sábado, 1 de junio de 2019

¿Mueve la cola al perro?

“¿Por qué un perro mueve la cola? Porque un perro es más inteligente que su cola. Si fuera más inteligente, la cola movería al perro”.

Esta frase, que aparece en la película Mentiras que matan (Wag the dog), se ha aplicado a la relación que mantienen los Estados Unidos (perro) con Israel (cola). Interpretada literalmente significaría que el perro es muy tonto y la cola muy lista. En la aplicación a este caso habría que cambiar "inteligencia" por "poder". Según esto, Israel sería más poderoso que Estados Unidos. Y así puede parecer si nos fijamos en la defensa a ultranza que hacen de Israel en cualquier circunstancia, que impide la menor crítica a sus actuaciones, y el miedo de los medios norteamericanos a ser considerados antisemitas

Miedo justificado por el estado de opinión proisraelí generalizado en los EE. UU. Valga como ejemplo la reacción airada a la caricatura que publicó el New York Times y por la que tuvo que disculparse después de haber tenido un torrente de descalificaciones.

La caricatura ironiza sobre el apoyo a ultranza del gobierno actual a las políticas del Estado de Israel, en que supuestamente chocan los intereses de ambos países, y el más grande se somete ciegamente a la guía del pequeño. Pero ¿es así?

En realidad, todos los gobiernos norteamericanos han sido firmes defensores del "Estado Judío". Desde su creación, hay un interés estratégico en ello. Es un enclave plantado en el lugar justo para controlar el Oriente Próximo. Iniciado por intereses británicos, forma parte de la estrategia que heredó el imperio americano del británico. Así que de guía de un ciego, nada de nada. Otra cosa es que como parte de la lucha por el poder entre distintos sectores políticos y económicos dentro del país del dólar se haya pretendido descalificar a Trump, acusándolo de dejarse llevar torpemente por intereses ajenos.

Las críticas feroces a esta caricatura no son por su inexactitud. Proceden del mantenimiento interesado de una falsa identificación del judaísmo con el sionismo. Esta mentira ha logrado que muchos millones de judíos de todo el mundo se reconozcan simbólicamente en Israel, sin que tengan la menor intención de convertirse en ciudadanos israelíes ni en trasladarse a este país. De hecho, para albergarlos, Israel tendría que expandirse enormemente a costa de sus vecinos y practicar una espantosa limpieza étnica. En cierta medida, los elementos más peligrosos del sionismo lo siguen haciendo, con el silencio cómplice o a satisfacción de una parte de su población, a costa de los palestinos.

Que existen grandes capitales en manos de un numero ínfimo de plutócratas judíos es un hecho. Que forman un lobby poderoso también, y que influyen fuertemente en los gobiernos norteamericanos y en los medios de todo occidente. Se confunden ahí sentimientos e intereses del capital, no solo del capital judío. La terrible historia, bien real, del antisemitismo, dio alas al sionismo y un gran temor a ser acusado de simpatizar con los criminales nazis. Pero las víctimas del holocausto no fueron precisamente los banqueros judíos.

Estas son las feroces reacciones de los amigos de Israel a la por otra parte inexacta caricatura, que han hecho disculparse al periódico: 





El cónsul general de Israel en Nueva York acudió personalmente a la redacción del periódico para expresar su opinión de que la caricatura era "inaceptable"


El diario estadounidense The New York Times se ha disculpado por la publicación de una caricatura en alusión al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, debido a la ola de indignación que suscitó entre los medios israelíes y usuarios de Twitter.

La imagen fue publicada este jueves en la edición impresa internacional del periódico sin estar vinculada a un artículo en particular. En el dibujo, Netanyahu está representado como un perro lazarillo con un collar del que cuelga una estrella de David. El perro guía a un Donald Trump aparentemente ciego, con gafas oscuras y una kipá judía sobre la cabeza.

La polémica ilustración fue rechazada y duramente criticada en Twitter, donde fue calificada principalmente de antisemita.

"Repugnante. No tengo palabras para el flagrante antisemitismo que se muestra aquí", escribió el hijo mayor del mandatario norteamericano, Donald John Trump.

El embajador de EE.UU. en Alemania, Richard Grenell, también reaccionó a la publicación: "Debemos desafiar y condenar el antisemitismo en todas partes. Esto es despreciable".

