domingo, 10 de febrero de 2013

Falsas dicotomías


"La nefasta división entre lo social y lo político" es el título de un artículo de Juan Luis Berterretche, en Rebelión.

Señalaré con el autor dos falsas divisiones que han lastrado y siguen lastrando los movimientos emancipatorios, particularmente el movimiento obrero, pero que también esterilizan otras luchas, cuando establecen campos separados de actuación.

Resalto la idea de separación, dialécticamente inseparable (valga la paradoja) de su polo antagónico unión. 

Porque los diferentes momentos de toda lucha (nótese el sentido de "momento", "instante que se singulariza subjetivamente") pueden congelarse fácilmente, deviniendo en realidades no solamente separadas, sino antagonizadas.

El lenguaje funciona por oposiciones, porque lo hace el pensamiento. La precisión conceptual, mal entendida, aísla entre sí campos de actuación complementarios, convirtiéndolos en territorios rivales. A mayor gloria de un enemigo común.

El comienzo del artículo hace historia de la división partido / sindicato, que separó la lucha política de la sindical y redujo a esta última al inocuo economicismo, funcional al sistema, privando a las fuerzas políticas transformadoras de su brazo más poderoso:
En un primer momento pudo pensarse que las crisis de las centrales obreras que se arrastraban desde fines del siglo anterior, tenían que ver con la “acumulación flexible” al decir de Harvey /1. Es decir con la aplicación de la “globalización” y el “neoliberalismo” y la producción en masa de trabajadores superfluos e informales a partir de los 70, que debilitaban la sindicalización. Pero hay razones más profundas. Nos referimos a la aceptación, desde hace más de un siglo, de un paradigma que la historia de los fracasos del siglo XX ha demostrado funesto. Se trata de la división entre “brazo político” y “brazo sindical” que inició la socialdemocracia a fines del siglo XIX y que continuó en los partidos obreros reformistas o no, sean socialdemócratas, comunistas, del trabajo, etc

El precio pagado por esa división sindicato-partido fue el debilitamiento de la potencialidad de lucha de los trabajadores, causado por la aceptación del parlamento como el único ámbito donde enfrentar la dominación del capital. En términos prácticos, significó la división catastrófica del movimiento de los trabajadores en los denominados “brazo político” y “brazo sindical” con la ilusión de que el “brazo político” podría representar, en su acción legislativa, los intereses de la clase trabajadora organizada en las empresas industriales capitalistas en sindicatos de cada rama del “brazo sindical”. Pero, con el pasar del tiempo, todo resultó de forma opuesta. El “brazo político”, en vez de usar su mandato político en defensa de los intereses de los trabajadores representando al “brazo sindical”, subordinó los sindicatos al parlamento, lo que en los hechos significó someterlo a la mecánica de las instituciones burguesas y a través de éstas a la política estratégica del Capital /2
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1/ Harvey, David The Condition of Postmodernity - Basil Blackwell Ltd. 1989.
2 /Mészáros, István, Para Além do Capital, p. 833-834. 
Más adelante, citando a Bensaid, apunta a otro falso antagonimo entre la sectorialidad de los movimientos y la universalidad de los objetivos. La primera da fuerza a cada uno, y no la quita al conjunto si es consciente de la necesaria articulación:
Bensaid no renuncia al horizonte de unificación de lo social y lo político. Por el momento nos describe un panorama contradictorio: “¿Movimientos acéfalos, reticulares, rizomáticos, obligados por las derrotas a quedar acorralados en una interiorización subalterna del discurso dominante? Pero también redespliegue del movimiento social en los diferentes ámbitos de la reproducción social, multiplicación de espacios de resistencia, afirmación de su autonomía relativa y de su temporalidad propia. Todo esto no es negativo si se va más allá de la simple fragmentación y se piensa en la articulación
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De ahí el proclamado anhelo de Izquierda Unida de llegar a ser un verdadero movimiento político-social.

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