miércoles, 14 de abril de 2021

De techos y alquileres

Publicado originalmente en gallego en la página de vella a bella, dejo aquí la versión en castellano.

Hay techos y sin techo. Sin techo, los que se quedan en la calle y se suman a los que ya estaban en ella. Sin techo, los beneficios especulativos. Con techo los gobiernos que no pueden limitar la libertad, según a qué nivel. Libertad de mercado.

En las ayudas para el alquiler, como en los incentivos a la jubilación retrasada, paga la colectividad lo que disfrutan particulares. Claro que no es lo mismo que se trate de propietarios o de proletarios.

Este último caso, que se tantea ahora mismo, me resulta sospechoso. Si te dan dinero por no jubilarte me temo que es para no darte más cuando te jubiles. Debe salirle a cuenta a quien lo propone. Al fin y al cabo, cada día que no te paguen la jubilación es un día que en tu vida finita no cobrarás jamás.

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Sobre los alquileres

Aunque la especulación inmobiliaria llegó a su apogeo con los gobiernos de Aznar, fue durante el de Zapatero cuando se empezaron a tomar medidas para intentar paliar sus peores efectos. Eso fue antes de que el pánico que invadió a aquel gobierno socialista frenara en seco las políticas sociales, llegando a poner por delante de cualquier consideración el pago de la deuda. Así, la reforma nocturna y alevosa de la Constitución, hasta entonces tan sagrada e intocable, limó los derechos humanos para reforzar los del dinero.

En las zonas turísticas especialmente, los precios del alquiler repercutieron tan desfavorablemente que muchos funcionarios desistían de ocupar sus puestos en Baleares porque el alquiler reducía sus salarios a la mínima expresión.

La solución de aquel gobierno no fue desde luego limitar el precio, sino ayudar al inquilino a pagarlo y conceder ayudas fiscales al propietario para mantenerlo. Huelga decir que lo primero, en condiciones de desequilibrio entre oferta y demanda, solo podía conducir a que aumentara la posibilidad de pago, y con ella el precio. Estaba claro que en realidad la ayuda era para el propietario. En cuanto a lo segundo, se subvencionaba a los propietarios con dinero público. Es decir, en ambos casos se empleaba el dinero de todos en beneficio del dinero de los propietarios.

Vinieron luego los peores años, la imposibilidad de pagar alquileres e hipotecas, los desahucios, implacables, dejaban sin techo tanto a deudores insolventes como a inquilinos empobrecidos. Sin cobijo ni amparo, niños, ancianos, discapacitados físicos o psíquicos, quedaban en la acera. Sus muebles, sus recuerdos, toda su vida, en la acera, sin tener muchas veces donde reconstruir ese pasado perdido, donde dejar sus pobres trastos, llenos de sentimientos ya sin anclaje posible.

Surgió todo un movimiento antidesahucios, mientras jueces y policías cumplían implacables con su deber.

Claro que siempre podía darse el caso del okupa delincuente que impedía a la pobre anciana complementar su mísera pensión… Pero ¿no sería más frecuente el caso del banco que expulsaba al desesperado que ya no podía pagar su deuda leonina? ¿o el fondo buitre que se había hecho con viviendas sociales y hacía impagable la renta?

Escenas sangrantes se repetían a centenares, a millares, cada día. Y se siguen dando, en tanto no se cambie toda una legislación hecha a la medida de la propiedad; solo que ahora estos casos diarios están fuera de foco.

Por eso, cuando los números electorales no daban para más, el nuevo gobierno de coalición incluyó, entre sus acuerdos, este artículo:

2.9.3.- Frenaremos las subidas abusivas del alquiler. Para ello:

  • Se impulsarán las medidas normativas necesarias para poner techo a las subidas abusivas de precios de alquiler en determinadas zonas de mercado tensionado. Se habilitará a las comunidades autónomas y/o ayuntamientos para que a partir del Sistema Estatal de Índices de Referencia de Precios del Alquiler de Vivienda que está desarrollando el Ministerio de Fomento puedan establecer su índice de precios de acuerdo a una metodología objetiva y sujeto a revisión periódica. Se tomarán en cuenta los avances de aquellas comunidades autónomas que tengan definido un sistema Referencia de Precios del Alquiler, agilizando los mecanismos que hagan posible su puesta en marcha.