The New York Times emitió una disculpa este sábado admitiendo que la caricatura contenía "tropos antisemitas", era "ofensiva" y había sido un "error de juicio" publicarla.

No obstante, la justificación del medio estadounidense no fue del todo bien vista en Israel. El columnista de The Jerusalem Post Seth Frantzman se refirió a la misma de "excusa patética", subrayando que "una disculpa después del hecho no es suficiente".

"Esta caricatura no terminó en la edición internacional de The New York Times por error. Fue elegida y fue puesta en una página por alguien. Fue revisada una y otra vez", aseveró Frantzman.

Dani Dayan, cónsul general de Israel en Nueva York, se acercó a las instalaciones del diario para expresar su desacuerdo al respecto. Según reveló un funcionario israelí a The Jerusalem Post, Dayan reiteró que el dibujo era "inaceptable" y que el hecho de que apareciera en el papel es reflejo de una escalada en la tendencia de exhibir símbolos antisemitas en la esfera pública estadounidense.


















A continuación una breve historia del sionismo y sus consecuencias. Al racismo contra los judíos de quienes querían quitárselos de encima se unía el deseo de muchos judíos de sentirse protegidos de él en un "hogar nacional". Nacionalismo que no podía tomar otra forma que la colonial. Por otra parte, el Imperio Británico vio en el sionismo una pieza conveniente para su estrategia de dominio mundial, Y el imperio heredero de aquel lo fue también de esa estrategia.

Los problemas derivados están muy lejos de haber concluido.


Jorge Galloway


La Declaración de Balfour tiene casi exactamente 100 años. Fue una declaración por la que un pueblo daba a un segundo pueblo, la tierra de un tercer pueblo. Algo único incluso en la historia imperial, porque Gran Bretaña ni siquiera poseía Palestina, país en cuestión, como una posesión imperial. Pero, sin embargo, se lo prometieron al movimiento sionista sin consultar ni al pueblo británico, ni a los judíos del mundo, la mayoría de los cuales, en ese momento, no eran sionistas y no tenían ningún deseo de ir a vivir en el mundo árabe, y por supuesto, los menos consultados fueron los palestinos, de cuya tierra se trataba. Balfour, que era el Secretario de Relaciones Exteriores británico, prometió a los sionistas que Palestina podría ser un hogar nacional para el pueblo judío, aunque incluso la declaración, por grotesca e injusta que fuera, dejó bien claro que no se debía hacerse nada que perjudicara los derechos de la población indígena existente allí, que era mayoritariamente árabe, musulmana y cristiana.

De modo que, incluso la propia declaración de Balfour no justifica lo que sucedió posteriormente. Pero fue una declaración injustificable, en primer lugar porque no era potestad de Gran Bretaña ceder la tierra de otras personas y porque, en todo caso, en ese momento no era el deseo del pueblo judío ir a vivir en el mundo árabe.

