,
y que a tus pies volaría
si le llamaras a ti».
BRÍGIDA
¿Lo veis? Vendría.
DOÑA INÉS
¡Vendría!
BRÍGIDA
A postrarse a vuestros pies.
DOÑA INÉS
¿Puede?
BRÍGIDA
¡Oh, sí!
DOÑA INÉS
¡Virgen María!
BRÍGIDA
Pero acabad, doña Inés.
DOÑA INÉS (Lee.)
«Adiós, oh luz de mis ojos;
adiós, Inés de mi alma;
medita, por Dios, en calma
las palabras que aquí van;
y si odias esa clausura
que ser tu sepulcro debe,
manda, que a todo se atreve
por tu hermosura don Juan».

(Otros ejemplos hay, como la declaración de Don Juan, ya en su quinta, pero basta por hoy).

jueves, 8 de mayo de 2025

Vendrá la realidad y nos encontrará dormidos

Ese es el título de un libro de Santiago Alba Rico. Esa realidad desagradable que apartamos de la mente aparece cuando menos se la espera y nos despierta bruscamente, hasta que de nuevo nos adormecen con cuentos, incesantemente renovados. Pasados pocos días y muchos señuelos, volvemos a la rutina más o menos plácida. En una semana, el apagón ya es cosa del pasado. En seis meses, la DANA queda lejos (un reportaje terrible nos la acaba de recordar).

"Recuerde el alma dormida..." escribía Jorge Manrique cuando recordar era aún sinónimo de despertar. Recordemos, despertemos.

Pronto hará un año desde que, el 25 de mayo de 2024, Antonio Turiel avisara de un peligro atrapado en los nudos de la red eléctrica. Demasiado tiempo para acordarse hasta que ocurrió finalmente lo que antes había estado a punto de pasar.

La red eléctrica española está en manos privadas. Solo un 20% de sus acciones es de propiedad pública: sus decisiones las condiciona el interés de sus accionistas. De sus GRANDES accionistas, para los que el mayor riesgo es empañar brillantes cuentas de resultados.

Esto coreaba el Consejo de Administración, según el humorista Pablo, en La oficina siniestra de La Codorniz:

A mis sociedades voy,
de mis sociedades vengo.
Para estar conmigo mismo
me bastan mis dividendos.

¿Para cuándo la vuelta al control público de lo privatizado por quienes luego se sentaron en esos Consejos de Administración?


Chispazo












Queridos lectores:

Tenía pensado escribir un post sobre uno de los últimos hypes del momento, el presunto descubrimiento por parte de los pérfidos rusos de un enorme yacimiento de petróleo en la Antártida (alguna persona ha llegado a decir que "se desmiente finalmente la teoría del peak oil"), pero afortunadamente para mí Quark ya ha escrito un excelente post mostrando que en realidad no hay más que el enésimo intento de despistar la atención pública con vanas esperanzas (y en este caso mintiendo descaradamente), cuando, como el propio Quark muestra en su último post, no parece posible superar el máximo de producción de petróleo de noviembre de 2018. Así que agradeciéndole la tarea hecha (un buen tipo, este Quark; lástima de su obcecación negacionista del Cambio Climático -nadie es perfecto) he pensado que merecía la pena dedicar mi atención a otro asunto de actualidad, éste mucho más cercano geográficamente y de gran trascendencia inmediata, como es el presunto peligro de apagón eléctrico que sufrió España hace tan solo tres días, el 22 de mayo.

Se hizo eco de este hecho el diario español El Economista, en la mañana siguiente al incidente (no busquen el enlace al artículo aquí, es criterio de este blog no enlazar a medios españoles). Según parece, hacia las 21:00 el operador del sistema eléctrico español, Red Eléctrica Española (REE), se vio obligado a utilizar todo el Sistema de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD), un total de 609 MW de potencia, durante 3 horas. El SRAD es, esencialmente, un mecanismo similar a los llamados contratos de interruptibilidad que había antes. Algunas empresas que consumen mucha electricidad suscriben unos contratos especiales de suministro que le permiten al operador dejarles sin electricidad en cualquier momento, previo aviso de 15 minutos --a cambio, el precio de la electricidad es mucho más económico para estas empresa y también pueden recibir otras compensaciones.

