Por algo se ha sospechado que "el caballero de la mano en el pecho" era manco. Tanto afán por enseñarnos su fina mano nos lleva a pensar que no tenía otra.
La mano que nos muestran continuamente los economistas es la del equilibrio oferta-demanda, que se regula solo, y mucho mejor si no intervenimos en su desarrollo. La otra mano oculta es el desequilibrio permanente que la realidad de los mercados nos impone.
¿Sería esa la famosa "mano invisible" de la que habló Adam Smith?
Brueghel el Joven. La oficina del recaudador de impuestos (c. 1615) Art Gallery of South Australia |
Alejandro Nadal
Hace muchos años la economista Joan Robinson señaló que tan pronto alguien cuestiona la idea de equilibrio, los economistas acuden presurosos a defender el concepto, como enjambre de abejas dispuestas a reparar el daño sufrido por su panal. Ese comportamiento propio de un insecto social es algo extraño y abre la puerta a una pregunta importante.
¿Quién toma la palabra cuando habla la teoría económica?
(…)
En lugar de preguntar ¿cómo funciona el mercado y qué consecuencias tiene?, la teoría económica se fue trazando la misión de demostrar que el mercado es socialmente benéfico. Para avanzar en este sesgo apologético del mercado buscó demostrar que las fuerzas del mercado son capaces de conducir a la sociedad a una asignación de equilibrio. Hoy sabemos que en esa tarea la teoría económica fracasó. Ese punto de vulnerabilidad es lo que provoca que, como bien observó Joan Robinson, los economistas acudan como enjambre de abejas a reparar el panal cada vez que el concepto de equilibrio es objeto de crítica.
Cabe señalar que existen varias corrientes que se consideran heterodoxas por no ajustarse a los cánones de la teoría dominante. La teoría poskeynesiana y el análisis de inspiración sraffiana son buenos ejemplos de lo anterior y no hacen la apología del capital. Al análisis de inspiración marxista la teoría dominante lo ha satanizado, porque es Marx el primero en haber hecho la crítica del capital y su discurso.
El sesgo apologético de la teoría económica respecto de la sociedad capitalista de mercado es lo que hoy permite contestar la pregunta inicial. Es el capital el que toma la palabra cuando habla la teoría económica. Marx es el primero en responder correctamente a la pregunta que planteamos al principio: la teoría económica es el discurso del capital.
Cabe señalar que existen varias corrientes que se consideran heterodoxas por no ajustarse a los cánones de la teoría dominante. La teoría poskeynesiana y el análisis de inspiración sraffiana son buenos ejemplos de lo anterior y no hacen la apología del capital. Al análisis de inspiración marxista la teoría dominante lo ha satanizado, porque es Marx el primero en haber hecho la crítica del capital y su discurso.
El sesgo apologético de la teoría económica respecto de la sociedad capitalista de mercado es lo que hoy permite contestar la pregunta inicial. Es el capital el que toma la palabra cuando habla la teoría económica. Marx es el primero en responder correctamente a la pregunta que planteamos al principio: la teoría económica es el discurso del capital.
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