Judíos y sionistas son cosas completamente diferentes. Así, cuando decimos que estamos en contra del sionismo estamos en contra de una ideología política, no estamos en contra de la religión que profesan las personas que apoyan dicha ideología. De hecho, sería pecaminoso para mí, haram [prohibido] para mí, que yo odiara a los judíos, y no los odio. De hecho, a nivel personal, los estimo. Pero que una ideología política se oponga a una ideología política no es lo mismo que estar en contra de la religión de las personas que tienen esa ideología, y querer ver el final de esa ideología política, no quiere decir que deseas ver el final de las personas que la profesan. Por ejemplo, Gran Bretaña y los Estados Unidos pasaron décadas oponiéndose al comunismo, una ideología política, estaban en contra de la Unión Soviética, que era un estado, pero no estaban en contra del pueblo ruso. No querían matar a los rusos, pretendían liberarlos de una ideología, de un sistema político, del mismo modo, eso es lo que decimos sobre el sionismo. El sionismo es una ideología política, la mayoría de los sionistas no son judíos, muchos judíos no son sionistas, ya sea por razones religiosas o por razones políticas. Podría llevarte a Hackney, donde vive toda una comunidad judía estrictamente ortodoxa que está completamente en contra de Israel y completamente en contra del sionismo. Igualmente, muchos de mis compañeros son personas de origen judío que pueden no ser necesariamente religiosos, más allá de los días festivos, pero que son culturalmente judíos y que a menudo provienen del ala izquierda progresista judía, que como anteriormente dije, era políticamente hegemónica antes del ascenso y triunfo del sionismo. Así pues, el judaísmo es una religión a la que cualquiera puede convertirse: un chino y un etíope, yo, cualquiera de nosotros puede convertirse en judío. Tenemos que solicitarlo tres veces, no es tan fácil como convertirse a otras religiones, pero se puede, y eso pone automáticamente en evidencia la falaz idea de que ser judío es ser de una raza concreta o nación. Una simple mirada a los colonos israelíes en la televisión, o a los soldados israelíes que invaden Gaza, nos muestra claramente que la mayoría de estas personas son norteamericanas o europeas, algunos de ellos son africanos negros, algunos de ellos son de China, algunos de ellos son conversos. La persona que me asaltó frente a esta misma puerta en agosto de 2014 y me envió al hospital con heridas graves, se había convertido al judaísmo sólo unas semanas antes, pero inmediatamente obtuvo el derecho legal de ir a vivir a Palestina en las tierras de otra persona, a pesar de ser un cristiano británico convertido al judaísmo, sin conexión ninguna con la tierra de Palestina, y menos aún con la tierra perteneciente a otra persona. Pero automáticamente obtuvo el derecho a la ciudadanía en Palestina. Mientras que a los millones de palestinos, que todavía poseen las llaves de sus propias casas, no les está permitido regresar. Qué absurdo es esto.

Theodor Herzl era un europeo que quería reunir a los judíos del mundo para fundar una colonia europea, al igual que todas las otras colonias europeas que en ese momento se fundaban en África, en Asia y en otros lugares. El pensó, bueno, si los británicos, los alemanes, los franceses, los belgas, los holandeses y todos los demás... si ellos pueden tener colonias, ¿por qué nosotros, con nuestra educación superior, con nuestros niveles superiores de tecnología, incluso un potencial el poder militar, no podemos ir a algún otro país ajeno y establecer un asentamiento europeo blanco en él? No estaban en absoluto preocupados por dónde debería estar ese asentamiento, y negociaron seriamente con el gobierno británico sobre varios lugares en el mundo que tenían muchas probabilidades de ser el estado colono de Israel. Uganda, por ejemplo, negociaron seriamente con los británicos sobre una parte de Uganda, en la que fundar su colonial estado judío europeo. Pero había muchos otros, las Seychelles, Patagonia en Argentina... Todas ellas eran serias propuestas para la fundación de Israel.

La idea era que los judíos británicos no eran británicos, los judíos franceses no eran franceses, los judíos alemanes no eran alemanes, y esto es algo que el sionismo tiene en común con los antisemitas y los racistas. Verá, para mí un judío británico es lo mismo que un católico británico, un protestante británico, un adventista británico del séptimo día... Sus religiones no tienen nada que ver con el hecho de que sean o no británicos. Los racistas no lo creyeron así, ni los antisemitas, más tarde los fascistas tampoco lo creyeron así. Pero incluso los sionistas no lo creían así, creían que un judío francés no era francés y debía irse de Francia, debería irse a vivir a otro lugar, ya fuera a Uganda, a Patagonia, a las Seychelles o, como resultó finalmente, a Palestina. Este es, pienso yo, la otra cara de la moneda de los antisemitas racistas. Que vienen a decir que, no importa cuántos cientos de años, incluso milenios, vivamos en un lugar, no somos de ese lugar y no tenemos los mismos derechos o responsabilidades que los habitantes de ese lugar. Esa es una mentalidad profundamente peligrosa, y la mayoría de los judíos están de acuerdo con esto que acabo de decir.