REE usa esta capacidad "desconectable" para compensar de manera muy rápida desbalances en la oferta, y generalmente se usa como último recurso, o casi. Es muy raro desconectar todas las empresas que están en el SRAD, entre otras cosas porque eso quiere decir que REE se queda sin mucho margen de maniobra para hacer frente a eventualidades que requieran una respuesta muy rápida. Por eso mismo, es todavía más raro que esta desconexión durase 3 horas, como si en ese período de tiempo no pudiesen poner en marcha otros medios.

En el caso del día 22, aparentemente se produjo una parada no programada de un reactor nuclear, en un contexto en el que otros dos reactores llevan ya un tiempo parados por recarga y, quizá, por el desfavorable entorno de precios cero, algo que ya comentamos y que se están prodigando estas semanas. Este tipo de incidencias suelen pasar, y normalmente se debe contar con otro tipo de centrales que puedan dar rápidamente respuesta a la falta de potencia; las mejores a ese fin son las centrales hidroeléctricas y las de ciclo combinado. Tras un año bastante seco las centrales hidroeléctricas en España no podían asumir tanta carga, y lo lógico era que hubieran entrado las centrales de gas de ciclo combinado. Pero no lo hicieron. Y así, durante 3 horas, la estabilidad de toda la red eléctrica española dependió de que con ese recorte de 600 MW del SRAD fuera suficiente.

¿Se hubiera podido producir un apagón? Los técnicos de REE no son idiotas y obviamente estuvieron trabajando activamente para conseguir garantizar la estabilidad, y contaban con algún recurso adicional. Sin embargo, si se hubiera producido una avería en cualquier otra central lo más probable es que se hubieran tenido que tomar medidas drásticas para evitar un apagón generalizado. Por eso, se puede considerar que el titular del artículo es un tanto exagerado e interesado (probablemente respondiendo a los intereses de las compañías eléctricas). Sin embargo, es innegable que de seguir de esta manera se corren muchos riesgos en caso de accidente.

Pero la clave aquí no es cómo de cerca o lejos se estuvo de que se produjera un apagón.

La clave está en saber por qué las centrales de gas de ciclo combinado no entraron en acción. Esto no tiene nada que ver con el interés de la descarbonización: éste es un problema de garantizar la estabilidad y buen funcionamiento de la red eléctrica.

El operador tiene mecanismos legales y potestad para obligar a que las centrales de gas de ciclo combinado funcionen al ritmo que se necesitan. Así que tenemos que suponer que si se ha corrido este riesgo inmenso de enviar a España a la Edad Media durante días, quizá semanas, es debido a que no se podía obligar a estas centrales a producir. Y eso es un indicio de que lo que sucedió es que no estaban en plenas condiciones para responder a esta emergencia de una manera rápida.

Es conocido que las empresas propietarias de centrales con tecnologías tradicionales están molestas con los precios cero de la electricidad, ya que ahora no pueden obtener los beneficios que extraían. Es por ese motivo que la recarga actual de dos reactores nucleares le resulta muy oportuna a sus propietarios y más si pueden estirar su duración un poquito más (el problema de los precios cero es más probable en primavera, en verano la demanda aumentará por el calor y el precio subirá). Y es probablemente por ese mismo motivo que las centrales de gas de ciclo combinado no estaban físicamente preparadas para entrar al quite cuando fuera necesario.

Se tiene que pensar que se necesita aproximadamente una hora y cuarto para poner en pleno rendimiento una central de gas de ciclo combinado partiendo de el estado de base, pero mucho menos si se la mantiene "al ralentí". Lo cual, de nuevo, suscita muchas cuestiones. La desconexión de la central nuclear que tuvo que hacer la parada no programada no fue inmediata y se avisó con cierta antelación, posiblemente un par de horas. ¿Por qué motivo no se puso a rodar inmediatamente suficiente potencia de ciclos combinados para compensarlo? ¿Y por qué no se estiró un poco más la potencia que daba la hidroeléctrica, que fue frenando hacia el final del día?

