Que no nos duerman con cuentos. La libertad de expresión tiene sus límites bien acotados en estas sociedades "libres". No son precisamente los límites éticos de que nos hablan, de respeto a la verdad y a los demás. Los límites son otros.
El poder tolera la libertad cuando sirve para poco. Cuando se ejerce en espacios de difusión limitada, o si el Dueño del Adjetivo dispone de mecanismos para contrarrestar sus efectos. Las redes sociales se llenan pronto de troleo para esterilizar cualquier información que no guste a quienes realmente las controlan (a pesar de lo cual habrá que seguir dando el callo).
Pero hay momentos en que se plantan y dicen "hasta aquí hemos llegado". FaceBook y otros medios, como la televisión por cable, han cerrado a cal y canto la cadena rusa RT, mientras nos bombardean continuamente con Zelenski y sus camisetas, e incluso RTVE emplea sistemáticamente la publicidad (¡casi!) subliminal, haciendo aparecer por doquier, sin venir a cuento, los colores de la bandera ucraniana.
Por algo ha desaparecido de YouTube una intervención del coronel Baños en la que exponía (nunca mejor dicho) que «hay una verdadera censura en Europa, para el que vaya en contra de la línea oficial» . Y tampoco podréis encontrar en Bing la película de Oliver Stone (¡estrenada en 2016!) Ucrania en llamas. Copio de Wikipedia:
La película no tiene distribución en cines y se distribuye gratuitamente en plataformas en internet. Tras 10 meses en YouTube, fue retirada a principios de marzo de 2022 con el motivo de que mostraba imágenes demasiado violentas que violaban la política de YouTube. El director del documental, Igor Lopatonok, anunció entonces que se podía ver en la plataforma Rumble. A los pocos días, YouTube volvió a dar acceso a la película, pero con un aviso señalando contenidos que podrían ser "no apropiados" y pidiendo por lo tanto que la gente se registrase y diese su edad.
Por estas razones, a pesar de su longitud, voy a seguir re-publicando íntegras estas informaciones de Andrés Piqueras, tarea comenzada en una guerra sin fin. La información que facilitan es exhaustiva y apabullante.
Aquí y aquí se introduce el artículo con este dato revelador:
Todas las agresiones contra Rusia y su zona de seguridad hay que contemplarlas dentro de la dinámica de expansión ofensiva de la OTAN, en una guerra planificada de larga trayectoria (especificada incluso en sus metas finales por la Rand Corporation: Overextending and Unbalancing Russia.)
La primera parte incluía dos apartados:
1. Un capitalismo en la UCI
2. Acumulación bélica de capital
Estos son los de la segunda parte:
3. Algunos entresijos de la Guerra Total o Guerra sin fin
4. El asedio a Rusia dentro de la Guerra Total: ciertos pasos decisivos
Gunduz Agayev, Azerbaiyán |
Razones y pasos de una guerra sin fin (o de la guerra del fin) (II)
En esta guerra Estados Unidos no necesita, por lo general, mayor triunfo militar que generar el caos, la destrucción y/o la fragmentación de los países que no se le subordinen y de las zonas y territorios que puedan ser receptáculos o vías de proyectos alternativos. Tras sus intervenciones no queda sino destrucción, agujeros negros de barbarie, sin poder central capaz de oponerse a la rapiña estadounidense de los recursos propios, ni de insertarse en la Zona de Estabilidad chino-rusa: Afganistán, Irak, Yemen, Siria, Somalia, Etiopía, Libia, Sudán, Yugoslavia… han constituido dramáticos ejemplos de ello.
La única posibilidad táctica que le queda a EEUU mientras sea incapaz de transformarse a sí mismo frente a sus síntomas de declive, es ser el agente del caos, generando todos los problemas posibles a quienes unilateralmente decide que son sus enemigos, para que se desorganicen y colapsen. En estos momentos ha resuelto que le basta con destruir para impedir que los demás construyan. Eso quiere decir que en la etapa de tanatocapitalismo en la que hemos entrado –con la demolición de condiciones sociales, laborales y ecosistémicas– se activa también un turboimperialismo donde todo el entramado de agresión, imposición, destrucción y violencia político-económico-cultural-ideológica, se acelera, entrañando por eso al mismo tiempo un alto componente suicida y de devastación total.
Esta ofensiva del hegemón es de larga data, por lo que me interesa destacar un poco más algunas de las dimensiones de esta Guerra de espectro total.