Cuando Theodore Herzl y el Congreso de Basilea, a finales del siglo XIX, declararon este proyecto sionista, la gran mayoría de judíos en el mundo, me refiero a más del 90 por ciento de ellos, rechazaron el sionismo, y de hecho estuvieron a la vanguardia de la política progresista en la Europa de la época. Marx era judío, Trotsky era judío, Einstein... Todas estas personas eran judíos no sionistas y referentes del pensamiento progresista, del pensamiento de izquierda. Muchos eran comunistas, muchos eran socialistas, muchos eran sindicalistas. En Londres, por ejemplo, el East End de Londres era una fortaleza del pensamiento liberal y del activismo progresista de la izquierda. El sionismo envenenó todo eso y ahora tenemos una situación en la que la gran mayoría de los judíos, aunque de ninguna manera todos ellos, apoyan la idea sionista de abandonar sus propios países e irse a vivir al país ajeno, incluso cuando en realidad no lo hacen porque, por supuesto, la mayoría de los judíos del mundo no viven en lo que llaman Israel y no tienen deseo ni intención de hacerlo. La mayoría de los judíos en el mundo viven en los Estados Unidos o en Europa y están muy felices de hacerlo, sin embargo, son principalmente partidarios de la fundación del estado colonial.

Israel está realizando una limpieza étnica del pueblo palestino porque debe hacerlo, porque toda su tesis es que Palestina era una tierra sin gente que debía ser tomada por ellos, que era un pueblo sin tierra, y esa gigantesca mentira, una de las mayores mentiras de la historia de la humanidad, es tan obviamente falsa una vez que llegas allí, incluso cuando los colonos sionistas comenzaron a llegar y el movimiento sionista se aceleró, más del 90% de la población de Palestina era árabe, musulmana y cristiana. Allí había judíos que habían vivido en paz durante siglos junto a los musulmanes y los cristianos. De hecho, cuando Saladino liberó Jerusalén ordenó la protección de los lugares sagrados de cristianos y judíos en la ciudad santa, y cuando sostuvo una larga y sangrienta guerra contra los cruzados, tan pronto como ocupó Jerusalén y la liberó de ellos, dejó claro que proteger a los fieles del libro y los lugares santos de los otros es un artículo de fe para los musulmanes. Así que, siempre ha habido un pequeño número de judíos religiosos viviendo en Jerusalén en paz con todos los demás, Pero el sionismo comenzó a cobrar fuerza, llegaron allí y descubrieron que esta no era una tierra despoblada, sino colmada de gente. Y se vieron a sí mismos en primer lugar como palestinos y en segundo lugar como árabes, y esto fue un desafío existencial para el sionismo. Es por eso que cientos de miles de palestinos, ochocientos mil, fueron expulsados de Palestina e internados en campos de refugiados en lo que llamamos la Nakba, la catástrofe. Y desde 1948 hasta 2016, merced a la alta tasa de natalidad del pueblo palestino, esos 800 mil se han convertido en muchos, muchos millones. Ahora hay tal vez trece o catorce millones de palestinos en el mundo que todavía tienen la llave y el título de propiedad de la tierra que les fue robada. De manera que la limpieza étnica es el único modo de resolver esto. Pero, en el mundo de hoy, ni queriendo podrías asesinar a todos los palestinos que aún se encuentran en Gaza, en Cisjordania y dentro de lo que se llama la Línea Verde, la frontera original delimitada por la ONU en 1948. Hay tal vez 7 millones de palestinos que no puedes eliminar, así que, lo único que puedes hacer es expulsarlos, y hay muchos sectores de la población sionista, organizaciones políticas y líderes, que están continuamente ingeniando nuevas formas de expulsar a estas personas haciéndoles la vida imposible con el fin de que la desesperación las obligue a marcharse a otro lugar. El problema para ellos es que el pueblo palestino lejos de desaparecer es más visible hoy que nunca. En París, estando presente ante el lecho de muerte de Arafat, que en paz descanse, cuando salí tras su muerte, a primera hora de la mañana, me encontré frente a una batería de unas 500 cadenas de televisión. El mundo entero estaba pendiente de este hombre diminuto, líder de un pequeño pueblo que ni siquiera tenía un estado, que no tenía un país, pero al que el mundo entero contemplaba atentamente en el momento de su desaparición. ¿Por qué?, porque el pueblo palestino es ahora un factor de suma importancia en la política mundial, en los asuntos internacionales. Y creo que Arafat es en gran parte responsable pde tal logro. Así que los palestinos son más grandes ahora que antes, más numerosos que antes, más indispensables para cualquier solución en el área que nunca, y no van a desaparecer. Arafat solía decir; no vamos a engrosar el museo de las ex-naciones para que la gente venga a contemplar nuestros vestidos, utensilios de cocina y demás artefactos, no pasaremos a formar parte del museo de las ex-naciones, y eso es definitivamente cierto.

