En medio de la hojarasca mediático-aposentada que manifiestan los habituales tertulianos, en diez minutos, entre el 59:40 y el 1:10:18, el historiador Julián Casanova ofrece en el programa de TVE "la noche en 24 horas", en apretada síntesis, un resumen de lo que fue la II República, para enmarcarla en el contexto del siglo XX y de la Historia de España en general.
Algunos puntos a destacar:
- La llegada de la República coincide con el momento histórico del ascenso de los fascismos, en medio de una Europa profundamente fragmentada.
- Se abre un proceso de reformas profundas, que chocan con los diversos intereses de las viejas estructuras sociales. Algunas de ellas son:
- sufragio universal masculino y femenino desde 1931, cuando en otros países europeos sólo llega después de 1945
- primeros intentos serios de reforma del ejército
- reforma agraria
- educativa
- laicismo
- la educación y la cultura como ejes de la emancipación
- Por las resistencias a estos cambios, de la fiesta popular se pasa pronto a un conflicto de clases, como ocurría también en toda Europa.
- Cuando cae la Republica tras enconada lucha en 1939, ya habían caído todas las repúblicas aparecidas después de 1918: Weimar, Austria, Hungría, Checoslovaquia... sustituidas por dictaduras fascistas o filofascistas; en todos los demás casos, sin resistencia.
- Ni fascistas ni comunistas constituían partidos de masas en 1936, aunque sí había una derecha fascistizada y un anarquismo con gran tradición histórica.
- Es falso el mito de la bipolaridad, simplificado en "las dos Españas". Más que bipolarizada, la sociedad era multipolar. La bipolarización surge como una interpretación posterior, en todo caso fruto de la propia contienda. Como ahora mismo ocurre, varios conflictos se entrelazan y confluyen de distintas formas:
- el conflicto centros-periferias
- anticlericalismo-clericalismo
- la lucha de de clases en sus diversos frentes
- nacionalismos, centrípeto y centrífugos
- El golpe de estado fracasa y conduce a la guerra, que es la que define "las dos Españas", pero la realidad es más compleja.
- En el 36 era muy difícil que la Republica sobreviviera, con Hitler y Mussolini en su apogeo y la bota nazi invadiendo Europa.
- No es posible separar la guerra en España de las invasiones anteriores sin resistencia de otros países y las posteriores que ya se consideran parte de la Segunda Guerra Mundial, que comienza realmente mucho antes de la invasión de Polonia, guerra que ya se preparaba casi inmediatamente después de terminada la Primera.
Siendo los desencadenantes multifactoriales, no es, por lo tanto un único conflicto de clase lo que desemboca en el golpe y la guerra que sigue a su fracaso inicial. Por una parte está la lucha de clases entre los grupos privilegiados y los desposeídos, pero también hay otros factores.
La mano ejecutora del golpe fue un sector muy importante de la cúpula militar. Sin embargo, el ejército no obedeció en bloque a los sublevados, y algunas de los primeros asesinados por ellos fueron altos cargos militares. El malestar extendido en las fuerzas armadas, aparte de ideologías reaccionarias y nostalgias monárquicas, se nutrió de los que se sintieron agraviados por las reformas de la Ley Azaña y del espíritu corporativo, acompañado de resentimiento, de los militares africanistas frustrados, los mismos que durante la guerra aplicaron en la península los criminales métodos aprendidos y practicados impunemente durante la guerra colonial de Marruecos.
Las imprevisiones de los gobiernos republicanos, que debieron estar al tanto de las conexiones con las potencias fascistas de los conspiradores (ya desde el principio hubo intentonas), y en particular la desidia de Casares Quiroga, que los mantuvo en puestos clave a pesar de las advertencias, hicieron más fácil la sublevación.
Claro que en ella confluyeron también los intereses de las clases dominantes, que financiaron además el golpe, los sentimientos religiosos (y también los intereses de la Iglesia) y la nostalgia monárquica.
Como queda dicho, lo que comenzó como guerra civil acabó en guerra internacional. Es artificial tratar el caso español separado de las grandes luchas universales del momento. Sin ellas no se podrá entender el fenómeno de las Brigadas Internacionales, nada comparable a los grupos de "combatientes ilegales" que ahora nutren el fundamentalismo islamista.
Sin duda, la inacción de las potencias occidentales, por razones de cálculo geopolítico y de temor a una revolución en España, y con la esperanza de desviar hacia la Unión Soviética la agresión del fascismo, hizo pensar a Hitler que tenía el camino abierto para posteriores aventuras.
Recapitulando, la Guerra Civil no fue sino una de las etapas de la Guerra Mundial.
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