Hoy la mayoría de los medios de difusión de masas en casi todo el mundo están en manos de grandes conglomerados mediáticos, que son el resultado de la absorción o fusión de grandes grupos multimedia, que a su vez devienen de la fusión o absorción de diferentes industrias culturales, las cuales por su parte son el producto de la concentración en pocas entidades empresariales de las fuentes de información, formación, comunicación, entretenimiento, música, cine, etc. (los grupos multimedia le añadirían a ello el internet y luego otros dispositivos comunicacionales digitales). Los conglomerados mediáticos significan la unión de todo ese ‘software’ con el ‘hardware’ industrial, dando como resultado algunos ejemplos muy significativos, como Time Warner, Comcast, Disney o New Corporation.
Pues bien, hoy los mayores fondos de inversión del mundo (o “fondos buitre”, entre los más importantes Vanguard Group, BlackRock, State Street Corporation, Fidelity Management and Research, Geode Capital Management y Northern Trust) controlan gran parte del accionariado de las GAFAM (por sus iniciales): Google (Alphabet), Amazon, Facebook, Apple y Microsoft. De esos fondos, BlackRock, Vanguard y State Street. También detentan gran parte del accionariado de las transnacionales farmacéuticas y de las empresas con mayor valor en Bolsa, controlando muy especialmente el sector de la vivienda y de la alimentación, así como los propios conglomerados mediáticos, en un proceso de brutal concentración de la propiedad, la decisión política, el pensamiento y el poder.
En estos momentos, en el Reino de España BlackRock y otro fondo buitre, CVC, son los principales propietarios del Grupo Prisa (incluyendo a El País y la cadena Ser). Además, BlackRock posee parte del accionariado de Atresmedia (propietaria de Antena 3 y la Sexta) y de Mediaset (propietaria de Cuatro y Telecinco). ¿De qué pluralidad mediática estamos hablando?, ¿dónde está aquí el derecho a una información independiente?
Más allá de estas preguntas elementales, hemos de considerar también que con esos fondos buitres de capital sobre todo estadounidense y ligados al Estado norteamericano, la dominación (el “poder blando”) de la principal potencia mundial se hace más holística, más profunda. El control del Relato, la fabricación del Enemigo, la imposición de la Verdad y el moldeamiento de las conciencias mundiales también. Hoy en todo el Occidente Colectivo los medios de difusión de masas trasmiten sin cesar las mismas consignas, pura propaganda de guerra contra Rusia (como antes contra Irak, Libia, Siria, Yugoeslavia o Venezuela, y como muy pronto intensificarán contra China y ya han acentuado contra Irán –en donde se intenta provocar un enfrentamiento civil, infiltrando armas y paramilitares, como se hizo en Siria–), a la par que sus medios están censurados [1].Y es que Censura y Propaganda de Guerra han ido siempre de la mano, claro está. Y la persecución a quienes denuncian el entramado de mentiras y complots a menudo asesinos, también, como tan duramente le está tocando padecer a Julian Assange (con el clamoroso silencio y complicidad de la mayor parte del periodismo del Occidente Colectivo).
Toda esta guerra cognitiva ha tenido su ramificación en el mundo académico-intelectual, donde la OTAN cultural (todo el ramillete de instituciones, organismos y fundaciones financiadas por el Eje Anglosajón-red mundial sionista) se ha empleado a fondo para fabricar el marco de las ideas a partir del que se piensa [2].
La dimensión económica de la Guerra Total ha sido a menudo sublimada bajo el eufemismo de “sanciones” (aceptándose que un Estado se pueda arrogar el derecho a juzgar y sancionar a otros, sin juicio, ni audiencia de partes y exposición de motivos ni pruebas, bajo cobertura supuestamente imparcial y legítima, como la de las Naciones Unidas).
La guerra económica es una particular modalidad de guerra que practica EE.UU. y que puede permitirse por gozar de la “moneda global” y del sistema de compensación de pagos SWIFT. Se lleva a cabo de diversas maneras, siendo una de ellas la de la “sanción económica” contra países, que también obliga al resto del mundo a seguir, ejerciendo a su vez sanciones contra quienes no la secunden. En los últimos años ha venido agrediendo así nada menos que a Bielorrusia, Burundi, China, Corea del Norte, Cuba, Irán, Libia, Nicaragua, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Rusia, Sudán, Siria, Venezuela y Zimbabue; Estados a los hay que agregar entidades como las Repúblicas Populares de la región de Donbass (en Ucrania) y el Hezbollah libanés (así como buena parte de la población de Yemen, donde los hutíes han sido sólo recientemente retirados de la lista de “terroristas” dictada por EE.UU.), entre otras. Esas sanciones constituyen actos de guerra condenados por la ONU, que causan indescriptibles sufrimientos y mortandad en las poblaciones afectadas, a menudo más que los ataques militares, pero que pasan mucho más desapercibidas para las sociedades del mundo [3]. Cumplen, además de con los objetivos geoestratégicos descritos, con metas geoeconómicas y geoecológicas sustitutorias de la acumulación de capital, en lo que se ha llamado acumulación militarizada.
