miércoles, 23 de noviembre de 2016

Manuel Gerena


En la madrugada del lunes 14 al martes 15 de este mes de noviembre, el programa de Radio Clásica Nuestro Flamenco dedicó la mayor parte de su tiempo (desde el minuto veinte en adelante) a este cantaor de La Puebla de Cazalla. El pueblo sevillano ha sido la cuna de grandes figuras del cante, como la Niña de la Puebla y José Menese, y de los hermanos Moreno Galván, Francisco, pintor y poeta, autor de muchas de las mejores letras que cantó Menese, y José María, periodista y crítico de arte, uno de los puntales de la revista Triunfo.

El motivo era el homenaje que se le iba a tributar a Gerena el jueves siguiente (ya pasado), en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, con motivo de sus cincuenta años de compromiso con el cante, y también con las luchas populares. Como dijo en la entrevista lleva cantando en público cincuenta y cinco años, y acaba de cumplir 71. Pero fue en 1966 cuando selló su compromiso por la libertad y contra la dictadura.

Desde sus orígenes difíciles de precisar, en lo más genuino del flamenco late la protesta social de los marginados y de un campesinado explotado y oprimido. El dolor y el sufrimiento, la cárcel en muchos casos, aparecen en las letras. Incluso el lamento amoroso tiene un trasfondo de desamparo social.

En los momentos más esperanzados, la protesta alcanza el grado de rebeldía. Y es lo que ocurrió en el franquismo tardío, con las voces de José Menese, Moyano, Enrique Morente, El Cabrero con el grupo teatral La Cuadra y su espectáculo Quejío...

Manuel Gerena, en aquellos tiempos interesantes (ahora nos recuerda que estos también lo son), fue una de esas voces rebeldes, y es uno de los que no han olvidado después sus orígenes proletarios. En su pueblo trabajó en el campo desde niño, y luego en Sevilla como electricista. Como dice en la entrevista, sigue en la tarea.

A su activismo político atribuyeron críticos reaccionarios su éxito popular, y no tuvo fácil el reconocimiento en ciertos ambientes, en los que se lo acusó de efectista. Pero el reconocimiento de su gran trabajo acabó llegando, y hoy tiene la medalla de oro de Andalucía.
 
Se reconoce deudor de Antonio Mairena y admirador de Enrique Morente, ambos grandes amigos suyos. Declara humorísticamente que su afición al toreo de salon le viene de torear a los dictadores.

Este cantaor es también poeta, autor de sus letras. De hecho, además de 32 discos publicados y dos más en preparación (porque su voz poderosa no lo ha abandonado), ha publicado seis libros de poesía, y prepara otro de ¡mil páginas!

Rancapino Chico, El Pele, Miguel Poveda, Ricardo Miño y Gualberto, Pedro Ricardo Miño, Victor Manuel, Arcángel y Miguel Ortega actuaron en el homenaje. Y se sumaron a él, entre otros, Esperanza Fernández, Diego Carrasco, Elisa Serna, Serrat, Miguel Ríos...
 
En los nuevos valores del cante, voces de primera calidad, pues el flamenco tiene hoy uno de sus mejores momentos, echa de menos una mayor vena social, como la de aquellas voces que pelearon por la libertad y una democracia real que ahora es más necesaria que nunca. O tanto como siempre.

Como dice él, las letras del pasado cobran actualidad, porque gran parte de lo que motivó aquella rebeldía coral sigue actuando tanto como en otro tiempo. Nada de bromas, que la cosa no está para bromas. 

En este vídeo que solicitaba la medalla de oro, canta por granaínas los versos inmortales de Miguel Hernández.



1 comentario:

  1. "Menos Virgen del Rocío
    y más panes y más mantas
    pa los del hambre y el frío"

    Esto se lo escuché cantar a Gerena, allá por los 70.

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