Cuando decidí traer a este blog el artículo que sigue más abajo, pensé restringir mi cita a las tres reglas y tres criterios que copio aquí de entrada:
Tres reglas del economista ecológico H. Daly para ayudar a definir cuáles son los límites sostenibles:
- Para una fuente renovable (suelo, agua, bosques, peces), la tasa de consumo sostenible no debe ser mayor a la tasa de regeneración de su fuente. Así, por ejemplo, la pesca es insostenible cuando el ritmo de capturas de superior a la tasa de crecimiento de la población de peces restante.
- Para una fuente no renovable (combustible fósil, menas minerales de alta pureza, acuíferos de profundidad), la tasa de consumo sostenible no debe ser superior a la tasa con que un recurso renovable, utilizado de modo sostenible, puede sustituirla. Por ejemplo, un tanque de petróleo se consumiría de modo sostenible si parte de los beneficios obtenidos del mismo se invirtiera sistemáticamente en I+D de energías alternativas, parques eólicos, paneles fotovoltaicos y plantaciones de árboles, de manera que cuando el petróleo se haya agotado todavía esté disponible un flujo equivalente de energía renovable.
- Para un contaminante, la tasa de emisión sostenible no debe ser mayor que la tasa con la que este contaminante puede ser reciclado, absorbido o neutralizado en su sumidero. Por ejemplo, las aguas residuales pueden verterse en una corriente de agua superficial o un lago de modo sostenible a un ritmo no mayor al que las bacterias y otros organismos pueden absorber sus nutrientes sin desbordad y desestabilizar a su vez el ecosistema acuático.
Tres criterios prácticos que se desprenden de estas reglas:
I. Sobre los recursos renovables: ¿Están utilizándose con mayor rapidez que la velocidad a la que se regenera?
II. Sobre los recursos no renovables:
1. ¿Con qué rapidez se consumen los materiales de alta calidad?
2. ¿Cómo evoluciona el coste real de la energía y el capital necesario para suministrarlos?
3. ¿En qué se están invirtiendo los beneficios de su utilización?
Después he pensado que el artículo entero no sobra: está lleno de enlaces fáciles de seguir, y aunque para un lector asiduo de este blog esto es de sobra conocido, en todo caso no está de más recordarlo.III. Sobre contaminantes y residuos: ¿Son neutralizados con suficiente rapidez o se acumulan en el medio ambiente?
Para que no nos engañen los economistas.
Cuando se pregunta qué es el desarrollo sostenible (o desarrollo
sustentable) nadie duda en responder con la muy popular definición de
Brundtland: "Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes
sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus
propias necesidades". Esta respuesta es la meta, una clara expresión de deseo hacia donde debemos llegar. Lo que aún no está muy claro es cómo, ya
que nadie posee hoy día la "receta para el desarrollo sostenible",
aunque sí haya muchas propuestas encaminadas. Esto se debe a que no
estamos de acuerdo acerca del problema de fondo que queremos resolver,
cada interpretación del mismo admite una propuesta de solución distinta
(que no necesariamente lo resuelve). Alcanzar el desarrollo sostenible
es uno de los grandes retos del nuevo siglo y no meramente una opción,
tampoco un tema más de las agendas. Las consecuencias de haber alcanzado
el grado de prosperidad actual son ya conocidas: calentamiento global, destrucción de la capa de ozono (aunque haya síntomas de recuperación), transporte de contaminantes persistentes, degradación ambiental de ecosistemas, pérdida de biodiversidad, desertificación de suelos,
por nombrar algunos. La cuestión ambiental (móvil principal del
desarrollo sostenible) es verdaderamente compleja porque abarca muchos
aspectos de la realidad que ocurren en simultáneo y con interrelaciones
no del todo comprendidas, requiriendo la cooperación de distintos
ámbitos del saber (ingenieros, biólogos, abogados, economistas,
administradores, físicos, químicos, sociólogos, y más) para poder
abordarla, por lo que no es un tema del cual se deba hablar con
liviandad ni con reduccionismos (siempre peligrosos).
La definición del Informe Brundtland
define el compromiso ético para las actuales generaciones, y es además
comúnmente aceptada por ser tan general y benévola que nadie se atreve a
contradecirla. Es por esto que grupos ecologistas, políticos,
emprendedores, economistas, periodistas y empresas usan tan
indiscriminadamente el término "desarrollo sostenible". La masificación
de su uso hace que muchas veces se tilde la "cuestión ambiental" de ser
simplemente un negocio con el fin de vender un producto, para ser
políticamente correcto o para "pintar la fachada de verde" (llamado greenwashing
corporativo). Otras veces, se asimila la palabra "desarrollo" a la
palabra "crecimiento"; en ambos casos los significados son opuestos, ya
que mientras el desarrollo puede ser infinito, el crecimiento tiene un límite.
Espero poder convencerlos que el concepto de Desarrollo Sostenible
tiene profundas implicaciones para nuestro modelo de sociedad actual.
La insostenibilidad
¿Por qué necesitamos de un "desarrollo sostenible"? ¿para frenar el
calentamiento global? ¿para que no haya más contaminación? El objetivo final del desarrollo sostenible es la permanencia de nuestra sociedad tal cual la conocemos hoy.
Esto es, permitir desarrollarnos continuamente con un nivel de vida
aceptable sin provocar graves e irreversibles consecuencias por
agotamiento de recursos y/o por sobrepasar la capacidad de carga de los
ecosistemas. Estas dos deben ser las condiciones límite del modelo
económico-social que necesitamos. Para definir precisamente la
sostenibilidad, primero listaré cuáles son los factores actuales que
hacen a nuestra civilización insostenible:
- Crecimiento:
Aumento cuantitativo de las dimensiones físicas de la Economía y/o de
la corriente de residuos producida por ésta (definición de la Economía Ecológica).
Hoy día, la gran mayoría de las políticas públicas de los países para
mejorar las condiciones de vida de sus habitantes apelan al
crecimiento económico, en particular, al crecimiento del PIB
como medida de éxito. Sin embargo, está demostrado que el PBI no es
un indicador confiable para estimar el bienestar de las personas, el
cual debería ser el objetivo final de la ciencia económica. En palabras
de H. Daly "la promesa del crecimiento económico es prosperidad para todos sin sacrificio de nadie". Lo que no suele mencionarse, es que la energía es el motor del crecimiento de la economía, con una fuerte correlación.
- Dependencia energética.
El hecho que nuestra sociedad haya alcanzado tal grado de complejidad
y tamaño se debe a la enorme cantidad de energía disponible en los
combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón), del cual venimos
beneficiándonos desde hace aproximadamente 300 años y como nunca antes
en la historia de la humanidad. En particular, el petróleo ha permitido
el desarrollo de la sociedad industrial gracias a su elevada densidad
energética, elevada Tasa de Retorno Energético
(aunque decreciente con el tiempo) y amplio espectro de usos derivados
(plásticos, lubricantes, petroquímicos, carbón de coque, combustibles
líquidos, etc.). Nada lo reemplaza comparativamente hoy día, ni
ninguna otra fuente energética es tan esencial para el mantenimiento y
crecimiento de nuestro ambiente artificialmente creado (tecnósfera).
- Pico del petróleo. Aquí
es donde el problema empieza a adquirir una dimensión preocupante. El
sustento de nuestra civilización depende de un recurso finito que ya
está empezando a mostrar síntomas de agotamiento. La Agencia
Internacional de la Energía (AIE) reconoció sutilmente en su World
Energy Outlook del 2010 y 2012 que la producción de petróleo convencional alcanzó un pico en el año 2005/2006,
a partir de allí, será siempre menor, lo cual dificulta para seguir
el paso de la demanda creciente. Según este informe, los pronósticos de
crecimiento sostenido de la oferta se sustentan principalmente en
"campos conocidos aún por desarrollar", "campos aún por descubrir" y
en Líquidos del Gas Natural.