Dentro de esa ofensiva en la que se combina Destrucción y Desposesión, EE.UU. (bien solo o con la ayuda de alguno de sus subordinados) se viene dedicando al pillaje sistemático de las reservas en divisas, bonos y oro de los países que unilateralmente considera merecedores de ser robados. La lista es larga desde 1979, cuando incautara el oro de Irán, tras el derrocamiento de la dictadura del Sha protegida por la potencia norteamericana; hasta los más de 300.000 millones de $ en divisas rusas robadas en 2022, pasando por las reservas de Libia (que “desaparecieron” tras la ofensiva militar de la OTAN), las de Afganistán (que EE.UU. se niega a devolver, aun a costa del sufrimiento de una de las poblaciones más pobres del mundo), y el oro robado a Venezuela (31 toneladas de lingotes valorados en unos mil doscientos millones de dólares, en el Banco de Inglaterra, además de 7.000 millones de dólares que USA tiene bloqueados de los activos de PDVSA, la principal empresa petrolífera de Venezuela; amén de otros $11.000 millones retenidos de sus exportaciones), entre otros latrocinios.
Parece ser que en eso consiste hoy la geoeconomía de EE.UU., en sanciones sin fin con las que esa formación socioestatal intenta sabotear la economía de cualquiera que no siga sus dictados o que sea capaz de competir con ella, a mayor gloria del “libre mercado” [4].
En esa línea de destrucción de países rivales o díscolos es de interés comentar los Golpes de Estado que los centros de inteligencia y sabotaje del Eje Anglosajón (EA) –que incluye a la red mundial sionista (rms)–, llaman “revoluciones”, a las que otorgan distintos colores, por cierto, y hacen referencia a ciertas movilizaciones políticas que se dieron en el espacio exsoviético y en las que se solió adoptar como símbolo un color específico diseñado por los servicios de inteligencia del EA que da nombre a su movilización: “revolución rosa” de Georgia, “tulipán” de Kirguizistán, “naranja” de Ucrania… de donde se pasaría a las “primaveras árabes” y otros focos de desestabilización [5]. Se instigan o se aprovechan así protestas basadas en un descontento real, casi siempre ocasionado por bloqueos o sanciones previas, o por las políticas que las instituciones globales controladas por el Eje Anglosajón-rms, como el FMI y el BM, imponen a unos y otros gobiernos, y se hace todo lo posible por exacerbar esas protestas. Se combina aquí el uso de la presión político-económica con operaciones militares en sus diferentes expresiones (operaciones subversivas, actuaciones clandestinas y golpes de falsa bandera, guerra por delegación y proxy-guerras…), incluida la utilización de cuerpos armados irregulares y redes terroristas potenciadas o creadas ad hoc. También mediante la propaganda, la cibernética y la inteligencia artificial… con armamento sofisticado, cuerpos paramilitares infiltrados entre la multitud, con gran capacidad operativa y de incitación de masas, así como de sabotaje o acciones directas; lanzamiento masivo de noticias falsas (sobre políticas gubernamentales, daños económicos o sociales, asesinatos…) que se expanden por la red a través de miles de cuentas de perfiles falsos creadas para multiplicar su efecto; la demonización permanente y sistemática del líder o líderes a derribar y una cobertura mediática mundial cómplice y coactuante, gracias al control de la mayor parte de cadenas de TV, radio y periódicos, además de Internet, Twitter, Facebook, etc., con las que se lleva a cabo la fabricación de la Realidad a partir de la Mentira sistemática y sistémica, haciendo de la falsedad un arma geoestratégica.
