El desafío de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos durante el COVID-19
Este año la primera celebración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se produce durante la pandemia mundial de COVID-19, la cual ha provocado un despertar mundial sobre la necesidad de transformar y reequilibrar la forma en que se producen y consumen nuestros alimentos.
COVID-19 continúa generando desafíos significativos en el abastecimiento alimentario de muchos países. Las interrupciones en las cadenas de suministro, las medidas de cuarentena, el cierre de la industria hotelera y las escuelas... Todos estas medidas han contribuido al problema de la pérdida alimentaria: productores y distribuidores no han encontrado mercados a los que abastecer y, por ende, su producto se ha echado a perder.
En el otro extremo de la cadena, las compras compulsivas por parte de los consumidores durante la pandemia provocaron un gran desperdicio alimentario y el desabastecimiento en los supermercados, los cuales tampoco podían donar comida a unos bancos de alimentos apurados por una demanda creciente a causa del incremento del desempleo.
Debemos ser conscientes de la importancia de la pérdida y el desperdicio de alimentos ahora más que nunca. Es por eso que, en 2019, la 74a Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 29 de septiembre como el Día Internacional de Conciencia de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, reconociendo el papel fundamental que desempeña la producción sostenible de alimentos en la promoción de la seguridad alimentaria y la nutrición. Sin duda, este nuevo Día Internacional se enfrenta a muchos desafíos para alcanzar nuestras metas de "Consumo y producción responsables" que contribuirá a la lucha contra el Hambre Cero y el Cambio climático.
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