Lo más probable es que esto se debiera a mecanismos de mercado. Alguien calculó que salía más a cuenta pagar la interruptibilidad que poner en marcha los ciclos combinados, total para un período de unas pocas horas. Y quizá efectivamente económicamente era más rentable. Pero también era más peligroso desde el punto de vista técnico.

No cabe duda de que la noticia de El Economista en sí, con su alarmismo sin análisis de las causas y del desarrollo del incidente, busca favorecer el punto de vista de las compañías eléctricas, que están disgustadas por la situación actual y que buscan forzar cambios regulatorios de manera que ellas puedan seguir consiguiendo los grandes beneficios que conseguían antes. Lo que sucede es que es enormemente irresponsable jugar con fuego.

Si realmente esto es lo que ha pasado (que se ha mantenido deliberadamente cierta cantidad de centrales de gas de ciclo combinado inactivas), alguien ha cometido una terrible imprudencia. Si es así, alguien debería de responder ante los tribunales por la responsabilidad de haber creado una situación de peligro y encima por meras razones económicas.

Por terminar, este incidente muestra que se necesita una profunda reforma de mercado eléctrico. Lo mismo que reclaman las compañías eléctricas, aunque la reforma que se necesita debería ir en la dirección contraria a la que proponen ellas.

Aciertan los defensores del modelo REI cuando dicen que se tiene que aprovechar el aumento de producción de nueva renovable para ir cerrando ciclos combinados y así emitir menos CO2. Sin embargo, vamos a seguir necesitando potencia de respaldo y eso implica mantener los ciclos combinados: usándolos tan poco como sea posible, sí, pero tienen que estar ahí para salir al quite. Seguir soñando con futuros sistemas de macrobaterías, que en realidad no van a instalarse nunca por falta de materiales, no puede hacer perder de vista de que hay que gestionar el ahora. Y en el ahora, el actual sistema de precios marginalista en el mercado mayorista hace que los propietarios de los ciclos combinados pierdan dinero, y eso nos lleva a situaciones aberrantes como la del pasado miércoles, en las que nos jugamos todo el sistema eléctrico por una pataleta.

Quizá sería el momento de empezar a decir unas cuantas verdades incómodas más. Que la electricidad es un bien indispensable hoy en día y que se tiene que priorizar la calidad de su servicio. Que intentar mantener un sistema de mercado en un contexto de oligopolio natural no tiene sentido y lleva a estas aberraciones. Que favorecer la introducción masiva de energía renovable probablemente implica incrementar enormemente su potencia instalada para compensar su intermitencia, y eso implica que no se puede hacer rentable en el sentido económico aunque lo sea en el sentido social y ambiental. Y que, teniendo en cuenta todo lo anterior, probablemente la generación y distribución deberían ser públicas. Eso, o arriesgarnos a que un día un señor desde un despacho de La Castellana nos mande a todos a la Edad Media por haber querido jugar a ser dios solamente por ganar unos millones de euros más.

Salu2.

AMT

lunes, 5 de mayo de 2025

Palabras para Julia

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

Tres palabras resumen la línea de conducta que el poeta señalaba a su hija: tu único futuro es esta vida y en ella somos interdependientes. El susto colectivo que hoy cumple una semana nos ha llevado a convivir mejor, reparando los unos las redes sociales inmediatas mientras los otros se esforzaban en reparar las de comunicación a distancia. La incertidumbre hacía evidente un destino compartido.

Esto lo publicaba hace tres semanas Silvia Cuevas Morales:

Recordando que tal día como hoy, 13 de abril, nació el escritor, traductor y crítico literario, José Agustín Goytisolo Gay (Barcelona, 13 de abril de 1928. 

Se quitó la vida en Barcelona, el 19 de marzo de 1999). Hermano mayor de los también escritores Juan Goytisolo y Luis Goytisolo.

No está claro que realmente se suicidara. Pudo ser un accidente, una caída al vacío intentando reparar una persiana. Aunque era una persona depresiva, lo último que escribió no parece la despedida de un suicida.