Esto es lo que se conoce como “poder blando” que empotra la guerra mediática y cognitiva en la Guerra Total, como hemos anticipado al tratar mínimamente esa dimensión mediática. Aquí entra en juego la construcción de las conciencias a escala mundial, de manera que los individuos lleguen a creer que lo que piensan sobre el mundo proviene de ellos mismos, y no de la “fábrica de sentido” que pone a pleno rendimiento el gran capital y su hegemón; pasando así desapercibida la propia mass-mediatización de la realidad a la que están sometidos, sin fuentes de formación alternativas.
Dentro del asedio y de los golpes de Estado insertos en la estrategia híbrida de la Guerra Total, está también la modalidad del golpe judicial (gracias al control de los órganos judiciales de unos y otros países), y que se lleva a cabo mediante la acusación, la destitución e incluso el encarcelamiento de la jefatura de Estado o presidencia de gobierno que no sea excesivamente dócil a los mandatos de USA y resto del “Occidente Colectivo”. En Nuestraamérica se sabe bien: al menos Honduras, Ecuador, Brasil, Paraguay, Bolivia y ahora Argentina y Perú, han sufrido o están sufriendo golpes de esa índole, los cuales están implicados en el concepto estratégico de “lawfare”, “acuñado en 2001 por el general de división de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Charles Dunlap, quien proponía la utilización de los magistrados y procuradores ‘como un sustituto de los medios militares tradicionales para lograr un objetivo de combate bélico’”. El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha constituido la Oficina Internacional para el Desarrollo, Asistencia y Capacitación de los Sistemas de Justicia (OPDAT, por sus siglas en inglés), para ese fin. Esta Oficina está financiada por el Departamento de Estado y el Pentágono. Se conformó en 1991 para “contribuir a la reforma de los sistemas de justicia extranjeros (…) en consonancia con los objetivos de seguridad nacional de los Estados Unidos”.
Otra agencia judicial bélica es el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), dependiente de la OEA, organización al servicio de EE.UU. La CEJA tiene por presidenta a Jenny Willier, una ex funcionaria de USAID de la CÍA. En conjunto, las agencias judiciales estadounidenses “apelan a un entramado de normas –de pretensión extraterritorial– apto para intervenir en forma directa, a través de la mediación de organismos multilaterales, y a las articulaciones con entidades de la sociedad civil” (todos los entrecomillados en Jorge Elbaum, HIS MASTER’S VOICE: El despliegue de agencias de EE.UU. para influir y controlar a jueces y fiscales en América Latina. Jorge Elbaum. (wordpress.com), donde se especifican los objetivos principales del “lawfare” y las agencias estadounidenses; importante ver también El lawfare. Golpes de Estado en nombre de la ley, de Arantxa Tirado).
“La guerra jurídica asimétrica o lawfare no es estrictamente una nueva fase en la estrategia de desestabilización y derribo de los procesos políticos progresistas. Más bien es una nueva forma de exteriorizarse que fue naciendo conforme se constataba la poca eficacia a largo plazo de la traumática intervención militar directa, por su alto coste en vidas y por la infracción de derechos frente a la comunidad internacional.
El Informe del Encuentro de expertos en Cleveland sobre el 11S y sus consecuencias, del año 2010, describe el lawfare como la herramienta que persigue la victoria en un campo de batalla de relaciones políticas públicas, paralizando política y financieramente a los oponentes o inmovilizándolos judicialmente para que no puedan perseguir sus objetivos ni presentar sus candidaturas a cargos públicos.” (Lawfare. Golpes de Estado en nombre de la ley | (nocierreslosojos.com)
Pero no pensemos que esa guerra judicial es sólo contra gobiernos no suficientemente sumisos a EE.UU. También se lleva a cabo contra compañías transnacionales y empresas que pueden perjudicar los intereses de las empresas estadounidenses. Y aquí el hegemón se ha cebado con las entidades europeas. Así por ejemplo Alstom (transnacional francesa), cuando su director ejecutivo fue encarcelado mientras estaba a punto de realizar una ‘joint venture’ con la compañía china Shanghai Electric.
