Gana menos y gasta más. Esta es la orden absurda que nos dan los dueños del capital para resolver el problema de que ya no pueden ganar más. Los límites reales, insalvables, del crecimiento exponencial del capital están aquí.
Solamente le quedan tres vías para seguir obteniendo ganancias:
- Extraerlas de la naturaleza, que ya casi no se deja hacer (recursos decrecientes para producción creciente)
- De otros capitalistas, en una competencia feroz que no pueden abandonar, porque el que no compita será devorado por los otros (autofagia del capital global).
- Sacar lo que puedan de los trabajadores ("de toda clase" como decía la constitución de la República). Mientras sea posible hay que ganar cada vez menos y gastar cada vez más, pues por ambas vías obtienen las ganancias.
- Pasar el problema al futuro, que es lo que hace el capital financiero: presta hoy lo que (no) tiene para (no) obtener mañana lo que (no) podrá tener.
El único problema que "sienten" los dueños del capital es que sus ganancias decrecen por razones que ellos mismos provocan.
El economista argentino Claudio Katz ha escrito una serie de artículos sobre las mutaciones capitalistas en esta etapa neoliberal, que lo llevan (y nos llevan a nosotros, que lo habitamos y alimentamos) de problema en problema.
El neoliberalismo no es una malformación del capitalismo, sino "el capitalismo realmente existente" de nuestros días, que ya no puede revertirse con regulaciones. Ha llegado a ser lo que es transformándose continuamente, a partir de las mismas dificultades que genera en su incesante desarrollo.
Un sistema tan complejo y enormemente adaptativo es un perpetuo mutante que se trnasforma para seguir siendo siempre el mismo.
Del tercer artículo de la serie he copiado la parte en que explica la multicausalidad de esta crisis, y cómo para ella no son posibles ya las "soluciones" neoclásicas que la ahondan ni las keynesianas.
Mutaciones del capitalismo en la etapa neoliberal (III)
Rebelión
(...)
Una crisis específica
El neoliberalismo cerró el período de convulsión predominante durante el ocaso del boom de posguerra (temblores de 1974-75 y 1981-82). Pero como siempre ocurre bajo el capitalismo el fin de ciertos desequilibrios abrió nuevas contradicciones, que desembocaron en los estallidos financieros y en la recesión de los últimos años. Dos décadas de privatización, apertura comercial y flexibilización laboral generaron esos torbellinos.
Las crisis de la mundialización neoliberal han sido muy frecuentes en distintos puntos del planeta. Salieron a flote con la burbuja japonesa (1993), la eclosión del Sudeste Asiático (1997), el desplome de Rusia (1998), el desmoronamiento de las Punto.Com (2000) y el descalabro de Argentina (2001).
El temblor global del 2008 tuvo una magnitud y un alcance geográfico muy superior a estos precedentes, pero forma parte de la misma secuencia. No ha sido una prolongación de crisis irresueltas de los años 70, sino un resultado de contradicciones específicas de la nueva fase. Las caracterizaciones que subrayan esta peculiaridad han clarificado mucho más el contexto actual, que las interpretaciones centradas en explicar el temblor reciente como una continuidad de la crisis iniciada hace 40-50 años [17].
Las convulsiones de los últimos años no constituyen sólo desequilibrios genéricos del capitalismo, ni efectos exclusivos de las políticas neoliberales. Obedecen a ambas causas. Son productos combinados del capitalismo neoliberal.
Esta síntesis ha sido acertadamente analizada por distintas interpretaciones marxistas, que explican como la crisis emergió de un sistema de competencia por beneficios surgidos de la explotación (capitalismo) y de un modelo de ofensiva del capital contra el trabajo (neoliberalismo) [18].
Estas caracterizaciones se ubican en las antípodas de la visión neoclásica, que atribuye las crisis recientes a desaciertos de los gobiernos o irresponsabilidades de los deudores. No sólo reducen todos los problemas a comportamientos individuales, sino que culpabilizan a las víctimas y apañan a los responsables.
La ortodoxia neoclásica presentó el temblor del 2008 como un episodio pasajero y justificó con pragmatismo todos los socorros estatales a los bancos. No registró que este auxilio contraría sus prédicas a favor de la competencia y el riesgo. Pondera, además, a los países que presentan menor resistencia al ajuste (Letonia, Irlanda) y despotrica contra las poblaciones que enfrentan esa agresión (Grecia) [19].
Las interpretaciones marxistas también discrepan con las teorías keynesianas, que explican la crisis por ausencia de regulaciones y descontrol del riesgo. Estas visiones postulan resolver estos desajustes con mayor supervisión bancaria [20].
Pero suelen olvidar que los controles ya existen y son periódicamente socavados por las rivalidades que oponen a los propios bancos. En su idealización de las regulaciones desconocen que esas normas están destinadas a proteger los negocios de las clases dominantes.
La heterodoxia convencional denuncia acertadamente el descaro de Wall Street, la estafa de los ahorristas y el chantaje de las calificadoras. Pero omite que la especulación es una actividad constitutiva y no opcional del capitalismo.
Los keynesianos que buscan raíces más estructurales de la crisis actual remarcan el deterioro del poder de compra que introdujo el neoliberalismo [21]. Pero no tienen en cuenta que el capitalismo actual funciona incentivando el consumo y fragilizando los ingresos, mediante la competencia laboral y la degradación del trabajo. El propio sistema propicia metas contradictorias de ampliación de las ventas y reducción de los costos salariales.
