martes, 7 de septiembre de 2021

"No se puede modificar el criterio de una persona que no acepta la ciencia"

Elena Cabrera ha entrevistado para eldiario.es al presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas. El experto y miembro de la Ponencia de Vacunas echa la vista atrás después de año y medio de divulgación y trabajo contra la pandemia sin apenas descanso, y reflexiona sobre las agresiones que ha sufrido.

¿Qué es lo que hace posible que sufra agresiones y amenazas, incluso de muerte, una persona por tratar de instruir a la población ante una emergencia sanitaria gravísima?

Una de las razones primarias es la facilidad que ofrecen las redes sociales para dar respuestas rápidas e irreflexivas, además de irresponsables, dado el anonimato que brindan (y a menudo blindan).

Otra más de fondo sería la crispación social creciente y su aprovechamiento para toda clase de fines partidistas.

Lo explica meridianamente el entrevistado: "No se puede modificar el criterio de una persona que no acepta la ciencia":

Hay gente que digas lo que digas, dirán que lo has dicho mal, por cuestiones de rechazo personal o ideológicas. Lo que les molesta es la defensa de la racionalidad. La racionalidad frente a la irracionalidad es un debate imposible en el cual no hay que caer nunca porque no puedes modificar el criterio de una persona que no acepta la ciencia. Están en el marco de las opiniones y no van a entrar nunca en el de las razones.

Cuando para construir una identidad debes oponerla a otros, la racionalidad debería ser la única guía. pero son muchos los factores pasionales que nos alejan de ella. Madridistas y culés, vigueses y coruñeses, En otro tiempo y otro ámbito fueron Lagartijo y Frascuelo, Joselito y Belmonte, Manolete y Arruza...

Por lo general, esto no tiene mayor trascendencia, salvo la de alejarnos de las verdaderas oposiciones, Pero puede llegar a situaciones mucho más graves, como ocurrió en la Guerra del Fútbol entre El Salvador y Honduras, con miles de víctimas en solo una semana, si entran en juego conflictos de intereses. ¿Los hay también en los enfrentamientos deportivos?

Los irracionales negacionismos que a veces confluyen para "resolver" el malestar social solo se pueden combatir con la razón. ¡Pero los manipulables protagonistas son refractarios a ella!

¿Cómo podríamos educar, desde la infancia, a estos irreductibles para que sean capaces de discernir entre los sentimientos que forzosamente acompañan al conocimiento racional y los que se oponen a él?

Sigue el comienzo de la entrevista:





Ha comentado que ha pasado dos años prácticamente sin vacaciones. ¿Qué y cuánto ha dado de su vida a esta pandemia?

Solo me he cogido cinco días porque he estado derrotado. Fíjate si he dado mi vida, que yo tendría que estar jubilado en este momento. No lo hice porque la pandemia estaba en plena primera ola y me parecía una irresponsabilidad. Hasta que no esté superada no creo que sea bueno que se prescinda de gente.

¿Cómo es pasar de ser un científico anónimo a ser relevante en el espacio público?

No tengo ni idea de cómo ha podido pasar. Yo he seguido en el puesto de trabajo de toda mi vida pero quizá el salto fue cuando decidí meterme en Twitter, porque me pareció fundamental trasladar a una ciudadanía que veía desconcertada por lo que estaba pasando un mensaje lo más adecuado a la realidad.

El salto del anonimato a un espacio de exposición tan fuerte me ha sorprendido mucho porque yo soy un hombre tranquilo, que vive en un ámbito geográfico también tranquilo como es Canarias. En Twitter me he sentido querido por muchas personas, pero también he sufrido insultos y no estoy acostumbrado. Que esos insultos se acompañen de amenazas de muerte, como desgraciadamente he recibido por email, o que paseando por una céntrica calle de Las Palmas me llamen a grito pelado "asesino" e "hijo de puta", son cosas que me han dejado despavorido. Pero hay que seguir adelante.

Sus mensajes en Twitter comienzan siempre diciendo "calma, paciencia y prudencia".

Eso fue lo que me llevó a iniciar la vida en las redes. Veía situaciones que me producían pavor como los brotes racistas que surgieron al inicio de la pandemia en relación a los ciudadanos de origen chino. Empezaba con esas palabras porque quería transmitir que no estábamos ante el fin del mundo. Calma porque esto se soluciona. Paciencia porque no se soluciona en dos días. Prudencia porque es el elemento clave que nos va a permitir avanzar.

Este ha sido un verano doloroso para usted ante esos ataques verbales de los que me hablaba. ¿Cuál sería su consejo sobre cómo se debe reaccionar, cómo enfrentarse a ello, cómo contestar a esas personas?

A veces no tengo ni que responder porque lo hace toda la gente que me aprecia a través de las redes. Es como una barrera defensiva de ciudadanos anónimos que me emociona. Pero ante estas cosas lo que hay que hacer es no responder. Hay gente que digas lo que digas, dirán que lo has dicho mal, por cuestiones de rechazo personal o ideológicas. Lo que les molesta es la defensa de la racionalidad. La racionalidad frente a la irracionalidad es un debate imposible en el cual no hay que caer nunca porque no puedes modificar el criterio de una persona que no acepta la ciencia. Están en el marco de las opiniones y no van a entrar nunca en el de las razones. Una vez entré en esos debates y al día siguiente me di cuenta de que había sido un error. He conseguido que no me afecte. 

(...)

1 comentario:

  1. Goya lo vio y lo plasmó claramente. El pensamiento mágico se propaga con ígnea facilidad, mientras que la conquista de una mínima porción de razón a veces cuesta siglos. Es realmente descorazonador.

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