“… Durante las últimas dos décadas, EE.UU. ha logrado desestabilizar a las multinacionales europeas más grandes al encarcelar a sus ejecutivos bajo el pretexto de luchar contra la corrupción, al tiempo que obtiene miles de millones de dólares en multas y obliga a sus empresas a declararse culpables. Los expertos llaman a estas prácticas “lawfare”, que consiste en utilizar el sistema legal contra un enemigo para deslegitimarlo, causándole el máximo daño y obligándolo a cumplir mediante la coerción. Entre 2008 y 2019, 30 corporaciones pagaron multas por más de $100 millones al Tesoro de los EE.UU., siendo la mayoría europeas. La amenaza de enormes multas y largas batallas legales también se ha utilizado para engatusar la adquisición de empresas europeas por parte de corporaciones estadounidenses como General Electric, al tiempo que les impide desarrollar asociaciones más estrechas con empresas con sede en China. (…) En 1998, el Congreso enmendó la Foreign Corrupt Practices Act para tratar de castigar a los rivales globales de EE.UU., dando a la ley un alcance extraterritorial. Ahora los ejecutivos de firmas extranjeras podrían ser procesados siempre y cuando hayan concluido contratos en dólares estadounidenses, o incluso si se intercambiaron correos electrónicos en los EE.UU. La Junta Asesora de Inteligencia Extranjera había priorizado anteriormente la recopilación de inteligencia comercial, y los gigantes digitales de EE.UU. (Google, Facebook, YouTube, Microsoft, Yahoo, Skype, AOL y Apple) ahora están obligados por ley a compartir los datos solicitados.” [Jeremy Kuzmarov https://covertactionmagazine.com/2022/10/14/how-much-longer-can-the-u-s-continue-to-wage-economic-war-on-europe-and-much-of-the-world-without-a-major-blowback-effect/].
Ningún caso ejemplifica mejor lo expuesto, en ningún ejemplo se concitan de manera tan intensa el conjunto de dimensiones de la Guerra Total en estos momentos que en el acoso a Rusia (el país más sancionado del mundo) que lleva a cabo el Eje Anglosajón-rms desde la caída de la URSS, pues no contento con el fin y desmembración de esa federación de repúblicas, persigue también la fragmentación de la propia Rusia (al menos en 3 partes: la Rusia europea, la siberiana y la extrema oriental. Pero los planes varían aquí, pues pueden ser muchas más las divisiones buscadas, hasta lograr “un ramillete de mini-estados sometidos a Washington” [6]).
Vemos algunos de los más importantes movimientos en el asedio a Rusia con un poco más de detalle.4. El asedio a Rusia dentro de la Guerra Total: ciertos pasos decisivos
En esa ofensiva desesperada y demencial, la potencia en declive junto a su subordinado británico [Eje Anglosajón (EA-rms) o Eje del Caos] [7] ha resuelto acosar primero a la parte más económicamente débil (si bien la más fuerte energética y militarmente hablando) de la dupla emergente: Rusia.
Tras la caída de la URSS la ofensiva desestabilizadora contra Rusia se activaría pronto, aun a pesar de que esa formación socio-estatal abrazó subordinadamente los principios del orden capitalista estadounidense (“el mundo basado en reglas” que dictaba el EA). Se intenta primero acentuar la ingobernabilidad de Georgia, que ya había sufrido una guerra civil entre 1988 y 1992, por la oposición del régimen georgiano a la reintegración de Osetia del Sur en la Federación rusa [8]. Situación que se reproduciría con Abjasia entre 1992 y 1993. En 2008, por encima de los acuerdos anteriores, se producirían ataques de Georgia a Osetia. Esta sería la primera vez que Rusia, una expotencia que se había empobrecido drásticamente pasando a formar parte de la periferia del Sistema, hace frente a las potencias dominantes del mismo, interviniendo directamente en defensa de la población osetia, que consigue así su independencia y unos acuerdos de paz mediados por la UE.
Una situación altamente desequilibrante tuvo que enfrentar Rusia también en Chechenia, con dos guerras, la primera en 1994-96 y la segunda nada menos que de 1999 a 2009. Guerras que constituyeron un buen campo de operaciones para que el EA-rms comenzara a infiltrar masivamente sus contingentes yihadistas y otras facciones terroristas-paramilitares, buscando ahogar en el caos a la sociedad chechena, así como su retroceso social más drástico. A Rusia le costó sufrir grandes dosis de acciones terroristas y un permanente nicho de yihadismo interno (algunas explicaciones aquí: La república de Chechenia: cómo Occidente financió el terrorismo en Rusia – YouTube).
Ya en la segunda década del siglo XXI el Eje Anglosajón, sobre todo a través de Inglaterra (esta vez con el apoyo inestimable de Turquía), estaría detrás de las guerras entre Azerbaiyán y Armenia (en 2016 y 2020), con estallidos hasta hoy mismo, en el punto sensible de la “panza blanda” rusa en sus fronteras centroasiáticas.
