viernes, 12 de diciembre de 2014

Ecologismo de los pobres

Joan Martínez Alier es profesor de Economía e Historia Económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, investigador en el St. Antony's College de Oxford y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), y miembro fundador y presidente entre 2006 y 2007 de la Sociedad Internacional para la Economía Ecológica y la Asociación Europea de Economía para el Medio Ambiente. Actualmente dirige la revista Ecología Política.

La economía ecológica no es un sincretismo que mezcle de manera ecléctica economía y ecología. Es más una corriente crítica que hace propuestas, por ejemplo, para contar los flujos de energía y de materiales, o los costes físicos (costes reales) de la contaminación o la pérdida de biodiversidad.

Habitualmente los economistas pasan por alto estas cosas, perplejos por no saber interpretar en estos términos su lenguaje monetario.



Arnaldo Pérez Guerra  escribe esta reseña del libro “Ecologismo de los pobres”, de Joan Martínez Alier. El economista catalán se define a sí mismo como, “economista arrepentido, porque la economía se ha olvidado de la energía". Hablando sobre el “Decrecimiento”, señala:

“Ya lo tenemos aquí, en la crisis de 2007-2008 del mundo rico. Se juntó la crisis financiera por el exceso de hipotecas y de la construcción de viviendas con una crisis económica. Todo eso ayudado por el precio del petróleo. El coste energético de conseguir energía está aumentando. Este decrecimiento económico debería ser socialmente sostenible, hacen falta nuevas instituciones, redistribuir la producción, redefinir el trabajo, instituir la renta básica, evitar el racismo con los inmigrantes. Estamos viendo lo que yo llamo ‘la Segunda Muerte de Friedrich von Hayek’. Estos días vuelve Keynes, hasta los bancos piden que el Estado los nacionalice porque están temerosos de que los clientes pidan su dinero. Hace falta pues un cambio del sistema financiero. Soy cada día más partidario de lo que Tim Jackson señala en Prosperidad sin crecimiento, y aunque la palabra prosperidad es un poco ambigua, es que la gente podría ser feliz, podría vivir bien. El ‘Buen Vivir’ es una aportación de los pueblos indígenas. Vivir bien con menos o con lo mismo, sin pensar que hay que crecer y olvidándose de las deudas, porque nos han dicho que como hay que pagar deudas hay que crecer. Primero aumentaron las deudas para financiar el crecimiento, de viviendas, por ejemplo, que hoy están por venderse en España, montón de viviendas vacías, hipotecadas, ¿entonces? Ahora en vez de endeudarse para crecer, dicen que hay que crecer para pagar las deudas, pues no. Hemos de olvidarnos de parte de las deudas y repartir mejor. Decrecimiento en los países más ricos y justicia ambiental en todo el mundo. Tiene que crecer la agroecología, la felicidad de la gente, la justicia climática, hídrica; combatir el intercambio ecológicamente desigual, que no aumente la deuda ecológica del Norte con el Sur”...

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