El reciente crecimiento observado en el volumen producido se debe a
los hidrocarburos provenientes de yacimientos no convencionales,
principalmente el Shale Oil y las Tar sands, no al petróleo
convencional. Como sucede con cada recurso, primero obtenemos el
petróleo de mejor calidad y el más accesible. A medida que lo vamos
agotando, debemos incurrir en mayor esfuerzo (energía) y mayores costos
para obtener una nueva unidad del mismo. La ley de los rendimientos
decrecientes opera sin remordimientos, por lo que la era del petróleo
abundante y barato está llegando a su fin (ver en DUNITAR "Argentina, el fracking y el mundo").
- Pico y escasez de otros recursos. Al igual que con el petróleo, el gas, el carbón, las tierras raras,
el litio, el uranio y otros recursos no renovables, también presentan
límites en cuanto a la capacidad de satisfacer las demandas futuras.
Hay mucha discusión, por ejemplo, en determinar si la energía nuclear
es una fuente sustituta del petróleo, pero lo que pocas veces se
discute es el límite de su combustible principal, el uranio, el cual podría no ser suficiente para un despliegue a gran escala.
Por otro lado, las tierras raras son fundamentales para la
elaboración de productos tecnológicos necesarios para la vida moderna:
smartphones, laptops, baterías, paneles solares, generadores eólicos,
entre otros. El 97% de ellas provienen actualmente de China,
lo cual es un factor que otorga una posición geopolítica ventajosa
para este país y gran dependencia (y dolor de cabeza) para el resto del
mundo. Además, su utilización en pequeñas cantidades junto a otros
componentes hace actualmente que sean difíciles de recuperar y reciclar
para usar nuevamente. Por lo tanto, el desafío está en la dificultad
de escalar globalmente soluciones que dependan de recursos escasos y
cada vez más competitivos, y en la obtención de los mismos en un
contexto de escasez de energía primaria (el petróleo).
- Superpoblación y aspiraciones materiales: Los actuales 7.200 millones de habitantes vivimos "en y de" la Tierra. La meta deseable es satisfacer las necesidades básicas de todos, y de ahí para arriba. Todas estas personas necesitan ser alimentadas. Dado que aproximadamente un tercio de la población mundial (2,200 millones) son pobres, eventualmente también querrán elevar su calidad de vida material y tener un smartphone,
una heladera, calefacción, televisores, autos, viajar... querrán ser
como las naciones más desarrolladas, como EEUU y Europa digamos. Todas
estas necesidades precisan un gran despliegue industrial capaz de
producir todos estos bienes. Todo proceso industrial necesita recursos
en forma de materia prima. Esta materia prima es el capital natural finito
que existe en la tierra, como el carbón, la madera, el petróleo, el
gas, el aluminio, hierro, litio, silicio, uranio, y muchos otros, todos
ellos agotables y a la vez esenciales. Estados Unidos con el 5% de la
población mundial consume el 25% de la energía total producida , por lo
que el ciudadano estadounidense consume 5 veces más que el ciudadano
promedio del resto del mundo. El argumento es conocido, si cada
ciudadano tuviera el estándar de vida del ciudadano promedio
Estadounidense, se necesitaría elevar la producción de energía mundial 5
veces. Y se estima que para el 2050 seamos 10 millones de
habitantes. Si ya se presentan los graves síntomas de degradación
ambiental, ¿cómo vamos a mejorar en un contexto cada vez más difícil?
Será que debemos aprender de la frase que dice: "hay gente que pasa
su vida haciendo cosas que detesta para conseguir dinero que no
necesita y comprar cosas que no quiere para impresionar a gente que
odia".
- Degradación ambiental (basado en el post de Gail Tverberg "Eight pitfalls in evaluating green energy solution")
- Calidad del suelo: erosión de la cubierta vegetal, lavado del suelo, salinización.
- Agua dulce: agotamiento de los acuíferos que tardan miles de años en reponerse.
- Deforestación: Tala de árboles a una tasa mayor de la que vuelven a crecer.
-
Extinción de especies: a medida que construimos más estructuras y
ocupamos más tierras, desplazamos el hábitat que otras especies usan, o
lo contaminamos.
- Contaminación de distintos
tipos: metales pesados, ruido, material particulado, radiación,
compuestos orgánicos persistentes, dioxinas y furanos, etc.
- Tierra cultivable por persona: disminuye a medida que la población aumenta.
- Calidad del suelo: erosión de la cubierta vegetal, lavado del suelo, salinización.
- Calentamiento global: es el aumento observado en los últimos siglos de la temperatura media del sistema climático de la Tierra. Según el IPCC, "causado por las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero
(GEI) producidos por las actividades humanas". Éste es quizás el
factor de mayor peso, y a la vez de mayor incertidumbre en cuanto a los
posibles impactos globales por continuar por el sendero actual, es
decir, no tomando medidas concretas de mitigación.
Hasta aquí, he presentado mi interpretación del estado del problema que
sacude las bases insostenibles de nuestra sociedad. Tanto la degradación
ambiental de los ecosistemas de los cuales dependemos, como el cambio
climático, el crecimiento exponencial de la población, el incremento de
la calidad de vida en los países emergentes, el consumismo de los
desarrollados, la dependencia energética al petróleo y su disponibilidad
cada vez menor, son fenómenos que ocurren SIMULTÁNEAMENTE en un sistema global sumamente interdependiente y complejo. Esto evidencia que el problema de la sostenibilidad no puede pensarse desde lo local (vale la frase piensa globalmente actúa localmente),
ni tampoco pueden obtenerse verdaderos resultados con acciones simples.
Los tres pilares, económico, social y ambiental, se encuentran
inseparablemente ligados aquí. El desafío del siglo XXI es entonces, cómo
satisfacer las necesidades presentes y futuras sin sobrepasar los
límites de la escasez de recursos (energía y materia) ni los límites
ecológicos y climáticos, ya que estos dos son los factores que
pueden desencadenar rupturas en el actual entretejido económico-social
global con consecuencias difíciles de pronosticar. Una cadena no es más fuerte que su eslabón más débil.
El crecimiento infinito en un mundo finito es imposible desde cualquier
punto de vista, y ésta es una de las pocas verdades que no pueden ser
refutadas. (Aclaración: el crecimiento debe ser separado entre
crecimiento económico y crecimiento material. La verdad irrefutable
mencionada antes hace referencia al crecimiento material.
Luego, se plantea si el crecimiento económico infinito es posible, e
inmediatamente después, si el crecimiento económico se puede lograr sin
crecimiento material. El análisis de este argumento, al cual usualmente
se refiere como la "hipótesis de la desmaterialización", excede el
alcance de este artículo). Por lo tanto, el medio para lograr un
desarrollo sostenible deberá ser un sistema que conviva con la
existencia de los límites físicos en los cuales se encuentra inmerso. Sin dudas, es más fácil decirlo que hacerlo.
Las "leyes" de la sostenibilidad
Llegados a este punto, voy a presentarles las tres reglas del economista ecológico H. Daly para ayudar a definir cuáles son los límites sostenibles:
- Para una fuente renovable (suelo, agua, bosques, peces), la tasa de consumo sostenible no debe ser mayor a la tasa de regeneración de su fuente.
Así, por ejemplo, la pesca es insostenible cuando el ritmo de
capturas de superior a la tasa de crecimiento de la población de peces
restante.
- Para una fuente no renovable
(combustible fósil, menas minerales de alta pureza, acuíferos de
profundidad), la tasa de consumo sostenible no debe ser superior a la
tasa con que un recurso renovable, utilizado de modo sostenible, puede
sustituirla. Por ejemplo, un tanque de petróleo se consumiría de
modo sostenible si parte de los beneficios obtenidos del mismo se
invirtiera sistemáticamente en I+D de energías alternativas,
parques eólicos, paneles fotovoltaicos y plantaciones de árboles, de
manera que cuando el petróleo se haya agotado todavía esté disponible
un flujo equivalente de energía renovable.
