viernes, 12 de febrero de 2016

Cine, cine, cine, cine. ¡Más cine, por favor!

De la simetría en el cine ya me he ocupado antes. Vuelvo ahora sobre cine, con un muestrario de planos cinematográficos tomados de películas de calidad.

El cine, arte del tiempo y del espacio, porque lo es del movimiento, tiene el formato geométrico de un cuadro, en cuyo plano único el recorte es la base de la composición. Por eso hablamos de planos al referirnos a lo que aparece detrás de esa ventana que es la pantalla.

El cine bien hecho no es sólo una cámara en movimiento que capta lo primero que se aparece ante su objetivo. Un cine hecho así sería incomprensible. Como lo es una mirada errática que pasa de unos objetos a otros sin orden ni concierto. Estudios sobre los movimientos del ojo ante un escenario real cualquiera demuestran que sus recorridos no son aleatorios, que el ojo es un órgano activo e inteligente.

En la mano de un buen director y de un buen operador está armonizar el ojo de la cámara con el del espectador. En esto reside que la película no sea una pesadilla mareante, sino que ese ojo sea al menos tan activo e inteligente como el del que la mira.

La simetría perfecta y el plano medio de este fotograma de El Gran Hotel Budapest centran la atención muy objetivamente. Sabemos de forma inmediata que el convencionalmente amable recepcionista está tan interesado en atendernos como nosotros en dirigirnos a él.





Agrupamos una serie de videos que representan los distintos tipos de planos utilizados en las mejores películas del cine.

Las mejores películas del cine no solo definen su grandeza a raíz de un único elemento, es la unión de factores como la música, el guion o la dirección los que provocan que se termine realizando un producto único en cuanto a sus características, y la fotografía será una de éstas.

Así, lo importante no será únicamente posicionar una cámara en un lugar concreto, sino que ese encuadre también aporte algo de modo narrativo. Es decir, los elementos mostrados no están ahí por puro azar, nos transmiten aspectos de la esencia del film.

Los directores se encargan de recordarnos que los clásicos patrones del cine basados en reglas como la proporción áurea siguen funcionado. Son premisas muy básicas, pero al mismo tiempo eficientes. Debido a ello, en ocasiones existen largometrajes que enamoran, cuyos planos están milimétricamente estudiados, y eso es algo que, inevitablemente, se transmite al espectador.

La imagen en el cine, al igual que puede ocurrir en la vida real, en ocasiones nos cuenta más que las propias palabras. Solo es necesario ver cierto gesto de un actor, o mostrar un objeto con un encuadre determinado, para que éstos terminen adquiriendo un gran valor en la historia.

Los encuadres fotográficos estarán así motivados por muchos factores, los cuales tendrán su razón de ser en aquellos sentimientos que se deseen transmitir.

Por ello, hemos querido agrupar algunas películas o directores cuyas caracterísicas coinciden con lo que anteriormente hemos mencionado, y que sin duda, ayudan a que sean considerados como productos únicos en su especie.

Sigue, en el enlace, una sucesión de ejemplos.
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No me guardéis rencor por este GIF, que presenta el muestrario, porque aunque ¡esto no hay quien lo pare! vertiginosamente agrupa escenarios que tienen algo en común: su perspectiva frontal y centrada indica que "algo importante va a ocurrir ahí".


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