Bueno, las Naciones Unidas, por supuesto, tienen una responsabilidad especial en todo esto por dos razones. Israel nació por decisión de las Naciones Unidas, fueron las Naciones Unidas las que dieron origen a Israel en 1948. Y, sin embargo, Israel, más que cualquier otro país del mundo, incumple desafiante todas las resoluciones de las Naciones Unidas, de hecho, más que todos los demás países del mundo juntos. Y en segundo lugar, tienen una responsabilidad especial porque el pueblo palestino, millones de ellos son oficialmente refugiados, y en el mundo estos son responsabilidad legal y oficial de las Naciones Unidas. Hay algunos organismos de las Naciones Unidas, como la UNRWA en los campamentos de refugiados, que luchan por cumplir con su deber de alimentar, escolarizar y brindar asistencia médica a estos refugiados palestinos, pero sus presupuestos son recortados con bastante frecuencia. Hay funcionarios desesperados que no pueden, por razones logísticas y financieras, cumplir con sus deberes de proteger al pueblo palestino. Por lo tanto, la ONU tiene una responsabilidad especial, pero no ha estado a la altura de esa responsabilidad. Debería estar diciendole a Israel, escuche, le dimos nacimiento y usted tiene responsabilidades como estado miembro de las Naciones Unidas y debe obedecerlas. Pero, por supuesto, nunca se lo exigen y si se lo exigen, Israel nunca está de acuerdo, y cuando no está de acuerdo no hay sanción o castigo alguno. La situación puede compararse en contraste con Irak, por ejemplo, que fue desangrada por las sanciones económicas más draconianas y criminales impuestas por las Naciones Unidas porque, dijeron, Irak estaba desafiando sus resoluciones. Por supuesto, como quedó demostrado, Irak no estaba desafiando a nadie. Pero un millón de iraquíes murieron bajo las sanciones impuestas por las Naciones Unidas. O más recientemente, Irán fue sometido a sanciones draconianas por el asunto de las armas nucleares, aunque Irán no tiene armas nucleares. Sin embargo, Israel tiene cientos de armas nucleares adquiridas ilegalmente, no declaradas, no autorizadas, impunes, mientras que Irán, sin ninguna, es sancionado y castigado. Así que, puedes ver el doble rasero que se extiende a través de prácticamente todo lo que está conectado al mundo de Israel en el sistema político y legal internacional.

Los gobiernos del mundo hacen la vista gorda ante el sufrimiento del pueblo palestino y seguirán haciéndolo hasta que sus pueblos se lo impidan. Así que quiero subrayar este punto porque es demasiado fácil culpar a los gobiernos. Si los gobiernos sintieran la pérdida de votos al ignorar al pueblo palestino, tendrían que dejar de hacer la vista gorda. Puedo afirmarlo como miembro electo del Parlamento que he sido por casi 30 años. Si mucha gente en su circunscripción está realmente preocupada por algo usted A: lo sabe, y B: debe tenerlo en cuenta. Así que vamos a culparnos a nosotros mismos ante todo. Pero los gobiernos del mundo apoyan a Israel a pesar de que ya no lo estiman. Tenemos una muestra de lo que realmente piensan los líderes mundiales, cuando en la cumbre del G8, en el sur de Francia, un micrófono accidentalmente abierto reveló lo que el presidente Sarkozy dijo al presidente Obama: Este Netanyahu es tan mentiroso que no soporto mirarlo la cara. A lo que Obama respondió: ¿Tú no puedes mirarlo a la cara?, ¿Y yo, que tengo que tratar con el tipo todos los días? Eso es lo que realmente piensan de Netanyahu. Pero la posición pública y el papel de sus países en el día a día con Israel es muy diferente: continúan brindando cobertura política, diplomática y de propaganda a sus delitos, continúan negándose a responsabilizarse de esos delitos, continúan aplicando el doble rasero del que hemos estado hablando y así continuará siendo hasta que nosotros mismos le pongamos fin. No es suficiente recordar a Palestina en las oraciones, debemos hacerlo, pero no es suficiente. No es suficiente pensar en el pueblo palestino sólo cuando Israel invade Gaza, o cuando ocurre algún hecho indignante en particular, y no es suficiente pensar que las lágrimas por los niños palestinos son suficientes. Una piedra lloraría epor cuanto les sucede a los niños palestinos, pero esas lágrimas no valen nada si después no existe la determinación de actuar para cambiar la situación. He estado aquí antes durante la década de 1970 y en la década de 1980, incluso en el apartheid de Sudáfrica, como representante del Congreso Nacional Africano, trabajé para ayudar a derrocar el sistema de apartheid en Sudáfrica. Y fue derribado por el martillo de la resistencia de los propios sudafricanos y el yunque de la solidaridad internacional, la significativa solidaridad internacional: boicoteando, no invirtiendo, imponiendo sanciones, exigiéndolas, haciendo de Sudáfrica una palabra sucia en boca de cualquier persona respetable, en cualquiera que apoyara el apartheid, que pensara que el apartheid de Sudáfrica era algo bueno. Todavía no hemos logrado esto en Palestina y, sin embargo, el destino del pueblo palestino es incluso peor que el destino del pueblo negro en Sudáfrica.

David Cameron no es diferente de todos los del primeros ministros británicos: todos han apoyado al Estado sionista y se han negado a actuar contra sus crímenes. La única cosa que puedo decir a favor de David Cameron, es que fue el único líder político en Gran Bretaña, tanto del gobierno como de la oposición, que describió Gaza como un campo de concentración al aire libre. Los sionistas se enojaron mucho por eso, pero él no se retractó, así que, al menos tuvo las agallas de describir Gaza exactamente como lo que, obviamente, es para cualquiera observador. Pero Cameron es partidario de la ideología política sionista, como anteriormente fue un apologista del apartheid de Sudáfrica. Así que eso no debería sorprendernos. Pero todos los primeros ministros británicos, laboralistas y conservadores, han suscrito los crímenes del estado sionista: han vendido armas al estado sionista, se han comprometido en una cooperación militar y de inteligencia con el estado sionista, e incluso cuando ese estado sionista robó los pasaportes de los ciudadanos británicos con el fin de para asesinar a un líder palestino en Dubai, ordenamos la expulsión del jefe del Mossad en Londres y cuando su avión llegó a Tel Aviv, el nuevo jefe del Mossad subió a bordo, voló de regreso a Londres y continuó ejerciendo su función aquí. Así que, Cameron no es ni mejor, ni peor, es tan malo como todos los demás.

El apartheid de Sudáfrica estaba condenado y todos sabían, que, finalmente, antes de que se derrumbara, nadie tendría nada que ver con él, y no deberíamos tener nada que ver con los partidarios israelíes del sionismo. Por supuesto, tenemos que acoger a las personas en Israel que están con nosotros, sean judíos o no, y muchos de los luchadores propalestinos más valientes del mundo están en Israel. Los ves en la televisión enfrentándose a las excavadoras, intentando detener la demolición de casas o registrando pormenorizadamente delitos y llevándolos a los tribunales... Sé del heroismo de muchas de estas personas. Pero el partidario israelí del sionismo y el estado del apartheid está más allá de toda limitación.

Los medios sociales han transformado el panorama. Todo el mundo sabe que casi todos los periódicos y casi todas las cadenas de televisión apoyan absolutamente a Israel, absolutamente envueltos en el doble rasero a los que me he referido anteriormente, tratan las vidas de los israelíes y palestinos de manera totalmente diferente: los israelíes son asesinados, los palestinos “mueren”, como por accidente o por cualquier otro motivo que no sea que alguien los mató. Así, verás rutinariamente en las noticias que los palestinos “mueren” en Cisjordania, mientras que los israelís siempre son “asesinados”. Para los medios internacionales la sangre de los israelíes es siempre mucho más valiosa que la sangre de los palestinos. Estos tres niños pequeños que fueron asesinados en la playa en Gaza cuando jugaban al fútbol, por ejemplo, esta historia fue enterrada casi tan rápidamente como los niños fueron enterrados, ese no habría sido el caso si el zapato hubiera estado en el otro pie. Entonces, ante la ausencia de una cobertura justa de este problema, incluso una cobertura equilibrada, incluso un poco sesgada, en ausencia de todo eso, la gente ha recurrido a las nuevas herramientas de las que ahora disponen. Yo tengo un millón de seguidores en las redes sociales. Estoy denunciando insistentemente, diariamente el caso palestino y ese millón se engrosa cada vez que se comparte y así sucesivamente. No soy, en absoluto, la única persona haciendo esto. Durante la última guerra a gran escala en Gaza, en 2014, reunimos a cientos de miles de personas solamente en Gran Bretaña, casi en su totalidad en las redes sociales. La gente se informó sobre las manifestaciones, dónde empezaban, por dónde transcurrían y quiénes hablaban, casi en su totalidad a través de las redes sociales.