Más tarde aún los intentos de golpe de Estado en la Bielorrusia de Lukashenko y en Kazajistán, donde Rusia y la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva que forma Rusia con 5 repúblicas exsoviéticas) sí intervinieron raudas (además, la OCS -Organización de Cooperación de Shanghai- anunció a partir de entonces que no permitiría ninguna nueva “revolución de color” en sus territorios ni territorios limítrofes). Y es que puede decirse que EE.UU. ha convertido a toda Europa oriental, así como a toda Asia occidental y central en un escenario de guerra fría que se asemeja al que desplegara contra la Unión Soviética.
Pero, obviamente, la palma en esa escalada se la lleva el golpe de Estado, este sí exitoso, en Ucrania (2014). De nuevo las mismas tácticas, guerras de cuarta generación o “híbridas”, que combinan el uso de la presión político-económica, los “levantamientos populares” y el terrorismo en sus diferentes expresiones, incluida la utilización de cuerpos armados irregulares. Se usa también la propaganda mediática, la cibernética y la inteligencia artificial (ver, por ejemplo, «Ucrania en llamas»: Un documental de Oliver Stone sobre el Golpe de estado del Maidán – Bing video). En adelante Ucrania será utilizada para llevar a cabo una guerra por procuración contra el gigante eslavo.
Todas estas agresiones contra Rusia y su zona de seguridad hay que contemplarlas dentro de la dinámica de expansión ofensiva de la OTAN, en una guerra planificada de larga trayectoria (especificada incluso en sus metas finales por la Rand Corporation: Overextending and Unbalancing Russia [9]), como se indica en el cuadro 1.
Firmada por los jefes de Estado europeos, más los de Canadá, EE.UU. y la URSS.
Parecía el Acta de defunción de la “Guerra Fría” dado que proclamó el “fin de la división de Europa” y ligó la seguridad de cada Estado a la de cada uno de los demás.
Con el fin de la URSS la OTAN perdía toda razón de ser y debería haberse disuelto en ese mismo momento, aún más tras la firma de la mencionada Carta y sus promesas. Entre ellas estaba la de no extender la OTAN hacia los antiguos países del Este ni desplegar fuerzas suyas allí (esta fue una de las promesas hechas en ese marco, aunque parece ser que nunca firmadas, a cambio de que Rusia no pusiera ningún reparo a la reunificación de Alemania y la consiguiente disolución de la DDR). Incluso muy probablemente Gorbachov llegó a sugerir la entrada en la OTAN.
“Los líderes rusos se entregaron a la esperanza de que, como lo expresó el presidente Putin, se crearía una economía paneuropea desde Lisboa hasta Vladivostok. Se esperaba que Alemania, en particular, tomara la iniciativa de invertir en Rusia para que este país reestructurara su industria con líneas más eficientes. Rusia pagaría por esta transferencia tecnológica suministrando gas y petróleo, además de níquel, aluminio, titanio y paladio.” [Hudson, El Nuevo Orden de Estados Unidos y la posición de Alemania*** – Observatorio Crisis].
En él se establece un acuerdo político ofreciendo garantías de seguridad por parte de sus signatarios con respecto a la adhesión de Ucrania al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
El Memorándum fue originalmente suscrito por la Federación de Rusia, los Estados Unidos y el Reino Unido, debido al por entonces miedo del Eje Anglosajón a que una Ucrania vinculada a Rusia demandara estatus de potencia nuclear.
· 1997 Acta Fundacional sobre las Relaciones Mutuas de Cooperación entre la OTAN y Rusia
El primer ministro ruso, Víktor Chernomirdin, planteó el ingreso de Rusia en la Unión Europea, como objetivo al que debe «desembocar todo nuestro trabajo».
En la sede de la Alianza se puso en marcha el Consejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia. Además Rusia vuelve a dejar sobre la mesa la posibilidad de integrar la OTAN.
Tras el “Consenso de Washington” para establecer las nuevas reglas del juego mundial contra el Sur Global o periferias del Sistema, tendría lugar la “Cumbre de Washington”, en la que la potencia hegemónica comienza a evidenciar un giro en esa política de entendimiento con la Rusia de Yeltsin derrotada y subordinada al “Occidente Colectivo”. Ahí se acentúa y acelera también la acumulación bélica de capital.
«EE.UU. se reserva el derecho de tomar medidas anticipatorias para defenderse, incluso aunque haya incertidumbres sobre el lugar y el momento del ataque del enemigo. EE.UU. apoya los movimientos e instituciones democráticos en cada nación y cultura, con el objetivo último de acabar con la tiranía en el mundo».
