jueves, 23 de enero de 2014

El efecto desmoralizador del social liberalismo

Hollande (políticamente) en pelota

Desnudos van los dos, por detrás de los trajes y las corbatas.

Los dos engañaron a sus electores.

El de la derecha (a la izquierda desde el público, pero no desde el estrado en que detenta el poder) tenía en cierto modo derecho a hacerlo. Miente (y miente mucho) pero engaña menos.

El que, visto desde su púlpito, parece estar a la izquierda, es mucho más farsante. 

Esta pincelada la encontré en un artículo de Jean-Luc Mélenchon, traducido en Tlaxcala.

(...)

Nosotros, los militantes políticos, los ciudadanos informados, estamos poco sorprendidos. En el fondo sabíamos a qué atenernos. Pero saberlo a veces nos extravía. Creemos que todo el mundo sabe lo que sabemos y subestimamos  los efectos de desmoralización colectiva de aquellos que descubren la realidad, sobre todo cuando no tenían ningún deseo de conocerla. Y subestimamos la parte de autoridad que pueden tener personajes como François Hollande en el estado de ánimo del público. Cuando repite el catecismo liberal sin pruebas, arrastrando como evidencia los estribillos ideológicos emprestados a nuestros adversarios, consolida la ideología dominante y los prejuicios de nuestra época de oscurantismo. Eso es lo que luego pagamos muy caro. ¡Aquello provoca tanta resignación y tanto conformismo!

(...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario