miércoles, 12 de octubre de 2016

Post-verdad... ¡pues es verdad!

¿Tu verdad? No: la verdad.
La tuya guárdatela

Aunque también:

...nada es verdad ni es mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira

Estas cosas se discutían cuando importaban las grandes verdades y preocupaban las grandes mentiras. Ahora, aunque las mentiras siguen teniendo las piernas cortas, abatida una corren cien nuevas. Y las verdades, insignificantes, se debilitan y menguan.
 
La rueda gira demasiado deprisa y no vemos los radios que la sostienen.

Lo fácil es entretenerse mirando la sucesión hipnótica de banalidades que se renuevan a toda velocidad. Para irlas enviando a donde habita el olvido.

Lo peor de perder la memoria es recordar que la tuviste.




Primero se despojó a los partidos políticos de ideología. Después se dejaron de leer y cumplir los programas. Luego los mítines se convirtieron en platós de televisión. Al final, la política sólo es un tuit. 
 
Diagonal


La revista The Economist le ha dedicado un especial al olvido de la verdad o, como dicen, al “mundo de la post-verdad”. Este año The Guardian y The New York Times también le prestaron atención al tema. Me temo que lo que más les preocupa no es el ascenso de figuras como Nigel Farage o Donald Trump, sino que hayan perdido el monopolio en los vectores de gestión y control de la información.

Este fenómeno no es nuevo, por mucho que quieran presentarlo así. Quien desee enterarse de cómo triunfan estos personajes gracias a un sistema que maneja el miedo, los prejuicios y las pasiones tiene a su disposición desde el Cármides y el Gorgias de Platón y las investigaciones sobre la propaganda de Theodor W. Adorno hasta trabajos más recientes como De quoi Sarkozy est-il le nom? (¿Qué representa el nombre de Sarkozy?) de Alain Badiou o Asshole: A Theory of Donald Trump (Trump. Un ensayo sobre la imbecilidad) de Aaron James.

Echan la culpa de que se haya olvidado la verdad a Google, Facebook y Twitter. Por supuesto que la aplicación de algoritmos y filtros selectivos en la información es capital, pero no es determinante. Eso por no hablar de que una buena parte de la población no usa las redes digitales. Por otro lado, ¿a quién importan las redes sino a la gente que anda enredada entre troles, la cultura del zasca y la noticia sin contenido pero con titular sensacionalista? ¡No pretenderán debates profundos en 140 caracteres! Twitter está diseñado para repetir lo más estruendoso del día y odiar desde el anonimato. Eso también genera negocio.

Primero se despojó a los partidos políticos de ideología. Después se dejaron de leer y cumplir los programas. Luego los mítines se convirtieron en platós de televisión. Al final, la política solo es un tuit. Es el mensaje perfecto, rápido, pasional, banal, en la era del fetichismo de la mercancía –y la información ya es otra mercancía más–, donde todo es un equivalente universal del dinero y del capital, que equivale a todo después de vaciar de contenido todas las cosas. Quizá deberíamos empezar a valorar más estas cosas: añadir más silencio al ruido, más verdad a las verdades y menos confusión populista al populismo. El problema no es si en el sistema de las democracias liberales triunfa (o no) un personaje como Donald Trump: el sistema ya es Donald Trump. El show debe continuar en la posmodernidad del nihilismo capitalista.

5 comentarios:

  1. Al parecer, el fin es despojarnos de toda memoria a base de una torrencial "actualidad" mediática. Nada más ajeno al presente que esa "actualidad", tan narcótica y volátil. Todo es publicidad y espectáculo, y poco importa ya si cuanto los medios nos ofrecen como información es cierto o falso, siendo un trivial e intrascendente batiburrillo destinado a saturarnos con pueriles bagatelas que impidan el más mínimo conato de pensamiento crítico que nos permita ir a la raíz de los hechos que realmente nos atañen.

    ResponderEliminar
  2. Tal vez te interese este vídeo, o tal vez no, pero dados tus conocimientos sobre geometría es posible que, al menos, te interese ver desde el minuto 10:53 al 18:57.

    El vídeo, que dura más de dos horas y del cual no he podido formarme aún una opinión pues no lo he visto entero, se anuncia así: "'Thrive' (Prosperar) es un documental poco convencional que levanta el velo de lo que realmente pasa en nuestro mundo, siguiendo aguas arriba el dinero".

    https://youtu.be/8sYkAi04ojc

    ResponderEliminar
  3. El poliedro en cuestión es el cuboctaedro (3,4,3,4). Esta fórmula significa que en cada uno de sus vértices confluyen alternadamente dos triángulos equiláteros y dos cuadrados. Es interseción de un cubo y un octaedro.

    Encontrarás más sobre él y otros poliedros aquí:

    http://esencialomenos.blogspot.com.es/2016/01/una-tesis-geometrica-poliedros_24.html

    Y la tesis completa desde aquí:

    http://esencialomenos.blogspot.com.es/2015/10/esquemas-sinopticos-sobre-una-tesis-de.html

    Sobre el toroide, una sugerencia: su superficie, con un simple escalado hasta el infinito y un desescalado hacia el centro, esto es, superponiéndolo en todas las escalas posibles desde el centro, representa un campo de líneas de fuerza de lo más interesante, capaz de llenar el espacio desde un punto singular.

    Lo que no tengo aún claro es cómo relacionar seriamente ambas figuras.

    Si tienes Facebook, mándame un mensaje privado al mío (Juanjo Sé Guirado Fernández) y compartiremos correos.

    Mucho me gusta Fuller. He de comentar alguna cosa sobre sus estructuras espaciales y el concepto de Tensegridad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo lamento, no tengo Facebook, pero te agradezco la invitación. Gracias por la explicación y por los enlaces.

      Eliminar