El día 3 de este mes de noviembre, el general genocida, máximo responsable de las matanzas que en pocos meses exterminaron en Andalucía a más personas que las dictaduras de Argentina, Chile y Uruguay a lo largo de años, Gonzalo Queipo de Llano, ha dejado de ocupar un lugar de honor en la Basílica de la Macarena.
Noticia que ya no lo es, eclipsada por el vértigo de las que continuamente se suceden y hacen de la actualidad una sucesión de instantes efímeros. Pero por eso precisamente conviene fijar algunas cosas en la memoria, antes de que acabemos aceptando pasivamente que "cerrar heridas" equivale a desconocer el atroz pasado.
Una de ellas es la imborrable complicidad de la Iglesia Católica, que muchos años después glorificaba aún a personajes de esta calaña, y que nunca ha condenado de verdad sus responsabilidades en la guerra y la dictadura, en la que se encontró muy cómoda, aunque luego en su seno surgieran movimientos mucho más dignos, al calor de unas reformas ya ineludibles que culminaron en la teología de la liberación.
Tampoco la derecha actual reniega de un pasado fascista con el que nunca ha roto. La resistencia que opone a la dignificación de las víctimas del golpe de Estado, mientras al mismo tiempo se opone a la retirada de honores a los victimarios, es la prueba de esta continuidad.
Las alocuciones de este personaje por los micrófonos de Radio Sevilla, destinadas a sembrar el terror y el desánimo en el campo republicano, responden al puro estilo nazi. Sin el menor reparo utilizaba el machismo más repugnante.
Sobre el diferente trato dado a los muertos de uno y otro lado, el Brumario Poético que cada noviembre celebra en Pontevedra la Fundación Cuña-Casasbellas dedica este mes varias sesiones al personaje de Antígona. Tema muy oportuno, en plena polémica sobre la memoria democrática.
Dedicaré otro espacio a este ciclo, en cuya última sesión se ha proyectado la película rumana Suavemente Anastasia pasaba, que podréis ver aquí. Gloria para unos y escarnio para otros.
Tres poemas se evocan en el texto que sigue: Jornaleros, de Miguel Hernández, Radio Sevilla, de Rafael Alberti, respuesta indignada a los bestiales discursos de este militar, y el muy posterior Poema de la discordia, también de Alberti, recitado por él en el primer congreso del Partido Comunista de Andalucía, en 1978, denunciando el escarnio que suponía el lugar de honor que ya entonces, y hasta mucho después (¡han sido más de 70 años!), ha ocupado el general en la Basílica de la Macarena.
Queipo fuera: la profecía de Miguel Hernández se ha cumplido hoy
Con la salida de los restos del general franquista responsable de la muerte de 45.000 víctimas durante la guerra civil se cumplen algunas de las más bellas profecías poéticas de la Generación del 27
El destino quiso que el general franquista Gonzalo Queipo de Llano naciera en Tordesillas (Valladolid) el mismo año que el maestro don Antonio Machado nacía en aquella Sevilla donde maduraba el limonero de 1875. El militar franquista, sin embargo, luego tan destinado a Sevilla, duró algunos años más que el autor de Campos de Castilla, y desde luego no murió como un perro expulsado de España, en las postrimerías de la guerra civil, evocando aquellos días azules y aquel sol de su infancia, sino en 1951, el año en que también murió Pedro Salinas tan lejos de aquí... Pero a Queipo, que había mandado matar a más de 45.000 inocentes y que usó la radio de esta ciudad para sembrar el terror entre los más débiles, lo enterraron con todos los honores en la basílica más popular de la ciudad hispalense, la de la Esperanza Macarena. Hasta el 18 de julio de 2008, de hecho, no se le retiró desde el Ayuntamiento, y con la abstención del PP, la medalla de oro de la ciudad y el título de Hijo Adoptivo. Pero sus restos han seguido en la basílica hasta esta pasada madrugada, cuando han sido exhumados gracias a la Ley de Memoria Democrática.
Mientras el coche fúnebre salía, se estaba cumpliendo una profecía del gran poeta Miguel Hernández, el autor de un libro tan comprometido como Viento del pueblo, escrito en el fragor de la guerra civil y en cuyo poema “Jornaleros” puede leerse, en referencia fascistas como Hitler o Mussolini:
Aquel poema continuaba, tan vaticinador como se ha demostrado esta noche:
El general que dio el visto bueno al asesinato del poeta Federico García Lorca con aquella consigna de que le dieran “mucho café” en su Granada fue ridiculizado por uno de los grandes de la Generación del 27, el poeta gaditano Rafael Alberti.
escribió el poeta de El Puerto de Santa María camino del exilio. Después de una parodia sarcástica en la que pintaba al general como un cuadrúpedo, aquel poema de Alberti terminaba así:
Muchos años después, durante el I Congreso Regional de Andalucía del Partido Comunista, en marzo de 1978, coincidiendo con la Semana Santa, Alberti leyó su conocido como “poema de la discordia”, que no tiene desperdicio y que protagoniza la Virgen de la Macarena, que ya lucía el famoso fajín del general.
comenzaban aquellos versos.
Hoy conviene recitar este poema en voz alta, para consignar que la palabra, a la postre, es más fuerte que las balas.
Salivazo al asesino, mientras Fidel Castro es homenajeado en Moscú.
ResponderEliminarhttp://www.idcommunism.com/2022/11/fidel-castro-statue-to-be-unveiled-in-moscow.html