- Para un contaminante,
la tasa de emisión sostenible no debe ser mayor que la tasa con la
que este contaminante puede ser reciclado, absorbido o neutralizado en
su sumidero. Por ejemplo, las aguas residuales pueden verterse en
una corriente de agua superficial o un lago de modo sostenible a un
ritmo no mayor al que las bacterias y otros organismos pueden absorber
sus nutrientes sin desbordad y desestabilizar a su vez el ecosistema
acuático.
En consecuencia, podemos definir tres criterios prácticos que se desprenden de estas reglas:
- Sobre los recursos renovables: ¿Están utilizándose con mayor rapidez que la velocidad a la que se regenera?
- Sobre los recursos no renovables:
- ¿Con qué rapidez se consumen los materiales de alta calidad?
- ¿Cómo evoluciona el coste real de la energía y el capital necesario para suministrarlos?
- ¿En qué se están invirtiendo los beneficios de su utilización?
- ¿Con qué rapidez se consumen los materiales de alta calidad?
- Sobre contaminantes y residuos: ¿Son neutralizados con suficiente rapidez o se acumulan en el medio ambiente?
Las tres reglas de Daly y los criterios derivados permiten explicar de
manera concreta el por qué de la insostenibilidad actual. Pero más
interesante aún, son el punto de partida para construir soluciones de
manera verdaderamente sostenible tomando en consideración los límites
físicos con los que nos topamos si el subsistema económico quiere crecer materialmente por encima del sistema que le hace de sustrato (en nuestro caso la Tierra).
Comentario final
Finalmente, pareciera ser que el desarrollo sostenible no se encuentra a
la vuelta de la esquina a menos que se conduzcan esfuerzos mancomunados
en la dirección correcta. La continuación del Business as Usual
apalancado por el crecimiento exponencial de la población y por ideales
de calidad de vida a la "American Way" no parecen ser el camino a
seguir, ya que el crecimiento económico viene junto a un crecimiento de
la presión ambiental (paradoja del crecimiento). Está muy extendida la
idea de la curva de Kuznets,
con forma de U invertida, que nos dice que la presión ambiental
disminuye luego de haber alcanzado cierto punto de crecimiento
económico, pero la misma no es de aplicación universal y no podemos
tomarla como evidencia ni justificación de que la solución sea perseguir
el crecimiento económico a todo costo, es decir, la huida hacia
delante. No podemos resolver problemas del siglo XXI con paradigmas e
ideas del siglo XIX ya que nuestro mundo se encuentra en una situación
diferente a cualquier otro momento histórico previo. No me convence del
todo creer que todas las personas de todos los países van a satisfacer
sus necesidades básicas con los modelos de desarrollo actuales. Quizás el mundo nunca será perfecto, pero sí perfectible.
En los próximos 50 años el problema de la insostenibilidad se va
resolver de una manera o de otra, ya que ese es el horizonte temporal de
los desafíos en frente nuestro. Pero para resolver cualquier problema,
primero hay que reconocer que existe. Mejor tomar las riendas del mismo a
tiempo y de manera consciente. Aquí es donde la cuestión "técnica" de
la solución se vuelve complicada. Como señala Jared Diamond, el gran
desafío a superar en las civilizaciones que están alcanzando sus propios
límites se da entre la incompatibilidad de los intereses de corto plazo
de las élites con poder de decisión y el interés de largo plazo de toda
la sociedad. La búsqueda del desarrollo sostenible, de nuestra
permanencia, es tanto un desafío social como técnico. Además,
como "la cadena no es más fuerte que su eslabón más débil", todos los
problemas relacionados con los límites deben ser solucionados al mismo
tiempo, la solución única no existe.
La buena noticia, es
que no estamos ante en un caso en donde no tenemos control de la
situación. No se trata de un asteroide dirigiéndose directo hacia la
Tierra. Son todos problemas que nosotros mismos hemos creado y que, si bien no son todos irreversibles, podemos salir de ellos con ingenio, innovación, metas y tecnologías adecuadas, pero por sobre todo con adaptación al cambio, lo único constante de este mundo.
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