Los “regímenes despóticos” a los que había que combatir no podían ser otros que Irak, Irán, Bielorrusia, Myanmar, Corea del Norte, Cuba, Siria y Zimbabue.
La OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa) es la organización de seguridad regional más grande del mundo, con 57 Estados de Europa, Asia central y Norteamérica. Hizo entonces la siguiente declaración:
“Declaramos nuestro firme compromiso con un área de la OSCE libre, democrática y mejor integrada, en la que los Estados participantes estén en paz unos con otros y en la que las personas y las comunidades vivan en paz, prosperidad y seguridad”
Para poner en práctica ese compromiso se acordó “adoptar una Plataforma para la Seguridad Cooperativa, con el fin de intensificar la cooperación entre la OSCE y otras organizaciones e instituciones internacionales, haciendo así un mejor uso de los recursos de la comunidad internacional. –Desarrollar la función de la OSCE al servicio de la paz, reflejando así mejor su enfoque global de la seguridad.”
· 2002 Conferencia de Praga – hito en la historia de la expansión de la OTAN hacia el este de Europa
Abre la puerta a una Alianza de 26 miembros, con la incorporación de más países del antiguo “espacio soviético”.
Lituania, Letonia, Estonia (que hasta hace apenas una década formaban parte de la Unión Soviética), Rumania, Bulgaria, Eslovaquia y la república ex yugoslava de Eslovenia se incorporan en 2004 a la OTAN, en lo que supone la mayor ampliación en los 53 años de historia de esta organización.
Albania y Croacia lo hacen en 2009. Montenegro en 2017 y Macedonia del Norte en 2020.
La potencia estadounidense levanta bases militares en Alaska, Europa del Este (Polonia y Rumanía), Japón y Corea del Sur, envolviendo a Rusia de armas letales de destrucción masiva.
Después se negaría a firmar el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares y el Tratado de No Militarización del Espacio. Tampoco se comprometería a no usar primero armas nucleares, como sí firmó Rusia. De hecho, en su “Nueva Estrategia de Defensa Nacional” no descarta usar armas nucleares contra amenazas no nucleares (El Pentágono no descarta usar armas nuclear contra amenazas «no nucleares» de China y Rusia | Perfil).
Ya Putin al frente del Estado ruso propone una Europa unida, con Rusia como parte de ella.[12]
Reitera la propuesta de Gorbachov: un esquema de seguridad europea integrada (en donde nadie puede sentirse seguro si algún miembro se siente amenazado). Advierte sobre la inviabilidad de pisotear la legalidad internacional con intervenciones militares contrarias a la ONU y de que Rusia no retrocederá más.
· 2014 Declaración de Astaná – Cumbre de la OSCE
Entre sus principales declaraciones:* La seguridad de cada uno de los Estados participantes está indefectiblemente vinculada a la de todos los demás.
* Todo Estado participante goza de igual derecho a la seguridad.
* Todo Estado tiene también derecho a la neutralidad.
* Cada Estado participante respetará los derechos a ese respecto de los demás Estados.
* Ninguno de ellos fortalecerá su seguridad a expensas de la seguridad de los demás Estados
* Hacia una verdadera comunidad euroatlántica y euroasiática, con una seguridad unida e indivisible.
Fuerzas ‘banderistas’, filonazis, se ponen al frente y controlan los resortes de poder del país, en estrecha colaboración con los centros de mando e inteligencia del Eje Anglosajón-rms y la OTAN.
Entre las principales disposiciones represivas que se adoptan bien inmediatamente o en lo sucesivo:
* Se arrincona la lengua rusa (y otras lenguas minoritarias), exigiendo que toda la documentación se haga en ucraniano y sólo en ucraniano, tanto en administración pública como en la empresa privada.
* Las minorías étnicas del país son privadas de la enseñanza en su lengua y en su historia y cultura.
* Prohibición de casi la totalidad de los partidos políticos de la oposición. 13 en total hasta el momento: Bloque de Oposición, Socialistas, Partido Justicia y Desarrollo, Nashi, Estado, Bloque de Vladimir Saldo, Oposición de Izquierda, Partido Sharia, Unión de Fuerzas de Izquierda, Plataforma de Oposición-Por la Vida, Partido Socialista Progresista de Ucrania y Partido Socialista de Ucrania. Cualquier partido que se oponga a las políticas filonazis y de represión del Gobierno es acusado de “prorruso” y eliminado de la escena política.