Tres explicaciones marxistas
En polémica frontal con estas visiones los economistas marxistas han presentado en los últimos años tres explicaciones principales de la crisis.
Una primera visión destaca que el neoliberalismo creó un problema de realización del valor de las mercancías al contraer los salarios. Alentó el consumo sin permitir su disfrute y amplió la producción estrechando los ingresos. Estas incongruencias derivan en última instancia de la estratificación clasista de la sociedad, pero fueron potenciadas por el deterioro del poder de compra popular que introdujo el neoliberalismo [22].
Pero también conviene subrayar que ese desequilibrio no afectó a todos los países con la misma intensidad. El modelo actual incluye una gran expansión del consumismo y la riqueza patrimonial financiados con endeudamiento.
Un segundo enfoque marxista pone el acento en los problemas de valorización. Destaca que el neoliberalismo incrementó la tasa de plusvalía y redujo los salarios, sin consumar una recuperación suficiente de la tasa de ganancia [23].
Pero como ese porcentual no es un número fijo, lo que debe evaluarse es si esa recomposición alumbró un nuevo esquema de funcionamiento capitalista. Dos décadas y media de neoliberalismo ilustran esa concreción. Los desequilibrios actuales de valorización son resultado del impacto que genera la tasa de inversión sobre un nivel restaurado del beneficio.
La tercera caracterización marxista resalta la existencia de capitales sobre-acumulados en la esfera financiera. Remarca las tensiones que generan esos fondos a través de mecanismos de titularización, derivados y apalancamientos. La internacionalización de las finanzas, la desregulación bancaria y la gestión bursátil de las grandes firmas agigantan esos desequilibrios [24].
Pero es importante vincular estas transformaciones a sus determinantes productivos, para evitar lecturas simplistas. Ciertamente el neoliberalismo abrió las compuertas para un festival de especulación, pero las mutaciones que introdujo con la multiplicación de títulos y la gestión del riesgo han sido funcionales a la mundialización productiva y comercial.
Las tres visiones marxistas ilustran cómo el neoliberalismo erosionó los diques que morigeraban los desequilibrios del capitalismo. Por esta razón el sistema opera con un grado de inestabilidad muy superior al pasado.
Las coincidencias entre esos enfoques son mucho mayores que sus diferencias. Divergen en la identificación de los mecanismos últimos de una crisis que todos atribuyen al funcionamiento intrínseco del capitalismo. El debate concierne a explicaciones teóricas y no entraña divergencias políticas significativas. La vieja identificación del sub-consumismo con el reformismo socialdemócrata y de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia con la revolución social ha perdido relevancia. En ningún lugar existen alineamientos orientados por esos parámetros.
Esas compatibilidades pueden desarrollarse profundizando un abordaje metodológico multicausal de la crisis, que indague como el capitalismo se reproduce potenciando una amplia gama de contradicciones.
La heterogeneidad de la mundialización neoliberal es una manifestación de esta combinación de desequilibrios. El modelo incentivó en las economías centrales problemas de demanda, al contraer los ingresos populares y aumentar la desigualdad. En las economías de alto crecimiento introdujo, en cambio, desajustes de sobre-inversión y potencial caída de la tasa de ganancia.
Por estas razones las crisis de realización que prevalecen en el primer bloque, coexisten con los desequilibrios de valorización que despuntan en el segundo. Los temblores financieros que sacuden a todo el sistema expresan esta variedad de contradicciones estructurales.
(...)
________________
Notas
[17] El primer enfoque: Panitch Leo, Gindin Sam.
“Capitalismo global e imperio norteamericano”. El nuevo desafío
imperial, Socialist Register 2004, CLACSO, Buenos Aires 2005. El segundo
en: Brenner Robert, “The economics of global turbulence”, New Left
Review 229, May-June 1998
[18] Nuestra visión en
polémica con los autores neoclásicos y keynesianos en: Katz Claudio
“Interpretaciones de la crisis”, La crisis capitalista mundial y América
Latina”, CLACSO, Buenos Aires, 2012.
[19] Greenspan Alan 2010 “ The Crisis Greenspan Associates LLC” en www.brookings.edu,
Ocampo Emilio, “Cuando el remedio es peor que la enfermedad”,
ambito.com/diario 11/01/2013. Raghuram Rajam, “El boom commodities crea
problemas”, www. ambito .com/noticia 23/08/2012.
[20] Stiglitz Joseph 2010. Caída libre. (Buenos
Aires: Taurus). Wyplosz Charles, “En Europa habrá una enorme
reestructuración de la deuda”, www.ambito.com/noticia. 27/07/2012.
[21] Aglietta Michel, Berrebi Laurent 2007. Desordres dans le capitalisme mondial (Paris : Odile Jacob). Bhaduri Amit, Cesaratto Sergio, Palma Gabriel, “Economistas heterodoxos”, www.pagina12.com. 19/11/2012.
[22] Husson Michel, Capitalismo puro, Maia Ediciones, Madrid, 2009, -Bhir
Alain, “Le triomphe catastrophique du neoliberalisme”, 10-11-2008,
Presse toi a Gauche, Canadá.
[23] Harman, Chris
Zombie Capitalism, Bookmarks, 2009. Kliman, Andrew. “The destruction of
capital and the current crisis”, January 15, 2009,
http://www.permanentrevolution.net/entry/2760
[24]
Chesnais, Francois. “La recesión mundial: el momento, las
interpretaciones y lo que se juega en la crisis, Herramienta 37, marzo
2008, Buenos Aires.
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