Así que, por supuesto, los partidarios de Israel lo saben y se reclutan, a veces incluso pagan –y no lo digo yo, ellos mismos lo han admitido–, pagan a estudiantes israelíes y otros estudiantes de todo el mundo para que sean, efectivamente, trolls. en Twitter, por ejemplo, y en Facebook, mintiendo, enfangando, etiquetando y difamando sin cesar a cualquiera que defienda al pueblo palestino. Y a veces les funciona. Algunas personas son intimidadas para que abandonen la plataforma o para que abandonen el tema. Pero nosotros somos muchos y ellos son muy pocos, somos cientos de millones y ellos muchos menos. El número de personas involucradas es ahora diferente de cuando yo era joven. Por cierto, me involucré en la cuestión palestina en 1975. A mediados de los 60 y mediados de los 70, a casi todo el mundo le gustaba Israel, tenía una muy buena imagen, era musical, era genial, había amor libre y alimento compartido. Kibutz's, que decían ser ejemplos de vida y trabajo cooperativos, etc. Israel tenía una reputación muy alta y muchos seguidores, y decir, como lo hice en 1975, que uno era partidario de la OLP, era algo muy controvertido. De hecho, podría mostrarle las cicatrices de aquellos días. Pero ahora eso ha cambiado completamente. Casi nadie ama ya a Israel. Por supuesto, no aquellos judíos que están totalmente comprometidos con el sionismo, aunque de ninguna manera todos los judíos, como dije, hay muchos judíos religiosos y muchos judíos laicos e izquierdistas en contra, pero la mayoría está a favor del sionismo, son ya las últimas personas que realmente aman Israel. Incluso los cristianos evangélicos en los Estados Unidos, que son decenas de millones y que son grandes partidarios de Israel, no son partidarios de Israel porque amen a los judíos, son grandes partidarios de Israel porque esperan que traiga a Jesús de regreso y entonces todos los judíos serán obligados a convertirse o ser asesinados. Así que, no aman a los judíos. Quien piense que George Bush amaba a los judíos es que nunca visitó su Club de Golf, donde no hay miembros judíos en absoluto, aunque sí que hay sionistas, pero no hay judíos y no les gustan los judíos. A veces incluso odian a los judíos. El mismo Sr. Balfour, de quien he hablado, quería que todos los judíos de Inglaterra se fueran porque no le gustaban los judíos, no porque él apoyara sus “derechos” a ir y a vivir en Palestina, sino porque quería verlos marchar por los puertos británicos. De tal modo que tenemos este extraño fenómeno consistente en que las personas a quienes no les gustan los judíos están con Israel, y las personas que aman a los judíos, como yo, están en contra de Israel. Y nosotros somos los acusados de ser antisemitas, lo que, por supuesto, es absolutamente ridículo, risible. ¿Qué pasará? No tengo una bola de cristal, solía pensar que podría llegar el día en que yo mismo caminaría en una Palestina libre. Ahora ni siquiera puedo entrar en la Palestina ocupada, ni en Cisjordania, ni en Gaza porque me está vetado por Egipto e Israel cruzar las fronteras de la Palestina ocupada. Francamente, ya no creo que viva para ver una Palestina libre, pero, si dios quiere, tengo muchos hijos y son jóvenes, y estoy seguro de que un día caminarán en una Palestina libre. Y si los ves, simplemente diles que recuerdas a su viejo.

1 comentario:

  1. En el siguiente enlace se pueden ver diversas versiones de la viñeta de marras, versiones que otros dibujantes han realizado en solidaridad con su autor.

    https://www.jrmora.com/blog/2019/05/01/the-new-york-times-se-disculpa-y-retira-una-vineta-sobre-trump-y-netanyahu/

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