En la obra de los tres habita la fraternidad, a las duras y a las maduras, compartir con los otros el goce, pero también el esfuerzo colectivo. Esto escribió José Agustín a su hija, cuando aún estaba en el camino:


Fotografía de José Agustín Goytisolo y su hija Julia en los años noventa, en la terraza de su casa en la calle Hospital, en Barcelona. FONDO JOSÉ AGUSTÍN GYTISOLO /UAB












Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre sólo, una mujer
así, tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes 
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares,
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname, no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre, siempre, acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.


Paco Ibáñez puso música a este poema:

sábado, 3 de mayo de 2025

El chispazo y el calambrazo

Hace ya un año, Antonio Turiel publicaba el chispazo. Lo que consideraba entonces un peligro real se ha convertido ahora en el calambrazo que casi nos deja tiesos. Mucho nos ha enseñado en su blog sobre los recursos energéticos y su gestión.

Todo el entramado de la sociedad, como de la naturaleza de la que somos parte, se sostiene gracias a la disponibilidad energética. El avance incesante hacia la complejidad de las sociedades humanas se ha sustentado en la utilización de energía. Hasta disponer de la electricidad había sido siempre energía mecánica.

La utilizan al moverse todos los animales, también los humanos. El primer gran paso que se dio para ampliarla fue la revolución neolítica, con la domesticación. Caballos y bueyes facilitaron el transporte de cargas o la roturación de tierras. Fueron luego empleados para mover máquinas, como las norias o los molinos.

Para sustituir ventajosamente a los animales de tiro se empleó pronto la energía hidráulica, y más adelante la eólica. La fuerza del viento había permitido ya la navegación a vela cuando se le dio otra utilización en el molino harinero. Dando un paso más, se la empleó para elevar y canalizar el agua, lo que permitió desecar los marjales holandeses y crear literalmente un país.

Las energías mecánicas son naturalmente renovables, porque la fuerza animal, como la hidráulica o la eólica, se reproducen constantemente. También lo es la energía térmica utilizada en pequeña escala; la leña ha sido un recurso energético desde que se aprendió a manejar el fuego: el primer choque con la sostenibilidad fue su uso abusivo. Todo recurso es sostenible mientras se equilibren el tiempo necesario para su reproducción y el que se tarda en consumirlo.

La transformación de la energía mecánica en eléctrica fue el paso decisivo para separar la fuente del lugar de empleo, y también para su uso universal, al poderse transformar de nuevo en térmica o mecánica. Primero se empleó el vapor, y con él los combustibles fósiles, para obtenerla. Su formación requiere miles, o millones de veces, el tiempo en que se consumen.

La alternativa hidráulica al vapor continúa el uso del agua para obtener energía mecánica iniciada con los molinos. La eólica es también prolongación del molino de viento. Haciendo abstracción de la energía necesaria para su puesta a punto (véase TRE o EROI), ambas son renovables en tiempo real. Recientemente se ha añadido el uso directo de la energía solar, tanto para concentrar su energía térmica a base de espejos (termosolar) como para transformarla directamente en eléctrica mediante paneles fotovoltaicos.

Y para completar el esquema tenemos la energía nuclear.

Como al problema de la renovabilidad se ha unido ahora el de la contaminación atmosférica y el cambio climático, la mezcla confusa de ambos hace posible escamotear uno con otro. Así se independiza la defensa de las energías "renovables" (hidráulica, eólica, solar) y la de las "verdes", no contaminantes durante el proceso inmediato de obtención, lo que permite que se pueda considerar "verde"... la energía nuclear.

(Otra fuente es la geotérmica, también renovable mientras el planeta conserve su calor interno, y también verde; pero por ahora su uso está limitado a muy pocos países).

Otros factores a considerar son el almacenamiento y la aleatoriedad. La hidráulica es almacenable, y aún reversible, porque cuando sobran otras energías puede utilizarse su excedente para bombear agua de nuevo hasta el embalse.