* Persecución (y desaparición) de comunistas (como máxima expresión de esa represión de la oposición)
* Encarcelamiento del líder del segundo partido más votado, Víktor Medvedchuk, de Plataforma de Oposición-Por la Vida
* Se atenta contra la memoria histórica, derribando monumentos a los liberadores del nazismo, mientras se ensalza a los que colaboraron con él.
* Se toman medidas anti-sindicales y de drástico deterioro del mercado laboral. Se rompe la negociación colectiva, introduciéndose contratos individuales para las personas que trabajan en las pequeñas y medianas empresas, y se da al empresariado ucraniano el derecho a despedir sin motivo alguno. El mercado laboral pasa a estar regido por el código civil (que predica la igualdad de condiciones y poder entre empleador y empleado), como en el siglo XIX. Esto se hace, según el gobierno ucraniano, para “des-sovietizar” la legislación laboral. Entre algunas de las perlas del nuevo código laboral ucraniano:
La reducción de los derechos y de las posibilidades de defensa de los intereses de los trabajadores.
La evasión masiva, por parte de los empleadores, de la firma de convenios colectivos.
La adopción de una jornada de trabajo abusiva y no regulada, en vez de la internacionalmente reconocida jornada de ocho horas.
La ruptura y el debilitamiento del movimiento sindical, al separar el papel de los sindicatos en función de su representatividad.
Puede que se trate de un adelanto de lo que le espera al resto de Europa, ya que sus líderes alaban sin cesar al gobierno ucraniano.
· 2016 Cumbre de Varsovia – despliegue militar de la OTAN en el este de Europa
Haciendo caso omiso a la Declaración de Astaná, así como de las propuestas rusas, la OTAN despliega en Europa oriental sistemas antimisiles, bombas nucleares avanzadas y batallones de diversos países.
Se establece el compromiso de aumentar un 2% los gastos militares de los países miembros de la OTAN, mantener una estructura militar permanente de la UE, así como que ésta se hiciese cargo de los gastos de infraestructura de la organización del tratado del Atlántico Norte.
También se dieron los acuerdos para una futura incorporación de Japón, Corea del Sur y Colombia.
· 2019 Estados Unidos se retira del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) de 1989
· 2019 Ucrania proclama querer desligarse del Memorandum de Budapest y hace pública su pretensión de nuclearizar la península de Crimea
Esto constituye ya una amenaza directa a Rusia.
Misiles nucleares desde Ucrania pueden alcanzar Moscú en 5 minutos, sin tiempo de respuesta para activar las defensas y el contragolpe ruso. Rusia quedaría indefensa (por eso no es una cuestión de “pacifismo”), lo que se le pediría a Rusia en caso de no intervenir militarmente es aceptar la propia destrucción, toda vez que, además, el resto de países firmantes de los Acuerdos de Minsk o los obvian o incumplen sistemáticamente, negándose también a ofrecer las garantías de seguridad que Rusia demandaba, con una OTAN pegada a sus fronteras.
Se intensifican los bombardeos que desde 2014 el ejército ucraniano lleva perpetrando contra la población ucraniana del Donbass. Se disparan contra esa población 1.400 obuses durante el transcurso del día.
En los 2 días siguientes unos 100.000 ucranianos del Donbass huyeron de la línea del frente. Se replegaron hacia el interior del Donbass o hacia Rusia.
El presidente ucraniano, Zelenski, anuncia que quiere obtener la bomba atómica frente a Rusia.
Las cartas estaban definitivamente echadas.
(abajo el mapa de la expansión de la OTAN en Europa, frente a un país que había perdido la guerra, había sufrido dócilmente la “doctrina del shock” de los organismos globales controlados por EE.UU. y en consecuencia se había empobrecido sobremanera, había solicitado formar parte de la UE e incluso de la OTAN. ¿Por qué esa saña, entonces, contra Rusia?)
Ucrania no ha sido sino el cordero sacrificado en esta Guerra Total.
[palabras del ex cónsul en Moscú, José Zorrilla: Ucrania: ¿cómo hemos llegado a esta situación? | San Telmo Museoa – YouTube; vienen al caso también estas declaraciones del primer secretario del PC ucraniano: Primer Secretario del PC de Ucrania en el XXII EIPCO – Patria Roja
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https://blogs.publico.es/dominiopublico/49307/lo-que-no-se-dice-de-la-guerra-de-ucrania/
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