miércoles, 14 de septiembre de 2011

Un desastre impecable

El agravamiento de la crisis - El temor de los inversores

PAUL KRUGMAN en "El País".

Me induce a publicar esta referencia el curioso empleo de la palabra "moralizadores". Es claro, pero no deja de sorprender a este ingenuo incurable que soy, el sentido moral de estos personajes, tan crueles y "justos" como el dios de Israel. Por algo se presentan como los grandes defensores de los valores de la civilización occidental y cristiana. Dejo hablar a Krugman. 

Honorables sinvergüenzas




















Y eso nos lleva de nuevo al impecable BCE. Lo que Trichet y sus compañeros deberían estar haciendo ahora mismo es comprar deuda española e italiana; es decir, hacer lo que estos países estarían haciendo por sí mismos si todavía tuviesen sus propias monedas. De hecho, el BCE empezó a hacer exactamente eso hace unas semanas y les dio un respiro temporal.

Pero el BCE se vio inmediatamente bajo la extrema presión de los moralizadores, que odian la idea de permitir que los países se libren del castigo por sus supuestos pecados fiscales. Y la percepción de que los moralizadores bloquearán cualquier acción futura de rescate ha desencadenado un nuevo pánico en los mercados.

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