Muy rígida es la producción de energía nuclear. Su producción es constante. Puede detenerse, pero en ese caso hay que consumir otras energías para refrigerarla, so pena de que se produzcan accidentes como los de Chernóbil o Fukushima. De modo que solo puede producirla de modo fijo o consumirla de modo también fijo.

La producción de la eólica y la solar tampoco es constante, y sigue los ciclos naturales del tiempo atmosférico o el ciclo diurno. Únicamente la energía de origen fósil (carbón, petróleo, gas) y la hidráulica pueden rápidamente aumentar o disminuir su volumen para cubrir la necesidad de cada momento.

Porque esa es otra: la energía eléctrica no es almacenable a gran escala, salvo la expectante del agua o los combustibles fósiles, sin utilizar baterías a una escala hoy por hoy inimaginable. En todo momento hay que equilibrar la producción y el consumo. Si se produce en exceso provoca sobretensiones que pueden fulminar cables y aparatos. Si en cambio no es suficiente, caídas de tensión, y como recurso extremo en ambos casos la solución inmediata es la desconexión, para detener la producción o el consumo excesivos.

Por todas estas razones lo más recomendable es el empleo combinado de todas estas energías, para utilizar las de control inmediato, que son la hidráulica y las fósiles, que hoy día son sobre todo las centrales de ciclo combinado. Sin ellas el sistema eléctrico, que funciona como un todo, sería ingobernable.

En resumen, el mix energético se alimenta de todas estas fuentes:

    • hidráulica
    • fósil
    • nuclear (térmica)
    • solar
    • eólica

Esta complejidad no siempre garantiza la estabilidad de un sistema muy frágil. Los apagones se producen constantemente a diferente escala, y antes del que acabamos de padecer ha habido otros, a veces no tan extensos, a veces más duraderos, en países tan diversos como Chile, Omán, India, Libia, Pakistán, Estados Unidos y Cuba.

Es importante aprender: la mezcla de intereses políticos espurios e intereses empresariales diversos hace que los interesados propalen explicaciones a su conveniencia, casi siempre engañando a quienes se dejen engañar. Así, a las teorías conspirativas se unen otras, para atacar a las renovables (por su inestabilidad) o defender a las nucleares (por su estabilidad).

A mi entender, el principal problema de estas interpretaciones, y de las conductas de los diferentes sujetos actuantes se deriva de la privatización de la producción eléctrica y de la red, que ha hecho prevalecer intereses privados sobre el interés público. Como, ejemplo este botón que explicaba hace ya un año Turiel:

Es conocido que las empresas propietarias de centrales con tecnologías tradicionales están molestas con los precios cero de la electricidad, ya que ahora no pueden obtener los beneficios que extraían. Es por ese motivo que la recarga actual de dos reactores nucleares le resulta muy oportuna a sus propietarios y más si pueden estirar su duración un poquito más (el problema de los precios cero es más probable en primavera, en verano la demanda aumentará por el calor y el precio subirá). Y es probablemente por ese mismo motivo que las centrales de gas de ciclo combinado no estaban físicamente preparadas para entrar al quite cuando fuera necesario.

Esto escribe hoy mismo Eloi Badia, diputado de los Comuns y portavoz de Energía de Sumar en la Comisión de Transición Ecológica del Congreso:

Muchas mentiras y pocos ignorantes ante el apagón

Eloi Badia

Torre de alta tensión durante el apagón, a 28 de abril de 2025, en León, Castilla y León. Europa Press











Ante tanto ruido y bulos sobre las causas del apagón, qué tal si empezamos por las certezas que sí conocemos. Siendo conscientes de que tener una foto completa de lo que ha ocurrido puede tardar semanas o incluso meses.

Las causas del apagón no se explican con una única respuesta. Para entender y simplificar lo ocurrido podemos identificar tres momentos clave. El origen de la oscilación del sistema, el apagón general y la recuperación.

¿Qué originó la primera oscilación?

Sabemos que hubo una caída de una instalación de generación eléctrica en el suroeste de España. Ésta se logró contener, pero apenas un segundo y medio después, una segunda caída desató una oscilación de la red que ya no se pudo estabilizar. Identificar qué instalaciones y por qué cayeron nos aportará luz sobre el origen de la oscilación fuerte de la red. Hasta entonces, lo que sí podemos asegurar es que esas centrales no cayeron porque hubiera un exceso de demanda o de producción, ni un exceso de renovables como se ha dicho. La producción y demanda del sistema eléctrico en el momento de la caída era de total normalidad. De hecho, la propia Red Eléctrica ha descartado que el apagón tuviera nada que ver con las renovables.

¿Qué originó el apagón general?

Lo preocupante no es que una central eléctrica pueda caer. Eso, de hecho, pasa frecuentemente en el sistema, incluso tenemos caídas de centrales nucleares. Lo más preocupante y donde deberíamos prestar más atención es porque una caída de una central contagió todo el sistema hasta provocar un apagón general. Y conviene de nuevo diferenciar tres momentos muy distintos y con responsabilidades que nada tienen que ver:

En primer lugar, ¿por qué no se pudo estabilizar la perturbación? Aquí es donde Red Eléctrica —y los grandes operadores privados que gestionan el sistema— deben dar explicaciones de por qué falló la red de protección. Este es el origen real del apagón. Porque un problema puntual, que ocurre muy a menudo y volverá a ocurrir, se convirtió en un problema general.

Si concebimos la red eléctrica como una infraestructura estratégica y la energía como un derecho, entonces debemos avanzar con determinación hacia un modelo de control público y democrático del sistema. Porque un país no puede estar expuesto a que una cadena de decisiones privadas ponga en jaque su seguridad energética.

En segundo lugar, una vez no se consiguió estabilizar la oscilación entra en escena Francia. Se ha hablado mucho de la importancia de la interconexión con Francia para la recuperación del sistema, de eso hablaré más adelante. Pero hay que tener presente que en el momento que Francia detectó la oscilación se desconectó de la península para protegerse y no propagar la caída. En el momento que Francia se desconectó evidentemente todos los sistemas se desconectan automáticamente porque la oscilación ya era un tsunami. Los famosos 15 GW, el 60% del consumo total de electricidad de toda la península ibérica.

Se ha hablado mucho de los 15 GW centrándolos en las energías eólicas y fotovoltaicas. Pero la realidad es que el colapso fue general: se desconectó el 100% de la nuclear, el 55% de la solar, el 40% del gas y el 40% de la eólica. Cayó todo el sistema. Esto sin lugar a duda no es la causa del apagón sino la consecuencia de este y afectó a todas las instalaciones de electricidad.

¿Cómo nos recuperamos?

Finalmente queda por analizar cómo fue la recuperación. Aunque esas horas nos parecieron eternas y tuvieron un impacto social y económico demoledor, la realidad es que para lo que había pasado recuperar prácticamente el sistema en poco más de 15 horas fue un logro de primer nivel. Y aquí sí me gustaría poner en valor la celeridad y el trabajo titánico realizado por Red Eléctrica.

Y ahora sí, una vez controlada la crisis, las interconexiones con Francia y Marruecos ayudaron a restablecer los servicios del mismo modo que las instalaciones más flexibles como la hidráulica y los ciclos combinados. Estos elementos son importantes para un proceso de recuperación a los que deberíamos ser capaces de sumar en los próximos años sistemas de acumulación de energía masivos, grandes baterías.

Pero volvamos al inicio del artículo, a ese contundente "o mienten o demuestran su ignorancia” con el que el presidente Sánchez se refería a los que vinculan el apagón eléctrico a la falta de energía nuclear. ¿Faltaban nucleares? Rotundamente no. No sólo no fueron la solución, sino que, en muchos aspectos, formaron parte del problema. Porque se tuvo que derivar energía para garantizar la estabilidad de sus núcleos y no para recuperar el sistema. Y porque cuatro días después del apagón dos de los siete reactores siguen parados. Si el sistema eléctrico español dependiera de las centrales nucleares aún seguiría el apagón eléctrico. Así, una mayor presencia de energía nuclear habría conllevado una recuperación más lenta y una energía más cara con el impacto económico que eso supone. Y en un país donde la factura eléctrica ya asfixia a miles de familias, eso también importa.