Hay que destacar la moderación extrema, que se refiere solamente a ciertas zonas de mercado tensionado, lo que deja abierto campo a interpretaciones restrictivas, y que se habla, no de poner techo a los sin techo, sino solo a las subidas abusivas.

¿Y cómo se pone ese techo? Es difícil interpretar que un techo no signifique un límite, porque si salto en mi casa y doy contra el techo no puedo aparecer más arriba.

Por eso, la interpretación de que ese techo no puede contravenir las reglas del mercado, la oferta y la demanda, porque la vivienda, además de un derecho, es un bien de mercado, como ha dicho el ministro Ábalos, solo puede significar que el único techo lo tiene el gobierno, y ese techo se lo imponen los bancos y quienes especulan con los derechos humanos, ese negocio siempre redondo.

Cuando las hipotecas se vinieron abajo por la incertidumbre sobre el futuro (incertidumbre que ya no nos abandonará), la venta de pisos también lo hizo, e inmobiliarias y bancos se encontraron con un enorme parque de viviendas invendibles. Entonces, la especulación saltó al alquiler.

La periodista y escritora Cristina Fallarás habla en primera persona en su artículo Qué sabrá usted, Ábalos, de un techo:

Una no se recupera de un desahucio. Al menos yo era adulta, tenía entonces 44 años. UNA NO SE RECUPERA DE UN DESAHUCIO y lo sé seguro porque corría el putísimo año 2008 cuando el director del diario ADN y su consejero delegado me echaron a la puta calle preñada de 8 meses. Supe que no volvería a encontrar trabajo, que pasarían cuatro años sin pagar el piso, que me lo quitaría el banco, en mi caso el BBVA, en mi caso en 2012. 
Pero, igual que no se recupera del desahucio, una no puede imaginárselo si no lo ha vivido. Resulta ABSOLUTAMENTE imposible. 
Venga, JOSÉ LUIS ÁBALOS MECO, venga colega socialista, tengo entendido que tiene usted varios hijos. Venga, vamos allá: 
Yo, Cristina Fallarás, periodista, escritora, activista, personaje televisivo incluso le admito que políticamente excéntrico, tengo dos: a la pequeña la echaron de casa cuando acababa de cumplir los 4; al mayor, recién cumplidos los 10.

El argumento de la necesidad de que la ley de la oferta y la demanda regule los alquileres se cae por completo, porque desde la antigüedad se han regulado los precios. Organismos reguladores se han utilizado y se siguen utilizando cada vez que los Estados lo han considerado conveniente. El artículo ¿El mercado es así? recuerda algunos casos “de palpitante actualidad”: 

¿Podemos creernos que en verdad la sociedad y el Estado dejan que el mercado sea así, esto es, que sea la ley de la oferta y la demanda quien asigne y distribuya racionalmente los recursos en todos los casos? Pues no. La solución a la crisis sanitaria y económica generada por la Covid 19 no se ha dejado en manos del mercado, al albur del juego ciego y libre de la oferta y la demanda. La sociedad por medio del Estado ha empleado varios mecanismos económicos para solucionar los graves problemas sanitarios y económicos generados por la pandemia. Se han empleado los ERTES, que permite a las empresas reducir de manera significativa sus costes laborales; se han empleado los préstamos ICO, que han permitido a las empresas financiar sus deudas, con tipos de interés bajos, con dos años de carencia y seis años de pago; se han empleado o se emplearán cuantiosas ayudas directas para que las empresas no se ahoguen por los préstamos ICO; y se está vacunando a la población de forma gratuita. Por lo tanto, es obvio que la sociedad por medio del Estado no ha dejado en manos del mercado y del libre y ciego juego de la oferta y la demanda que resolviera la grave crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia. Repetimos: La sociedad por medio del Estado no ha permitido que el mercado sea así, esto, libre y ciego.

Parece claro que la diferencia, en este caso, está en la exigencia de los grandes tenedores de viviendas y su inmenso poder. De nuevo se ofrecen ventajas fiscales a los dueños, hasta el punto de que una modesta rebaja del 10%, que poco resuelve al inquilino, recompensa al arrendador con una rebaja fiscal del 90%.

Otra vez el partido hegemónico en el gobierno muestra el techo que el capitalismo pone a sus buenos propósitos y a lo acordado en el pacto de investidura.

Juan José Guirado

1 comentario:

  1. Bien de mercado

    https://www.jrmora.com/blog/2021/03/02/bien-de-mercado/

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