Asumida mayoritariamente esta forma de pensamiento como la norma natural de las sociedades, poco avanzaremos si no somos capaces de convencer a la mayoría de que otro mundo, no sólo es posible, sino que éste será imposible a muy corto plazo.
¡Ay!, la necesaria revolución antropológica tarda demasiado...
1. Todo es competición: desde el terreno deportivo de la Champions
League hasta los platos preparados en MasterChef, pasando por Operación triunfo
y realities sobre cómo conseguir pareja o dejar de estar gordo, la vida se
presenta como una pura competición, con vencedores y perdedores.
2. Debido a que hay una reglas de juego iguales para todos, es
responsabilidad individual de cada uno lo que le pase en su vida: desde
su desempleo, pasando por su enfermedad o su vivienda todo depende de las
elecciones acertadas o erróneas que hagas.
3. Ese individuo como actor racional que dirige su vida con más o menos tino
es el que debe actuar cual homo economicus en el sistema social
mediante sus actos de consumo en el mercado libre. Las nociones de política y
ciudadano con derechos desaparecen.
4. El dinero es la materialización del bien común: todos
nuestros actos y eventos que suceden en nuestras vidas pueden duplicarse en
sumas cuantificables de dinero. Desde la fianza que paga un criminal, hasta la
amnistía fiscal, pasando por el pago de un seguro de vida, todo es cuantificable
y canjeable. Mientras se pueda pagar el canje en dinero se puede hacer cualquier
cosa, por perniciosa que sea.
5. Solo importa la legalidad, no la ética. Puede hacerse cualquier
cosa mientras se esté dentro de la ley. En esta lógica, que cobraran
indemnizaciones los directivos de cajas quebradas o que Mr. Adelson abra
Eurovegas forzando cambios de legislación estatal son perfectamente asumibles.
6. Las dos patas fundamentales en las que se sustentan las corporaciones
actuales son el departamento de marketing (vender humo) y el legal
(defender el humo).
7. Es la era del hambre generalizada, hambre fisiológica de los que no
tienen que comer y hambre compulsiva de los que no pueden dejar de consumir.
8. Paso de estado del bienestar al estado penal: el gobierno
desaparece como garante de derechos fundamentales para simplemente velar por la
seguridad de los actores racionales en su quehacer cotidiano. Mientras se
destruye toda red de solidaridad y apoyo entre individuos, la presencia de un
gobierno sólido y resolutivo se muestra mediante la ley y orden en las calles.
9. Propagación del miedo generalizado: individuos atomizados, dejados
a la mera responsabilidad individual en competición feroz con los demás
confiarán en su propiedad personal (casa como refugio) y desconfiarán de esferas
comunales no reguladas (la calle como espacio público amenazante), haciendo
necesaria más intervención del estado penal.
10. La velocidad creciente de la inmediatez, desde el último caso de
corrupción, el último ligue del famoso de turno o la última serie de éxito. Esto
impide la reflexión, tomar cierto tiempo y distancia para generar cierta
mentalidad crítica.
11. El positivismo a ultranza: si no eres feliz es porque no te
esfuerzas lo necesario.
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Las ideas expresadas en las tesis no
son originales del propio autor. Simplemente representan un intento de poner en
orden una serie de pensamientos expresados por muy diversos autores, desde Marx
hasta Wacquant, desde Virilio hasta Bourdieu, desde Brohm hasta Alba Rico.
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