sábado, 18 de enero de 2020

Nada que cenar

En el blog arrezafe hallo un poema cuya autora me es absolutamente desconocida. Poesía de lo evidente, de lo cotidiano; tan cotidiano que de tanto sonar se ha perdido. Procuramos distraernos del dolor crónico, y en la "poesía social"  tenemos la excusa de considerarla un recurso fácil. "Cualquiera puede hacerla" porque la materia prima siempre está disponible.

Pero esta mujer ignorada despierta los sentimientos a poco que no los dejemos embotar por la insensibilidad acorazada en que tratan de encerrarnos.

Publico el poema encontrado y otros seis, tomados del blog de poesía voces del extremo.

Dos datos bien la definen:
Durante cincuenta años Begoña vivió una vida que —ha explicado— «no era la suya», como madre y esposa abnegada sujeta al papel que la historia ha reservado siempre a las mujeres. Sólo en la poesía, que era su refugio, conseguía vivir. «A los cincuenta me nacieron alas», dice en un poema. Es el momento en el que logra la independencia económica y consigue un trabajo en una portería de Logroño y una vivienda en el último piso del edificio, desde donde puede ver los tejados de la ciudad. Abad defiende su profesión de portera, «de abridora humilde de puertas y de almas», de «artesana de la palabra» que «modela la vida a diario», mientras se deja sorprender por esta «experiencia fascinante que supone el hecho de estar viva».
¿Poesía de portería? ¡Gloria a las porteras!



NADA QUE CENAR

Escucho a un político explicar
cómo  cerrará una empresa
y dejará a mil doscientas personas en la calle.
Sus palabras hábiles, elegidas, complicadas y equívocas,
me hacen dudar sobre si cerrará la empresa
 o nos está salvando la vida.
Pienso si yo seré capaz de decir a mis hijos,
con la misma habilidad,
que esta noche  ya no hay nada que cenar
y que mañana se me termina el paro.

***

Ahora que sé que los reyes son los padres
y que los padres no siempre son un refugio seguro.
Que en realidad los reyes no existen
y los que existen saquean en nombre de la ley.
Ahora que he agotado el asombro
ante los periódicos que también mienten
y los jueces que se cobran venganzas, con la toga al cuello.
Ahora que parezco más aislada que nunca del tiempo real
y que no sé manejarme en el virtual,
aquí me tienes, delante del papel,
escribiéndote a ti que también buscas
 instrucciones de uso de otro mundo posible
y el ancla segura de un poema.

***

Harán de nosotros un atajo de odios
sacarán nuestras vísceras al aire
nos lanzarán a unos contra otros.
El miedo crea confusión
y olvidaremos quién es el enemigo.
Mal de muchos, consuelo de tontos.
No defiendes el carro de comida que se llevan
para dar de comer  a los que ya no tienen nada,
como protesta contra los que roban a manos llenas,
y si lo defiendes como si la empresa fuera tuya,
no esperes privilegios por ello,
serás una más en el paro
si coges una baja o si te preñas.
La conciencia de clase, eso es lo último
de lo que  deberíamos desprendernos.
Entonces sí habremos perdido todas las batallas.

***

EQUILIBRIO

El mundo se inclina peligrosamente
hacia su lado peor, me temo.
Tendré que poner mi mundo
justo al lado contrario, para equilibrar.
Y no me vale lo de que yo no peso lo suficiente,
cada uno de los insuficientemente pesados
pueden sumarse
y si de algo estoy convencida
es de que somos muchos más.

***

Asisto con estupor, entre almohadones,
a un tiempo desterrado de cordura,
a una desnaturalizada madre
que siempre nos dijeron, era la patria,
que aborta, una y mil veces,
decenas de criaturas desamparadas
en medio de un desierto de nadie.
Asisto impotente, incrédula, al espanto
de seres que nadie reclama,
de seres que caminan y lloran
desesperados hijos de nadie.
Permanezco en mi cómoda butaca
incapaz de hacerlos desaparecer,
también yo, de mi existencia,
a golpe de mando a distancia.

***

Si las palabras sólo sirven para atar,
para rellenar vacíos,
para aparentar cercanía,
para nombrar objetos inútiles,
para engañar, para mentir, para tergiversar,
reniego de ellas, me acojo a los silencios
en los que podamos escucharnos.

***

Todos los días tomo mi dosis,
ni uno solo lo dejo pasar.
Amarga medicina esta realidad,
pero imprescindible para no olvidar
qué está pasando.


Poemas de Begoña Abad en: José María García Linares. 'Nacer para aprender, volar para vivir. Un acercamiento a la poesía de Begoña Abad'. Ed. Pregunta. 2019


1 comentario:

  1. "...a poco que no los dejemos embotar por la insensibilidad acorazada en que tratan de encerrarnos". ¡Cuán cierto!

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