También yo --¡oh, esa palabra que no querría pronunciar, el sujeto que aparece en los verbos de nuestra lengua como inevitable imposición al impersonal! Me gustaría poder decir "siente", como digo "llueve" (y dicho sea de paso, aunque quite a mi sentir fuerza poética, aquí y ahora está lloviendo de lo lindo)-- yo, como digo, siento que cada día echo mis barquitos a este universo virtual que imaginamos que nos hermana. Con la esperanza de que alguien los conviva, siquiera un instante.
[Cuento - Texto completo.]
Rabindranath Tagore
Todos los días echo mis barcos de papel al río, donde flotan y, uno tras otro, son arrastrados por la corriente.
En ellos he escrito, con grandes letras negras, mi nombre y el nombre de mi pueblo.
Confío en que alguien los encontrará, en un país lejano, y así sabrá quién soy.
Cargo mis barquitos con flores de shiuli cogidas en nuestro jardín, y espero que estas flores abiertas al amanecer tendrán la suerte de llegar al país de la noche.
Después de haber echado al agua mis barcos de papel, levanto los ojos al cielo y veo que las nubecillas preparan sus velas blancas y combadas.
Tal vez algún amiguito juegue conmigo desde el cielo, lanzándolas al viento, para que compitan con mis barcos…
Cuando llega la noche, hundo la cabeza entre mis brazos y sueño que mis barcos de papel bogan sin cesar, cada vez más lejos, bajo la claridad de las estrellas de la medianoche.
Las hadas del sueño viajan en ellos, y llevan por carga sus cestos llenos de ensueños.
FIN
Ignoro cuán lejos o a cuántas personas llegarán tus barquitos, pero estoy seguro de que allá donde atracan depositan algo mucho más valioso que los ensueños.
ResponderEliminarGracias, me abrumas.
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