Por todo ello, podemos afirmar que los que han intentado utilizar este apagón para atacar a las renovables o defender las nucleares no han aportado claridad, sino confusión. Han hecho un flaco favor al debate que necesitamos para entender lo ocurrido y decidir con rigor el camino a seguir. Lo que sí sabemos es que muchos de ellos no son ignorantes, mienten, sí, porque tienen sus intereses y negocios en ello.

Este episodio nos deja en pocos días muchos aprendizajes. Nos señala la importancia de la gobernanza pública, de avanzar en sistemas de respaldo ante incidencias, de mejorar los mecanismos de detección y protección, de consolidar una red mallada y una generación descentralizada para mayor autonomía y resiliencia y de la necesidad de desplegar infraestructura de almacenamiento. A nada de todo esto responden las centrales nucleares, son todo lo contrario, por contra las renovables sí son un camino para contribuir a ello y a la democratización del sector eléctrico.

jueves, 1 de mayo de 2025

Borra todas las huellas

Tantas veces perseguido, nómada involuntario que cambiaba más de país que de zapatos, Bertolt Brecht es para mí la expresión más exacta del desasosiego, en un sentido diferente del experimentado por Pessoa.

En el poeta portugués era el sentimiento misantrópico del que ha perdido la fe. Ante la orfandad que le deja la muerte de Dios como fuente de significado y propósito, veía en el humanismo un sucedáneo de la religión. De su mente fragmentada nacía un impulso nihilista que lo alejaba de la humanidad:

He considerado que Dios, siendo improbable, podría ser; pudiendo, pues, ser adorado; pero que la Humanidad, siendo una mera idea biológica, y no significando más que la especie animal humana, no era más digna de adoración que cualquier otra especie animal.

Diferente es el desasosiego del poeta alemán. También Brecht parte del nihilismo; titula un poema loa de la duda. Pero a esta duda como método la acompaña un profundo amor a la humanidad. Una firme base teórica impulsa una certeza práctica. Otra vez el optimismo de la voluntad para superar el pesimismo de la inteligencia:

Frente a los irreflexivos, que nunca dudan,
están los reflexivos, que nunca actúan.

No dudan para llegar a la decisión,
sino para eludir la decisión.

Por eso, si alabáis la duda,
no alabéis, naturalmente,
la duda que es desesperación.

El desasosiego que lo acompañó en su vida de fugitivo lo expresó a la perfección en un poema. Los reprimidos, por fuera y por dentro, que vivieron y se ocultaron en medio del terror de la dictadura, lo entenderán muy bien.

Aquí hallaréis más poemas.

Esto me enseñaron

Sepárate de tus compañeros en la estación.
Vete de mañana a la ciudad con la chaqueta abrochada,
búscate un alojamiento, y cuando llame a él tu compañero,
no le abras. ¡Oh, no le abras la puerta!
Al contrario,
borra todas las huellas.

Si encuentras a tus padres en la ciudad de Hamburgo, o donde sea,
pasa a su lado como un extraño, dobla la esquina, no los reconozcas.
Baja el ala del sombrero que te regalaron.
No muestres tu cara. ¡Oh, no muestres tu cara!
Al contrario,
borra todas las huellas.

Come toda la carne que puedas. No ahorres.
Entra en todas las casas, cuando llueva, y siéntate en cualquier silla,
pero no te quedes sentado. Y no te olvides el sombrero.
Hazme caso:
borra todas las huellas.

Lo que digas, no lo digas dos veces.
Si otro dice tu pensamiento, niégalo.
Quien no dio su firma, quien no dejó foto alguna,
quien no estuvo presente, quien no dijo nada,
¿cómo puede ser cogido?
Borra todas las huellas.

Cuando creas que vas a morir, cuídate
de que no te pongan losa sepulcral que traicione donde estás,
con su escritura clara, que te denuncia,
con el año de tu muerte, que te entrega.
Otra vez lo digo:
borra todas las huellas.

(Esto me enseñaron.)